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Tras absolución, Trump mantiene su poder sobre republicanos

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AP
Nueva York, Estados Unidos

El Partido Republicano sigue perteneciendo a Donald Trump.

Después de que Trump incitara un asalto mortal al Capitolio federal el mes pasado, el partido consideró apartar al rebelde expresidente. Pero al final, solo siete de los 50 senadores republicanos votaron el sábado a favor de condenar a Trump en su histórico segundo juicio político.

Para los leales a Trump, la absolución es una especie de reivindicación, y una reconexión con la combativa base de seguidores del exmandatario. Y para los que se oponen a Trump supone un alarmante indicio de que el partido está avanzando más en una peligrosa dirección, poco interesado en reconectar con los votantes a los que alejó Trump: moderados, mujeres y graduados universitarios.

En definitiva, la resolución del juicio político deja sobre la mesa las divisiones en el partido republicano que tendrán que gestionar los líderes, donantes y votantes en sus esfuerzos para retomar el control del Congreso en las elecciones de media legislatura el año que viene y para recuperar la Casa Blanca en 2024.

Esa tensión quedó al descubierto nada más concluir la votación. Tras respaldar la absolución de Trump, el líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, republicano por Kentucky, hizo un discurso que recogía los mismos argumentos reiterados por los demócratas que pedían la condena de Trump.

El expresidente, dijo McConnell, fue “responsable práctica y moralmente de provocar los sucesos” que llevaron a la insurrección. Pero alegó que la Constitución no permitía que el Senado condenara a Trump ahora que ha dejado el cargo, un argumento que han defendido muchos republicanos.

Los libros de historia mostrarán que 10 miembros del partido en la Cámara de Representantes y otros siete del Senado creyeron que el comportamiento de Trump era lo bastante reprobable como para ser condenado, e incluso inhabilitado de por vida para ejercer futuros cargos. Nunca antes tantos miembros del partido de un mandatario habían votado a favor de su destitución.

Pero a juzgar por los datos más objetivos, Trump conserva un férreo control sobre el Partido Republicano y su futuro.

Trump mantiene una popularidad del 82% entre personas que se identifican como republicanas, según un sondeo de Gallup del mes pasado. Y hace poco, la Universidad de Monmouth concluyó que el 72% de los republicanos siguen creyendo las afirmaciones falsas de Trump de que el actual presidente, Joe Biden, sólo ganó las elecciones de noviembre por un fraude electoral generalizado.

Para despejar las dudas sobre la influencia de Trump, los republicanos de la Cámara de Representantes votaron de forma abrumadora la semana pasada para defender a la congresista Marjorie Taylor Greene, republicana por Georgia y firme seguidora de Trump, pese a las pruebas de que había defendido de forma reiterada teorías conspirativas, la discriminación y la violencia en medios sociales.

El líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, responsabilizó a Trump por el violento ataque contra el Capitolio, pero se retractó apenas unos días después e hizo una visita personal a la propiedad de Trump en Florida para asegurarse de que estaban en términos cordiales.

De los siete republicanos que votaron el sábado a favor de condenar a Trump, sólo uno buscará la reelección en los próximos cuatro años. Desde luego, en el Partido Republicano de Trump hay muy pocos dispuestos a enojarle si albergan ambiciones políticas futuras.

Nikki Haley, una posible aspirante a la candidatura republicana a la presidencia en 2024 y que fue embajadora ante Naciones Unidas durante el mandato de Trump, llamó la atención esta semana tras decir a Politico que el papel de Trump en el ataque del 6 de enero básicamente le descalificaba para volver a presentarse.

“Ha ido demasiado lejos” dijo Haley. “Siguió un camino que no debía haber tomado, y no deberíamos haberle seguido, y no deberíamos haberle escuchado. Y no podemos dejar que eso vuelva a ocurrir”.

Otro posible aspirante a la candidatura republicana, el senador Ben Sasse, republicano por Nebraska, votó a favor de condenar a Trump el sábado declarando que las “mentiras” de Trump sobre un fraude electoral generalizado había puesto en peligro “la vida del vicepresidente” y “nos llevó peligrosamente cerca de una sangrienta crisis constitucional”.

Aunque Sasse podría competir por la candidatura presidencial en 2024, no volverá a presentarse a una votación en primarias republicanas en Nebraska a menos que busque la reelección en 2026.

