Opinión
La Guerra Ideológica en su fase más Descarnada.
Published
3 años agoon
By
José CabralPor José Cabral
Este jueves hemos sido testigos de la invasión rusa en Ucrania, en la que se expresan los peores intereses occidentales y orientales a través de sus respectivos medios de comunicación.
Es una confrontación armada en la que juegan un papel determinante los intereses de Estados Unidos y de Rusia e indirectamente los de China.
Desde hace algunos días que el Gobierno de Joe Bide comenzó el envío de material bélico hacia Ucrania y mantuvo al mismo tiempo una guerra de la información en contra de los planes de la antigua Unión Soviética.
Lo impresionante de esta guerra de la información entre estas dos superpotencias, las cuales han usado sus medios de comunicación como RT y CNN para inclinar la opinión pública en su favor, ha dejado una idea clara de la manipulación periodística y cómo algunos medios operan sobre la base de los intereses que defienden las superpotencias.
RT se ha pasado los últimos días con un manejo de la información y la opinión para desmentir la posibilidad de la ocurrencia de lo que ha pasado este jueves, que no es otra cosa que la invasión a Ucrania.
Lo propio ha hecho CNN y otros medios estadounidenses que durante los últimos días han desarrollado una verdadera guerra comunicacional en favor de los intereses de los Estados Unidos y en contra de la intervención armada en Ucrania.
Sin lugar a dudas, que ambas cadenas, es decir, las norteamericanas y la rusa han demostrado tener los recursos para suavizar o empeorar lo ocurrido, que es la invasión de una nación que se supone libre e independiente.
En este caso y en otros también el discurso de los Estados Unidos no es en defensa de la democracia y la soberanía de ese pueblo, sino de los intereses de esta superpotencia que está obligada por su condición de imperio de meter sus narices en todos los lugares del mundo.
La guerra de la información y la opinión como resultado de la invasión en Ucrania por parte de Rusia deja claro que estas superpotencias han pulseado hasta más no poder por crear una imagen en el mundo de no culpables y de tener derecho a la autodefensa.
Rusia invirtió una cantidad enorme de dólares para crear a RT, pero eso no fue todo, sino que ha procurado reclutar a excelentes periodistas procedentes de diferentes lugares del mundo y para ponerle la tapa al pomo exigió a los Estados Unidos la colocación de ese medio oficial en todos los sistemas de cable de la unión americana para poder garantizar igual tratamiento a los que envían sus contenidos desde el territorio del imperio del norte.
La verdad debe ser dicha y es que RT se ha puesto a la altura de CNN en lo que respecta a los salarios que les paga a los periodistas que trabajan en esa cadena oficial e igual ha ocurrido con el uso de la tecnología, lo cual permite decir que están al mismo nivel y no se puede negar que también en sus diferentes mercados tienen una alta credibilidad.
Sin embargo, la ocupación de Ucrania no parece que haya dejada bien parada a RT, ya que fue un instrumento para negar la afirmación de Estados Unidos de que Rusia ocuparía a Ucrania y al final cuando llegó la verdad no ha tenido como justificar lo afirmado antes del acontecimiento bélico.
Naturalmente, no es nada que pueda no regateársele a CNN y a otros grandes medios de los Estados Unidos, aunque nadie puede negar que juegan mejor con el manto de la imparcialidad que sirve para proyectar como lo que no es a cualquier periódico, canal de televisión o emisora de radio de las que operan en la unión americana.
De cualquier modo, ahora se está frente a lo que significa la guerra ideológica entre las superpotencias que buscan a cualquier precio controlar el planeta y RT y CNN son partes de las dos caras de la moneda.
Sin lugar a dudas, que los tiempos de guerras en los que intervienen los intereses de las superpotencias son las peores épocas para medios que se han pasado años con una imagen de imparcialidad que muchos la han acogido como real y sincera, la cual requiere de una alta inversión económica y profesional.
Así de simple.
Opinión
Responsabilidad Penal Individual y Delitos del Estatuto de Roma
Published
3 días agoon
diciembre 23, 2024Por Rommel Santos Díaz
Los crímenes de la competencia del Estatuto de Roma son normalmente aquellas ofensas cometidas contra un número de personas. Los crímenes de lesa humanidad y el genocidio son delitos que generalmente son cometidos por muchos individuos que operan como parte de una extensa organización criminal.
Aquellos que poseen el grado más alto de responsabilidad penal por estos crímenes normalmente son aquellos individuos con posiciones de autoridad que no tienen contacto directo con las víctimas. Ya sea que emitieron las órdenes, incitaron a otros a cometer los crímenes, o crearon los medios con los cuales se cometen estos crímenes.
Es por esta razón que el Estatuto de Roma no restringe la responsabilidad penal por estos delitos a los individuos que estuvieron directamente involucrados con su comisión, pero la entiende a aquellos que estuvieron también indirectamente involucrados.
Según el artículo 25 del Estatuto de Roma, la persona será penalmente responsable si:
- a)Cometio el crimen por sí solo, con otro o por conducto de otro, sea este o no penalmente responsable;
- b)Ordeno, propuso o indujo la comisión de ese crimen, ya sea consumado o en grado de tentativa;
- c)Fue cómplice o encubridor o colabore de algún modo en la comisión o la tentativa de comisión del crimen, incluso suministro los medios para su comisión;
- d)Contribuyo de algún otro modo en la comisión o tentativa de comisión del crimen por un grupo de personas que tengan una finalidad común. La contribución fue intencional y se hizo con el propósito de llevar a cabo la actividad o propósito delictivo del grupo, o a sabiendas de que el grupo tenía la intención de cometer el crimen;
- e)Respecto al crimen de genocio, hizo una instigación directa y pública a que se cometiera;
- f)Intente cometer ese crimen.
