Opinión
Las izquierdas ayer, hoy y siempre: Perspectivas
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10 años agoon
Por Narciso Isa Conde
Las izquierdas han dado enormes aportes al país. Aquí no hay un solo avance político, social, cultural…una solo conquista donde las izquierdas no hayan sido determinantes.
No pasa así con las derechas de ayer y de hoy, responsables de todos los males acumulados.
Hemos tenido ascensos y descensos, momentos estelares como el de la resistencia antitrujillista de los años 40, la expedición de junio del 59, la formación del Movimiento 14 de junio, MPD y PSP-PCD, la Revolución de abril de 1965 y los combates en los doce años.
Los últimos lustros han sido muy difíciles para las fuerzas revolucionarias por múltiples causas incluso muy superiores a los individualismos, a las pugnas personales y a las competencias sectarias, que ciertamente han tenido impactos muy negativos.
A la dispersión post-abril del 65, a las afiliaciones a corrientes internacionales en pugnas, se le sumaron los desgarrantes impactos del derrumbe del llamado “socialismo real” y de la larga hegemonía neoliberal, junto a diferencias políticas y conceptuales muy importantes previas y posteriores.
Las debilidades de las izquierdas partidistas -expresadas sobretodo en su marginalidad en el campo electoral- ha tenido mucho que ver con una suma de factores: la forma como fue diezmada por el terrorismo de Estado en época de Balaguer, la imposición de un sistema político altamente excluyente y antidemocrático, el oligopolio electoral conformado; las traiciones del PRD y el PLD y sus deserciones del campo antiimperialista y progresista; la fuerte gravitación imperialista en nuestro Caribe y en nuestra isla; las herencias dogmáticas, euro-céntricas y seguidistas; los déficits organizativos y logísticos acumulados mezclados con prácticas divisionistas e individualistas enraizadas.
Ha tenido que ver con errores en las políticas de alianza, con la gravitación en su seno de corrientes reformistas e inclinaciones a aliarse con una parte de las derechas (o a parecerse a ellas no impugnando vigorosamente sus reglas de juego), y con déficits significativos en la formulación de alternativas al capitalismo neoliberal, en el programa de transición hacia una nueva democracia y en la nueva propuesta socialista a partir del derrumbe del denominado socialismo real.
Las debilidades, pues, no han sido ni son exclusivamente electorales, menos podrían referirse solamente a decisiones propias de las izquierdas, sin tener en cuenta los regímenes políticos impuestos, la fuerza de la contrarrevolución e intervención externa en esta zona del mundo, las características de las fuerzas opresoras y las mutaciones negativas del PRD y el PLD (renegando incluso de todo progresismo).
Las izquierdas han sido diversas y siguen siéndolo, los procesos también. Y existió una izquierda, que aun llamándose así, dejó de serlo, lo que siembra desconfianza en el pueblo. Todo eso influye y debe ser tenido en cuenta para no meter a todo el mundo en la misma funda.
Las izquierdas no solo son los agrupamientos políticos que se formaron en el siglo pasado. Hoy debemos hablar de izquierdas y de fuerzas transformadoras de carácter social, ambiental, cultural, socio-política muy diversas, entre las que debe incluirse la izquierda histórica partidista que ha perdurado en el combate al sistema de dominación y otros sujetos políticos en procesos de gestación muy propios de la era neoliberal y de la multi-crisis capitalista.
De un tiempo acá se viene produciendo un lento pero sostenido proceso de recomposición y fenómenos interesantes en el proceso de gestación de una nueva izquierda social, medio-ambiental, política y cultural.
En nuestro caso después de resquebrajarse el proceso de fusión del Partido Comunista Dominicano (PCD) con otras tres organizaciones marxistas –proceso que creó la Fuerza de la Revolución (FR)– la mayoría de los que integramos ese proyecto fallido y otros camaradas sin partido, formamos el Movimiento Caamañista (MC), que asume la lucha por una nueva democracia y un nuevo socialismo..
Recientemente, desde hace apenas dos año, el MC forma parte de la Izquierda Revolucionaria (IR), integrada por el Frente Popular Aniana Vargas (FEPAV), el Movimiento Caamañista, el Movimiento Popular Dominicano (MPD), la Fuerza Popular Duartiana (FPD), la Liga Socialista de los Trabajadores/Congreso/Unitario de Revolucionarios y Revolucionarias (LST-CURR), además por un conjunto movimientos juveniles, estudiantiles, comunitarios.
