La clase política dominicana si hay una cosa por la se caracteriza es precisamente por la doble moral.
Como es un país lleno de pobreza y donde la apariencia juega un papel muy importante para tener éxito, la política es una de la fuente más idónea para que el que viene del subsuelo económico y social busque su ascenso a través de los partidos.
No son pocos los que han logrado su sueño de ser multimillonarios insertándose en el tren de la administración pública y hacer todas las bellaquerías imaginables y no imaginables para acumular fortunas.
En la política uno se encuentra con personajes que piensan que los demás les creen su historia de poseer grandes fortunas que no hay forma como justificarlas.
La gran mayoría de los políticos viven de la simulación y el engaño y llegan al colmo de creerse sus propias mentiras.
Son tan audaces que luego de acumular grandes cantidades de dinero mediante el hurto de los recursos públicos entonces se convierten en luchadores en contra de la corrupción y muchos de ellos someten al Congreso Nacional proyectos de leyes para combatir el flagelo.
Otros se vuelven moralistas y éticos mediáticos, porque van a los medios de comunicación a pontificar y a criticar lo mal hecho.
El último de estos actos de doble moral lo hemos visto en el licenciado Felucho Jiménez, quien ha denunciado que el Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana sabía de las sobrevaluaciones de las obras que construía en el país la companía brasileña Odrebrech.
Felucho, quien ocupó el Ministerio de Turismo durante el gobierno de Leonel Fernández, fue acusado en aquel momento de intentar chantajear una companía norteamericana que quería hacer grandes inversiones en la República Dominicana, y aparentemente por eso fue apartado del cargo.
A partir de ese momento Felucho se convirtió en promotor de la pre-candidatura a lo interno del PLD del licenciado Danilo Medina y de esa manera tras el triunfo electoral de éste logra engancharse nuevamente en la administración pública como presidente de la Refinería Dominicana de Petróleo.
Lo otro que se le enrostra a Felucho Jiménez es buscar la anulación de una carretera en la zona este del país por cuestiones personales, ya que quería que la obra tuviera otro trazado para que beneficiara unas propiedades suyas.
Lo cierto es que Felucho ha buscado hacer ahora una denuncia en contra del Partido de la Liberación Dominicana no sabemos si por tener algún otro disgusto con sus compañeros, pero nadie pone en duda lo dicho por éste, ya que el PLD ha pasado a ser luego de llegar al poder una corporación económica donde predominan los intereses de grupos.
Pero Felucho ha apelado de una forma muy inteligente a criticar a su partido sobre la base de un hecho que nadie pone en duda y de paso ha esgrimido la misma arma de prácticamente todos los políticos dominicanos como es la doble moral.
Como el fenómeno de la doble moral ya abarca a toda la clase política, no importa que se esté en la oposición o en el gobierno, Felucho la ha esgrimido para denunciar lo que todo el mundo sabe, pero que por venir de él ha creado un remolino político.