Análisis Noticiosos
La inmigración Haitiana: un fenómeno que merece mayor atención
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El fenómeno migratorio haitiano es algo normal desde la óptica de que los seres humanos se van a los lugares donde pueden sobrevivir, de modo que lo que pasa con los haitianos en la República Dominicana ocurre con los bolivianos que se van a su país fronterizo Chile, con los argentinos que se mueven hacia Brasil, los africanos se van a cualquier lugar de Europa y así sucesivamente.
La gran diferencia del tratamiento que reciben los migrantes de otras naciones con el caso haitiana consiste en que en la mayoría de estos países hay políticas dirigidas a saber quién entra y cuántos salen de sus territorios, pese a que tampoco saben con exactitud la cantidad de personas que viven allí sin su documentación al día.
Ahora en lugares como por ejemplo los Estados Unidos hay mucho control con aquel inmigrante que incurre en la violación de la ley, sobre todo de la penal, en razón de que cuenta con un Estado que busca la mayor eficiencia del sistema judicial.
En cambio, en la República Dominicana el inmigrante haitiano que se inclina por la delincuencia se beneficia de la impunidad que predomina en el país, lo que asociado a las grandes necesidades económicas de éstos, agiganta el problema y una gran cantidad de ellos termina involucrado en actos reñidos con la ley.
Por tal motivo, el aumento de la población haitiana en la República Dominicana tiene que ser motivo de preocupación, ya que el país carece de un mecanismo eficiente para determinar la cantidad que vive en el país y cuántos de ellos se dedican a delinquir sin que se les aplique todo el peso de la ley.
De manera, que el país tendrá que prepararse para soportar el peso social que implica una inmigración de gente pobre que muchas veces no sabe otra cosa que esgrimir una arma blanca o de fuego y asaltar a cualquier ciudadano que encuentre en su camino
Lo mismo hay que asumir en lo que tiene que ver con la enorme cantidad de mujeres parturientas que llegan a los hospitales de la República Dominicana, pese a que éstos no están ni en capacidad de satisfacer la demanda de servicio de salud de los dominicanos.
Es un problema bastante grave, aunque también hay que reconocer que una buena parte de los haitianos que viven en el país contribuyen con su trabajo al crecimiento económico y comercial,
Pero lo ideal fuera que el Estado tuviera más control del fenómeno.
La anarquía que existe con la cantidad de haitianos que llegan al país de manera ilegal y que por su propia miseria se dedican a delinquir es un asunto tan grave que constituye, sin lugar a dudas, una verdadera bomba de tiempo.
Cualquier preocupación no tiene prácticamente sentido, dado que en la República Dominicana se impone la cultura de la improvisación, de la falta de planificación y la carencia de políticas que busque mejorar la sociedad.
La premura nacional estriba en buscar dinero a como de lugar para el enriquecimiento individual, sin importar el destino de la patria.
Así, no menos de ahí, es la preocupación nacional, desde la capital hasta el pueblito más recóndito de la República Dominicana.