Este proceso unitario sigue avanzando, confrontando con las derechas de todos los colores (PLD-los PRD-PRSC y grupos satélites) y diferenciándose de una parte de la izquierda que tiende a dejarse absorber por el sistema y a pactar o con el PLD o con una de las facciones del PRD, por seguir aferrada a una línea unilateralmente electoralista y no entender que a nivel de Estado todo ha cambiado para peor, entronizándose una dictadura institucional.
Esa realidad exige más que antes ejercer la democracia de calle para crear fuerza propia, enfrentar la dictadura institucional, cambiar esa JCE, las llamadas altas cortes y desbrozar el camino de una Constituyente Popular y Soberana… al compás del impulso a las luchas por las demandas nacionales vitales a laque se resiste el gobierno y el gran capital: Loma Miranda-parque nacional, nacionalización de la mina de Pueblo Viejo-Barrick Gold, anulación de las concesiones mineras destructivas, fin de la impunidad, combate a la carestía, salarios dignos, alto a la violencia de género, superación de la crisis del sistema de salud, acción pública contra la inseguridad ciudadana y el estado delincuente, ampliación de las libertades y los derechos laborales…
Específicamente, el gran acierto en la asunción del tema Loma Miranda-Parque Nacional (frente a la Xstrata Niquel-FALCONDO, la Cámara Minera, la Cámara Americana, el CONSEJO NACIONAL DE LA EMPRESA PRIVADA-CONEP y el Gobierno del PLD-Danilo Medina), la manera consecuente con la democracia de calle como ha asumido esa lucha, la línea de la unidad en la diversidad social, cultural y política desplegada, su vinculación con otros sectores en lucha y otras demandas vitales, el papel desempeñado en la EXPEDICIÓN y en el CAMPAMENTO, la combatividad demostrada por el MOVIMIENTRO CAAMAÑISTA-MC y por la IZQUIERDA REVOLUCIONARIA-IR de la cual forma parte… han determinado un crecimiento de su autoridad e influencia de esta original coalición revolucionaria en dirección a contribuir a crear contra-poder popular frente al poder del gran capital transnacional y local y el régimen vigente.
Las izquierdas electoralistas-reformistas lucen rezagadas, con bajísimo perfil en la luchas socio-políticas actuales. Es el caso del llamadoFrente Amplio-FA que apuesta a ser satélite del denominado Partido Revolucionario Mayoritario-PRM en busca de cuotas institucionales y el de la Alianza País de Guillermo Moreno-AP, que sin propiciar esa relación subordinada, está impregnada de una posición conservadora que la desvincula de las grandes luchas en desarrollo.
Ahora el chance para una izquierda renovada y ampliada con nuevos actores políticos, sociales y culturales, es mayor (por la situación crítica del dividido PRD y todo el sistema tradicional de partidos), sobretodo si se prioriza la impugnación de estas instituciones y se procura crear otra situación política, que posibilite resquebrajar los amarres de la dictadura política peledeísta y su sistema de trampas, desde una opción nítidamente alternativa, anti-neoliberal, antiimperialista, anticorrupción y transformadora, como en su momento y con sus peculiaridades simbolizaron las corrientes lideradas por Hugo Chávez, Evo Morales, Rafael Correa…
La IR está llamada a jugar un papel relevante en ese proceso de acenso de las luchar, de reagrupamientos de las fuerzas transformadoras y reconformación de la nueva vanguardia en el contexto de una creciente rebeldía socio-ambiental y popular de nuevo tipo.
ACORRALAR AL REGIMEN CREANDO CONTRAPODER POPULAR
Hay que desechar la concepción del que el éxito político se relaciona exclusivamente con las victorias o avances electorales, sin menospreciar esa perspectiva.
El PRD, en algunos casos, perdió ganando elecciones (en 1982 y en 2000), y el país perdió mucho. El PLD en todos los casos lo ha empeorado todo. Ambos se convirtieron en instrumentos de una partidocracia corrompida y de un capitalismo neoliberal. Sus cúpulas se enriquecieron y sus estructuras se infectaron de lo peor. Eso indica que más importante que ganar unas elecciones es lo que se hace desde el gobierno y otros resortes de Estado y, sobre todo el poder popular que lo sustente.
