Conecta con nosotros

Editorial

Una Modificación Constitucional Necesaria, pero Compleja.

Published

on

Los partidos políticos y otros sectores de la sociedad civil se reúnen a partir de hoy para crear un protocolo de discusión sobre los temas planteados por el presidente Luis Abinader, incluida una reforma constitucional para dotar de independencia al Ministerio Público, la Cámara de Cuentas y la defensoría del Pueblo.

Lo primero es que la agenda luce muy amplia y que en consecuencia es una discusión que podría llevarse muchos días ponerse de acuerdo entre aquellos con lo que  sea posible.

Sin embargo, hay partidos con incidencia en el Congreso Nacional que nunca van a estar de acuerdo con temas como la independencia del Ministerio Público y la Cámara de Cuentas, porque ambos en vez de crear instrumentos para perseguir el crimen y el delito, se han convertido en un suporte para taparlos, sobre todo cuando los mismos provienen de funcionarios públicos.

Todo ello porque los partidos políticos tradicionalmente han llevado a dirigir estos órganos a  sus cuadros, cuyo ejemplo para ilustrar ese mal comportamiento de estas organizaciones es Jean Alain Rodríguez, gestión que ha sido una desgracia para la democracia dominicana.

Las propuestas de Abinader tienen de frente e incluso a dirigentes y funcionarios de su propio Gobierno, ya que ellos también han sido formados para enriquecerse en la administración pública mediante la acumulación originaria.

Sin embargo, se debe reconocer que aunque las propuestas de Abinader obedezcan a una simulación o a un interés sincero del mandatario, las mismas son saludables para la democracia dominicana, la cual ha tenido como retranca para lograr la credibilidad necesaria la actitud hipócrita de muchos de los que participan en la vida política nacional.

La discusión de estos temas son de vida o muerte para la democracia, porque si de algo está consciente la clase política nacional es que su vida cada día se acorta, porque todo indica que por sus indelicadezas y travesuras corre el riesgo de sufrir la misma consecuencia que sus iguales de una serie de países latinoamericanos.

Luce que esa tendencia no la detiene nada ni nadie, ya que los actores del partidarismo nacional nada les sirve de escarmiento y sus absurdos son parte de su idiosincrasia, lo cual sólo cambiaria a sus dirigentes si  los hacen de nuevo y eso no es científicamente posible.

Una muestra de que esta afirmación es muy contundente son las entregas de dinero a diputados y senadores por parte de ambas cámaras, pese a que ese es un tema de campaña que ha servido para que muchos de estos funcionarios electos se burlen de la sociedad.

El PRM, el PLD , el PRSC y la FP por sólo mencionar esos cuatro, no cambian sus comportamientos porque ellos ya tienen unos intereses a su alrededor que muy difícilmente los lleve a ver la política como una vía de defender los mejores intereses del país, sino los grupales y personales.

De manera, que ojalá el encuentro que se inicia este lunes permita que de ahí salgan acuerdos o consensos para mejorar la sociedad y la democracia dominicana, pero sin ser adivinos se podría adelantar que por los intereses que rodean a esos partidos los resultados no serán los mejores.

Los deseos de este periódico es que las cosas sean diferentes, pero las posiciones de cualquier persona están determinadas por los intereses que representan y en esos partidos todo el mundo juega a la politiquería, la demagogia y la doble moral.

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Editorial

Un hecho que hiere la conciencia nacional.

Published

on

La violación sexual de una adolescente haitiana durante un operativo de la Dirección General de Migración representa una afrenta en contra de toda familia sin importar en qué lugar del mundo ocurra y la nacionalidad de la víctima.

Puede producirse en cualquiera de los continentes que conforman el mundo y no hay forma de justificar semejante aberración.

Todo el que tiene algún sentimiento paternal tiene que indignarse con semejante aberración, la cual constituye la que más heridas psicológicas y físicas produce en sus víctimas.

Esa es una forma de arruinarla la vida un ser que apenas comienza a vivir, cuyos traumas la acompañarán durante el resto de su existencia.

No hay forma de concebir semejante crimen, porque en realidad la violación sexual es uno de los peores recursos de cualquier degenerado en contra de sus víctimas.

Cualquier buen ciudadano, no importa que tan poca o muy civilizada sea su nación de procedencia, no puede sentirse cómodo con que un degenerado sobre la base del poder público cometa semejante agresión, pero peor aun en contra de una persona que todavía se puede definir como una niña.

Ya el Gobierno ha reaccionado al respecto, pero el asunto no permite dilaciones, porque el remedio tardío puede ser mucho peor que la enfermedad y la sociedad dominicana no puede darse el lujo de proyectarse ante la comunidad internacional como una nación de salvajes y de perversos que se escudan en la ley para cometer sus atrocidades.

No hay forma de justificar semejante acción, sin importar las diferencias migratorias y a otros niveles con los haitianos, porque el crimen cometido por miembros de la Dirección General de Migración trasciende todas las fronteras.

El que viola a una haitiana de igual lo hace con una dominicana o con cualquier otra persona, porque se habla de un enfermo que merece tratamiento clínico y de la sanción que dispone la ley para este tipo de conducta.

Continue Reading

Editorial

La desgracia que nos acecha.

