Opinión
¿Lavando corruptos?: caso Félix bautista y demás
Published
7 años agoon
Por Narciso Isa Conde
El lavado no solo tiene que ver con la ropa sucia, los pisos sucios y las paredes sucias.
El término, en política, economía y leyes, se usa también para ciertos tratamientos de “limpieza” de dineros y activos que ayudan a borrar los rastros putrefactos de su origen.
Con esos fines, dineros, bienes y propiedades procedentes de diversas modalidades de la corrupción gubernamental y delitos de Estado, de los narco-negocios en diferentes esferas, y del despojo de bienes ajenos y propiedades públicas, pasan por ciertas “lavanderías” que incluyen traspasos de títulos, testaferros, cuentas bancarias encubiertas o inmunes, y variadas operaciones de compra y venta que ocultan sus fuentes iniciales.
Existen, en consecuencia, múltiples modalidades económicas-financieras y diversas formas de “legalización” que procuran proteger legalmente fortunas mal habidas.
Así se “lavan” enormes recursos obtenidos ilícitamente quitándole a continuación el “sucio” en su superficie y “honrando” a sus detentadores y las fortunas robadas; borrando así pistas fácilmente detectables que puedan abrirles cauces a las sanciones. Se trata de un recurso primario para garantizarle impunidad a ese tipo de delitos.
Pero las cosas no se quedan ahí.
• FELIX BAUTISTA Y LA MINA DE ROMERO.
Ahora se están desplegando “técnicas” para intentar “lavar” a corruptos realmente despreciables, que temerariamente pretenden colarse en movimientos y luchas que prestigian.
Un caso señero es el de Félix Bautista en relación con la ola de rechazo a la explotación de la mina de oro de Romero en San Juan de la Maguana.
El gato Félix -quien acompañó a los gobiernos de Leonel Fernández-PLD en todas sus depredaciones, incluidas las atrocidades medio-ambientales de Falcondo, BarricK Gold y las granceras- ahora se presenta como un defensor del patrimonio natural, enemigo del Gold Quest y Barrick Gold; llegando al descaro de marchar sonriente por las calles de San Juan en ocasión de la protesta contra Gold Quest y el Gobierno del PLD.
Félix El Gato pretende quitarse el sucio de la corrupción con el agua pura de San Juan, sin descartar que se le quiera vender caro a la Gold Quest y a otras transnacionales mineras, asumiendo inicialmente una “línea crítica”; practica muy común en no pocos legisladores pertenecientes a la partidocracia corrupta y chantajista: se oponen, presentan iniciativas “contestarías” y desatan campañas contra empresarios, para luego transarse a mejor precio.
De estos tipejos nada se puede dudar. Absolutamente nada.
Félix Bautista es una de las grandes alcancías de Leonel y la línea del “lavado” de los corruptos está siendo patrocinada por el ex-presidente, haciendo provecho de su confrontación con el presidente Medina en relación con el pleito por control del partido y del gobierno, y muy específicamente de la postulación de uno y de otro de cara al 2020.
• ALERTA FRENTE A NUEVAS INFILTRACIONES.
Esa práctica de “lavado de personas”, auspiciada por Leonel y el Leonelismo, se pretende ejecutar a costa de Danilo y el Danilismo que auspician esa minería; pero sobre todo a costa de ensuciar los movimientos y las luchas populares… de manchar, confundir, distorsionar las rebeldías tanto en cuanto a la defensa del agua y de la vida como al digno combate contra la corrupción y la impunidad.
Por eso su afán en presentarse como un valiente gladiador en lucha contra la minería destructiva y su sorpresiva infiltración en la Marcha de San Juan.
Por eso apareció audazmente en la marcha de San Juan en plan de figureo, sin ser debidamente contrarrestado por la mayoría de los manifestante, que debieron sentirse incómodos con esa nefasta compañía. Ojala no vuelva a suceder, ni con él ni con otros/as.
