De portada
Comunidades del Exterior Tabla de Salvación para la Economía Nacional con Grandes Sacrificios en favor del País.
Notice: Undefined variable: post in /home/larepublica/public_html/wp-content/themes/zox-news/amp-single.php on line 116
Notice: Trying to get property 'ID' of non-object in /home/larepublica/public_html/wp-content/themes/zox-news/amp-single.php on line 116
Por Elba García
Desde hace muchos años los dominicanos que viven fuera del país, principalmente en los Estados Unidos, son los que más divisas ingresan a la República Dominicana, naturalmente después del turismo, que es el principal renglón de exportación y de la economía nacional.
Los cálculos dejan claro que los dominicanos del exterior financian alrededor de un 40 por ciento de sus familias que viven en el país, cuyos aportes se constituyen en un gran soporte para la deteriorada economía, sobre todo ahora en que la pandemia ha impactado a todos y cada uno de los dominicanos y fundamentalmente a las finanzas públicas de la nación.
Los criollos que han huido del país por las condiciones socio-económicas suyas y de sus familias entendiero que no podían vivir dignamente en la República Dominicana y por eso son cerca de tres millones los que han decidido irse a buscar mejor suerte en otros lugares del mundo.
Este fenómeno prácticamente elimina la posibilidad de que el Estado invierta en el sector productivo nacional y que propicie la satisfacción de necesidades y una cierta movilidad social que permita que muchos dominicanos pasen de la pobreza a clase media, sobre todo después de haber cursado una carrera universitaria, lo cual ha sido prácticamente imposible.
Sobre la base de la gran injusticia en la distribución de las riquezas nacionales, muchos dominicanos deciden buscar oportunidades en otros territorios como Europa y los Estados Unidos, donde encuentran una serie de escollos que van desde el idioma hasta asuntos culturales que los marca para siempre, ya que generalmente son golpeados por una aberración como la discriminación racial.
Sin embargo, los dominicanos han sabido sobreponerse a esas dificultades y una gran cantidad de ellos que son inmigrantes en esos países de primera generación han logrado insertarse en estas sociedades de forma impresionante con una gran capacidad de adaptación, quienes hacen esfuerzos sobre humanos para mejorar las condiciones de vida de sus familiares que aún viven en el país.
En este escenario de las comunidades del exterior el país tiene también a los inmigrantes de segunda, tercera y hasta cuarta generación que hablan el idioma de sociedades como la norteamericana, pero que muchas veces están más distanciados de sus familiares en el lar nativo, pero también juegan algún papel en este proceso de financiación de la economía nacional.
El gran problema con este capital social que tiene el país en el exterior es que los gobiernos nacionales nunca han tenido una política de su fortalecimiento con la creación de una serie de puentes para que ellos impacten en el país no sólo a través de las remesas, sino también de una serie de culturas asimiladas en sociedades con un alto desarrollo.
Los dominicanos que viven fuera son ahora mismo como una especie de instrumento vital para la vida nacional, pero ellos no cuentan con el diseño de planes oficiales que les beneficie y de ese modo tanto los que se han ido como los que viven en el territorio nacional no son favorecidos con políticas publicas que mejora sus condiciones de vida y oportunidades para que tengan movilidad social.
Los consulados en su misión recaudadora para el fisco nacional se han convertido en una forma de exprimir al criollo con tarifas realmente abusivas para enriquecer al que ha tenido el privilegio, por ejemplo, de ser designado como cónsul en esas localidades del exterior.
Todavía es la fecha de que a pesar de todo lo que se ha hablado de planes para favorecer al que vive fuera, el asunto no es más que una demagogia por parte de los diferentes gobiernos que han desfilado por el Estado dominicano.
Los aportes económicos de los dominicanos del exterior en estos momentos de pandemia han jugado un papel mucho más importante, porque se ha caído el turismo, mientras las remesas han aumentado en una proporción sin precedentes, lo que quiere decir que la llamada diáspora hace esfuerzos indefinibles para ayudar a sus familias y al propio tiempo hacer sus aportes para que la economía nacional no colapse totalmente.
Pero mientras esto ocurre el turismo prácticamente se ha reducido a cero por razones muy entendibles como es la pandemia, sin que existan esperanzas por ahora de cambiar esa realidad a menos que no sea mediante la eficiencia de las diferentes vacunas anunciadas en el mundo.
Los dominicanos del exterior deben ser una prioridad de los gobiernos dominicanos, incluido el que preside en la actualidad el presidente Luis Abinader, el cual parece trillar el mismo camino que los anteriores con la carencia de una política a mediano o a largo plazo en favor de los criollos en el exterior, la cual ha consistido en el envío de personeros y politiqueros que sólo buscan enriquecerse sobre la base del sacrificio económico de las comunidades radicadas fuera del país.
Son muchos los sectores que esperan que el gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM) contemple cambiar el curso que ya lleva de no pagar una serie de deudas sociales pendientes con las comunidades del exterior, las cuales ya también juegan un papel muy importante en el mapa político nacional.