A mi entender, en las actuales circunstancias, primero hay que encabezar la lucha de calles y acorralar el régimen apuntando contra el gran capital que lo atrapa y lo usa a su favor, crear poderes paralelos, para luego –si es preciso y oportuno- catapultar en un sufragio medianamente democrático todo lo acumulado y disponerse a transformar este infierno de país. No hay de otra para avanzar sustancialmente.
Si el fracaso o el éxito se miden por el grado de bienestar para el pueblo que pueda garantizar el ejercicio político, hay que decir que el fracaso del PRSC, PRD, PLD y aliados ha sido estrepitoso y trágico, aunque ciertamente en diferentes aspectos y magnitudes en cada caso.
La derecha originaria y las derechas adoptivas son las responsables del drama de nuestra nación y nuestra sociedad.
A las izquierdas que no han claudicado se le puede crucificar por sus reducidas mediciones electorales pasadas dentro de este ordenamiento jurídico-político excluyente y antidemocrático, pero nadie puede negarles su extraordinaria contribución –a contracorriente del tipo de dominación– a todos los logros políticos, sociales y culturales del país; así como su liberación de culpas en la sangre derramada, libertades truncadas, la corrupción desplegada, la soberanía mancillada, el empobrecimiento expandido y las penurias sufridas por el pueblo. En estas vertientes las derechas, los renegados de la izquierda tienen todas las medallas habidas y por haber.
Nuestras culpas se relacionan con nuestras incapacidades en la necesaria contribución para la creación del poder del pueblo, para sembrar socialismo. Pero estamos dedicados a superar a superar esos límites históricos.
Por Elba García Hernández
En los últimos días del presente año 2024 he tenido la obligación y el deber de defender derechos fundamentales ante el Tribunal Superior Administrativo y he podido comprobar lo mal que está el país en materia de justicia.
Los abusos de poder se observan en esta jurisdicción de Derecho Administrativo en cualquiera de las salas que conocen las litis que se presentan entre la administración y los administrados.
Es penoso ver como los abogados repiten como papagayos los mismos argumentos en los diferentes casos que en esta instancia se conocen. Pero peor aún el nivel de los jueces que manejan los casos.
En esta jurisdicción hay un nivel de razonabilidad que sonroja a cualquier profesional del derecho, pero las cosas se complican cuando se examinan las sentencias que emiten los juzgadores de una jurisdicción que está estrechamente vinculada con el Derecho Constitucional.
Es tanto así, que muchos de los jueces están más interesados en penalizar a las partes sobre la base de disposiciones arbitrarias e ilegales de comisionar un alguacil de estrado para que haga nuevas notificaciones y cobrarles a los litigantes por ese concepto hasta 20 mil pesos cuando se trata de conflictos legales que provienen del interior del país.
Cualquiera se forja la impresión de que existe una sociedad para hacer dinero mediante las notificaciones entre los alguaciles de estrados y los magistrados que presiden salas en el Tribunal Superior Administrativo.
Lo preocupante de este asunto es que cuando no se satisface el deseo del juez o del alguacil de estrado, ese disgusto se refleja en la sentencia que emite el tribunal.
Otro detalle importante de lo mal que se manejan algunas salas del Tribunal Superior Administrativo es que se agarran de cualquier detalle insignificante para justificar una sentencia en contra del que no se acoge a la comisión de un alguacil para fines de nueva notificación.
Impresiona, además, el poco nivel de razonabilidad de los que participan de las audiencias que se celebraran en el Tribunal Superior Administrativo.
En realidad, parece un juego de niños, lo cual desmiente los supuestos avances en Derecho Administrativo, porque la verdad es que lo ocurre en esta jurisdicción de la justicia deja mucho que desear.
Por José Cabral
El panorama que se observa en el país lleva a cualquier persona, por optimista que sea, a sentir que todo se derrumba y que nada tiene solución. No hay un solo estamento estatal que indique que el país transita por un buen camino.
Esto así, porque si al azar se escoge cualquier instancia, pública o privada, fácilmente se llega a la conclusión de que prácticamente todo está perdido. Son prácticamente nulos los referentes que indican que en el futuro se alcanzaría una mejor nación.
