Poe Narciso Isa Conde
Reinaldo Pared recibió en la Presidencia del Senado a Monseñor Camilo a raíz de la reciente Caravana Verde por Loma Miranda-Parque Nacional.
Entonces se comprometió a presentar el proyecto de ley correspondiente al comenzar la próxima legislatura (16 de agosto).
Entonces Monseñor Camilo le insistió en pasar de las palabras a los hechos y le advirtió que el movimiento se mantendría vigilante.
Reynaldo, sin embargo, le escondió al Obispo su decisión de no optar por la reelección. Le jugó, en consecuencia, una mala pasada, puesto que no es lo mismo comprometerse como presidente de esa entidad, a hacerlo como simple Senador. Aquí, en medio de la “cultura de los jefes y jefecitos”, los presidentes de instituciones ejercen poderes extraordinarios.
Ahora la Presidencia del Senado dependerá del resultado de la competencia entre Danilo y Leonel por su control.
Julio César Valentín es de Leonel y Cristina Lizardo de Danilo.
El primero le lleva dos votos a la segunda y quedan dos votos balagueristas en el mercado del mejor postor.
Pero más allá de los votos probables, es al todopoderoso Comité Político del PLD que le toca imponer la decisión. Y allí Danilo cuenta con fuerzas para impedir que Valentín resulte ganador y que las presidencias de ambas cámaras sean de Leonel.
Por eso la probabilidad de Cristina es alta, como lo es que ella responda al designio de Danilo para que esa ley no sea aprobada, evitando verse en el trance de proclamarla o vetarla.
Igual sería difícil asegurar, que si Valentín resultare designado, no procedería dentro del pacto Danilo-Leonel que recientemente obstruyó ese proyecto en la Cámara Baja. Eso dependería de los cálculos del leonelismo en las nuevas circunstancias.
Vale entender también, que aún se apruebe en el Senado, faltaría la Cámara de Diputados, donde no es de extrañar cualquier nueva bellaquería.
Es cierto que en ambos hemiciclos existe una amplia mayoría que dice respaldar esa demanda, y es justo exigirles a sus integrantes que actúen en consecuencia.
Pero no es menos cierto, que por encima de esa realidad explicable por la inmensa popularidad de la misma, son el oro corruptor de FALCONDO y la orden política del Presidente Medina y del cohollo peledeísta, los factores determinantes del destino de ese proyecto.
En consecuencia, a nivel congresual el cuadro sigue siendo políticamente adverso si no logramos levantar al pueblo en mayor escala para exigirle a Danilo Medina que deje de proceder como la Gatita de María Ramos y proceda a emplear su poder e influencia para ponerle fin a esta pérfida obstrucción.