Opinión
¿Por qué ayudar al reciclaje del PRD?
Published
12 años agoon
Por Narciso Isa Conde
El PRD también manipulado por una estructura dirigencial responsable de los grandes males nacionales, subordinada al neoliberalismo, practicante de la corrupción y el clientelismo e incapaz de contribuir a erradicar la impunidad y el modelo político, social y económico dominante, es el otro polo del sistema político en crisis; desplazado en los últimos tiempos de muchos resortes institucionales, después de implantada la dictadura peledeísta.
Un polo ya bastante destartalado, con una dirección dividida por la propia corporación de la corrupción pledeísta, que aupó y cooptó la facción de Vargas Maldonado, una especie de Caballo de Troya, precipitando así en su interior una crisis crónica casi insalvable.
Las dos facciones dirigenciales del PRD aspiran a hacer cosas iguales o parecidas a la que hace el PLD desde las “poderes” del Estado. Así lo ha evidenciado su discurrir histórico.
- Las izquierdas pierden aliándose al PRD
Unirse a esa estructura perredeísta, a sus aparatos seudo-populares (JUNTAPO; ASODEMU, FEDOMUDE…) para combatir al PLD-Gobierno-Estado, daña el proceso de construcción de una alternativa independiente de los que han gobernado y de la clase dominante que les sirve de sustento.
Combatir la corrupción del PLD al lado de los corruptos del PRD es una línea sumamente vulnerable.
Enfrentar el paquetazo tributario junto a los autores de otros paquetazos similares, equivale a erosionar la credibilidad de cualquier opción que se proclame distinta a las tradicionales.
- Simulaciones y oportunismos
Cuando determinada derecha pasa a ser “oposición” de la otra derecha, siempre recurre a hacerse simpática, a usar reclamos del pueblo, a expresar respaldos a causas justas; lo que generalmente se le olvida tan pronto vuelve a ser gobierno. Esa es la historia.
Fíjense ustedes, ahora hasta Miguel Vargas Maldonado, socio del peledeísmo corrompido, está hablando contra el paquetazo y la corrupción.
Hipólito, además de presidir un gobierno corrupto y neoliberal, recientemente apoyó el acuerdo con el FMI y días después viene a criticar al paquetazo de la corrupción y el neoliberalismo. Igual los Guido Gómez, Pacheco, Jorge Mera y comparsa fueron parte de ese desastre y ahora van a las manifestaciones a predicar lo contrario a lo que son. En gente así no se puede confiar y no se le debe dar oportunidad para reciclarse.
Ellos buscan y usan circunstancialmente con ese fin a los sectores más blandos de las izquierdas y de las organizaciones del campo popular, sobretodo a aquellas que tienden a hacerle el juego. Así pasó en la reciente marcha contra el paquetazo, a la que no asistí para no contribuir a legitimar su plan de colocarse al frente de la misma revestido de una alta simulación.
- Independientes y diferenciados de esas compañías por acciones
Soy de opinión que a las izquierdas revolucionarias, a los movimientos sociales consecuentes, al pueblo radicalizado, no le conviene que el PRD levante cabeza, sino que siga dividido y deshabilitándose cada vez más, para que le pase lo que le sucedió al PRSC.
No necesitamos aliarnos a una dirigencia perredeísta desacreditada para combatir eficazmente al régimen dictatorial peledeísta en crisis. Ambas operan en la política como compañías por acciones.
Las malas compañías nos hacen mucho daño y ayudan a nuestros adversarios de todos los colores. Ellas contribuyen a reciclar las derechas “opositoras”, a darle argumentos comparativos al gobierno y a retrasar la opción independiente de las izquierdas y las fuerzas transformadoras.
A los/as dirigentes del PRD, de las dos facciones, cuando hablen contra la corrupción y el paquetazo neoliberal hay que decirles que ni ellos ni la cúpula del PLD tienen autoridad moral y política para enfrentar esos y otros males, porque pertenecen al bando que los ha causado
Por eso vía tampoco se logra que las bases populares del PRD se pasen al campo revolucionario, si no todo lo contrario: se ayuda a que sigan atadas a sus direcciones corrompidas y deshechizadas.
Todo eso equivale a seguir atajando para que otro igual al que gobierna enlace y releve luego el orden neoliberal y partidocrático establecido.