De forma similar, el senador republicano Bill Cassidy de Luisiana afrontó una censura de su partido estatal tras votar a favor de condenar a Trump. Pero no volverá a presentarse a elecciones hasta 2026, de modo que está relativamente protegido de las consecuencias políticas.

Pese a las críticas de McConnell, las voces más críticas con Trump en el Partido Republicano son en este momento una serie de republicanos retirados que aparecen en canales noticiosos de televisión por cable y el movimiento de “Nunca Trump”, que tiene sus propios problemas para sobrevivir.

El Proyecto Lincoln, quizá el grupo republicano contra Trump más conocido y con mejor financiación, ha pasado unos días accidentados tras las noticias de que sus líderes supieron que había múltiples acusaciones de delitos sexuales contra un cofundador meses antes de reconocerlo en público.

El veterano estratega republicano Steve Schmidt, que se describía como líder del movimiento, dejó su puesto en la junta directiva la víspera de la votación en el juicio político, un día después de que el Proyecto Lincoln anunciara planes de contratar a un investigador independiente.

El incidente amenaza con socavar las campañas de recaudación del grupo y su influencia, cuando la plataforma, con categoría de super PAC, trabaja para ganar audiencia a través de un popular podcast y expandirse a un canal de video a través de internet que el mes pasado logró 4 millones de visionados.

Incluso antes de la crisis, el cofundador Reed Galen reconoció que el trumpismo está ganando.

“El lado autoritario del Partido Republicano es el lado dominante”, dijo. “Tienen el impulso. Por ahora, tienen el dinero”.

Sarah Longwell, estratega republicana y que lidera el grupo antitrump conocido como Defendiendo Juntos la Democracia, dijo que “lo que han demostrado los dos últimos meses es que si Donald Trump era un cáncer para el país y para el partido, ha entrado en metástasis”.

“Creí que podríamos dejarle atrás”, dijo. “Pero ahora no lo creo”.

Aun así, el Partido Republicano afronta enormes riesgos políticos si sus líderes siguen enarbolando la bandera de Trump y su estilo de política al margen de las normas.

Ya hay docenas de empresas afines al partido que han prometido cortar el financiamiento a los aliados de Trump en el Congreso, secando una fuente clave de ingresos justo cuando los republicanos preparan su campaña para recuperar las mayorías en el Senado y la Cámara de Representantes en las elecciones de media legislatura el año que viene.

Los detractores de Trump en ambos partidos han prometido asegurarse de que ni la comunidad empresarial ni los votantes olvidan lo que hicieron el expresidente y sus aliados.

“Recordaremos a los votantes que los republicanos estuvieron dispuestos a ignorar sus juramentos todo por lealtad a un hombre, y ese hombre fue más importante que sus votantes, más importante que la Constitución de los Estados Unidos, más importante que la democracia que tenemos en esta gran nación», dijo el presidente del Comité Nacional Demócrata, Jaime Harrison.

Pero el propio Trump no se ha ido a ninguna parte. Inmediatamente después de su absolución, emitió un comunicado por escrito prometiendo que reaparecía “pronto”.

“Nuestro histórico, patriótico y hermoso movimiento para Hacer Estados Unidos Grande de Nuevo apenas empieza”, dijo Trump. “Tengo mucho que compartir con ustedes en los próximos meses, y estoy deseando continuar nuestro increíble viaje juntos para conseguir la grandeza estadounidense por toda nuestra gente”.

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Polémicos indultos de Trump: Narcos, corruptos y estafadores

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Por EFE

WASHINGTON.- Los indultos al expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, y al congresista Henry Cuéllar son los dos últimos añadidos a la larga lista de polémicos indultos presidenciales de Donald Trump en el último año y que han puesto en tela de juicio el uso de esos perdones por razones de afinidad política o por la falta de coherencia en su campaña contra las drogas.

Según un análisis publicado este lunes por el Washington Post, el mandatario ha concedido clemencia a al menos 10 personas por delitos relacionados con las drogas desde el inicio de su segundo mandato, como al líder de una pandilla de Chicago Larry Hoover y al capo de la droga de Baltimore Garnett Smith.

Juan Orlando Hernández

El caso más reciente es el indulto total al expresidente hondureño, condenado a 45 años de cárcel por cargos de narcotráfico, con el argumento de que su procesamiento había sido una «trampa» de la administración del expresidente Joe Biden.

Críticos han cargado contra Trump por considerar «hipócrita» la liberación de una persona acusada de narcotráfico mientras eleva la presión en Latinoamérica con sus acciones contra las supuestas narcolanchas vinculadas al Tren de Aragua o al Cartel de los Soles.

