Por Isaías Ramos
Cada día se confirma con más fuerzas que esta élite política es un instrumento de una élite económica y globalista que pretende adueñarse de los bienes y recursos de la nación, a través de artimañas que les han funcionado muy bien. Estas incluyen la Ley General De La Empresa Pública (Ley No. 141-97), el rescate financiero del 2003, la Ley No. 47-20 de Alianzas Público-Privadas, y la propuesta Ley De Fideicomisos Públicos, que este gobierno se empecina en aprobar.
Durante los últimos 7 períodos presidenciales, los partidos y actores políticos han sido y actuado como instrumentos de sus amos. Así como actúan las pandillas, estos actores han tenido que demostrarle a sus amos que son fieles a ellos, no importando el sufrimiento, la miseria y el dolor que le cause a una población indefensa, hundida en la opresión y el hambre del camino hacia la esclavitud.
Estos actores políticos siempre ofrecen a la población discursos con palabras huecas, rimbombantes y altisonantes, comunes entre ellos, pues por lo general se buscan los mismos estrategas políticos para que les enseñen a manipular y engañar con propuestas llenas de falsedad, fariseísmo y doblez, donde su fin es llegar al poder para saciar sus codicias y la avaricia de sus amos. Son verdaderos corderitos ante sus amos y actúan como lobos rapaces ante el pueblo indefenso que aún no ha reaccionado ante tales despropósitos.
Mientras tanto ellos se aprovechan de todo lo que le pueden quitar al pueblo, ya sea a través de un fideicomiso, como RD Vial, del cual el sector financiero se ha beneficiado con más de 20 mil millones de pesos. Esto significa que por cada peso que pagamos de impuestos por transitar por nuestras carreteras, unos 60 centavos van dirigido al pago de intereses por una deuda que va creciendo como una bola de humo, sin posibilidades financiera del retorno del capital. Esto, a la larga, solo aumenta la posibilidad de que nuestras carreteras, en tiempo no muy lejano, sean intervenidas por sus “acreedores”.
Ese es el trasfondo que se persigue con estas parafernalias de alianzas público privadas y fideicomisos: entregar nuestros bienes a esas élites económicas y globalista con artimañas, argucia y sutilidad.
Recordemos los famosos $700 millones de dólares que debieron llegar al país por las ventas de los activos de la CDEEE. Aún hoy el pueblo dominicano no conoce el destino de esos recursos. En algún momento unos de ministros de esa época comentaron que esos recursos se dejarían en una cuenta Offshore, para no deprimir la tasa cambiaria. De esa manera, van enredando al pueblo y el día menos pensado ya no tenemos patria, porque todo le pertenece a esa grandes corporaciones financieras del mundo.
Es lamentable como tantos dominicanos y dominicanas de buen corazón de manera inconsciente hoy son cómplices de este saqueo y robo al pueblo, por no percibir el trasfondo de los verdaderos propósitos esos grupos sin conciencia moral y mucho menos patriótica. En muchas ocasiones, por falta de valor y coraje, han preferido cooperar para que se consuma este despropósito ante el pueblo. Entre ellos hay muchos diputados y senadores, a los que tarde o temprano esos mismos a los que hoy ellos alimentan actuarán también en contra de ellos.
En el Frente Cívico y Social estamos convencidos que solo el pueblo dominicano unido en una sola voz ante el congreso podrá parar la intención de aprobar esa ley, que al igual que la ley 47-20, es antipatriótica y esclavizante. De aprobarse, estaremos condenado al saqueo y robo como nunca antes por esa élite económica y financiera que no tiene rostro, pero tampoco tiene alma.