Conecta con nosotros

Editorial

Un Discurso sobre Haití que no va al Fondo del Problema.

Published

on

Son muchas y diversas las propuestas que buscan darle solución al problema que padece la hermana república de Haití.

Lo planteado va desde convocar elecciones para la escogencia de nuevas autoridades nacionales, hasta una intervención armada para someter al orden que se supone debe primar en cualquier nación del mundo.

Pero la gente no se da cuenta que esas no son la solución a un asunto que para salir de él se necesita que la iniciativa  provenga de los propios haitianos.

Sólo ellos podrán resolver sus problemas, aunque para ello necesiten el concurso de la comunidad internacional.

La cuestión es que mientras Haití no trate el problema con la seriedad que demanda el caso, muy difícilmente se puedan controlar los males que lo afectan y en consecuencia un fenómeno como el de la migración ocurrirá sin que nadie esté en capacidad de pararla.

Es importante que antes que nada se reconozca que la principal causa de la migración de haitianos hacia otros lugares del mundo, principalmente hacia República Dominicana, es socio-económica y que el fenómeno no será detenido mientras haya hambre y miseria en la hermana nación.

No importa que tan alto sea el muro que se construye en la frontera, los haitianos seguirán llegando a la República Dominicana, porque mientras ellos encuentren en el país lo que no tienen en el suyo, procurarán llegar al territorio dominicano.

La migración haitiana tiene connotaciones definitivamente económicas y sociales, lo cual indica que no tiene asidero el planteamiento de muchos ultraconservadores de que ellos, los haitianos, podrían en algún momento intentar asumir el control del país.

Obsérvese que el haitiano e igual que cualquier inmigrante no importa de qué lugar del mundo provenga, lo primero que procura es tener trabajo, a menos de que se trate de un delincuente que no respete la ley, para tener para comer y enviar a sus familiares dejados en su lugar de origen.

Es una historia que se repite en todo el planeta,  que el que tiene mayores carencias corre para donde aquel que tienen un nivel de vida de más dignidad, lo cual quiere decir que los haitianos no son la excepción.

Lo propio ocurre con la mayoría de los dominicanos que si no tuvieran fronteras marítimas se fueran a en masas hacia cualquier lugar del mundo, exactamente como ocurre con los haitianos.

Pero de manera concreta y especifica, los dominicanos se sienten amenazados por los haitianos  por no entender el fenómeno migratorio y porque la República Dominicana  está  atrapada en el complejo dilema de la migración de ellos hacia el territorio nacional, la pérdida de la cultura del trabajo entre su gente y la campaña ultraconservadora de algunos  sectores nacionales que su motivación es más racial que por cualquier otra cosa, carente de toda lógica humana.

Se trata de un problema complejo y de no tan fácil solución en razón de que todo se resume en que Haití tiene un Estado de derecho, pero no de hecho, y que en tal virtud no puede garantizar nada, absolutamente nada, a su gente, ni siquiera seguridad ciudadana, la cual también es otra de la causa de la migración de ellos hacia cualquier otro lugar del mundo.

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Editorial

Un hecho que hiere la conciencia nacional.

Published

on

La violación sexual de una adolescente haitiana durante un operativo de la Dirección General de Migración representa una afrenta en contra de toda familia sin importar en qué lugar del mundo ocurra y la nacionalidad de la víctima.

Puede producirse en cualquiera de los continentes que conforman el mundo y no hay forma de justificar semejante aberración.

Todo el que tiene algún sentimiento paternal tiene que indignarse con semejante aberración, la cual constituye la que más heridas psicológicas y físicas produce en sus víctimas.

Esa es una forma de arruinarla la vida un ser que apenas comienza a vivir, cuyos traumas la acompañarán durante el resto de su existencia.

No hay forma de concebir semejante crimen, porque en realidad la violación sexual es uno de los peores recursos de cualquier degenerado en contra de sus víctimas.

Cualquier buen ciudadano, no importa que tan poca o muy civilizada sea su nación de procedencia, no puede sentirse cómodo con que un degenerado sobre la base del poder público cometa semejante agresión, pero peor aun en contra de una persona que todavía se puede definir como una niña.

Ya el Gobierno ha reaccionado al respecto, pero el asunto no permite dilaciones, porque el remedio tardío puede ser mucho peor que la enfermedad y la sociedad dominicana no puede darse el lujo de proyectarse ante la comunidad internacional como una nación de salvajes y de perversos que se escudan en la ley para cometer sus atrocidades.

No hay forma de justificar semejante acción, sin importar las diferencias migratorias y a otros niveles con los haitianos, porque el crimen cometido por miembros de la Dirección General de Migración trasciende todas las fronteras.

El que viola a una haitiana de igual lo hace con una dominicana o con cualquier otra persona, porque se habla de un enfermo que merece tratamiento clínico y de la sanción que dispone la ley para este tipo de conducta.

Continue Reading

Editorial

La desgracia que nos acecha.

Published

on

La forma de manejarse del Gobierno de Luis Abinader y del Partido Revolucionario Moderno (PRM) representa un gran reto para la República Dominicana, porque esta entidad no cuenta con un pensamiento y una planificación estratégicas.

