María del Carmen acaba de cumplir dieciocho años y al arribar a esa edad lleva ya en su vientre una nueva vida. Esta joven no buscó ese embarazo, como tampoco pensó que la noticia de su estado sería aceptada tanto por su madre como por su novio quien, con solo 19 años, decidió acompañarla en el camino hacia la maternidad.
La vida de María estaba organizada para otros caminos.
Concluía sus estudios secundarios en el liceo “José Francisco Peña Gómez” de la comunidad Los Girasoles, y pretendía realizar su sueño de graduarse de Contabilidad en la universidad estatal.
“Cuando me hice la prueba de embarazo y salió positiva, pensé que mi futuro se había tronchado, pero gracias a Dios, entendí que ahora debía esforzarme más para tener un futuro mejor”, comenta la joven.
María se inició en la vida sexual sin protección ante enfermedades y embarazos no deseados, como el 45.5% de las jóvenes entre 15 y 19 años, según Endesa 2013.
Ser madre adolescente o cumplir sus sueños
María proyecta en su sonrisa, que se le escapaba por momentos, la felicidad de la llegada de un bebé a su vida, a pesar del cambio que ha representado en sus planes de ser profesional. “Soy casi bachiller y eso me llena de orgullo, no muchos jóvenes están en 4to de secundaria con mi edad y mucho menos tienen la felicidad de ser madre a la vez”.
Expresa que su deseo de siempre ha sido ser una madre consejera, amiga y nunca autoritaria, además de brindarle mucho amor y comprensión a su hija.
Problemas y precariedades
Pero esa ilusión choca con las muchas precariedades para la joven pareja, como no tener un hogar propio, lo que implica que la joven embarazada tenga que vivir con su suegra y su esposo.
Tampoco tienen, ninguno de los dos, un empleo estable, por lo que su realidad económica y el futuro de ese hijo se complica.
La ausencia de alguna de las figuras que modelan la existencia -el padre o la madre- tiene un impacto importante en muchas familias dominicanas.
María no conoce a su padre, pero lejos de buscar un culpable de la situación en la que se ha visto tras salir embarazada, asume las consecuencias de sus actos.
“Mi madre ha dado todo por mis dos hermanos y yo, ha hecho malabares para que nos preparemos académicamente, entonces no la culpo de nada. Todo corre por mi cuenta”, concluyó.
La falta de una buena educación sexual preventiva, orientada a dotar información científica y oportuna desde la infancia, y las limitaciones en acceso a métodos anticonceptivos son algunas de las causas para la incidencia del embarazo en adolescentes.
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UNA VIVENCIA PARA COMPARTIR A TODOS
Como una forma de ver su maternidad, María dice que lo único que lamenta es no estar en las condiciones económicas estables para recibir su bebé, al igual que la falta de un hogar propio, para la privacidad y comodidad de todos.
No obstante las dificultades que han podido surgir, ella se encuentra viviendo en casa de su suegra, la cual de muchos modos ha aligerado la carga de su gran responsabilidad.
Esta experiencia de vida, la ha llevado a crecer y por eso exhorta a todas las jóvenes adolescentes a que se detengan a pensar que un momento de placer ahora, podría causarles una responsabilidad, que positiva o no, será para toda la vida.
Violan ley al estar con niñas
Adultos con adolescentes (a pesar de que ley lo prohíba), malas relaciones entre las jóvenes y sus familias de origen, precaridades económicas, hacinamiento, parecen ser elementos comunes en los testimonios de madres adolescentes consultadas por LISTÍN DIARIO para esta serie.
Desde la mirada de estas niñas-madre, sus embarazos no son una tragedia: ellas los reciben con alegría, como parte de un proyecto de vida y, si el padre “asume”, sobretodo económicamente, el entorno lo acepta aún cuando se trate de un adulto para el cual las relaciones sexuales con una menor de edad estén penadas por la ley.
La realidad que retrata esta serie había sido plasmada por el informe El embarazo en adolescentes: una realidad en transición, presentado en 2011 por Profamilia.
“Una proporción importante de las adolescentes embarazadas parece querer sus embarazos, lo cual implica la necesidad de revisar las intervenciones que actualmente orientan a la prevención del embarazo en la adolescencia, centradas, en gran parte, en la intervención del embarazo accidental o no deseado”, dice el estudio.
Vivida como núcleo de la existencia de una mujer, la maternidad va ligada al establecimiento de una pareja socialmente aceptada, con un “hombre bueno” que, según el informe de Profamilia, no es más que un proveedor responsable, condición que levanta en la familia y el entorno las objeciones iniciales al embarazo a temprana edad.
LISTIN DIARIO.