Editorial
Una Sociedad Sumergida en el Peor de los Peligros
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8 años agoon
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LA REDACCIÓNEn la sociedad dominicana todos los caminos parecen conducirla al peor de los peligros, cuya realidad aparece hasta en los escenarios sin ninguna trascendencia, pero también en cuestiones vitales para la convivencia social y moral.
Cada día el dominicano se levanta con la ocurrencia de crímenes por razones delincuenciales, pero también por motivos sin ningún valor, poco entendible, a menos que no se recurra a la crisis ético-moral y socio-económicas que se traga la nación ante la mirada indiferente de aquellos que tienen la misión de manejar el Estado para que la gente no se coma entre si.
Es un drama que va desde la delincuencia de poca monta, hasta la de cuello blanco, pasando por una crisis muy grande de los valares nacionales, sobre todo del sentido de la responsabilidad, donde quedar mal es una virtud, más que un defecto, un orgullo más que una vergüenza.
El cuadro luce tan feo y preocupante que el dominicano está definitivamente atrapado por un malestar que por donde quiera que la gente se mueve cae en un laberinto, cuya solución al problema sólo se observa en el campo de la percepción, la cual es proyectada a través de una retórica política adornada por la mentira y los sofismas.
En la práctica no se observa ninguna solución al problema y la mayoría de la gente no tiene una salida a la vista, entonces se apela al día a día, a la solución fácil, sin tener que trabajar, sin metodología, sin sacrificios y con la incertidumbre de qué será de la comida mañana, dónde encontrarla, porque no existe el trabajo que proviene del empleo.
Es como si nos encamináramos a comernos unos con otros, cuyo salvajismo en tiempos de civilización parece normal para los que viven de la retórica y la percepción, de la venta de unos sueños que no llevan a otra cosa que no sea a la disolución de la sociedad dominicana.
Hoy jueves 15 de junio las principales noticias de los diarios nacionales tienen que ver con el apresamiento en Puerto Rico con un cargamento de drogas de un coronel del Ejercito Nacional y la denuncia de que los colmados y otros establecimientos del país venden alimentos a la población, vencidos, adulterados y falsificados.
Esta última información es sumamente grave, ya que se trata de un referente de lo que pasa en los lugares donde compra alimentos la gente pobre, los colmados, donde se venden quesos hechos en callejones, sin ninguna higiene, como lo demanda el Ministerio de Salud Pública y otras instancias del Estado.
La denuncia explica que en la actualidad en la República Dominicana operan alrededor de 700 lugares donde se fabrican quesos que no tienen ninguna autorización oficial, que además no cuentan con plantas pasteurizadoras para su elaboración, lo cual podría poner en peligro la vida de los consumidores mediante cualquier bacteria que les puede provocar la muerte.
En la actualidad en la República Dominicana sólo hay cuatro o cinco empresas autorizadas por el Estado para producir este producto, lo cual nos proporciona una idea de hasta dónde estamos arropados por la informalidad y la ilegalidad, lo que pone en peligro la salud de todos.
Pero este no es un caso aislado, no lo crea así, arropa toda la sociedad, porque se trata de un problema integral, pasa tanto abajo como arriba de la pirámide social, porque éste es el resultado de un Estado que no está en capacidad de regular y fiscalizar nada, donde no importa cómo se haga el dinero, así sea cortándole la cabeza a su vecino, lo cual es premiado como una gran hazaña y el protagonista de semejante inconducta termina con el recibimiento de un gran reconocimiento como un ciudadano distinguido.
El problema de la sociedad dominicana es tan grave que si saltamos del campo de los alimentos a la medicinas, nos encontramos con el mismo o un cuadro peor, pero no se entiende cómo la gente no ha entrado en pánico colectivo que tenga su clímax con una explosión social.
Es como si no hubiera una salida a la vista, porque la vía para la solución de los problemas es el empoderamiento ciudadano para refundar el Estado, pero habría que preguntarse si la sociedad dominicana está en capacidad de entenderlo, porque de alguna manera la misma también luce gravemente enferma y cansada, sin la capacidad de dar la respuesta que el problema demanda.
De cualquier manera, no se pueden perder las esperanzas y el poquito de gente que entiende el fenómeno debe trabajar para solucionar el problema antes de que sea demasiado tarde.
Desde hace años en el país ha habido un debate sobre las debilidades más perjudiciales de la sociedad dominicana y entre ellas está la improvisación, la falta de planificación estratégica.
La consecuencia de ese mal es lo que deja como resultado lo ocurrido este martes en la discoteca Jet Set, donde han fallecido unas 124 personas y hay docenas de heridos.
La razón de ser de esta tragedia tiene que ver con el hecho de que en el país no se fiscaliza nada y producto de esa irresponsabilidad del Estado podrían producirse muchas más desgracias como la ocurrida.
En todo el territorio nacional los techos de los edificios, ya sean residenciales o comerciales, están llenos de plantas eléctricas de alto cilindraje y tinacos con un peso que muchas veces no soporta la edificación.
