Opinión
Roque Espaillat, «El Cobrador».
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10 meses agoon
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José CabralPor José Cabral
Hace ya algunos meses que través de un amigo conocí a Roque Espaillat, «El Cobrador», cuyo seudónimo es el resultado de la creación de Melvin Mañón, figura muy conocida en el país.
La primera reunión con Roque fue en su oficina que está localizada por los alrededores del Parque Independencia y en la misma participaron los doctores Luis Díaz, Isaías Ramos, la licenciada Elba García y un servidor.
El segundo encuentro tuvo lugar en mi oficina de Santiago, donde Roque acudió acompañado de su estratega en ese momento, Melvin Mañón.
A instancia de un servidor nos pusimos de acuerdo para identificar un partido con reconocimiento ante la Junta Central Electoral (JCE) y concertamos varios encuentros con el doctor Fulgencio Severino, a fin de articular una propuesta lo más democráticamente posible, que escogiera a través de una consulta o primario un candidato a la presidencia y la vicepresidencia de la República.
Todo podría decirse que iba muy bien, pero la miopía política de la izquierda abortó ese proyecto, pero ello no fue obstáculo para continuar con el mismo y de presentar una propuesta lo más democrática posible a la sociedad dominicana.
Pero como el doctor Severino mostró cierta oposición a lo que lleva como nombre Frente de Salvación Nacional (FSN), el cual estaba concebido a nivel de una superestructura y una amplia infraestructura formada esta última por partidos y movimientos nacionales y municipales que fueran fundamentalmente éticos.
En virtud del tropiezo con la posición del doctor Severino, quien era el único de todos que contaba con un partido con personalidad jurídica, no quedó otra opción que continuar con el intento entre Roque Espaillat, Isaías Ramos y un servidor, José Cabral.
Sin embargo, cuanto todo parecía que avanzaba y que por lo menos nos habíamos puestos de acuerdo para construir esa propuesta todo quedó en suspenso porque el doctor Roque Espaillat se desapareció del escenario sin ninguna explicación que justificara su actitud.
Quedamos un viernes de que el próximo miércoles de la semana que seguía tomaríamos decisiones muy importantes hacia el logro de los propósitos buscados.
Pero nunca más supimos de Roque Espaillat, cuya justificación de su actitud estaba explicada en que él tenía un proyecto personal a través de un movimiento llamado «Rescate Democrático», es decir, que no le interesaba una propuesta política que fuera profundamente pluralista, abierta y democrática, cuyos dirigentes y candidatos se sometieran al escrutinio de los ciudadanos para darle una respuesta a la crisis de credibilidad de los partidos tradicionales.
Nunca más supe de El Cobrador, lo que indicaba que esa deuda pendiente con la sociedad dominicana no le interesaba, porque la única vía que él entendía que podía entrar a la actividad política era mediante un proyecto poco democrático y donde a él se señalara con el dedo como ocurrió con el Partido Socialista Cristiano (PSC).
Fueron muchas las cosas que se dijeron en ese momento de que él había comprado ese partido para convertirse en candidato presidencial, lo cual realmente no preocupaba porque eso se estila mucho en la sociedad dominicana, pero yo personalmente nunca creí eso, sino que en mi opinión Roque entendía que debía convertirse en aspirante presidencial sin nadie que lo obstaculice, aunque fuera de buena fe.
Luego me entero que había conformado una boleta con una señora de nombre Yadira Marte como aspirante vicepresidencial y comencé a ver la propagada desde que la colocó en la red social Tik Tok y hasta que explota el escándalo de que el PSC ha negociado con los partidos de la Liberación Dominicana, Revolucionario Dominicano y Fuerza del Pueblo, tres crápulas del escenario electoral dominicano.
Entendí que a pesar de que la candidatura de Roque la califico como una propuesta que no ofrece nada diferente, porque se sustenta en un espíritu antidemocrático, lo cierto es que considere atinada su decisión de no aceptar esa alianza.
