Editorial
Un delincuente muy peligroso
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6 años agoon
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LA REDACCIÓN
Nunca hemos actuado con prejuicio en contra de nadie, pero hay personas que proyectan a leguas lo que son.
Un día, hará algunos meses, tocó en la puerta del periódico larepublicaonline.com y del canal de televisión Teleazul, un sujeto que nunca habíamos visto, pero que por su apariencia mandaba un mensaje que no parecía equivocado.
Ese individuo, con unos ojos saltones y con una personalidad que se correspondía con su apariencia, decía que llegó allí porque caminaba por la calle Restauración donde está localizada la empresa y que vio unas parábolas, banda C, que estaban colocadas allí y que él quería saber si estaban de venta.
El nombre del sujeto lo conocimos en el proceso, pero hubo un detalle que retrata a este joven como alguien que buscaba y escondía algo.
Nos referimos a que él mismo escribió su nombre en la computadora de la recepción de la empresa sin que nadie lo autorizara de la siguiente manera: Lisvaldo Santos henríquez.
El detalle resultó más interesante de lo que nos imaginábamos, porque luego se descubrió cuando tuvo que entregar su cédula de identidad y electoral que su verdadero nombre es Libardo Santos Henríquez.
Evidentemente que este sujeto escondía algo que generaba mucha suspicacia, pero no le dimos la mayor importancia.
Sin embargo, cuando ocurre en la oficina algo sospechoso y es que un papel que la licenciada había firmado con él por concepto de la entrega de un dinero que reclamó de mala manera por la venta de las parábolas y que tal cosa ocurrió por la intervención del licenciado Serulle
Lo cierto es que este delincuente planificó muy bien sus acciones, porque luego de haber sido echado de la oficina, se dirige donde el amigo Julián Serulle para que le sirva de aval para que se le permitiera regresar al centro de operación de los referidos medios.
Entonces inicia de nuevo una serie de acciones que dejaban sospechas, pero no pruebas de lo que hacía, ya que cada día llegaba con una bolsa que parece que la buscó en una boutique y entonces comienza a sustraer equipos pequeños, porque ya la tecnología ha disminuido la dimensión de los mismos.
Hasta que el viernes día 6 de septiembre se presenta un incidente que consistió en lo siguiente, el sujeto se acerca al propietario de la empresa y le dice que los discos duros de una computadora que envía una señal hacia un streement se habían dañado y es cuando esa persona se preocupa por conocer los detalles de lo ocurrido.
Cuando entra a la cabina master hace que el delincuente abra la computadora y observa algunas cosas extrañas y procede a tomar la bolsita de boutique que el usaba para robar en la empresa que la tenía encima del mueble donde están colocados los equipos y encuentra en su interior los transmisores y receptores de fibras ópticas que los había arrancado de donde estaban conectados.
Como una respuesta normal se le pregunta al delincuente que dónde había buscado esas piezas y entonces él responde que las había comprado en Santo Domingo, pero existía la coincidencia que los que estaban colocados en la empresa no estaban ahí.
Esto generó una confrontación cuerpo a cuerpo con el delincuente Libardo Santos Henríquez, quien logró sacar una arma blanca y escapar con los equipos robados.
Luego de un levantamiento en la empresa hemos descubierto que fueron muchos los equipos robados, incluido un suicher panasoni de cierto tamaño, que aparentemente lo sacó en un descuido de las personas que siempre están ahí.
Este joven, un delincuente peligroso y que roba con violencia, es hermano de otro que mató al padre de ambos por cuestiones de dinero.
En la actualidad la Policía Nacional desarrolla una investigación al respecto que ya va por más de quince días, pero todavía no hay una respuesta que satisfaga lo que siempre espera cualquiera que sea víctima de un robo con violencia.
Este delincuente, que amenazó de muerte a la persona que lo confrontaron, constituye un verdadero peligro para cualquier empresa donde llegue, porque hay informes de que estuvo preso por alguna falsificación de documentos de una casa y también existe la certeza de que sustrajo de otra empresa por lo menos una cámara de video.
Es importante que todo el que se mueve en este negocio tenga cuidado con un delincuente peligroso y que roba con simulación, pero que también lo hace con violencia cuando es descubierto.
La educación superior dominicana, que como bien se establece en el reportaje que aparece en la sección “De Portada” de este diario, implica un problema que debe motivar profundas reflexiones para que el país se avoque a pasar de la deficiencia a la calidad de la enseñanza universitaria.
Pero este es un asunto que sólo puede solucionarlo el Estado, el cual no está en capacidad de dar los pasos para que al cabo de algunos años el cuadro pueda dar un giro positivo.
La tendencia entre los dominicanos es sólo ver lo que está frente a ellos, sobre todo en materia de educación universitaria, pero no hay forma de llevar su mirada crítica a lo que requiere de un esfuerzo más profundo y exhaustivo.
El gran problema de la educación superior del país es que no sólo la situación depende de la negligencia y la deficiencia del Estado, sino que además que no se cuenta con una cultura para crear un cuerpo profesoral preparado para impartir docencia a nivel universitario, aunque, naturalmente, una cosa depende de la otra.
De manera, que los resultados no pueden ser peores, cuyos egresados, penosamente, terminan su carrera con una formación tan precaria que en la práctica son analfabetos funcionales.
Lo peligroso del fenómeno es que la sociedad está frente a médicos que puedan matar al paciente, ingeniero civil que construya una obra que puede caerle en la cabeza en cualquier momento a sus propietarios y un abogado que no puede asesorar idóneamente a su clientes y en consecuencia poner en peligro, por su poca formación, la tutela judicial efectivo, el debido proceso y el derecho a la defensa.
