La pobreza en el Gran Santo Domingo

El Gran Santo Domingo ha sido definido como la suma de la provincia de Santo Domingo, el Distrito Nacional y el Municipio de Haina, más de 1,400 km2 de los cuales el 21% es territorio urbano y el resto es prácticamente semi urbano, formando un territorio complejo, desigual y con una tendencia a generar mayor pobreza. En este sentido, algunas tendencias durante la década son evidentes:

Primero, el ingreso familiar por persona del GSD ha sido superior al ingreso promedio nacional y al de cualquier otra Región de Planificación, aunque hay una tendencia a la convergencia pero aún se mantiene una distancia significativa. En efecto, el ingreso del GSD ha sido el doble del ingreso en cualquier otra región, pero la distancia se reduce en un 40% durante la década.

Segundo, la crisis económica del 2003-2004 afectó más al GSD que a cualquier otra región del país.

Tercero, la pobreza monetaria determinado por el ingreso que permite adquirir  una canasta de consumo mínima se mantuvo un 29% por debajo de la media nacional y 45.5% por debajo de la incidencia de la pobreza extrema nacional. Ambas fueron afectadas por el episodio de crisis financiera de 2003-2004 y se redujeron en los años posteriores sin llegar a los niveles previos a la crisis. Según el Ministerio de Economía, la causa de esa reducción ha sido el crecimiento económico mientras que la distribución del ingreso tuvo un efecto neutral o negativo a lo largo de la década.

Cuarto, en términos espaciales se verificó una tendencia a concentrar la mayor cantidad de personas en condiciones de pobreza y en pobreza extrema. La población total del GSD creció en 2.5% acumulativo anual en el período intercensal mientras que la población pobre aumentó en 7.8% y la población en extrema pobreza aumentó en 12.3%. No hay ningún factor económico que explique este comportamiento, a menos que no sea la atracción de población fundamentalmente pobre que quiere estar cerca de la zona metropolitana en busca de empleos.

Quinto, la concentración del ingreso medido por el coeficiente de GINI es mayor que en resto del país, mostrando una diferencia volátil pero con una ligera tendencia a la convergencia con las nueve regiones de Planificación restantes, aunque es divergente con la media nacional.

Estas tendencias y las dinámicas de las ciudades y del territorio requieren más estudios. El territorio ha sido sistemáticamente ignorado en las políticas públicas. Ello refleja el desprecio por la calidad de vida del sistema político, cuyo ámbito de evaluación del éxito es el crecimiento del PIB. Hay que poner a las personas el centro del crecimiento económico y ello implica hacer visible lo que pasa en los territorios.

Articulo de opinion original del periódico Hoy