De Teatro
Una multitudinaria boda sin invitados
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La invitada con la que el novio ha engañado a su ya esposa es un vestido colgado de una percha y el resto de invitados son los espectadores. «El público es una parte fundamental del montaje, los actores interactúan a veces con ellos, aunque no todos se muestran igual de dispuestos a participar», dice Pazo y añade que es muy importante que, «desde el minuto uno, los actores vean a esas personas sentadas en las butacas del teatro como sus amigos y miembros de su familia».
«Depende de cada función, hay veces que el público se entrega más y otras que no, pero esta obra es todo un ejercicio de interpretación que funciona gracias a la complicidad entre nosotros, los actores, y Maijo», apunta Iñigo de la Serna que interpreta a Abel, el novio. «Un montaje tan íntimo tiene su parte buena», añade Isabel Martín, actriz que encarna a Marta, la novia. «El minimalismo de la escena hace que te apoyes mucho más en tu compañero porque no tienes otros elementos para hacerlo. Suena complicado, pero el resultado es mucho más impactante para el público».
«Tampoco quería hacer una parodia de esta historia, aunque es tan esperpéntica que bien se podría haber adaptado a este género», aclara Pazos y añade que si el público se ríe con los actores es «porque las grandezas y bajezas del ser humano tienen algo de tragicomedia que nos hace llorar y reír a la vez viendo a estos personajes lidiar con un momento tan difícil». «No es necesario un dramón lacrimógeno para empatizar con ellos», apunta Martín.
Las diferencias entre el medio cinematográfico y el medio teatral, llevaron a Pazos a alterar algunas de las escenas originales. «Yo no tengo una cámara para meterme encima de los actores mientras bailan y conversan», dice refiriéndose a la escena del vals. En Nuestra boda, los personajes bailan un pasodoble español que despierta las risas del público. «Quizá esa sea la única diferencia, pero por lo demás, las bodas en España y Argentina son bastante parecidas», dice la argentina Ángeles Vidal tras ver la obra.
Nuestra Boda puede verse todos los viernes de noviembre y diciembre en el teatro-bar OFF Latina (Mancebos, 4), que busca impulsar el teatro off de la capital. Sus dos salas —una de ellas ubicada en una antigua carbonera del siglo XVII— acogen una amplia programación para todos los públicos: desde comedias, dramas, monólogos y espectáculos de improvisación, hasta números de magia, musicales y conciertos de flamenco.
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