El principal fracaso de la sociedad dominicana tiene que ver con el fiasco que representa el Ministerio Público y la judicatura nacional, donde uno apoya la ilegalidad del otro. Es un asunto para mantenerse seriamente preocupado.
En realidad, no se sabe cuál si el fiscal o juez anda peor, pero de lo que sí se puede estar seguro es de que ambos transitan por un camino que solo garantiza el abismo de la nación.
En el país no hay proceso penal que termine de buena manera, pero tanto el Ministerio Público como los jueces recurren permanentemente a decisiones al margen de las leyes que les sirven de sustento.
El Ministerio Público sólo parece ser bueno para manejar casos de importancia mediática, mientras que los jueces se han especialistas en emitir sentencias al margen de las normas y de los derechos, deberes y principios fundamentales.
Es una verdadera vergüenza lo que ocurre en el país, ya que tribunales como el Superior Administrativo, donde el administrado busca liberarse de los abusos de la administración, tiene un nivel similar al de un juzgado de paz. Sus jueces carecen de razonabilidad y muchas veces hasta de sentido común.
En el sistema de justicia nacional se produce una verdadera negación de derechos, pero el hecho de que los jueces no puedan ser procesados por muchos de los casos que fallan, ya que hasta las acciones de amparo no pueden ser interpuestas en contra de los tribunales nacionales, habla claro de la trampa en que está envuelto el ciudadano.
Es decir, que, aunque existe la querella disciplinaria, la recusación e incluso la prevaricación, es una batalla como aquella siempre citada entre el huevo y la piedra, porque la complicidad se extiende de un lado a otro sin excluir a prácticamente la totalidad de los actores del sistema de justicia.
Adentrarse en el comportamiento de la justicia y del Ministerio Público es una razón determinante para frustrarse o resentirse, aunque, naturalmente, este mal debe combatirse con herramientas que tal vez algún día surtan efecto.
Por Nelson Encarnación
Algunas personas han llegado a afirmar que el juego de béisbol no es un deporte, sino un pasatiempo que sirve de entretenimiento a toda la familia, la que puede tener un importante consumo mientras transcurre un partido de nueve entradas, por lo general lento.
Sin embargo, somos más los que sostenemos lo contrario, no porque seamos fanáticos o seguidores, sino porque una contienda en la que medie la aplicación de estrategias no puede ser un simple pasatiempo.
Las estrategias son fundamentales en el juego de pelota, sin las cuales el resultado no puede ser el esperado, aunque no siempre estas funcionen. Como en toda actividad humana, inclusive en la guerra.
Hechas estas disquisiciones, pasamos a no entender qué ha provocado el impresionante descalabro, el resbalón sin final que ha abatido a los Leones del Escogido.
No se explica que un equipo que en los primeros 20 juegos del presente campeonato obtuvo quince victorias, haya caído a un abismo, tan profundo que, al día de hoy, está en la peligrosa ruta de quedar fuera de la siguiente ronda.
Es como estar con respiración asistida, mantenerse vivo gracias a la buena fortaleza física que se acumuló—15 victorias contra 5 derrotas—, pero no suficiente como para rebasar de manera exitosa un estado comatoso.
¿Qué hará la gerencia del equipo capitalino para tratar de revertir la ruta hacia el fondo? No preveo una opción, sobre todo, al recordar lo declarado hace un par de años por uno de los dueños del “Duro de matar”.
¿Qué dijo ese ejecutivo? Que al equipo le es económicamente más rentable quedar fuera en la serie regular que pasar a las siguientes. Algo así o algo peor, según recuerdo.
Cuando leí aquello tuve que remontarme a los pleitos con mi difunto padre—liceísta furibundo—que no asimilaba derrota frente al “eterno rival”, y yo, como escogidista, le daba la cuerda, corriendo riesgo de unos correazos por irreverente. De este tamaño ha sido mi escogidismo.
¿Hay escasez de cartera en la gerencia del equipo rojo? No lo creo. ¿Falta estrategia para la ofensiva? Lo creo un poco. ¿Cayó por un barranco irrecuperable el pitcheo de los Leones? Me quedo con esta.
Frente al despeñadero actual, los rojos no tenemos muchas esperanzas. Y por favor, no echemos la culpa al mánager Pujols.