“Dilma sabía de la dimensión de nuestra donación y sabía que nosotros éramos quien donaba (…) quien hacía gran parte de los pagos vía caja B para Joao Santana (expublicista de Rousseff)”, aseguró el expresidente deOdebrecht según los documentos de la confesión filtrados a medios brasileños.
Dilma Rousseff, Joao Santana y Luiz Inácio Lula da Silva.
Sao Paulo, Brasil (EFE).- El empresario Marcelo Odebrecht declaró a las autoridades electorales que el exmandatario brasileño Luiz Inacio Lula da Silva recaudó fondos para la campaña de su sucesora, Dilma Rousseff, quien “sabía” de los pagos irregulares realizados por la empresa a su candidatura electoral, según medios locales.El expresidente de Odebrecht declaró a comienzos de mes en calidad de testigo ante el Tribunal Superior Electoral (TSE), que investiga la supuesta financiación fraudulenta de la campaña en que Rousseff se presentó con el actual presidente de Brasil, Michel Temer, como su candidato a vicepresidente.
El expresidente de Odebrecht declaró a comienzos de mes en calidad de testigo ante el Tribunal Superior Electoral (TSE), que investiga la supuesta financiación fraudulenta de la campaña en que Rousseff se presentó con el actual presidente de Brasil, Michel Temer, como su candidato a vicepresidente.
Según la filtración divulgada hoy, Odebrecht declaró que el expresidente Lula y el exministro Antonio Palocci (Partido de los Trabajadores, PT) recaudaron fondos para la campaña de Rousseff en 2010.
De acuerdo con los documentos filtrados por el portal O Antagonista y confirmados por otros medios, Odebrecht también dijo que “acordó” el pago de 300 millones de reales (unos 100 millones de dólares) con Palocci entre 2008 y 2014, aunque no precisó si el dinero era legal o ilegal.
Para la campaña de 2014, según el empresario, Rousseff habría planteado, a través de intermediarios como el exministro Guido Mantega, que las aportaciones que antes se destinaban al PT se dedicaran ahora a “las necesidades de la campaña de ella”.
El empresario dijo que entregó para la campaña de 2014 la suma de 150 millones de reales (unos 48 millones de dólares) y que al menos una tercera parte del dinero fue una “contrapartida” a cambio de unas medidas aprobadas en 2009 que favorecían los negocios del grupo.
Odebrecht señaló que Rousseff también “sabía” que algunos de los pagos realizados por la compañía eran entregados directamente a Joao Santana, quien dirigió las campañas de la expresidenta.
Medios locales también publicaron una confesión realizada por el exejecutivo deOdebrecht, Alexandrino Alencar, quien dijo a las autoridades electorales que Edinho Silva, tesorero de la campaña de Rousseff en 2014, pidió dinero de la “caja B” para comprar a partidos aliados de la fórmula electoral Rousseff-Temer, que por aquel entonces era candidato a la vicepresidencia.
Por otra parte, el exdirector del Departamento de Operaciones Estructuradas -también conocido como el departamento de sobornos-, Hilberto Mascarenhas, entregó una planilla con donaciones realizadas por la compañía.
En uno de los archivos presentados por Mascarenhas consta una donación de 4 millones de reales (unos 1,3 millones de dólares) a un “instituto”, el cual, según O Antagonista, se refiere a la entidad dirigida por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
Parte de la declaración realizada por el expresidente de Odebrecht ya había sido filtrada a la prensa el día de la confesión, pero el portal de noticias O Antagonista obtuvo más detalles de la declaración ante el tribunal electoral.
Tras la divulgación, Rousseff rechazó hoy cualquier vinculación con una supuesta financiación irregular y, en un comunicado, afirmó que “no tiene y nunca tuvo” relación con Odebrecht y que “jamás” pidió recursos para su campaña ni para financiar al Partido de los Trabajadores.
La expresidenta pidió que Odebrecht aporte pruebas y documentos sobre sus acusaciones y lamentó la filtración “selectiva, torpe y sospechosa” de los testimonios.
Además, instó a las autoridades judiciales, incluyendo a al Fiscal General, Rodrigo Janot, y al presidente do TSE, Gilmar Mendes, a asumir responsabilidades sobre las filtraciones de un proceso bajo secreto judicial.
“Dilma Rousseff no huye de la lucha” y “su vida pública es limpia y honrada”, concluyó la expresidenta, destituida por el Congreso el pasado agosto por supuestas maniobras fiscales. EFE