Y digo ni con él ni con otros/as, porque ciertamente no se trata de una actitud exclusiva de ese personero de la corrupción, sino de casi todos los dirigentes, bocinas y legisladores del Leonelismo, quienes apuestan a un lavado -ya mojado, ya en seco- en la lavandería de la justa y prestigiosa causa que procura salvar al Valle de San Juan, la Cordillera Central y al Suroeste de la depredación minera.
Incluso, la presión popular es tan grande y efectiva que hasta la hermana del presidente Medina, diputada por San Juan, pretende lavar por esa vía el desprestigio que la arropa.
Y no duden de que hasta Danilo Medina lo haga, no precisamente para desistir de su programa minero destructivo; sino para distender la olla de presión y buscarle otra vuelta. Recuerden lo que hizo con la Barrick Gold y solo hay que ver hoy la trágica situación de los pueblos de esa zona y los avances de esa especie de “bomba ecológica”.
A las mafias que han detentado el poder no se le debe ni ceder “ni un tantito así”, menos aun permitirles que contaminen y usen para sus espurios propósitos políticos luchas tan trascendentes.
Esta advertencia no solo debe hacerse respecto al tema minero-ambiental y las referidas simulaciones.
Vale también para la falsa pose anti-reeleccionista y anti-dictadura de Leonel Fernández, beneficiario del reeleccionismo, coautor del pacto que facilitó la reelección de Danilo y los legisladores del PLD, precursor de la dictadura mafiosa morada cuando le tocó gobernar, y artífice de la Constitución del 2010 que le sirve de sustento.
Por Elba García Hernández
En los últimos días del presente año 2024 he tenido la obligación y el deber de defender derechos fundamentales ante el Tribunal Superior Administrativo y he podido comprobar lo mal que está el país en materia de justicia.
Los abusos de poder se observan en esta jurisdicción de Derecho Administrativo en cualquiera de las salas que conocen las litis que se presentan entre la administración y los administrados.
Es penoso ver como los abogados repiten como papagayos los mismos argumentos en los diferentes casos que en esta instancia se conocen. Pero peor aún el nivel de los jueces que manejan los casos.
En esta jurisdicción hay un nivel de razonabilidad que sonroja a cualquier profesional del derecho, pero las cosas se complican cuando se examinan las sentencias que emiten los juzgadores de una jurisdicción que está estrechamente vinculada con el Derecho Constitucional.
Es tanto así, que muchos de los jueces están más interesados en penalizar a las partes sobre la base de disposiciones arbitrarias e ilegales de comisionar un alguacil de estrado para que haga nuevas notificaciones y cobrarles a los litigantes por ese concepto hasta 20 mil pesos cuando se trata de conflictos legales que provienen del interior del país.
Cualquiera se forja la impresión de que existe una sociedad para hacer dinero mediante las notificaciones entre los alguaciles de estrados y los magistrados que presiden salas en el Tribunal Superior Administrativo.
Lo preocupante de este asunto es que cuando no se satisface el deseo del juez o del alguacil de estrado, ese disgusto se refleja en la sentencia que emite el tribunal.
Otro detalle importante de lo mal que se manejan algunas salas del Tribunal Superior Administrativo es que se agarran de cualquier detalle insignificante para justificar una sentencia en contra del que no se acoge a la comisión de un alguacil para fines de nueva notificación.
Impresiona, además, el poco nivel de razonabilidad de los que participan de las audiencias que se celebraran en el Tribunal Superior Administrativo.
En realidad, parece un juego de niños, lo cual desmiente los supuestos avances en Derecho Administrativo, porque la verdad es que lo ocurre en esta jurisdicción de la justicia deja mucho que desear.
Por José Cabral
El panorama que se observa en el país lleva a cualquier persona, por optimista que sea, a sentir que todo se derrumba y que nada tiene solución. No hay un solo estamento estatal que indique que el país transita por un buen camino.
Esto así, porque si al azar se escoge cualquier instancia, pública o privada, fácilmente se llega a la conclusión de que prácticamente todo está perdido. Son prácticamente nulos los referentes que indican que en el futuro se alcanzaría una mejor nación.
El principal fracaso de la sociedad dominicana tiene que ver con el fiasco que representa el Ministerio Público y la judicatura nacional, donde uno apoya la ilegalidad del otro. Es un asunto para mantenerse seriamente preocupado.