Sin embargo, la persona que desiste de la comisión del crimen o impida de otra forma que se consume no podrá ser penado de conformidad con el Estatuto de Roma por la tentativa si renunciare íntegra y voluntariamente al propósito delictivo.
Los Estados partes del Estatuto de Roma que deseen enjuiciar a los acusados en sus tribunales nacionales, según el principio de complementariedad, deberán garantizar que su legislación de implementación incluya todas las formas de responsabilidad penal individual y ofensas incoadas dispuestas por el Estatuto.
De lo contrario, no podrían enjuiciar en sus tribunales nacionales la mayor parte de los individuos responsables por la omisión de los delitos contenidos en el Estatuto de Roma.
Finalmente, la mayoría de la legislación penal nacional ya describe la responsabilidad penal individual de la misma manera, y por lo tanto no sería necesario realizar enmiendas legislativas. Los Estados Partes deberán sin embargo asegurarse de que esta responsabilidad se aplique a todos los delitos de la competencia de la Corte Penal Internacional.
Por Elba García Hernández
En los últimos días del presente año 2024 he tenido la obligación y el deber de defender derechos fundamentales ante el Tribunal Superior Administrativo y he podido comprobar lo mal que está el país en materia de justicia.
Los abusos de poder se observan en esta jurisdicción de Derecho Administrativo en cualquiera de las salas que conocen las litis que se presentan entre la administración y los administrados.
Es penoso ver como los abogados repiten como papagayos los mismos argumentos en los diferentes casos que en esta instancia se conocen. Pero peor aún el nivel de los jueces que manejan los casos.
En esta jurisdicción hay un nivel de razonabilidad que sonroja a cualquier profesional del derecho, pero las cosas se complican cuando se examinan las sentencias que emiten los juzgadores de una jurisdicción que está estrechamente vinculada con el Derecho Constitucional.
Es tanto así, que muchos de los jueces están más interesados en penalizar a las partes sobre la base de disposiciones arbitrarias e ilegales de comisionar un alguacil de estrado para que haga nuevas notificaciones y cobrarles a los litigantes por ese concepto hasta 20 mil pesos cuando se trata de conflictos legales que provienen del interior del país.
Cualquiera se forja la impresión de que existe una sociedad para hacer dinero mediante las notificaciones entre los alguaciles de estrados y los magistrados que presiden salas en el Tribunal Superior Administrativo.
Lo preocupante de este asunto es que cuando no se satisface el deseo del juez o del alguacil de estrado, ese disgusto se refleja en la sentencia que emite el tribunal.
Otro detalle importante de lo mal que se manejan algunas salas del Tribunal Superior Administrativo es que se agarran de cualquier detalle insignificante para justificar una sentencia en contra del que no se acoge a la comisión de un alguacil para fines de nueva notificación.
Impresiona, además, el poco nivel de razonabilidad de los que participan de las audiencias que se celebraran en el Tribunal Superior Administrativo.
En realidad, parece un juego de niños, lo cual desmiente los supuestos avances en Derecho Administrativo, porque la verdad es que lo ocurre en esta jurisdicción de la justicia deja mucho que desear.
Por José Cabral
El panorama que se observa en el país lleva a cualquier persona, por optimista que sea, a sentir que todo se derrumba y que nada tiene solución. No hay un solo estamento estatal que indique que el país transita por un buen camino.
Esto así, porque si al azar se escoge cualquier instancia, pública o privada, fácilmente se llega a la conclusión de que prácticamente todo está perdido. Son prácticamente nulos los referentes que indican que en el futuro se alcanzaría una mejor nación.
El principal fracaso de la sociedad dominicana tiene que ver con el fiasco que representa el Ministerio Público y la judicatura nacional, donde uno apoya la ilegalidad del otro. Es un asunto para mantenerse seriamente preocupado.
En realidad, no se sabe cuál si el fiscal o juez anda peor, pero de lo que sí se puede estar seguro es de que ambos transitan por un camino que solo garantiza el abismo de la nación.
En el país no hay proceso penal que termine de buena manera, pero tanto el Ministerio Público como los jueces recurren permanentemente a decisiones al margen de las leyes que les sirven de sustento.
El Ministerio Público sólo parece ser bueno para manejar casos de importancia mediática, mientras que los jueces se han especialistas en emitir sentencias al margen de las normas y de los derechos, deberes y principios fundamentales.
Es una verdadera vergüenza lo que ocurre en el país, ya que tribunales como el Superior Administrativo, donde el administrado busca liberarse de los abusos de la administración, tiene un nivel similar al de un juzgado de paz. Sus jueces carecen de razonabilidad y muchas veces hasta de sentido común.
En el sistema de justicia nacional se produce una verdadera negación de derechos, pero el hecho de que los jueces no puedan ser procesados por muchos de los casos que fallan, ya que hasta las acciones de amparo no pueden ser interpuestas en contra de los tribunales nacionales, habla claro de la trampa en que está envuelto el ciudadano.
Es decir, que, aunque existe la querella disciplinaria, la recusación e incluso la prevaricación, es una batalla como aquella siempre citada entre el huevo y la piedra, porque la complicidad se extiende de un lado a otro sin excluir a prácticamente la totalidad de los actores del sistema de justicia.
Adentrarse en el comportamiento de la justicia y del Ministerio Público es una razón determinante para frustrarse o resentirse, aunque, naturalmente, este mal debe combatirse con herramientas que tal vez algún día surtan efecto.