Opinión
La memoria de Caamaño, héroe nacional, merece respeto
Published
10 años agoon
Por Narciso Isa Conde
Estamos indignados/as por el maltrato dado a nuestro Francis Caamaño por ciertos disidentes de su proyecto expedicionario organizado en Cuba del 1967 al 1973.
Llamamos a respetar la memoria del Coronel de Abril y Comandante de la Expedición de Playa Caracoles, figura emblemática del movimiento emancipador de nuestra patria.
Insistimos en la necesidad de reconocer el lugar señero que en la reciente historia dominicana y continental conquistó Francisco Alberto Caamaño Deñó, declarado merecidamente héroe nacional por encabezar la Revolución de Abril y la Guerra Patria contra el yanqui invasor en 1965, e inmolarse en la guerrilla de 1973.
Entendemos que no hay derecho –independientemente de cualquier diferencia en la valoración de la Expedición de Caracoles- a sacar a Caamaño del contexto político que provocó ese doloroso revés en febrero de 1973 para verter sobre él y su memoria todo tipo de ataques personales y diatribas.
No hay derecho a denigrarlo, a denostarlo, a presentarlo como un ser despreciable; obviando las causas profundas de ese revés, reduciendo todo a choques y agresiones personales, exagerando uno que otro gesto criticable o una u otra circunstancia lamentable, interpretando parcialmente las confrontaciones internas, producto posiblemente de irritaciones entre las partes enfrentadas dentro de un clima cargado de incertidumbre y angustias.
No es ético desconocer el impacto sobre él del exilio forzado y del consiguiente distanciamiento del entorno nacional que lo hizo crecer en 1965; la gravitación de una nueva experiencia inducida, muy distante de su socialización anterior y de la dinámica que catapultó su liderazgo político-militar; no se debe obviar la difícil convivencia con grupos y personas muy distintas a las que le tocó tratar en décadas anteriores, el salto al liderazgo merecido con vacíos políticos profundos, el involucramiento en una dinámica revolucionaria poco dominada por él y muy diferente a la gesta de abril; tampoco se debe ignorar el impacto de nuevas cargas emocionales en sus relaciones humanas.
Francis Caamaño no era ni santo ni ángel. Él mismo hizo referencia a los efectos negativos de la “guardiología” que desde muy joven le tocó ejercer.
Pero el Caamaño del 65 y el que el camarada Narciso Isa Conde describe en sus libro REVELACIONES a raíz de sus conversaciones con él en 1968 y 1971, no era un déspota, ni un borrachín, ni un desalmado, ni un disoluto, ni un ser amante de privilegios y evasor de los sacrificios necesarios, como perversamente lo quieren presentarlo sus nuevos detractores.
Su valor y su entrega quedaron reafirmados en Nizaíto. De eso no hay dudas: incluso pagó su intrepidez con su propia vida. Amen de su probado heroísmo, su talento y decoro desplegados antes y durante la Guerra Patria.
El coronel que abrazó la Constitución de 1963 y que presidió el GOBIERNO DE LOS COMANDOS- el más democrático de la historia republicana- merece ser evaluado con otros parámetros y desde otra ética, sobre todo cuando poco antes de concluir su vida, en carta remitida a sus hijo/as, proclamó su admiración por el Che y asumió los ideales socialistas.
Al parecer, quienes hace tiempo dejaron de ser de izquierda, repleto de auto-culpas y resentimientos, desconociendo esa realidad incontrovertible, han asumido ahora la misión imposible de ensuciar ese ícono de nuestras recientes epopeyas; precisamente cuando el libro REVELACIONES ha reivindicado (desde la diferencia planteada con altura al examinar cuestiones relacionadas con la Expedición de Caracoles) el inmenso valor histórico del Coronel de Abril-
Ese libro, por demás, explica con apego a la verdad -y sin difamar a nadie- las razones que motivaron que el Partido Comunista Dominicano-PCD, encabezado por el camarada Narciso Isa Conde, empeñado entonces como fuerza revolucionaria en corregir el rumbo de ese proyecto foquista, no pudiera llegar a acuerdos determinantes con el coronel Caamaño. Quienes destempladamente vuelven a reiterar la vieja cizaña calumniosa deberían leerlo con calma antes de declarar sandeces.