En realidad, no se sabe cuál si el fiscal o juez anda peor, pero de lo que sí se puede estar seguro es de que ambos transitan por un camino que solo garantiza el abismo de la nación.
En el país no hay proceso penal que termine de buena manera, pero tanto el Ministerio Público como los jueces recurren permanentemente a decisiones al margen de las leyes que les sirven de sustento.
El Ministerio Público sólo parece ser bueno para manejar casos de importancia mediática, mientras que los jueces se han especialistas en emitir sentencias al margen de las normas y de los derechos, deberes y principios fundamentales.
Es una verdadera vergüenza lo que ocurre en el país, ya que tribunales como el Superior Administrativo, donde el administrado busca liberarse de los abusos de la administración, tiene un nivel similar al de un juzgado de paz. Sus jueces carecen de razonabilidad y muchas veces hasta de sentido común.
En el sistema de justicia nacional se produce una verdadera negación de derechos, pero el hecho de que los jueces no puedan ser procesados por muchos de los casos que fallan, ya que hasta las acciones de amparo no pueden ser interpuestas en contra de los tribunales nacionales, habla claro de la trampa en que está envuelto el ciudadano.
Es decir, que, aunque existe la querella disciplinaria, la recusación e incluso la prevaricación, es una batalla como aquella siempre citada entre el huevo y la piedra, porque la complicidad se extiende de un lado a otro sin excluir a prácticamente la totalidad de los actores del sistema de justicia.
Adentrarse en el comportamiento de la justicia y del Ministerio Público es una razón determinante para frustrarse o resentirse, aunque, naturalmente, este mal debe combatirse con herramientas que tal vez algún día surtan efecto.
Por Nelson Encarnación
Algunas personas han llegado a afirmar que el juego de béisbol no es un deporte, sino un pasatiempo que sirve de entretenimiento a toda la familia, la que puede tener un importante consumo mientras transcurre un partido de nueve entradas, por lo general lento.
Sin embargo, somos más los que sostenemos lo contrario, no porque seamos fanáticos o seguidores, sino porque una contienda en la que medie la aplicación de estrategias no puede ser un simple pasatiempo.
Las estrategias son fundamentales en el juego de pelota, sin las cuales el resultado no puede ser el esperado, aunque no siempre estas funcionen. Como en toda actividad humana, inclusive en la guerra.
Hechas estas disquisiciones, pasamos a no entender qué ha provocado el impresionante descalabro, el resbalón sin final que ha abatido a los Leones del Escogido.
No se explica que un equipo que en los primeros 20 juegos del presente campeonato obtuvo quince victorias, haya caído a un abismo, tan profundo que, al día de hoy, está en la peligrosa ruta de quedar fuera de la siguiente ronda.
Es como estar con respiración asistida, mantenerse vivo gracias a la buena fortaleza física que se acumuló—15 victorias contra 5 derrotas—, pero no suficiente como para rebasar de manera exitosa un estado comatoso.
¿Qué hará la gerencia del equipo capitalino para tratar de revertir la ruta hacia el fondo? No preveo una opción, sobre todo, al recordar lo declarado hace un par de años por uno de los dueños del “Duro de matar”.
¿Qué dijo ese ejecutivo? Que al equipo le es económicamente más rentable quedar fuera en la serie regular que pasar a las siguientes. Algo así o algo peor, según recuerdo.
Cuando leí aquello tuve que remontarme a los pleitos con mi difunto padre—liceísta furibundo—que no asimilaba derrota frente al “eterno rival”, y yo, como escogidista, le daba la cuerda, corriendo riesgo de unos correazos por irreverente. De este tamaño ha sido mi escogidismo.
¿Hay escasez de cartera en la gerencia del equipo rojo? No lo creo. ¿Falta estrategia para la ofensiva? Lo creo un poco. ¿Cayó por un barranco irrecuperable el pitcheo de los Leones? Me quedo con esta.
Frente al despeñadero actual, los rojos no tenemos muchas esperanzas. Y por favor, no echemos la culpa al mánager Pujols.