De portada
La candidata vicepresidencial de Abinader conecta al PRM con el alto empresariado y el mundo académico.
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Por Elba García
La decisión de Luis Abinader de escoger como compañera de boleta a una mujer que conecta directa e indirectamente su proyecto político con el alto empresariado, cuyo partido necesariamente no está relacionado con este sector de la vida nacional, lo que facilita un lenguaje que encaja en el marco de la macroeconomía, los negocios a todos los niveles y de la docencia.
Raquel Peña, vinculada a unos sectores económicos y sociales que la colocan como el puente de conexión con una parte de la población dominicana que no hace vida activa en el partidismo, a pesar de que siempre ha tenido una gran influencia en el diseño de políticas publicas en la sociedad dominicana, le suma mucho al candidato principal de la oposición.
Raquel, quien se ha desempeñado como académica en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, donde ocupa la posición de vicerrectora de esa alta casa de estudios, tiene vínculos por ese conducto con el alto empresariado nacional, ya que no está demás recordar que la PCMM fue una creación de la Asociación para el Desarrollo de Santiago (APEDI) y el Episcopado Dominicano.
Esta fundación, es decir, la APEDI, fue la creadora de una serie de instituciones de un gran poder social y económico, como la Asociación Cibao de Ahorros y Prestamos, Banco Fondesa, el Banco Popular Dominicano, el Instituto Superior de Agricultura (ISA), entre otras organizaciones sin fines de lucro de la ciudad de Santiago.
Esos detalles dicen con toda claridad que a través de la PCMM Raquel Peña tiene una comunicación directa con el gran empresariado y con fichas importantes de la oligarquía nacional, sobre todo los que pertenecen o fueron partes del llamado grupo de Santiago, que hace algunas décadas hasta decidَía quien iba a ocupar la silla presidencial.
Esta candidata a la vicepresidencia de la República tiene también unos vínculos familiares que le permiten conectarse con unos grupos económicos que podrían ser clave en el interés que ellos tienen de que el país se desarrollo en el marco de la seguridad jurídica y la estabilidad política y económica que reclama cualquier gran o pequeño inversionista.
Raquel Peña está vinculada a familias que tradicionalmente han jugado un papel clave en el mundo empresarial, en el que ella se ha desempeñado por muchos años, pero se agrega el factor de que esta señora se haya matrimoniado con el ingeniero Marco José Antuña Cabral y que una de sus hijas sea la esposa de uno de los miembros de la familia Brugal de Puerto Plata.
Antuña Cabral, fallecido el año pasado, tenía vínculos familiares con personajes muy importantes del sistema financiero nacional, como Patricia Cabral Vega, esposa de José León Asencio, propietario del Banco BHD-Leon, los propietarios del Banco Popular Dominicano a través del doctor Alejandro Espaillat Grullon, quien contrajo matrimonio con Josefina Cabral Bermudez, hija de Jose Maria Cabral y Baez y hermana de Amelia Cabral Bermudez, tronco materno de la familia Vicini, principal inversionista del Banco del Progreso y con intereses en todas las áreas de producción de la economía dominicana
El hecho de que Antuña Cabral tenga vínculos familiares con familias tradicionales del país a través de Marco Cabral Bermúdez, explica que esta candidata vicepresidencial tiene lazos con las dos familias que se dedican a la fabricación de ron en la República Dominicana y con prácticamente todas las que están en este contexto social.
Estas conexiones familiares, sociales, académicas y empresariales de Raquel Peña crean un ambiente de mucha seguridad en los poderes fácticos de la República Dominicana, principalmente del empresarial, ya que por esta vía se entrelaza con todos los sectores de poder, máxime de aquel que está situado en el contexto de la macroeconomía.
Raquel Peña es definitivamente un aporte muy importante para que la candidatura de Luis Abinader pueda concitar, aunque no se niega que tenga alguna, un mayor apoyo de los grupos económicos que en el marco de la sociedad dominicana son decisivos para la implementación de las políticas económicas que le generen la mayor confianza posible.
El otro elemento que trae consigo esta candidatura vicepresidencial es que inserta en el proyecto presidencial de Luis Abinader un sector que probablemente no se haya considerado tan integrado en un partido como el Revolucionario Moderno, que es fundamentalmente policlasista, pero que su control descansa en una clase media que generalmente no piensa en otra cosa que la solución de sus problemas personales sin tomar en cuenta la seguridad que necesitan los inversionistas nacionales y extranjeros.
La selección de Raquel Peña como candidata vicepresidencial no sólo ayuda en función de la política de género que establece la ley y que toma fuerza en el país, sino que tiene un valor agregado desde el punto de vista social y económico a una propuesta presidencial en la que su control está en una pequeña burguesía que muchas veces no genera confianza en el alto empresariado nacional y ella podría ser un puente muy importante para conciliar una serie de intereses entre los de abajo y los de arriba que permita que el Estado pague muchas de sus deudas sociales y que al propio tiempo los agentes financieros puedan invertir con la mayor confianza posible.
Los demás partidos también escogieron sus candidatos vicepresidenciales, pero a diferencia de la señora Raquel Peña éstos representan más que otra cosa a grupos e intereses partidarios, por lo que prácticamente no les suman nada a los candidatos presidenciales.
El Partido de la Liberación Dominicana (PLD) lleva como candidata vicepresidencial a la doctora Margarita Cedeño de Fernández, quien ha vendido la imagen de poner por encima sus apetencias personales que la fidelidad que debe guardar a su compañero sentimental, el doctor Leonel Fernández, lo cual parece haberle creado mucha desconfianza entre los votantes.
Asimismo, la Fuerza del Pueblo eligió para acompañar a Leonel a la dirigente reformista y que en el pasado había tenido serios enfrentamientos con el exmandatario a Sergia Elena Mejía de Séliman, una alta dirigente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), el cual también lleva como su candidato presidencial al exjefe de Estado, quien no parece sumarle ningún valor agregado a las aspiraciones de Fernández Reyna.