Desde su llegada al poder ha quedado demostrado que no piensa nada de lo que hace, lo cual explica la falta de visión de Estado tanto del mandatario que se gasta el país y del partido que lo sustenta.

Abinader le ha buscado una solución incorrecta para satisfacer el pedido de entrega de fondos adicionales a los partidos políticos, incluido el oficial, la cual implica una modificación no pensada de la Ley de Presupuesto.

Pero lo peor de todo es que nadie, absolutamente nadie, somete a la transparencia que manda la Constitución de la República a los partidos políticos que reciben altas sumas de dinero del Estado sin rendirle cuenta a nadie.

En realidad no se sabe de qué se habla cuando se recurre a  una expresión muy común de que los partidos son el soporte de la democracia.

Tremenda mentira, porque si a la verdad vamos son la mejor expresión de la desgracia nacional.

La partida que ahora entrega el Gobierno a los partidos políticos no es otra cosa  que una vía mas para promover la falta de transparencia y el mal manejo  de los dineros de las arcas nacionales.

Esta nueva partida entregada a la partidocracia significa un gran sacrificio para todos los dominicanos en razón de que ello traerá consigo un mayor endeudamiento público, pese a que ya es bastante.

La fiesta del dispendio y de la corrupción de los actores de la vida política nacional son, sin lugar a dudas, la más grave amenaza en contra de los mejores intereses de la nación.

Es una complicidad que involucra a todo el andamiaje oficial, la cual se inicia en el Palacio Nacional, entre a un amplio sector del empresariado, pasa por el Congreso Nacional, el sistema de justicia, incluidos los tribunales Constitucional y Superior Electoral y para colmo el fenómeno no deja fuera a los medios de comunicación social, sobre todo a los más grandes y que más incidencia tienen en la vida nacional.

A Dios que reparta suerte.

Continue Reading

Editorial

El país necesita una televisión pública con el mejor de los conceptos en esta materia.

Published

on

En los últimos, digamos, dos años, hemos sido testigos de algunos avances en lo que respecta a la televisión gubernamental, la cual se expresa a través de Radio Televisión Dominicana (RTVD).

La línea grafica de esta estación gubernamental mejora, naturalmente, la percepción que predomina en los países donde hay una verdadera cultura de la televisión pública no se fundamenta sólo en eso, cuyo detalle no implica que el país cuente con un verdadero canal de este tipo.

Es definitivamente mucho lo que falta por hacer, lo cual no depende solamente de que buenos técnicos manejen el asunto, sino también de sacar del entorno gubernamental un proyecto de televisión que tenga el propósito de que el país cuenta con un canal público bajo el estándar que existe en las naciones con grandes avances democráticos.

La televisión pública en la República Dominicana se hace prácticamente imprescindible para atacar la principal distorsión que aquella al país en lo que respecta a sus valores nacionales.

Tanto es así, que la televisión pública sería una muy buena aliada con los planes de mejorar el sistema educativo nacional, el cual, naturalmente, debe tomar sus propias medidas a partir de una visión más integral de ver el Estado dominicano.

Nótese que el pequeño logro en lo que respecta a la televisión gubernamental, no la pública, porque ahí interviene otro concepto, es el resultado de una persona que llega a RTVD y sugiere una serie de cambios en su línea gráfica que la proyectan de mejor manera, pero ello no quiere decir que se ajuste en todo el sentido de la palabra a esta forma de hacer televisión.

En lo referente a la televisión pública no hay forma de desarrollarla que no sea mediante la creación de instancias privadas, llámese fundaciones o patronatos, pero con veedores públicos que garanticen su eficiencia y que en la gestión se cuente con un código de ética que obligue a quienes la controlen a respetar los valores a que hemos hecho referencia.

Y todo parece indicar que hay una herramienta útil para este fin, que no es otra cosa que la Ley 47-20 de alianza público-privada e incluso la misma norma legal que rige a RTVD, la 134-03, la cual en su artículo 3 manda que se procure la descentralización de la televisión gubernamental, lo cual puede dar pie a que nazca en el país una verdadera estación pública.

En términos de televisión pública parece la vía más idónea para que la República Dominicana dé un salto cualitativo en favor de la dominicanidad, la democracia, el arte, el espectáculo y la cultura en general, pero además en el necesario proceso de restablecimiento de valores humanos, sociales, éticos y morales en el marco de la democracia.

El momento es oportuno para hacer cambios importantes en el campo de la televisión con la creación de estaciones públicas, no gubernamentales, para por lo menos promover lo que somos como país de una mejor manera, porque este tipo de televisión puede ser exportable por lo menos para los mercados donde hay una gran cantidad de dominicanos, como Estados Unidos y Europa.

 

 

Continue Reading

Edificio La República: Restauración No. 138, cuarta planta, Santiago, República Dominicana. Teléfono: 809-247-3606. Fax: 809-581-0030.
www.larepublicaonline.com  / Email: periodico@larepublicaonline.com
Copyright © 2021 Blue National Group