La grave situación tiene un reflejo dramático en La Victoria
SANTO DOMINGO. La superpoblación carcelaria en el país se coloca hasta en un 700%, con respecto a la capacidad instalada de los recintos, cuyas construcciones datan desde la década de los años 30 y 40 del siglo pasado.
Las cárceles más viejas, unas 26 en total, fueron construidas entre 1932 y 1986 con capacidad para poco más de 5,000 reclusos.
Sin embargo, se les fueron agregando recintos hasta alcanzar la cantidad de 38, incluyendo los del nuevo modelo de gestión penitenciaria.
Informes de organismos internacionales colocan la capacidad del sistema penitenciario dominicano en 9,210 reclusos, en comparación con el desbordante crecimiento poblacional, que dentro de la prisión se coloca en 26,305 privados de libertad actualmente, lo cual triplica su límite.
La penitenciaría nacional de La Victoria, construida en el año 1952 por el régimen dictatorial de Rafael Leonidas Trujillo para 1,000 reclusos, actualmente tiene una población 8,555 presidiarios, más de siete veces superior a la capacidad máxima.
Construida en 1994 para albergar 700 reos, Najayo cuenta con 1,798 hombres y 303 mujeres, cuya sobrepoblación se coloca en un grado tres veces más alto que su origen. Pedernales tuvo su cárcel en 1932, con capacidad instalada para 20 reclusos. Sin embargo, la cifra se coloca en 75 privados de libertad.
Una muestra de la enorme cantidad de personas ocupando estrechos espacios tras las rejas, lo refleja el penal de La Vega, hecha en 1951 para 500 presos. Sus 1,538 imputados representan más de un 300% en el desbordamiento de su capacidad instalada.
El penal de Cotuí, que junto a la de Pedernales es una de las cárceles más viejas, ambas construidas en 1932, fue edificada para 186 presidiarios.
Los 742 reos alojados en su espacio representan un 400% de sobrepoblación carcelaria allí.
La cárcel de Montecristi data de 1935, edificada para 75 prisioneros, pero los 420 cautivos significan un número casi seis veces superior a la cifra de su capacidad.
Azua tiene su cárcel vieja levantada en 1940 para ser ocupada por 40 reclusos, pero los 149 que tiene reflejan un nivel elevado en casi un 400% de tu tope.
Otras cárceles cuya capacidad desborda su límite desde un 200 hasta un 400% son las de San Juan de la Maguana, Santiago Rodríguez, Nagua, Barahona, El Seibo, Higüey, Baní, Samaná, kilómetro 15 de Azua, Departamental de San Francisco de Macorís y Operaciones Especiales.
De los 26,305 reclusos que hay actualmente en las 38 cárceles del país, 17,017 pertenecen al modelo tradicional, que corresponden a 19 recintos que operan bajo el nuevo esquema penitenciario. Eso equivale al 64.7% del universo de los reclusos del sistema penitenciario del país.
Mientras que 18 cárceles han sido convertidas en centros de corrección y rehabilitación y cuentan con una población de 9,288 reclusos, lo cual se traduce en un 35.3% de los cautivos.
El nuevo modelo penitenciario
Los centros del nuevo modelo son San Felipe, Puerto Plata, el primero que entró al sistema en el 2004; Dajabón, Najayo-Mujeres, Haras Nacionales, Rafey Hombres, Monte Plata, Valverde, Rafey Mujeres, Elías Piña, Vista al Valle, San Pedro de Macorís, La Isleta Moca, Anamuya en Higüey yBaní Mujeres.
Asimismo, Cucama, en La Romana, El Pinto en La Vega, Modelo de Najayo y Abierto Femenino Sabana Toro.
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