Por Miguel Guerrero
En nuestro país la capacidad de exageración no tiene límites. Como para muestra vale un botón fundamentaré la apreciación en un mito farandulero. Diva, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, se usa como sinónimo de diosa o “divina”, para exaltar el talento especial de una voz femenina.
Por eso, en el ámbito operático se suele llamar así a las grandes cantantes líricas, a aquellas voces en cualquier registro, grave o agudo, especialmente en este último, que muestren incomparable talento para alcanzar los más altos niveles artísticos. A María Callas se le llamaba Diva, como también solía decirse de Renata Tebaldi, Anna Moffo, Rosa Poncelli, Monserrat Caballé y muchas otras que deslumbraron los escenarios con sus timbres de extraordinaria potencia y belleza.
En el ámbito de la televisión y la farándula nacional no se necesita de esas cualidades excepcionales para ser una diva, pero hay en ese mundo del entretenimiento más divas que las que nunca han existido en los escenarios líricos a nivel mundial, incluso con una categoría especial, la de “megadiva”, que ni Onassis se atrevió a otorgar a la Callas, en sus mejores momentos juntos en el Cristina, el yate que la alejó del mundo donde se le amó como tal vez a ninguna otra de su generación.
Las “megadivas” nuestras se cuentan por montones, como los ramilletes de un limoncillo, ya sea que canten, no importa el género, amenicen bailes o cumpleaños, lean noticias por televisión o tengan incomparables figuras de magnitud tal que poco importe como se conduzcan en las tareas que se les asignen. Me pareció siempre que el calificativo no resalta el talento de muchas de ellas, porque de alguna manera se centra la atención sobre el aspecto físico, lo cual a mi juicio es tremendamente injusto, porque muchas de esas “megadivas” superan con su talento y consagración la superficialidad del sobrenombre que no les hace honor alguno.
Opinión
Las remesas: el gran regalo de los inmigrantes dominicanos
Published
4 días agoon
enero 3, 2025Por Rosario Espinal
Los inmigrantes dominicanos no solo envían remesas regularmente, también llegan con las maletas cargadas, sobre todo en época navideña, y los bolsillos dispuestos a auxiliar a sus familiares y amistades, o a gastar para disfrutar en su terruño.
A fin de año siempre es pertinente abordar el tema de las remesas y los inmigrantes dominicanos porque muchos regresan a pasar la Navidad.
Las cifras oficiales del Banco Central muestran que, en el 2021, la República Dominicana recibió 10,402.5 millones de dólares en remesas familiares, en el 2022 fueron 9,856.5 millones, en el 2023 un total de 10,157.2 y en el 2024 al mes de septiembre la suma iba por 7,998.7 millones. Y que conste, la cantidad real de aportes en dólares y euros de los inmigrantes es mayor que lo computado, porque hay transacciones informales que no captan los radares del Banco Central.
Las remesas familiares representan pues la mayor fuente de divisas para el país, y nadie movió un dedo en el mercado laboral dominicano para generar esos ingresos. Llegaron gracias a la solidaridad familiar de miles de dominicanos que han emigrado al extranjero, sobre todo a los Estados Unidos, de donde proviene el 85% de las remesas.
Unos enfatizan la consecuencia negativa de las remesas familiares, argumentado que la población receptora se acostumbra a no trabajar o hace pocos esfuerzos laborales. Otros señalan el mayor bienestar y la movilidad social de las familias que reciben remesas, así como la disponibilidad de divisas en la economía nacional.
El mayor flujo de remesas a la República Dominicana en los últimos años es producto de un factor coyuntural y otro estructural. El coyuntural fue la pandemia que llevó a Estados Unidos a distribuir subsidios, y una parte de los recursos que recibieron los inmigrantes dominicanos los enviaron a sus familiares. El estructural es el incremento constante de la migración dominicana.
Aunque el Gobierno dominicano no lleva estadísticas precisas sobre la cantidad de dominicanos que emigran, la República Dominicana se encuentra entre los principales países del mundo que reciben visas de inmigrante de Estados Unidos con relación a su población. Eso ilustra la magnitud.
¿Por qué tanta migración dominicana?