Los próceres, los héroes y las heroínas no son de puro cristal, sino seres de carne y hueso. Ellos/as son personas con virtudes y defectos, con méritos y déficits, aciertos y errores, con características y reacciones objetables pero capaces también de gestos valiosos y trascendentes; en un constante despliegue contradictorio en el que siempre priman, por encima de sus carencias, sus compromisos con las grandes causas emancipadoras. Nuestro Francis Caamaño no es una excepción y así debemos honrarlo como líder de la gesta más importante del siglo XX.
Una mezcla de pena e indignación provocan los desproporcionados y repulsivos ataques personales vertidos recientemente contra el CORONEL CAMAÑO por esos disidentes del denominado grupo estratégico que él encabezó con el seudónimo de Comandante Román. La pérfida mano de la derecha, empeñada siempre en destruir los símbolos de la liberación, es inocultable en esta perversa operación mediática.
Por la COORDINACIÓN CENTRAL: Narciso Isa Conde, Félix Tejeda y Rafael Feliz
25-06-2014, Santo Domingo.
Por Elba García Hernández
En los últimos días del presente año 2024 he tenido la obligación y el deber de defender derechos fundamentales ante el Tribunal Superior Administrativo y he podido comprobar lo mal que está el país en materia de justicia.
Los abusos de poder se observan en esta jurisdicción de Derecho Administrativo en cualquiera de las salas que conocen las litis que se presentan entre la administración y los administrados.
Es penoso ver como los abogados repiten como papagayos los mismos argumentos en los diferentes casos que en esta instancia se conocen. Pero peor aún el nivel de los jueces que manejan los casos.
En esta jurisdicción hay un nivel de razonabilidad que sonroja a cualquier profesional del derecho, pero las cosas se complican cuando se examinan las sentencias que emiten los juzgadores de una jurisdicción que está estrechamente vinculada con el Derecho Constitucional.
Es tanto así, que muchos de los jueces están más interesados en penalizar a las partes sobre la base de disposiciones arbitrarias e ilegales de comisionar un alguacil de estrado para que haga nuevas notificaciones y cobrarles a los litigantes por ese concepto hasta 20 mil pesos cuando se trata de conflictos legales que provienen del interior del país.
Cualquiera se forja la impresión de que existe una sociedad para hacer dinero mediante las notificaciones entre los alguaciles de estrados y los magistrados que presiden salas en el Tribunal Superior Administrativo.
Lo preocupante de este asunto es que cuando no se satisface el deseo del juez o del alguacil de estrado, ese disgusto se refleja en la sentencia que emite el tribunal.
Otro detalle importante de lo mal que se manejan algunas salas del Tribunal Superior Administrativo es que se agarran de cualquier detalle insignificante para justificar una sentencia en contra del que no se acoge a la comisión de un alguacil para fines de nueva notificación.
Impresiona, además, el poco nivel de razonabilidad de los que participan de las audiencias que se celebraran en el Tribunal Superior Administrativo.
En realidad, parece un juego de niños, lo cual desmiente los supuestos avances en Derecho Administrativo, porque la verdad es que lo ocurre en esta jurisdicción de la justicia deja mucho que desear.
Por José Cabral
El panorama que se observa en el país lleva a cualquier persona, por optimista que sea, a sentir que todo se derrumba y que nada tiene solución. No hay un solo estamento estatal que indique que el país transita por un buen camino.
Esto así, porque si al azar se escoge cualquier instancia, pública o privada, fácilmente se llega a la conclusión de que prácticamente todo está perdido. Son prácticamente nulos los referentes que indican que en el futuro se alcanzaría una mejor nación.
El principal fracaso de la sociedad dominicana tiene que ver con el fiasco que representa el Ministerio Público y la judicatura nacional, donde uno apoya la ilegalidad del otro. Es un asunto para mantenerse seriamente preocupado.