Ross Ulbricht

El creador del mercado web ilegal Silk Road, Ross Ulbricht, había sido condenado a cadena perpetua en 2015 con cargos de narcotráfico, conspiración y fraude informático. A su regreso a la Casa Blanca, el republicano le concedió el indulto.

Liz Oyer, abogada de indultos bajo la Administración de Trump antes de que él la despidiera, aseguró al Washington Post que estos dos casos son una muestra de «la erosión de un sistema donde cada vez pesan más el dinero y la influencia política».

Pero en esta lista de nombres no solo se encuentran condenados por tráfico de drogas.

Henry Cuéllar

La supuesta persecución política de Biden también fue el motivo que el mandatario alegó para indultar la pasada semana al congresista demócrata de Texas Henry Cuéllar, acusado en mayo de 2024 de aceptar 600,000 dólares en sobornos de un banco mexicano.

Cuéllar, miembro del Congreso por el partido demócrata desde 2005, cargó abiertamente contra la política migratoria de Biden y se alineó con posturas más cercanas a las que ahora defiende Trump.

George Santos

En octubre pasado, el presidente conmutó la sentencia del excongresista republicano de Nueva York George Santos, condenado a más de siete años de prisión por fraude y robo de identidad agravado por el mal uso de fondos de campaña para disfrute personal.

Trump describió a Santos como alguien que suele ser «un poco pícaro» pero dijo que hay muchos pícaros en el país y que no por ello están obligados a pasar siete años en la cárcel. Santos es conocido por sus comentarios polémicos sobre corrupción y migración y acumula diversas denuncias en su carrera.

David Gentile

David Gentile, director ejecutivo de una empresa de capital privado condenado a siete años de cárcel por fraude de valores, acababa de entrar en prisión cuando también recibió la clemencia de la Casa Blanca.

El expropietario de GPB Capital Holdings fue sentenciado por estafar alrededor de 1,600 millones de dólares a más de 10,000 inversores.

Changpeng Zhao

Trump indultó el pasado 23 de octubre al cofundador de la plataforma de criptomonedas Binance Changpeng Zhao, condenado por blanqueo de dinero.

El caso tuvo especial relevancia ya que, desde el regreso del neoyorquino a la Casa Blanca, Binance se ha convertido en un importante apoyo para la empresa de criptomonedas World Liberty Financial, fundada por la familia de Trump.

Participantes en el ataque al Capitolio de 2021

El primer día de su segundo mandato, el 20 de enero de 2025, Trump indultó a todos los condenados o pendientes de sentencia por el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, incluidos aquellos acusados de sedición.

A estos polémicos indultos se suman casos como el de Joseph Shwartz, un magnate estadounidense condenado por fraude que, según informó el Washington Post, llegaría a pagar cerca de 1 millón de dólares a un lobby con la esperanza de obtener clemencia. La Casa Blanca le concedió el indulto, pero negó lazos con estos grupos de interés.

En manos del presidente, los perdones presidenciales, alrededor de 1,600 en 2025, se han convertido en una especie de termómetro del poder y, para muchos críticos, una práctica de «pago por clemencia» que sigue sumando nombres a la lista.

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Latinoamérica mira a China ante el impacto del «meteorito Trump»

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Londres (EFE).- América Latina tenderá a reforzar sus vínculos con China, ya consolidada como principal inversor de Sudamérica, si el Gobierno estadounidense de Donald Trump insiste en una política «punitiva» y sin incentivos para la región, declaró este martes a EFE Daniel Linsker, directivo de la consultora Control Risks.

Linsker evaluó el impacto del «meteorito Trump» en la presentación en Londres del informe ‘LatAm Outlook 2026’ del centro de estudios británico Canning House, que analiza los desafíos y oportunidades para el subcontinente.

El analista explicó que la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Washington vuelve a colocar al «hemisferio oeste», o América, en el centro, pero no desde la cooperación sino desde la presión: sanciones, designación de carteles como terroristas y la exigencia de definir una política sobre China.

«Si EE.UU. no ofrece algo positivo, la región simplemente seguirá donde ya está: con China», afirmó.

El ‘shock’ de un ataque a Venezuela

El experto advirtió además de que un eventual uso de ataques aéreos selectivos contra Venezuela para desestabilizar el régimen de Nicolás Maduro tendría un impacto psicológico y político «muy fuerte» en toda América Latina.