Published

on

La forma de manejarse del Gobierno de Luis Abinader y del Partido Revolucionario Moderno (PRM) representa un gran reto para la República Dominicana, porque esta entidad no cuenta con un pensamiento y una planificación estratégicas.

Desde su llegada al poder ha quedado demostrado que no piensa nada de lo que hace, lo cual explica la falta de visión de Estado tanto del mandatario que se gasta el país y del partido que lo sustenta.

Abinader le ha buscado una solución incorrecta para satisfacer el pedido de entrega de fondos adicionales a los partidos políticos, incluido el oficial, la cual implica una modificación no pensada de la Ley de Presupuesto.

Pero lo peor de todo es que nadie, absolutamente nadie, somete a la transparencia que manda la Constitución de la República a los partidos políticos que reciben altas sumas de dinero del Estado sin rendirle cuenta a nadie.

En realidad no se sabe de qué se habla cuando se recurre a  una expresión muy común de que los partidos son el soporte de la democracia.

Tremenda mentira, porque si a la verdad vamos son la mejor expresión de la desgracia nacional.

La partida que ahora entrega el Gobierno a los partidos políticos no es otra cosa  que una vía mas para promover la falta de transparencia y el mal manejo  de los dineros de las arcas nacionales.

Esta nueva partida entregada a la partidocracia significa un gran sacrificio para todos los dominicanos en razón de que ello traerá consigo un mayor endeudamiento público, pese a que ya es bastante.

La fiesta del dispendio y de la corrupción de los actores de la vida política nacional son, sin lugar a dudas, la más grave amenaza en contra de los mejores intereses de la nación.

Es una complicidad que involucra a todo el andamiaje oficial, la cual se inicia en el Palacio Nacional, entre a un amplio sector del empresariado, pasa por el Congreso Nacional, el sistema de justicia, incluidos los tribunales Constitucional y Superior Electoral y para colmo el fenómeno no deja fuera a los medios de comunicación social, sobre todo a los más grandes y que más incidencia tienen en la vida nacional.

A Dios que reparta suerte.

Continue Reading

Editorial

El país necesita una televisión pública con el mejor de los conceptos en esta materia.

Published

on

En los últimos, digamos, dos años, hemos sido testigos de algunos avances en lo que respecta a la televisión gubernamental, la cual se expresa a través de Radio Televisión Dominicana (RTVD).

La línea grafica de esta estación gubernamental mejora, naturalmente, la percepción que predomina en los países donde hay una verdadera cultura de la televisión pública no se fundamenta sólo en eso, cuyo detalle no implica que el país cuente con un verdadero canal de este tipo.

Es definitivamente mucho lo que falta por hacer, lo cual no depende solamente de que buenos técnicos manejen el asunto, sino también de sacar del entorno gubernamental un proyecto de televisión que tenga el propósito de que el país cuenta con un canal público bajo el estándar que existe en las naciones con grandes avances democráticos.

La televisión pública en la República Dominicana se hace prácticamente imprescindible para atacar la principal distorsión que aquella al país en lo que respecta a sus valores nacionales.

Tanto es así, que la televisión pública sería una muy buena aliada con los planes de mejorar el sistema educativo nacional, el cual, naturalmente, debe tomar sus propias medidas a partir de una visión más integral de ver el Estado dominicano.

Nótese que el pequeño logro en lo que respecta a la televisión gubernamental, no la pública, porque ahí interviene otro concepto, es el resultado de una persona que llega a RTVD y sugiere una serie de cambios en su línea gráfica que la proyectan de mejor manera, pero ello no quiere decir que se ajuste en todo el sentido de la palabra a esta forma de hacer televisión.

En lo referente a la televisión pública no hay forma de desarrollarla que no sea mediante la creación de instancias privadas, llámese fundaciones o patronatos, pero con veedores públicos que garanticen su eficiencia y que en la gestión se cuente con un código de ética que obligue a quienes la controlen a respetar los valores a que hemos hecho referencia.

Y todo parece indicar que hay una herramienta útil para este fin, que no es otra cosa que la Ley 47-20 de alianza público-privada e incluso la misma norma legal que rige a RTVD, la 134-03, la cual en su artículo 3 manda que se procure la descentralización de la televisión gubernamental, lo cual puede dar pie a que nazca en el país una verdadera estación pública.

En términos de televisión pública parece la vía más idónea para que la República Dominicana dé un salto cualitativo en favor de la dominicanidad, la democracia, el arte, el espectáculo y la cultura en general, pero además en el necesario proceso de restablecimiento de valores humanos, sociales, éticos y morales en el marco de la democracia.

El momento es oportuno para hacer cambios importantes en el campo de la televisión con la creación de estaciones públicas, no gubernamentales, para por lo menos promover lo que somos como país de una mejor manera, porque este tipo de televisión puede ser exportable por lo menos para los mercados donde hay una gran cantidad de dominicanos, como Estados Unidos y Europa.

 

 

Continue Reading

Edificio La República: Restauración No. 138, cuarta planta, Santiago, República Dominicana. Teléfono: 809-247-3606. Fax: 809-581-0030.
www.larepublicaonline.com  / Email: periodico@larepublicaonline.com
Copyright © 2021 Blue National Group