Editorial
Medida Nacionalista y Manipulación del Poder
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Por José Cabral
Por esta razón, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) aprovecha a favor de su proyecto de lograr cuatro años más para otro presidente dominicano que hace exactamente lo contrario de lo que prometió durante la campaña electoral para la elección del 2012, y que ahora tiene una coyuntura envidiable para continuar en el control del Estado.
De manera, que los dominicanos tendremos en el escenario nacional durante un largo período la polémica entre el Gobierno dominicano y el haitiano, el último de los cuales también desenvuelve su confrontación en medio de un panorama muy especial, caracterizado por la ilegalidad y la ilegitimidad de sus mandatarios.
Las medidas de corte nacionalista son, sin lugar a dudas, un gran caldo de cultivo para buenos y malos gobiernos, ya que las mismas van directamente al corazón de sus ciudadanos que generalmente no quieren a los que identifican y califican como intrusos en sus territorios.
Eran fórmulas muy comunes durante los gobiernos dictatoriales, los cuales hasta inventaban conflictos de este carácter para distraer la atención de los problemas más preocupantes de la sociedad.
Siendo así las cosas, se podría colegir que el Gobierno de Danilo Medina postergue la repatriación compulsiva e inducida de haitianos que no se pudieron acoger a la última prórroga dada a los indocumentados a fin de que las mismas impacten en su favor el proceso electoral que se avecina y que deberá concluir en los comicios del 2016.
De hecho, ya los resultados de la política migratoria del Gobierno se reflejan en los sondeos y consultas con la gente del pueblo, que generalmente dice inclinarse por la repostulación de Medina.
Sólo falta ver de qué manera los estrategas de la oposición manejan el fenómeno, lo cual podría implicar que la política migratoria sea un arma de doble filo, cuyos resultados, sobre todo si la misma está revestida de violaciones de los derechos humanos de los haitianos, se conviertan en un boomerang con un mayor protagonismo de la comunidad internacional y con una situación que se revierta en contra de la economía nacional y de los promotores de la reelección presidencial.
Así, sólo así, podría presentarse un panorama no muy esperanzador para la gente del Gobierno que busca explotar en su favor una causa que concita mucho apoyo popular y electoral por tratarse de un problema de índole profundamente nacionalista.