Cuando se habla de sexo siempre se pone de manifiesto el morbo y hay muchos mitos que aumentan de acuerdo a la cultura. La etapa biológica en que las personas supuestamente deben dejar de practicarlo es uno de los elementos que generan conjeturas, empero, lo cierto es que la sexualidad no está determinada por un número en el calendario que indique a qué edad se debe dejar de disfrutar.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la tercera edad entra toda persona que tiene de 60 años en adelante. Para mucha gente y principalmente para los que se encuentran en este período de la vida, hablar de sexo es algo del pasado. Sin embargo, los sexólogos señalan que las canas no son un motivo para dejar de gozar de un acto enteramente normal y beneficioso para la salud física y mental.
Hay quienes tienden a pensar que el sexo tiene que ser genital, es decir, penetración o coito, como comúnmente suele llamarse. Esto es completamente erróneo, las caricias, el toque de las manos, las miradas, todo nuestro cuerpo es sexo, incluyendo nuestra mente, factor primario para que se produzcan los acercamientos.
Estereótipo mediático. Una de las causas de la deserción de esta práctica en mujeres envejecientes son las expectativas que se tienen de belleza y ahí es donde entran ciertos elementos asociados a paradigmas culturales, como por ejemplo: en las películas es casi nula la participación de personas de la tercera edad en acercamientos amorosos, según explica Miguelina Justo, psicoterapeuta.
“¿Quién dijo que el sexo debe ser igual a cuando teníamos 18 años?”, Miguelina Justo, psicóloga.
“No obstante, los protagonistas de esta práctica en el cine, las películas y telenovelas son personas jóvenes y atractivas. Entonces, qué pasa, mucha gente compra estas ideas, porque entiende que no cumple con estos canones establecidos por las producciones televisivas y la misma publicidad, que cada vez más se lucra del sexo para llegar a su objetivo, dejando secuelas”.
Además, Justo manifiesta que la manera en la que los seres humanos crecen y se desarrollan influye en sus relaciones sexuales. “Porque si viví en un ambiente en el cual fui formada creyendo que concluida la etapa de reproducción no debo tener relaciones sexuales con mi pareja, pues ya no tendrá sentido para esa mujer, el acto”.
Ana Simó, sexóloga y directora del Centro Vida y Familia, señala que en la tercera edad el organismo pasa por una serie de procesos, en el caso de la mujer, presenta cambios hormonales. En la menopausia, los estrógenos se ven disminuidos, pero si la mujer realiza ejercicios, come saludable y le gusta su cuerpo, esto no será un problema. “Además hoy en dia existen buenos lubricantes a base de agua que son excelentes juguetes para mantener una buena frecuencia sexual”.
Simó explica que si una pareja tiene toda la vida conviviendo, es necesario que esa vida sexual sea buena desde siempre para que se pueda mantener estable en la vejez. “Lo importante es entender la etapa que están viviendo, con sus limitaciones y buscar la comodidad para que puedan tener una sexualidad plena”, concluye la especialista.
La recomendación general es ver el lado hermoso de esta etapa y aprovechar para retomar sueños estancados. “Los hijos tomaron su rumbo, es tiempo de descubrir nuevas caricias, pero sobre todo darse el permiso de ser felices, uno con el otro”.
Cuando el tema no es bien manejado por el ginecológo. “Candy”, una mujer de 66 años de edad con una vida sexual activa, cuenta que durante el coito siente dolor debido a que su vagina por lo regular está muy reseca y esto viene sucediendo luego de que le practicaron una histerectomía para eliminar un cáncer que tenía en el utero. “Luego del proceso, mi ginecólogo me preparó para todo, pero jamás me señaló cómo iba a ser mi vida sexual, después de la cirugía”, dice.
“Candy” reseña algo que es muy recurrente en las consultas ginecológicas y es que muchas veces los médicos se enfocan en los problemas que tienen las pacientes y se olvidan de los detalles.
En el hombre. Con el paso de los años el hombre suele sufrir de diferentes enfermedades, como el cáncer de próstata, la diabetes y la presión arterial alta, que pueden causar disfunción eréctil. Sin embargo, si es evaluado y orientado por su médico y, además, conjuga esto con hacer ejercicios cardiovasculares que contribuyan a la fluídez de la sangre y una buena alimentación, no tendrá problemas en las relaciones coitales.
“Me alegra mucho que cada día, disminuya más la idea de que en la tercera edad no se requiera de la intimidad”, Ana Simó, sexóloga.
Recomendación para los viudos. Para los envejecientes que enviudan la vida no debe terminar ahí. “Evada los comentarios negativos de quienes piensan que usted también partió con ese ser a quien amó, si volvió a enamorarse, ábrase y disfrute de la vida”, exhortan.