Notas Coyunturales

Por Víctor Víctor

En estos días, pasados recientes, sentí gente haciendo espacio para ganarle terreno a lo establecido y sembrar cimientes de una nueva y más alegre sociedad. Multitudes marcharon por avenidas y calles mostrando cara de futuro a través de ‘slogans’ y discursos de ‘no líderes’, formas que rompen viejas prácticas políticas inservibles ya. Esa dinámica encaminará la llamada lucha social y la llevará hasta construir ‘paso a paso’ las nuevas estructuras que sostendrán el perfil de la sociedad que hoy es tan solo ‘un piropo’ al mañana. Nada nuevo es decir que todo cambia y a esta le llega su fin.

Esta sociedad de la cultura capitalista ya no será la misma, lo testimonia la crisis creada por sus despiadadas formas de acumulación. Sus líderes buscan desesperadamente resolver el problema estructural pero lo imaginado se queda corto ante la realidad (“…ante esos sorprendentes hoyos financieros”.) y la respuesta indignada de la gente. Los teóricos del consumismo ahora son reactivos, no tienen planes, no pueden, saben que falta más por venir.

Todas estas manifestaciones tan solo indican el camino hacia la nueva cultura política, la que a corto y mediano plazo se asomará a la puerta y entrará sin permiso porque le toca. ¿Batalla de ideas o guerra?

Y en medio de este escenario, aquí, por ejemplo, aparece mucha gente conservadora que sueña grandes transformaciones prometidas por el gobierno recién electo, pero dispuesta a la lucha social si no cumple sus promesas. El ejercicio de la ciudadanía puso su cara en la contundente muestra de desprecio a la violencia contra mujeres y descendientes por razones pasionales. Esta semana, frente al Congreso Nacional, otra vez la práctica del empoderamiento ciudadano e independiente se puso de manifiesto. A pesar de la violencia, se abre la oportunidad de discutir a profundidad sobre la UASD, su carácter popular, la calidad de su enseñanza y su relación con los gobiernos. Sentimos esfuerzos por redefinir la acción de la izquierda como suma de fuerzas. Las escuelas independientes de política y nuevas formaciones expresan la decisión de una juventud crítica de la realidad, ambientalista y confiada en crear sus métodos para ejercer la política al margen de cualquier partido. La juventud quiere una sociedad alegre por solidaria.

Así aparece un interesante inventario de manifestaciones sociales, de incipientes y novedosos planteamientos económicos, de respuestas políticas creativas y de organizaciones horizontales que niegan el liderazgo clientelista. Todas estas manifestaciones tan solo indican el camino hacia la nueva cultura política, la que a corto y mediano plazo se asomará a la puerta y entrará sin permiso porque le toca. ¿Batalla de ideas o guerra?