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Se Masifica el Fraude y la Estafa  a través de variedad de modalidades que retratan de cuerpo entero la sociedad. – La Republica Online

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Se Masifica el Fraude y la Estafa  a través de variedad de modalidades que retratan de cuerpo entero la sociedad.

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Por Elba García

En la República Dominicana se observa que se consolida y se institucionaliza el fraude, la estafa y una variedad de hechos asociados a una cultura del engaño que convierte al país en un peligro para las transacciones comerciales y las inversiones de nacionales y extranjeros que reclaman  una seguridad jurídica que todavía es un sueño.

Hace algún tiempo que alrededor de cinco mil médicos escogieron un examen de evaluación para hacer una sub-especialidad y solo ochenta lograron aprobarlo e igual ocurrió con el examen nacional único de residencias, el cual fue aprobado por sólo 1,862 para un 38 por ciento, mientras que los restantes  4,906 lo reprobaron, realidad que se traduce en una revelación muy importante que atraviesa la República Dominicana en lo que respecta a la formación de este profesional y de todos los demás que egresan de las universidades nacionales.

Cuando un médico no tiene la capacidad para tratar cualquier enfermedad y que no conoce ni los síntomas de la misma, constituye  una amenaza para la vida de la gente, cuyo fenómeno no es exclusivo de la Medicina, sino también de otras carreras académicas como el Derecho, las ingenierías, entre otras.

Igual situación ocurrió con una cantidad de profesionales docentes   que buscaban  ocupar diferentes plazas de maestros, pero de 33 mil 69, el 73.86 por ciento no pudo pasar la prueba, lo que también evidencia la crisis que atraviesa la educación dominicana a todos los niveles, pero con el agravante de que siempre sale a la superficie algún tipo de fraude y también de estafa, porque colocan muchos de contrabando por razones politiqueras.

Lo mismo hemos visto con los estudiantes que se someten a las pruebas nacionales, cuya mayoría reprueba los exámenes a que son sometidos y se ha denunciado que los mismos son comercializados por responsables de ese tipo de evaluación, lo cual constituye una vergüenza nacional.

Otra variedad del fraude y la estafa tiene ver con embargos mobiliarios e inmobiliarios mediante la utilización de documentación falsa para la comisión de una estafa  en la que juegan un papel importante abogados, alguaciles, notarios públicos, fiscales y  jueces.

Este fraude convertido en estafa es a través de falsos títulos auténticos o ejecutorios, en cuyo proceso intervienen los mismos actores mencionados más arriba, sin que nadie pueda con eso, porque los actores del sistema de justicia tienen mucho  que ver con este tipo de ilícito penal, es un gran dolor de la cabeza para la clase media y los que están colocados en la parte más baja de la pirámide social y económica.

Los fraudes y las estafas son encontradas en la sociedad dominicana con una variedad realmente impresionante, que abarcan desde la educación y todas las transacciones comerciales que se realizan en el territorio nacional.

Un ejemplo de la forma como se ha institucionalizado el fraude y la estafa en contra del ciudadano y del Estado, es que cuando en la República Dominicana se vende una propiedad inmobiliaria la gente hace dos actos de venta, uno con el valor real y  otro con un monto muy por debajo para evadir la tributación que impone la Dirección Nacional de Impuestos Internos por concepto de la transferencia de la misma.

Este fraude y estafa en contra del Estado tiene su razón de ser en el hecho de que el ciudadano paga los impuestos por ser el producto de una ley del derecho público, es decir, que es obligatoria, pero generalmente lo hace bajo protesta porque el Estado no devuelve a la sociedad los ingresos que recibe por una obligación tributaria, sino que esos recursos terminan generalmente en los bolsillos de los políticos que tienen el control de la administración pública a través de la corrupción.

Sería muy prolijo hablar de todos y cada uno de los fraudes para estafar a ciudadanos y al Estado, porque la variedad es muy grande, pero lo más importante es que en la República Dominicana se ha desarrollado una cultura del fraude y de la estafa.

Ahora el caso más reciente de fraude y de estafa ha sido la gran cantidad de ciudadanos que aparece con multas de transito que nunca  ha manejado ni una bicicleta, pero que todo parece indicar que se trata de una orden dada a los  agentes de tránsito del país para que cometan semejante abuso.

Lo grave del problema es que luego de una serie de denuncias al respecto, las multas falsas han aumentado en un 12 por ciento, lo cual quiere decir que en la República Dominicana ya nada importa y que ni un poder fáctico como los medios de comunicación tienen la capacidad de modificar conductas como pasaba hace algunas décadas.

En realidad se trata de otra República Dominicana, donde el fenómeno del fraude y la estafa son partes del diario vivir del ciudadano y el funcionario estatal, cuya generalización constituye una negación de la tendencia que debe tener cualquier democracia para consolidarse y blindar la inversión pública y privada, tanto de extranjeros como nacionales, para que al cabo del tiempo disfrutar de una economía transparente, fuerte y vigorosa.

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