Ojalá el Gobierno dominicano destine fondos para que médicos y biólogos investiguen las posibles causas de la relativa baja mortalidad.
Por Rosario Espinal
Desde el inicio de la pandemia ha preocupado la letalidad del COVID-19 por las complicaciones pulmonares que produce. Eso llevó a medidas de confinamiento extremas para controlar el contagio en Wuhan, China. Luego, la gran cantidad de muertos en Italia y España afianzó la idea de que el virus era mortal. El pánico cundió y gran parte del mundo entró en cuarentena.
Sin duda, el virus ha afectado muchos países, pero los datos reflejan un impacto diferenciado por país en el número de muertes que ha causado.
Inicialmente, las cifras que ofrecían diariamente los gobiernos eran el número de contagiados, el número de muertos y la tasa de letalidad calculada en función de las muertes por contagiados. Esta tasa de letalidad no muestra toda la historia porque el universo real de contagiados es siempre desconocido, ya que no es posible hacer pruebas a toda la población.
Un dato importante al que originalmente se prestó menos atención fue el número de muertes en relación con la población de cada país (tasa de mortalidad). A fin de cuentas, la gente teme más a la muerte que al contagio si es benigno; además, mientras más bajo sea el número de muertes en relación con la población, menos catastrófica es la pandemia.
No es mi intención aquí minimizar el impacto del virus, pero al comparar la tasa de mortalidad por COVID-19, la República Dominicana registra una tasa menor que otros países desde los inicios de la pandemia.
Según datos del Johns Hopkins Coronavirus Center a principios de mayo 2020, la cantidad de muertes por 100 mil habitantes en la República Dominicana era 3.0, mientras en Brasil era 3.2, Ecuador 8.0, Estados Unidos 20.2, Italia 47.5 y España 53.7 (para mencionar solo algunos países). A fines de mayo 2021, era 33.7 en la República Dominicana, 117.1 Ecuador, 169.7 España, 180.7 Estados Unidos, 208.6 Italia y 216.3 Brasil.
¿Por qué estas diferencias notorias en la tasa de mortalidad? Como en la República Dominicana no hay vocación de investigación ni recursos destinados para eso, no se sabe con certeza las causas de este comportamiento del virus en tierra dominicana.
Hay varios argumentos posibles cuando se hacen comparaciones, entre ellos: el subregistro de muertes, las prácticas culturales de distanciamiento, la calidad del sistema de salud, edad de la población, variantes del virus, efectividad de los tratamientos utilizados, características inmunológicas y condiciones climáticas.
Un subregistro masivo de muertes no explica el caso dominicano porque sería imposible esconder muchas muertes. El distanciamiento social tampoco porque en la cultura dominicana prevalece la cercanía física. La calidad del sistema de salud no puede ser porque países con mejores servicios de salud han registrado muchas muertes.
Una ventaja para la República Dominicana es la población más joven. Por ejemplo, mientras en la República Dominicana la edad media de la población es 28.8 años, en España es 42.7 y en Italia 45.5. Pero en otros países de América Latina con mucha población joven como Brasil el virus ha hecho estragos.
Según datos oficiales, en la República Dominicana hay presencia de distintas variantes del virus, así que por ahí tampoco parece estar la respuesta.
Se podría aludir a tratamientos utilizados en los contagiados, y aquí hay una tarea de investigación pendiente. Igual con las características inmunológicas de la población dominicana debido al paso de otros virus o a condiciones climáticas.
Ojalá el Gobierno dominicano destine fondos para que médicos y biólogos investiguen las posibles causas de la relativa baja mortalidad registrada hasta ahora, aunque la pandemia y sus estragos no hayan terminado