De manera, que el asunto no es como se puede ver a simple vista, sino que se trata de una deficiencia que aparte de hablar muy mal de toda la sociedad, amenaza la seguridad nacional, todo como resultado de un problema integral que impacta a todo el Estado.
Lo grave del problema es que no se ven soluciones fáciles en el camino, porque además la explicación de una educación superior fundamentada más en el negocio vulgar que en un plan nacional para lograr los índices de desarrollo del mundo competitivo de hoy, es parte de una cultura nacional y de un neoliberalismo salvaje que se lleva de paso todo lo bueno.
La realidad es que no es posible poner en orden las universidades nacionales, ya que en el país todo está contaminado con la politiquería, de arriba hacia abajo y lo contrario, de abajo hacia arriba.
Se impone entonces la siguiente pregunta: ¿Quién nos sacará del tremendo tollo de la educación superior nacional, aunque la respuesta más realista es que no hay una respuesta convincente y que satisfaga.
Editorial
El Oncológico es un espejo de un problema de un gran alcance.
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3 semanas agoon
noviembre 12, 2025
No son pocos los conflictos originados en sindicatos, clubes culturales y deportivos, cooperativas de ahorros y préstamos y los propios partidos políticos, que son asaltados por grupos de personas que los usan con fines muy particulares.
Puede decirse que se trata de un cáncer que resulta complicado erradicar, con el agravante que esa mala práctica es reproducida cuando personas con la misma filosofía de vida llegan a la administración pública, lo que explica la gran cantidad de casos de sustracciñn de fondos del patrimonio público.
Realmente el país está copado por los que piensan que deben llegar a este tipo de instituciones, las cuales no tienen fines de lucro, para manipular sus recursos y creerse incluso que es algo que legítimamente les pertenece.
Un ejemplo muy elocuente al respecto son los partidos políticos, los cuales son manejados como empresas privadas y propiedad de particulares, pese a que en realidad se trata de una figura que está legalmente regulada y que no puede ser jamás un patrimonio personal.
Pero el mismo problema es encontrado por doquier, cuyos propiciadores de este tipo de conducta sumergen a la sociedad en un gran dolor de cabeza.
El asunto ahora se puede ver con lo que ocurre en el Patronato Cibao contra el Cáncer, cuya institución juega un papel de primer orden para combatir una enfermedad tan severa y mortal como esa.
El problema del Oncológico del Cibao ha entrado ya a los tribunales competentes y sólo se espera un desenlace que tal vez no sea la panacea al problema, porque se van unos con un criterio equivocado en el manejo de este tipo de organizaciones, pero llegan otros que no difieren, absolutamente en nada, en la forma de ver el asunto.
Independiente de cual sea la decisión del tribunal que conoce el caso, debe admitirse que la sociedad dominicana está frente a una cuestión que lesiona lo más profundo de la sensibilidad humana, sobre todo porque no hay ningún tipo de arrepentimiento.
Hoy ha salido a la superficie el conflicto en el Patronato Cibao contra el Cáncer, pero la raíz del conflicto, con una explicacion profundamente cultural, es que una gran cantidad de instituciones sin fines de lucro hoy permanecen asaltados por grupos de «vividores» que ponen en tela de juicio las bases de la dominicanidad.
Así como Nueva York es un ejemplo de progresos y de que todo con esfuerzo se puede, este 4 de noviembre ha enviado el mensaje de empoderamiento democrático con el triunfo de un joven musulmán con apenas siete años de haber obtenido la ciudadanía de los Estados Unidos, condición indispensable para ser candidato a la posición política más importante de la ciudad.
Lo más impresionante de este triunfo es el contexto en que se produce y sobre todo por tratarse de un joven nacido en Uganda de ascendencia india, con muy poco tiempo de haber adquirido la ciudadanía estadounidense, pero además amenazado por el presidente Donald Trump de deportarlo si ganaba la contienda electoral.
El triunfo de Zohan Mandami es el vencimiento de la legalidad en contra de la ilegalidad, de la tolerancia contra la intolerancia y de la vulnerabilidad de aquellos que prefieren inclinarse por la dictadura en vez de la democracia.
Es un mensaje muy grande el que ha dado la ciudad de Nueva York cuando en los Estados Unidos se producen unos retrocesos institucionales y democráticos que son motivos de preocupación para el mundo entero.
La situación es tan delicada que el presidente Trump aparentemente ha logrado doblegar a una de las democracias más sólidas del mundo, cuyos logros constitucionales son un ejemplo y emulados por países del planeta entero.
En realidad, se trata de una situación que nadie podía creer que fuera posible, ya que el alto nivel de institucionalidad de los Estados Unidos no permitía que cupiera en cualquier mente humana que los derechos constitucionales y los derechos humanos quedaran al capricho de un mandatario.
El triunfo de Mandami en Nueva York reafirma esa vocación de ciudad de inmigrantes y además de que ciertamente se trata no sólo de la capital del mundo en términos comerciales, económicos y financieros, sino también políticos.
Una nueva visión se impone en la ciudad de Nueva York en tiempos de retrocesos y de preocupantes violaciones a los derechos constitucionales en la mayor potencia del mundo, donde su presidente impone su voluntad como en los tiempos de las más férreas dictaduras.
La República Dominicana por tener millones de sus hijos en la ciudad de Nueva York es beneficiaria de los nuevos aires democráticos que abrazan a la llamada capital del mundo, cuna de una gran riqueza cultural que enorgullece a todo al que vive en ella y tiene el privilegio de visitarla.
La elección de Mandami no pude ser mejor, porque en momentos de tantas fricciones y tensiones sociales y raciales y religiosas, sobre todo en el medio oriente, llega la buena nueva de la tolerancia y de que todos bajo la ley y la democracia pueden convivir en paz.
