Fuerzas especiales de la policía turca utilizaron gases lacrimógenos, balas de goma y cañones de agua para dispersar una concentración multitudinaria que cantaba consignas contra el Primer Ministro, en la emblemática plaza Taksim de Estambul.
Una nueva jornada de violencia se vivió durante la noche del martes y madrugada del miércoles en la ciudad de Estambul, al oeste de Turquía, cuando efectivos policiales y miles de manifestantes protagonizaron una vez más choques violentos por el control de la emblemática plaza Taksim, símbolo de la rebelión social que lleva 12 días de protestas consecutivos.
La tensión aumentó en horas de la mañana del martes, cuando la policía irrumpió en la plaza con equipos antimotines unidades blindadas, obligando a los manifestantes a desalojar el área, utilizando gases lacrimógenos y cañones de agua.
Aunque los enfrentamientos continuaron durante todo el día, y ambas partes tuvieron y perdieron el control de la plaza varias veces, en horas de la noche se agudizó la situación ya que miles de turcos decidieron tomar por la fuerza nuevamente la mencionada plaza.
Nuevamente las fuerzas especiales de la policía utilizaron gases lacrimógenos, balas de goma y cañones de agua para dispersar la concentración multitudinaria, que cantaba consignas contra el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
La arremetida violenta d ella policía generó una inmediata respuesta de lso manifestantes, quienes arrojaron a las autoridades bombas molotov, fuegos artificiales, piedras y objetos contundentes.
Los disturbios comenzaron el pasado 31 de mayo, cuando la Policía disolvió una sentada que tuvo lugar en la plaza Taksim, centro de Estambul, para protestar contra la propuesta de demolición de Gezi Park, área verde representativa en la ciudad.
Desde esa fecha, decenas de miles de manifestantes han protagonizado protestas sociales antigubernamentales en, al menos, 78 ciudades del país. De allí que lso enfrentamientos con la policía sucedan a diario y hayan causado, hasta ahora, cuatro muertos, además de miles de heridos y detenidos.
Los manifestantes dicen Gezi Park, punto de encuentro tradicional para los mítines y manifestaciones, así como un destino turístico muy popular, es el último espacio verde público de Estambul.
En tanto, el premier Erdogan ha sido duramente criticado por la forma en que ha manejado la crisis. Incluso, este mismo martes advirtió a lso manifestantes que “el Gobierno no va a mostrar más tolerancia» a las manifestaciones.
«Para quienes permanecen en Taksim y toman parte en las manifestaciones, les hago un llamado: retírense del lugar y pongan fin a las protestas (…) Porque se acabó, a partir de ahora no tendremos ninguna tolerancia con ustedes», dijo Erdogan.
El Primer Ministro puntualizó también que “no sólo vamos a terminar las acciones, vamos a estar en los cuellos de los provocadores y terroristas y nadie se saldrá con la suya».