Por Elba García Hernández
La violencia que se expresa en la República Dominicana con homicidios y asesinatos que aparentan ser parte del delito común que nos arropa, pero que en realidad se trata de un fenómeno que su causa obedece a razones multifactoriales.
Los feminicidios, por ejemplo, tienen su razón de ser en la sociedad dominicana en factores histórico-culturales e igual ocurre en la mayoría de los países latinoamericanos, donde la misma está fundamentada en el machismo, el caudillismo, el patriarcado y el jefismo, entre otros antivalores.
En un por ciento muy alto el hombre dominicano es extremadamente violento, sobre todo cuando se ve envuelto en problemas pasionales, lo cual implica que atente en contra de su propia vida y por ello en los feminicidios existe ahora la modalidad del suicidio.
Pero es importante dejar claro que la cultura violenta que prevalece en la sociedad dominicana se deja ver hasta cuando se produce un accidente de tránsito, una simple discusión.
Hasta la forma de hablar de la mayoría del dominicano se caracteriza por un lenguaje muy violento, ofensivo y amenazador.
Sin embargo, en los asesinatos a través del sicariato ya no solo se producen por la vinculación de la víctima con el bajo mundo, sino también por la avaricia que hoy carcomen los cimientos de la sociedad dominicana.
En el marco de este último fenómeno entran los fraudes, estafas y engaños en contra de la gente que generan una actitud violenta y criminal de algunos personajes.
El último crimen que llama a la atención en el país fue el asesinato del abogado Basilio Guzmán, quien fue atacado por varios sicarios que se transportan en un motor en el residencial Cerro de Gurabo de Santiago, quien recibió alrededor de 16 balazos.
En este caso parece producirse un ataque criminal por algunas acciones de este profesional del derecho, quien se dedicaba a ejecutar embargos retentivos, ejecutivos e inmobiliarios y se cuestionaba la forma en que lo hacía.
La verdad es que resulta incómodo y doloroso hablar de alguien después de su muerte, pero necesariamente hay que abordar el problema para poder entender las causas del fenómeno.
En proporción a las cosas que ocurren en esta materia en el Palacio de Justicia de Santiago, son pocos los crímenes que ocurren, porque los embargos, aunque han disminuido en los últimos meses fruto de la aprobación de la Ley 396-19 de otorgamiento de la fuerza pública, la mayoría se producen de forma verdaderamente delincuencial.
Todavía es mucho lo que puede ocurrir en lo que respecta a homicidios y asesinatos, porque además cada día aumentan los niveles de violencia y delincuencia como resultado de la intolerancia y desigualdad que afecta a la sociedad dominicana y además por los altos índices de exclusión social.