Opinión
La politiquería… un juego perverso que está desmantelando nuestra nación.
Published
1 año agoon
By
Isaías RamosPor Isaías Ramos
Los políticos, representantes de esta partidocracia, mayoritariamente tienen el complejo de ser gallos de pelea. Entretienen como los gallos y actúan como tales en un eterno reto a “sus contrincantes”, dejando a un lado la presentación de un plan de gobierno que satisfaga las necesidades del pueblo. Después de todo, parece que el bienestar de la población poco les importa.
Este enfrentamiento, lejos de ser un simple espectáculo político, genera consecuencias profundas y a menudo perjudiciales para la población en general. La población es el auténtico perdedor de este juego diabólico, es manipulado, engañado y explotado en beneficio de aquellos que buscan consolidar o adquirir poder, para continuar saqueando y endeudando la nación.
En este escenario, la transparencia es un valor en peligro de extinción. Las operaciones y decisiones tomadas en las altas esferas de poder rara vez son visibles para el público general, manteniendo a los ciudadanos en la oscuridad. Se nos priva de la capacidad de comprender y evaluar plenamente la realidad de nuestra situación, una verdad a menudo incómoda y perturbadora, escondida detrás de los velos de la politiquería y la manipulación.
Si tuviéramos la oportunidad de descubrir la verdad, de atisbar las luchas de poder que se desarrollan en las sombras, ¿cómo reaccionaríamos? ¿Cómo cambiaría nuestra percepción de aquellos a quienes hemos elegidos? Y es que conocer ese mundo de esa casta política causa repugnancia. Pero, conocer la verdad es una responsabilidad que nos corresponde como ciudadanos. Sólo así podremos empezar a desmantelar este sistema podrido y corroído que solo busca beneficiarse a expensas de la mayoría, y luchar por una sociedad más transparente, equitativa y justa.
La falta de transparencia y las prácticas manipuladoras de los que ostentan el poder pueden generar una sensación de traición. Aquellos que deberían estar únicamente preocupados por el bienestar del pueblo han demostrado, en su inmensa mayoría, que su único fin es saquear las finanzas públicas. Una muestra de esa realidad es el informe dado por el propio ministro de educación sobre los resultados de evaluación académica de los estudiantes de 3ro, 6to de primaria y 3ro de secundaria son simplemente una vergüenza para el país. Son el resultado de casi tres décadas dedicadas a deformar a los ciudadanos suprimiendo materias de formación en principios y valores como moral y cívica. Además el ambiente al que son expuestos eso niños tan pronto salen de las escuelas son un lastre para cualquier nivel de formación ciudadana. No es fortuito que seamos el país con más muerte de tránsito del mundo, es parte de un sistema de formación educativa colapsado. Es que lo que amerita nuestro país en estos momentos no se resuelve poniendo parches y retazos, solo a través de un proyecto de nación con una visión clara de gobernantes y gobernados trabajando unidos por la patria que queremos dejarle a nuestros hijos y los hijos que queremos dejarle a nuestra nación, solo así seres capaces de lograr lo que la mayoría de este pueblo sueña de vivir en un país donde reine el orden, la justicia y la igualdad de oportunidades.
Ya pasaron 7 gobiernos y ninguno se interesó en rescatar la ley de educación 66-97 de manera integral. Para esta casta política educar al ciudadano es un peligro para su sobrevivencia, pues esta es el arma más poderosa para ayudar a cada persona a volar por sí misma; capacitarlo y formarlo es enseñarlo a buscarse la vida y a encontrar soluciones por sí misma con independencia de las circunstancias y es que verdadera educación no genera dependencia si no auténtica libertad y a eso es lo que más le teme este sistema que sostiene esta especie de dictadura clientelar que para poder sobrevivir requiere de una mayoría en miseria e ignorancia.
Ya son 27 años a la deriva sin un timonel que conduzca a este pueblo hacia un puerto seguro. Los que han ostentando el poder en lo único que se han especializado es despedazar las empresas públicas, regalar nuestros recursos naturales, pervertir a la juventud y crear una sociedad de consumo sin freno.
Hoy, en el Frente Cívico y Social, estamos convencidos de que ha llegado el momento crucial para el pueblo dominicano: el momento de empedrares para decirle decirle adiós de una vez por todas, a esta casta política que solo nos ha ofrecido miseria e ignorancia.
En el FCS estamos listos para desarrollar un plan de acción que cambie el rumbo de la destrucción hacia un nuevo amanecer, un amanecer lleno de esperanza. Nos proponemos refundar nuestra patria bajo los preceptos que nos dejaron nuestros libertadores como legado.