En realidad, no se sabe cuál si el fiscal o juez anda peor, pero de lo que sí se puede estar seguro es de que ambos transitan por un camino que solo garantiza el abismo de la nación.
En el país no hay proceso penal que termine de buena manera, pero tanto el Ministerio Público como los jueces recurren permanentemente a decisiones al margen de las leyes que les sirven de sustento.
El Ministerio Público sólo parece ser bueno para manejar casos de importancia mediática, mientras que los jueces se han especialistas en emitir sentencias al margen de las normas y de los derechos, deberes y principios fundamentales.
Es una verdadera vergüenza lo que ocurre en el país, ya que tribunales como el Superior Administrativo, donde el administrado busca liberarse de los abusos de la administración, tiene un nivel similar al de un juzgado de paz. Sus jueces carecen de razonabilidad y muchas veces hasta de sentido común.
En el sistema de justicia nacional se produce una verdadera negación de derechos, pero el hecho de que los jueces no puedan ser procesados por muchos de los casos que fallan, ya que hasta las acciones de amparo no pueden ser interpuestas en contra de los tribunales nacionales, habla claro de la trampa en que está envuelto el ciudadano.
Es decir, que, aunque existe la querella disciplinaria, la recusación e incluso la prevaricación, es una batalla como aquella siempre citada entre el huevo y la piedra, porque la complicidad se extiende de un lado a otro sin excluir a prácticamente la totalidad de los actores del sistema de justicia.
Adentrarse en el comportamiento de la justicia y del Ministerio Público es una razón determinante para frustrarse o resentirse, aunque, naturalmente, este mal debe combatirse con herramientas que tal vez algún día surtan efecto.
Por Nelson Encarnación
Algunas personas han llegado a afirmar que el juego de béisbol no es un deporte, sino un pasatiempo que sirve de entretenimiento a toda la familia, la que puede tener un importante consumo mientras transcurre un partido de nueve entradas, por lo general lento.
Sin embargo, somos más los que sostenemos lo contrario, no porque seamos fanáticos o seguidores, sino porque una contienda en la que medie la aplicación de estrategias no puede ser un simple pasatiempo.
Las estrategias son fundamentales en el juego de pelota, sin las cuales el resultado no puede ser el esperado, aunque no siempre estas funcionen. Como en toda actividad humana, inclusive en la guerra.
Hechas estas disquisiciones, pasamos a no entender qué ha provocado el impresionante descalabro, el resbalón sin final que ha abatido a los Leones del Escogido.
No se explica que un equipo que en los primeros 20 juegos del presente campeonato obtuvo quince victorias, haya caído a un abismo, tan profundo que, al día de hoy, está en la peligrosa ruta de quedar fuera de la siguiente ronda.
Es como estar con respiración asistida, mantenerse vivo gracias a la buena fortaleza física que se acumuló—15 victorias contra 5 derrotas—, pero no suficiente como para rebasar de manera exitosa un estado comatoso.
¿Qué hará la gerencia del equipo capitalino para tratar de revertir la ruta hacia el fondo? No preveo una opción, sobre todo, al recordar lo declarado hace un par de años por uno de los dueños del “Duro de matar”.
¿Qué dijo ese ejecutivo? Que al equipo le es económicamente más rentable quedar fuera en la serie regular que pasar a las siguientes. Algo así o algo peor, según recuerdo.
Cuando leí aquello tuve que remontarme a los pleitos con mi difunto padre—liceísta furibundo—que no asimilaba derrota frente al “eterno rival”, y yo, como escogidista, le daba la cuerda, corriendo riesgo de unos correazos por irreverente. De este tamaño ha sido mi escogidismo.
¿Hay escasez de cartera en la gerencia del equipo rojo? No lo creo. ¿Falta estrategia para la ofensiva? Lo creo un poco. ¿Cayó por un barranco irrecuperable el pitcheo de los Leones? Me quedo con esta.
Frente al despeñadero actual, los rojos no tenemos muchas esperanzas. Y por favor, no echemos la culpa al mánager Pujols.