Por Narciso Isa Conde
La decisión de ingresar a la cárcel, en prisión preventiva, a una parte de los funcionarios, políticos y empresarios ladrones que aceptaron los sobornos de Odebrecht, no quiere decir que van a ser condenados ejemplarmente.
Jamás debemos olvidar que el sistema judicial vigente no solo no es confiable, sino que está controlado por Danilo y por Leonel; quienes van a maniobrar desde sus respectivas influencias para proteger a sus corruptos preferidos, uno desde el ministerio público y el otro desde los tribunales.
Solo hay que ver que Danilo está tratando de salvarse, de auto-protegerse y proteger su claque de las consecuencias de acciones delictivas evidentes; mientras Leonel reclama el “debido proceso” para los suyos, que equivale a considerar todos los vericuetos que mediaticen los procesos.
Los PRM tienen una situación más compleja por ser oposición electoral externa y pendeja, tratada como factor a disgregar por el oficialismo. O pactan como Hipólito o se joden.
Temo Montas es el componente díscolo que le está dañando parte de el entuerto de la maniobra judicial, con posibilidad de desatar otros diablos en el contexto de una descomposición creciente del poder constituido. Con su capacidad de chantaje ya comenzó a embarrar hacia arriba; lo que aprieta a Leonel y Danilo, y estimula el sálvese quien pueda.
Estaba claro que de entrada el ministerio público y el juez seleccionado tenían que hacer lo que hicieron, porque si no el efecto de esa maniobra judicial se iba a pique de inmediato.
Digo maniobra judicial porque si fuera justicia de verdad hubieran incluido a otros los/as sobornados/as de alto calibre, entre los que están Reinaldo Pared Pérez, Cristina Lizardo, Sonia Medina, Simón Lizardo, Vicente Bengoa…
Se hubieran considerado las responsabilidades en las sobrevaluaciones multimillonarias, la de Punta Catalina incluida (en la que están involucrados el propio Danilo Medina, Rubén Bichara, Gonzalo Castillo y José Ramón Peralta…
No se hubiera dejado fuera ni a Hipólito, ni a Leonel, ni a Danilo… que son los jefes, encubridores y protectores de las mismas.
Y los mega-sobornos electorales (financiamiento de campañas) hubieran sido un componente poderoso de ese expediente; sobornos mayores recibidos por Leonel Fernández en el 2008 y por Danilo y Margarita en el 2012 y 2016, destinados a darle luz verde a los contratos leoninos y a las grandes sobre-valuaciones. Las plantas de Punta Catalina y otros megaproyectos sobre-valuados son un producto corrupto del gran soborno electoral del 2012 aceptado por Danilo a Odebrecht.
Así las cosas, lo que falta del caso Odebrecht (que es lo fundamental y más trascendente) y todos los grandes delitos y narco-delitos de Estado (que se cuentan por decenas y han sido excluidos del tren judicial), deben seguir siendo asumidos por las multitudes en las calles y por el tribunal del pueblo que debe juzgar a todas las mafias en el poder y al poder putrefacto que es usado para garantizarle la impunidad que protege la corrupción y los corruptos entronizados.
Hay que bajarlos, hay trancarlos a todos/as.
Hay que incautarle lo robado.
Y hay que refundar el Estado y sus instituciones desde un nuevo poder constituyente como el de 1844 y el de 1963-65.
No hay de otra.