Cada palabra, cada promesa que realizamos, viene cargada de una resolución férrea: trabajar por y para nuestro pueblo. Sentimos cada desafío como si fuera nuestro, porque lo que es. Cada lágrima derramada por la injusticia, cada sonrisa borrada por el desamparo, es también nuestra. Es por eso que lucharemos. Porque conocemos el valor de nuestro pueblo, porque sabemos que merecemos algo mejor.
Así que, juntos, diremos adiós a las sombras del pasado y saldremos adelante hacia la luz del futuro. Juntos, haremos que la esperanza vuelva a florecer en el corazón de la patria. Juntos, porque en la unidad está nuestra fuerza y en la esperanza, nuestro futuro. Y juntos, estamos seguros de que podemos y vamos a hacer que ese futuro sea mejor.
Porque el pueblo dominicano no merece menos. Porque nosotros, en el Frente Cívico y Social, no daremos menos. Nuestro compromiso es con ustedes, con cada ciudadano, con cada familia, con cada corazón que late con la esperanza de un mañana mejor.
Juntos, podemos cambiar el rumbo de nuestra historia. Y lo haremos. Porque es hora de que la voz del pueblo se escuche. Es hora de que la patria renazca.
Despierta RD!
Opinión
Procedimientos relevantes del Estatuto de Roma
Published
17 horas agoon
septiembre 11, 2024Por Rommel Santos Diaz
Una vez que se remita a la Corte Penal Internacional una situación que requiera atención a la CPI, o una vez que el Fiscal de la CPI identifique la aparente comisión de un crimen con competencia de la CPI, el Fiscal de la CPI debe determinar si existe fundamento razonable para iniciar una investigación. El Fiscal deberá solicitar a la Sala de Cuestiones Preliminares de la CPI la autorización de cualquier investigación iniciada de oficio por el Fiscal.
Desde el momento en que el Fiscal inicie la investigación basada en la referencia de un Estado Parte, se debe notificar a todos los Estados Partes. El Fiscal debe también notificar a cualquier otro Estado que normalmente sería competente sobre los crímenes en cuestión.
Se debe de resaltar que el Fiscal puede notificar de forma confidencial, y limitar la información provista a los Estados, si es necesario para proteger a ciertas personas, prevenir la destrucción de prueba, o impedir que ciertas personas evadan la justicia.
El artículo 18 del Estatuto de Roma señala que los Estados cuentan con un mes después de la recepción de la notificación, para informar a la Corte Penal Internacional de que esta llevando o ha llevado a cabo una investigación respecto al mismo caso, y para solicitar al Fiscal que renuncie a su competencia a favor del Estado.
Ese corto plazo asegura que la Corte Penal Internacional no padezca de retrasos innecesarios con el cumplimiento de sus funciones. El artículo 18 del Estatuto de Roma también prevé que ¨el Estado podrá informar a la Corte de sus propias investigaciones¨.
En otro orden, los Estados no están obligados a informar a la Corte Penal Internacional de sus propias investigaciones, por lo que seria aconsejable que un Estado informará a la Corte sobre sus propias investigaciones, para así evitar una duplicación innecesaria de esfuerzos y asegurar que la CPI se inhiba de su competencia a favor del Estado.
Una vez que un Estado solicite la inhibición de competencia de la Corte Penal Internacional de una investigación, el Fiscal esta obligado a suspender la investigación del caso. Sin embargo, el Fiscal podrá solicitar a estos Estados que le informen periódicamente de la marcha de sus investigaciones y del juicio ulterior. Los Estados partes deben responder a esas peticiones sin dilaciones indebidas.
Aun si un Estado no solicita al Fiscal la inhibición de su competencia a favor del Estado, el Fiscal puede suspender la investigación de la CPI. El Fiscal podra solicitar al Estado de que se trate que le comunique sobre las actuaciones. En ese orden los Estados pueden solicitar que dicha información sea confidencial.
Si el Fiscal o la Sección de Cuestiones Preliminares de la Corte Penal Internacional tienen reparos sobre la conducción de la investigación y el juicio llevado a cabo por un Estado, la Sala de Cuestiones puede autorizar al Fiscal para que proceda con una investigación , ya sea por primera vez, o después de un periodo de suspensión, o cuando ha habido cambios significativos de circunstancias en el Estado.
