SANTO DOMINGO. Con 22 años y en su tercera temporada en la NBA, Karl-Anthony Towns Cruz no deja quedar mal a los que vaticinan que tiene el potencial para llegar a ser el mejor jugador de la liga. Con otro curso promediando doble-doble lidera en puntos (19,8) y rebotes (11,6) a unos Timberwolves que marchan cuarto (15-11) en la exigente Conferencia del Oeste rumbo a aparecer en playoffs por primera vez en 14 temporadas.
El talento de Towns trasciende el tabloncillo, ahonda en temas como el uso medicinal de la marihuana y enfrenta con propiedad posiciones del presidente Donald Trump. Es un estudiante que se graduó de bachiller con un promedio de 3.96 (A) y en el año que estuvo en la Universidad de Kentucky alcanzó 4.0 (A) estudiando kinesiología a pesar de llegar al Final Four en una exigente temporada con 31-0.
Towns le explicó a Luke Darby, de la revista especializada en moda, estilo y cultura masculina GQ, la rutina alimentaria que le permite mantener en óptimas condiciones su cuerpo de 7’0 pies y 245 libras para jugar todos los partidos de su equipo (190) desde que llegó a la liga en 2015.
—GQ: Primero lo primero: ¿cómo comienzas tu día?
KAT: “Siempre como la mitad del desayuno antes del entrenamiento, y la otra mitad después. Antes de entrenar, tengo dos tazas de fruta, entre 24 y 30 onzas de agua, y dos panecillos con tres cucharadas de mantequilla de maní. Yo como lo mismo una vez que mi entrenamiento ha terminado. El almuerzo es de seis onzas de pollo, cuatro tazas de arroz y tres tazas de vegetales. Así también es la cena”.
—GQ: Eso es… monstruosamente exacto. ¿Come los mismos volúmenes de comida todos los días?
KAT: “Sí, hago lo mismo con mi consumo de agua, también. Se trata de 48 onzas entre los dos desayunos, 48 onzas para el almuerzo y otras 48 onzas para la cena. Cuando eres un atleta, sabes que la hidratación es importante. Pero también lo es averiguar cuándo y cómo hidratarse, y cómo no sobre hidratar”.
—GQ: ¿Cuándo comenzaste con todo esto?
KAT: “Di un gran paso adelante con mi dieta, tratando de encontrar un mejor jugador de baloncesto y una máquina más aceitada. Cuando estaba en (la universidad de) Kentucky, me enseñaron mucho sobre dieta y nutrición, y sobre cómo cuidar mi cuerpo. A medida que avanzaba, fui más preciso”.
—GQ: ¿Cómo lidias con los antojos ahora que estás en una dieta tan reglamentada?
KAT: “Sé que tienes que desafiarte algunas veces, pero … me gusta apegarme a mi plan de dieta”.
—GQ: Espera, ¿en serio?
KAT: “Cuando vea resultados, estará más emocionado con esa experiencia. Una vez comencé a ver cómo mi cuerpo estaba cambiando y cómo me estaba sintiendo, nunca quise dejarlo”
—GQ: Entonces, ¿por qué divide el desayuno a la mitad?
KAT: Se trata de no poner mucha comida en tu vientre al mismo tiempo. Permite que mi cuerpo entienda que hay una cierta cantidad de comida que es necesaria, y me ayuda a someterme a la porción precisa y a no sobrecargarlo”.
—GQ: ¿Cuándo llega el juego, no te sientes que necesitas estar un poco hambriento para jugar? ¿No te afecta sentirse vacío?
KAT: “No, pero soy un gran bebedor de agua durante los juegos. Si me siento un poco cansado en la cancha, también tendré algo de Gatorade. Pero solo cuando lo necesito. No estoy allí bebiendo todo el galón. Estoy recibiendo las porciones correctas. A través de mi asociación con Gatorade, en realidad tuve que hacerme una prueba de sudor, que determina cuánta sal y otros electrolitos pierden tus músculos cuando sudas. Algunas personas son suéteres pesados y otras no, así que estoy en mis mejores niveles de rendimiento en todos los juegos”.
—GQ: Espera, ¿eres un suéter pesado o ligero?
KAT: “No soy un aspersor, pero soy … más que un suéter normal. Pierdo mucha sal”.