«El día que haya bombardeos en la región, Estados Unidos perderá una enorme legitimidad: sería un golpe muy duro a su poder blando y empujaría aún más a los países latinoamericanos hacia China», dijo a EFE.

El informe subraya que el regreso de Trump a la Casa Blanca en enero de 2025 marcó «un cambio significativo» en la política estadounidense hacia América Latina, con un enfoque «más asertivo».

Según el estudio, los líderes latinoamericanos respondieron de distintas maneras, dado que las divisiones internas impidieron una postura unificada.

Mientras algunos, como Nayib Bukele en El Salvador y Javier Milei en Argentina, se alinearon estrechamente con el líder republicano, otros, como Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil y Gustavo Petro en Colombia, adoptaron enfoques más pragmáticos u opositores.

Oportunidad en la diversificación

Ante las presiones de Trump y la creciente influencia de China, muchas naciones latinoamericanas buscan ahora «diversificar sus relaciones internacionales», con la mira en países del Golfo, India y el sudeste asiático, aunque el potencial para el intercambio comercial, por el tipo de productos, es limitado, indica el documento.

Al mismo tiempo, América Latina, rica en recursos alimentarios y energéticos, atrae inversión de otros países en vías de desarrollo, como Vietnam, lo que «refleja un cambio en la dinámica económica mundial».

Según el informe, Latinoamérica mantendrá una expansión moderada en 2026, con Argentina proyectando un crecimiento del 3,9 %, Brasil un 1 %, Colombia un 1,9 %, México un 1,3 %, Chile un 1,7 % y Perú un 2,6 %.

Los autores subrayan que la región tiene «potencial para revitalizar su economía», impulsada por la demanda de alimentos y minerales estratégicos, así como por oportunidades vinculadas a la transición energética.

No obstante, el estudio alerta sobre la persistencia de riesgos de seguridad, con violencia organizada y grupos criminales en países como México, Colombia, El Salvador o Ecuador, lo cual, dicen, «dificulta la gobernabilidad y afecta la inversión».

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Hamás afirma que no habrá segunda fase de la tregua mientras Israel incumpla la primera

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EFE
Husam Badran, alto cargo de Hamás, afirmó este martes que Israel no está aplicando los compromisos de la primera fase del acuerdo de alto el fuego en Gaza y sostuvo que no puede abrirse la negociación sobre una segunda etapa mientras persistan dichas violaciones, según un comunicado publicado en sus canales.

«Cualquier discusión sobre la segunda fase debe ir precedida de una clara presión sobre la ocupación por parte de los mediadores, Estados Unidos y todas las partes pertinentes, para garantizar la plena implementación de todas las disposiciones de la primera fase«, afirmó Badran en la nota.

Además, rechazó las declaraciones del jefe del Estado Mayor israelí, teniente general Eyal Zamir, quien aseguró este domingo que «la línea amarilla es una nueva línea fronteriza» en Gaza.

Según Badran, este planteamiento evidencia el incumplimiento por parte de Israel de los compromisos pactados para la primera fase del plan de paz para Gaza propuesto por el presidente estadounidense, Donald Trump.

Entre estos incumplimientos, mencionó el cierre del cruce de Rafah en ambos sentidos, las trabas a la entrada de tiendas de campaña y caravanas para desplazados, y la reducción de la ayuda humanitaria que llega a la Franja, además de la continuidad de las operaciones del Ejército israelí sobre el terreno.

Badran agregó que la demolición de viviendas palestinas dentro de la denominada línea amarilla constituye la prolongación de acciones militares que, según dijo, debían haber cesado desde la entrada en vigor del acuerdo.

Los principales organismos de derechos humanos ven poco probable que Israel retire de Gaza todas sus tropas teniendo en cuenta que el Gobierno de Netanyahu siempre se ha opuesto a ello argumentando que es la única manera que tiene de garantizar la seguridad de la comunidades fronterizas con el enclave.

Israel anunció el pasado martes que reabrirá el cruce de Rafah (sur de la Franja de Gaza) durante los próximos días para permitir la salida de gazatíes a Egipto, según un comunicado oficial de COGAT, el organismo militar israelí que gestiona asuntos civiles en los territorios palestinos ocupados.

En total, desde que Israel empezara su ofensiva en Gaza como represalia por los ataques de Hamás en octubre de 2023, han muerto al menos 70,336 palestinos en ataques israelíes y más de 171,064 han resultado heridos, muchos con amputaciones y lesiones de por vida, según datos del Ministerio de Sanidad del enclave palestino.

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