Por Elba García
En los tiempos de crisis, sobre todo cuando se producen fenómenos como la pandemia que nos afecta en la actualidad, crece el mal manejo de los recursos públicos, principalmente del dinero.
Ello así, porque los expertos en robarse lo que no es suyo saben como hacerlo para alterar los precios de los productos que tienen mayor demanda como resultado de la crisis de que se trate.
Los inescrupulosos que persiguen aprovecharse de los dineros del erario nacional tienen su técnica y complicidad para vender a 100 lo que cuesta 5.
Este comportamiento ha ocurrido más atrevidamente en los últimos meses y años, lo cual ha llevado al director general de compras y contrataciones públicas ha mantenerse muy atento con los ¨¨vivos¨¨ y despiadados que no tienen miramientos cuando buscan engañar al Estado y consecuencialmente a la sociedad.
Durante los nueve meses de Gobierno del Partido Revolucionario Moderno (PRM), el cual no difiere en nada en lo que respecta al manejo del patrimonio nacional que los recién salidos del poder, los dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), ya llevan prestado alrededor de 10 mil millones de dólares, cuyo endeudamiento ha comprometido cerca del 70 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Ese es un cuadro de la economía que preocupa a cualquiera, porque si a la deuda externa se le suma la interna se podría hablar de un cuadro con serios peligros de entrar en default, lo que pondría el país en serios problemas.
De manera, que nadie duda de la presión a que ha estado sometido el Gobierno para cumplir con las expectativas de la gente frente a la agresividad del coronavirus, pero ello no debe cegar a nadie porque circunstancia como ésta es aprovechada por los oportunistas que van al Estado a satisfacer apetencias de acumulación originaria.
Ya son muchos los casos detectados y si no fuera, no por el presidente como ha querido venderse, sino por la vigilancia que mantienen amplios sectores nacionales a la corrupción endémica que afecta a las instituciones públicas, tal vez la situación en estos momentos fuera incontrolable.
La deuda aumenta peligrosamente, pero cualquiera pudiera decir que por el momento el Gobierno cuenta con el recurso usado desde el nacimiento de la República Dominicana y lo propio ocurre en una gran cantidad de países, que no es otra cosa que recurrir a la emisión de dinero inorgánico, lo cual es muy poco saludable para una economía enferma y el mismo tiene además un componente altamente inflacionario.
Por ahora la prioridad es busca combatir y vencer al Covid-19 y luego se discutirá como se ha invertido el dinero tomado prestado y si una buena parte del mismo, como ocurre siempre, se ha ido por un camino equivocado y contrario a los propósitos de los compromisos asumidos a nivel bilateral y también multilateral.
Sin embargo, hay que estar preparado para llevarse una tremenda sorpresa, porque donde quiera se cuecen habas y mucho más en un país donde predomina la cultura de la corrupción, en virtud de que todos los partidos dominicanos, prácticamente con ninguna o con muy pocas excepciones, se crean sobre la base de una vocación mafiosa y delincuencial y ahora no se puede esperar lo menos.
Por el momento hay que asumir el peso de la deuda y que la carga se arregle en el camino, como dice una expresión popular, porque de lo que se trata ahora es de salvar la vida de los dominicanos, no importa a que costo, pero lo menos que se puede esperar es que la actuación de la gente que está en el poder sea la correcta, porque algún temor debe crear el empoderamiento y la conciencia creada por la gente de que la corrupción es una causa más que suficiente para arruinar el país.