Hace 60 años se inició el proceso migratorio de dominicanos hacia los Estados Unidos porque, durante la intervención militar de 1965, el consulado aumentó la cantidad de visas de inmigrante que otorgaba a dominicanos.
Ese mismo año, Estados Unidos cambió su Ley de Migración para favorecer la reunificación familiar. O sea que, cada dominicano o dominicana que emigraba con visa de residencia tenía la opción de pedir sus familiares cercanos. Esto ha generado una espiral migratoria sin precedentes en los últimos 60 años que aún no se detiene.
Los inmigrantes dominicanos no solo envían remesas regularmente, también llegan con las maletas cargadas, sobre todo en época navideña, y los bolsillos dispuestos a auxiliar a sus familiares y amistades, o a gastar para disfrutar en su terruño.
Para la República Dominicana, la migración dominicana ha sido una tabla de salvación económica. Los inmigrantes son el verdadero seguro social de muchas familias, aportan divisas que la economía dominicana necesita, contribuyen al crecimiento económico y de la clase media.
Demos pues la bienvenida navideña a los inmigrantes dominicanos.
Por Elba García Hernández
Independiente del comportamiento histórico del pueblo dominicano frente, sobre todo, del dominio de la nación por extraños, ha sido de mucho arrojo y gallardía. Ahí está la reacción del pueblo dominicano ante la dominación haitiana y el imperio español. Son muchos los ejemplos que se configuran en cada batalla que se produjo para liberarse el país de la intromisión foránea.
Sin embargo, en el curso del tiempo las cosas no parecen ser iguales, porque en segmentos importantes de la sociedad se observa en muchas ocasiones más miedo que vergüenza. No importa que tan amenazada esté la dignidad de la gente. Probablemente el fenómeno tanga su explicación en la aparición en el país de la figura de sicariato. Es decir, que cualquier individuo disponga de la vida ajena por una paga de unos cuantos pesos y que como reacción la gente tenga miedo porque el sicario no tiene rostro y puede aparecer en cualquier momento y lugar.
El asunto reviste una gran importancia sociológica y política porque se observa que muchas personas prefieren tolerar lo peor y echar por la borda su dignidad cuando tienen que poner en una balanza el miedo y la vergüenza. Y no es que se trate de caer en una irracionalidad que lleve a la persona a ser desaprensiva y dar una respuesta violenta a cualquier ataque que se produzca en su contra.
Pero la realidad es que la vida sin dignidad es como convertirse en la peor de las basuras, en no ser nadie y por consiguiente perder hasta el respeto de los demás. Incluso, hay personas que tienen como principio de vida no tener problemas, lo cual es muy sensato, pero cuando el individuo sacrifica su dignidad por esa causa entonces se convierte en un pusilánime que será irrespetado por todo el mundo.
En el campo del derecho, incluso del penal, lo que no se invoca se queda en la impunidad, ya sea por negligencia o miedo, sobre todo en los hechos cuya persecución sea a instancia privada, porque además existe la razón temporal para que los casos mueran y que prevalezca la impunidad, así se trate de un crimen horrendo.
De manera, que el miedo si pesa más que la vergüenza entonces la gente y toda la sociedad se vuelve inservible y no funcional, sobre todo en el campo de los derechos y obligaciones, cuya última figura es una parte muy importante del Derecho Civil.
En la República Dominicana la tendencia a que impere una nueva dictadura, tan férrea y criminal como la trujillista, podría ser el resultado del miedo, más que de la vergüenza, pero hay centenares de situaciones que podrían perdurar en el tiempo como consecuencia del primer elemento de preocupación.
En esa virtud, el 2025 tiene que ser un año de arrojo y de echar a un lado el miedo para que prevalezca la vergüenza y de esa manera enfrentar todos los males sociales que nos aquejan y acechan.
Este nuevo año 2025 debe sobresalir para enfrentar las amenazas en contra de la dignidad de los dominicanos a través de sobreponer la vergüenza por encima del miedo, lo cual será una forma de recobrar o recuperar los derechos perdidos y el respeto frente a los demás.
No se trata de cualquier realidad, porque cuando un pueblo, un ciudadano o cualquier persona pierde la vergüenza y se deja vencer por el miedo, entonces desaparecen los derechos subjetivos y en consecuencia impera la ignominia y la desigualdad.