Sin embargo, casi de inmediato surge otra versión, la cual prácticamente se confirma cuando Roque aparece con el doctor Ernesto Fadul, Ramfis Domínguez Trujillo y otra persona que no recuerda en la que se anuncia una posible alianza político-electoral entre ellos a través del Partido del hijo del más cruel dictador que ha tenido latinoamericana y el mundo.
Considero que esta última decisión de Roque de aliarse con Ramfis Trujillo va muy acorde con su forma de pensar y el espíritu de sus aspiraciones, ya que «El Cobrador» le confesó a quien esto escribe que siempre fue un seguidor y admirador del Doctor Joaquín Balaguer, uno de los discipulos mas aventajados del dictador, lo cual explica la alianza que parece ha concertado con el desacreditado pariente del sátrapa.
Es muy posible que «El Cobrador» se sienta muy tranquilo con su conciencia por el hecho de poner en una balanza para medir cuál es mejor aliado si los desacreditados partidos ahora aliados con el PSC o la figura de un “tigüere” del partidarismo nacional como Ramfis Domínguez Trujillo.
Sólo advierto al “Cobrador” que calcule muy bien a quien le va a cobrar si es que llega a tener éxito político, pese a todavía representa muy poco en la contienda electoral, cuya mala asesoría lo coloca en una encuesta que no ha sido realizada con un posicionamiento que no se corresponde con la verdad, lo cual lo proyecta en la misma dimensión de aquellos partidos que engañan a la sociedad con inventadas mediciones que no reflejan la realidad nacional.
Por Elba García Hernández
En los últimos días del presente año 2024 he tenido la obligación y el deber de defender derechos fundamentales ante el Tribunal Superior Administrativo y he podido comprobar lo mal que está el país en materia de justicia.
Los abusos de poder se observan en esta jurisdicción de Derecho Administrativo en cualquiera de las salas que conocen las litis que se presentan entre la administración y los administrados.
Es penoso ver como los abogados repiten como papagayos los mismos argumentos en los diferentes casos que en esta instancia se conocen. Pero peor aún el nivel de los jueces que manejan los casos.
En esta jurisdicción hay un nivel de razonabilidad que sonroja a cualquier profesional del derecho, pero las cosas se complican cuando se examinan las sentencias que emiten los juzgadores de una jurisdicción que está estrechamente vinculada con el Derecho Constitucional.
Es tanto así, que muchos de los jueces están más interesados en penalizar a las partes sobre la base de disposiciones arbitrarias e ilegales de comisionar un alguacil de estrado para que haga nuevas notificaciones y cobrarles a los litigantes por ese concepto hasta 20 mil pesos cuando se trata de conflictos legales que provienen del interior del país.
Cualquiera se forja la impresión de que existe una sociedad para hacer dinero mediante las notificaciones entre los alguaciles de estrados y los magistrados que presiden salas en el Tribunal Superior Administrativo.
Lo preocupante de este asunto es que cuando no se satisface el deseo del juez o del alguacil de estrado, ese disgusto se refleja en la sentencia que emite el tribunal.
Otro detalle importante de lo mal que se manejan algunas salas del Tribunal Superior Administrativo es que se agarran de cualquier detalle insignificante para justificar una sentencia en contra del que no se acoge a la comisión de un alguacil para fines de nueva notificación.
Impresiona, además, el poco nivel de razonabilidad de los que participan de las audiencias que se celebraran en el Tribunal Superior Administrativo.
En realidad, parece un juego de niños, lo cual desmiente los supuestos avances en Derecho Administrativo, porque la verdad es que lo ocurre en esta jurisdicción de la justicia deja mucho que desear.
Por José Cabral
El panorama que se observa en el país lleva a cualquier persona, por optimista que sea, a sentir que todo se derrumba y que nada tiene solución. No hay un solo estamento estatal que indique que el país transita por un buen camino.
Esto así, porque si al azar se escoge cualquier instancia, pública o privada, fácilmente se llega a la conclusión de que prácticamente todo está perdido. Son prácticamente nulos los referentes que indican que en el futuro se alcanzaría una mejor nación.
El principal fracaso de la sociedad dominicana tiene que ver con el fiasco que representa el Ministerio Público y la judicatura nacional, donde uno apoya la ilegalidad del otro. Es un asunto para mantenerse seriamente preocupado.