Finalmente, los Estados pueden apelar la resolución preliminar ante la Sala de Apelaciones. Cuando el Fiscal decida inhibirse de su competencia en una investigación sin notificación del Estado, el Estado de que se trate deberá ser notificado si el Fiscal decide posteriormente reabrir la investigación, según el artículo 19 del Estatuto de Roma. En algunos casos, los Estados podrán impugnar la admisibilidad del caso, según el mismo artículo 19 del Estatuto de Roma.
Por Nelson Encarnación
En cada momento de la historia de la humanidad, las personas se hicieron dependientes emocionales de los instrumentos de modernidad que correspondieron a cada época, los cuales fueron reemplazados por otros más adelantados, y estos por otros, y así hasta que el cautiverio se ha prolongado.
Las herramientas de modernización jugaron su papel en cada etapa, instrumentalizando a las personas y convirtiéndolas en parte de un tinglado del que no pudieron escapar, sino hasta refugiarse en el otro mecanismo de dependencia.
Así, de la radio se pasó a la televisión fija y de esta a las emisiones por cable, satélite e internet, y de estos mecanismos de comunicación caímos en el más brutal de todos: el teléfono celular, dominante, cautivador y adictivo.
Sin embargo, ninguno, con toda y su brutalidad existencial, se puede comparar con las redes sociales, el ecosistema comunicacional y de interrelación más inhumano que jamás existió.
Las redes sociales son un permanente campo de batalla donde lo humano carece de importancia y lo trivial es lo que domina, aunque sea un predominio tan fugaz como el relámpago.
Nos hemos convencido de que somos importantes por la cantidad de seguidores que logremos captar o por los likes que genera nuestra exposición, aunque la “audiencia” esté conformada por cuasi humanos, cuyo pensamiento no alcanza para más de un saludo en la jerga mediática de moda.
Nuestro mundo en las redes muchas veces nos convierte en individuos tóxicos, no porque lo seamos realmente, sino porque la línea en boga nos conduce a la dinámica factual de una civilización ciberespacial que nos utiliza sin que nosotros lo percibamos conscientemente.
Ignoramos que no somos nosotros, sino que somos una pieza de un ajedrez cibernético que se juega en lugares que no sabemos; por mecanismos que no conocemos, aunque se ha demostrado que formamos parte utilitaria de los algoritmos que colonizan nuestras voluntades.
En las redes compartimos pensamientos ajenos, pero al estar en el momento de las tendencias, participamos porque necesitamos ser “importantes”, cuando en realidad solo provocamos que la colonización de las ideas y de las emociones sirva para activar los mecanismos invisibles que nos aprisionan.
Mientras esa implacable realidad del mundo actual es tan terriblemente avasallante, las aplicaciones que nos instrumentalizan se cotizan en miles de millones de dólares en las bolsas de valores.
Por Miguel Guerrero
Hace meses, en una conversación privada por las redes, una oficial de la Policía de alto rango me envió la siguiente reflexión: “¿Quiénes son, sociológicamente, nuestros policías patrulleros? ¿De dónde vienen y que llevan en sus mentes?” En las respuestas a estas inquietantes interrogantes pueden encontrarse salidas al problema irresuelto de una reforma integral de la institución por la que abogamos desde hace años dentro y fuera de esa institución, llamada a velar por la seguridad ciudadana.
Lo que la oficial trata de hacer ver, y no está equivocada, es que la Policía no es un cuerpo anómalo de la sociedad dominicana, si no tal vez, y la cito, “su producto más directo, la más representativa muestra y consecuencia del despojo histórico de democracia al barrio y a su juventud”.
En esa inobjetable interpretación del problema pudiera estar el quid a través del cual pudiéramos hallar el sendero más corto y efectivo hacia una verdadera y permanente reforma policial. Por eso, he insistido que la visión interior que tiene la Policía de sí misma no puede quedar marginada del esfuerzo para lograrla.
Sería injusto enjuiciar a la institución por el comportamiento deshonroso de algunos o muchos de sus miembros, por difícil que resulte no hacerlo. Pero la Policía debe exorcizarse, emprender, como le respondiera a la oficial, un proceso de oxigenación interior y promover como una faena diaria los valores en los que cree y se nutre. Por ejemplo, la muerte de la arquitecta Leslie Rosado por un agente en circunstancias muy lamentables e injustificadas y la versión inicial que se diera a los medios no es la clase de ejemplo que ayuda a mejorar la imagen de la institución.
Además, es obvio que la Policía paga el precio de haber vivido a espaldas de la sociedad de la que forma parte. Y como resalta la oficial, tanto como una reforma de “equipamiento y mejora salarial”, necesita “una reforma de pensamiento”.