Por Polón Vásquez
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Los enfrentamientos políticos entre las dos principales tendencias a lo interno del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) han causados muchos daños a la organización en los últimos años.
Se nota desde cualquier ángulo que observemos la situación que hay intereses políticos y económicos de por medio entre los principales dirigentes y por tanto han abusado de la confianza que hemos depositado en ellos, las bases del partido.
Uno de los grandes problemas del partido ha sido la carencia de orientación política e ideológica y un programa político definido a seguir.
Durante años hemos estado pescando en ríos revueltos de acusaciones en acusaciones, pocas orientaciones tendentes a corregir los errores cometidos desde que fundo el partido en 1939.
Supuestamente cada grupo tiene la razón, pero no es así, hace años vienen dándose golpes bajos en perjuicio de los intereses de la mayoría de los perredeístas, organizados en las bases.
Ahora mismo, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) necesita fortalecerse sobretodo en los aspectos ideológicos, políticos y programáticos.
El pueblo dominicano en estos momentos necesita un instrumento de lucha aliado que le permita enfrentar en cualquier terreno, las pretensiones del partido oficialista de perpetuarse en el poder.
Los altos dirigentes (Hipólito Mejía-Miguel Vargas) sin olvidar la participación activa de las bases del partido, sentarse a dialogar fríamente en procura de la unidad monolítica, única forma de volver al poder en las elecciones del ano 2016.
Sino hay unión entre las partes ahora, el partido blanco correría el riesgo de convertirse en carne de canon de los enemigos perennes de la democracia representativa.
Ya estamos hartos de tantos dimes, diretes, mentiras y falsedades que nos han distanciados de nuestro objetivo, la conquista del poder político en la República Dominicana.
Los compañeros deben deponer sus actitudes de arrogancia, prepotencia, orgullo y propiciar la unidad interna, única solución a la crisis del PRD.