En realidad, no se sabe cuál si el fiscal o juez anda peor, pero de lo que sí se puede estar seguro es de que ambos transitan por un camino que solo garantiza el abismo de la nación.
En el país no hay proceso penal que termine de buena manera, pero tanto el Ministerio Público como los jueces recurren permanentemente a decisiones al margen de las leyes que les sirven de sustento.
El Ministerio Público sólo parece ser bueno para manejar casos de importancia mediática, mientras que los jueces se han especialistas en emitir sentencias al margen de las normas y de los derechos, deberes y principios fundamentales.
Es una verdadera vergüenza lo que ocurre en el país, ya que tribunales como el Superior Administrativo, donde el administrado busca liberarse de los abusos de la administración, tiene un nivel similar al de un juzgado de paz. Sus jueces carecen de razonabilidad y muchas veces hasta de sentido común.
En el sistema de justicia nacional se produce una verdadera negación de derechos, pero el hecho de que los jueces no puedan ser procesados por muchos de los casos que fallan, ya que hasta las acciones de amparo no pueden ser interpuestas en contra de los tribunales nacionales, habla claro de la trampa en que está envuelto el ciudadano.
Es decir, que, aunque existe la querella disciplinaria, la recusación e incluso la prevaricación, es una batalla como aquella siempre citada entre el huevo y la piedra, porque la complicidad se extiende de un lado a otro sin excluir a prácticamente la totalidad de los actores del sistema de justicia.
Adentrarse en el comportamiento de la justicia y del Ministerio Público es una razón determinante para frustrarse o resentirse, aunque, naturalmente, este mal debe combatirse con herramientas que tal vez algún día surtan efecto.
Por Nelson Encarnación
Algunas personas han llegado a afirmar que el juego de béisbol no es un deporte, sino un pasatiempo que sirve de entretenimiento a toda la familia, la que puede tener un importante consumo mientras transcurre un partido de nueve entradas, por lo general lento.
Sin embargo, somos más los que sostenemos lo contrario, no porque seamos fanáticos o seguidores, sino porque una contienda en la que medie la aplicación de estrategias no puede ser un simple pasatiempo.
Las estrategias son fundamentales en el juego de pelota, sin las cuales el resultado no puede ser el esperado, aunque no siempre estas funcionen. Como en toda actividad humana, inclusive en la guerra.
Hechas estas disquisiciones, pasamos a no entender qué ha provocado el impresionante descalabro, el resbalón sin final que ha abatido a los Leones del Escogido.
No se explica que un equipo que en los primeros 20 juegos del presente campeonato obtuvo quince victorias, haya caído a un abismo, tan profundo que, al día de hoy, está en la peligrosa ruta de quedar fuera de la siguiente ronda.
Es como estar con respiración asistida, mantenerse vivo gracias a la buena fortaleza física que se acumuló—15 victorias contra 5 derrotas—, pero no suficiente como para rebasar de manera exitosa un estado comatoso.
¿Qué hará la gerencia del equipo capitalino para tratar de revertir la ruta hacia el fondo? No preveo una opción, sobre todo, al recordar lo declarado hace un par de años por uno de los dueños del “Duro de matar”.
¿Qué dijo ese ejecutivo? Que al equipo le es económicamente más rentable quedar fuera en la serie regular que pasar a las siguientes. Algo así o algo peor, según recuerdo.
Cuando leí aquello tuve que remontarme a los pleitos con mi difunto padre—liceísta furibundo—que no asimilaba derrota frente al “eterno rival”, y yo, como escogidista, le daba la cuerda, corriendo riesgo de unos correazos por irreverente. De este tamaño ha sido mi escogidismo.
¿Hay escasez de cartera en la gerencia del equipo rojo? No lo creo. ¿Falta estrategia para la ofensiva? Lo creo un poco. ¿Cayó por un barranco irrecuperable el pitcheo de los Leones? Me quedo con esta.
Frente al despeñadero actual, los rojos no tenemos muchas esperanzas. Y por favor, no echemos la culpa al mánager Pujols.