Pero el Estado no reacciona frente esa irregularidad y se verá como en pocos días todo vuelve a lo que es normal dentro del desorden y es que nadie ni mencione lo ocurrido.
Son incontables los edificios que están amenazados de colapsar por esta causa, pero quienes tienen la misión de darle seguimiento a ese peligro sencillamente no lo hacen.
Ahora lo que viene es enterrar a los muertos y que todo lo anormal siga su curso y la gente prepararse para derramar lágrimas en el próximo evento de igual o peor magnitud.
Entonces, siendo así las cosas, la recomendación de este periódico es que este asunto se maneje desde una perspectiva política y no hay otra opción que el ciudadano se empodere para ver si son posibles los cambios que impidan que estas tragedias ocurran.
Pudiera parecer descabellado el planteamiento al respecto, pero para que por lo menos los riesgos sean menores, porque nunca se estará libre de acontecimientos desagradables como éstos, pero si se promueve una cultura de prevención, los resultados podrían ser totalmente diferentes.
Luchemos por una sociedad donde prevalezca la planificación estratégica, la regulación, la fiscalización y la prevención para evitar todo lo que puede ocurrir por una visión contraria por parte de los que manejan el Estado.
Sin pretender quitarle importancia al derecho, valor y principio de igualdad, porque se supone que todos somos iguales ante la ley, pero la transferencia de los liderazgos políticos en el país es motivo de una gran preocupación.
En los actuales momentos la democracia nacional está en crisis y cualquiera sin un ápice de buenas intenciones puede convertirse en un líder nacional, porque esas son de las cosas que ocurren cuando un país llega al fondo en lo que respecta a los valores.
La República Dominicana atraviesa por ese trance, ya que hay una famosa expresión que dice que una gota de agua cae tanto en el mismo lugar hasta que hace un hoyo.
Exactamente eso ha ocurrido en el país, dado que ha sido tanta la corrupción y las acciones antijurídicas y anti morales, así como anti éticas que ya la gente parece haberse cansado.
Es de tal magnitud el problema que los funcionarios públicos que provienen de la partidocracia no se conforman con sustraer (50) cincuenta ó (100,000,000.00) cien millones de pesos, sino miles, cuyos mejores ejemplos son encontrados en los casos que están a punto de caer en prescripción extintiva porque ya van a cumplir 4 años de haberse iniciado.
Pero no es solo ese el problema, sino que la partidocracia ahora quiere perpetuar ese mal con dejar como herencia la administración del patrimonio público a sus esposas, hijos y nietos, principales beneficiarios de la sustracción del dinero del Estado.
Los herederos de la partidocracia ya están muy activos en la vida nacional y sólo esperan que sus padres y madres envejezcan para entonces ellos tomar las riendas del Estado para que continúe la fiesta de la que no participa el pueblo dominicano.
El fin de esa interminable parranda solo se llegará si la ciudadanía toma el toro por los cuernos e incluso impide que en el campo de la política partidista las cosas se manejen como si se tratara de una herencia proveniente de la determinación de herederos establecida para cuando el de cujus ha dejado bienes que sus legítimos herederos son sus hijos y nietos.
La partidocracia busca prolongar sus ilegales acciones hasta los más lejanos de sus herederos, mientras el pueblo dominicano no tiene derecho a la salud, la educación y una vivienda digna.
El momento parece haber llegado para decir basta ya y plantear una nueva regla del juego con la entrada de una forma diferente la figura de las candidaturas independientes, la cual parece representar una amenaza para que sobreviva el Estado Social Democrático y de Derecho, dado que algunos de los representantes de la partidocracia ya pretenden atentar hasta en contra de la Constitución de la República, ley suprema de la nación.
Editorial
Sentencia del Tribunal Constitucional crea clima importante en democracia dominicana.
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1 mes agoon
marzo 2, 2025Lo primero que debe establecerse es que la sentencia del Tribunal Constitucional sobre las candidaturas independientes representa un paso vital para convertir la democracia nacional en más participativa.
Esta decisión del TC, quiérase o no, permite que el ciudadano se empodere y si lo hace correctamente podría detener la debacle que han impuesto en la sociedad dominicana los partidos políticos, cuya principal misión es promover anti-valores.
Ante los argumentos de la partidocracia, habría necesariamente que preguntarse y si ellos están tan bien como dicen, por qué tanto miedo con las candidaturas independientes, sobre todo si se entiende que si esta figura jurídica no es aprovechada por ahí podría ser que no venga nada nuevo y que en segundo lugar pueda servir para traer algo peor de lo que tenemos.
Entonces, si es verdad que se trabaja en favor de la sociedad, se impone que no se exhiba tanto miedo, porque si consideran que hacen lo correcto, pues no deben preocuparse.
Es un verdadero contrasentido muchas de las cosas que se dicen, porque si fuera algo que verdaderamente reviste tanto peligro, lo que procede es desmontar su importancia con argumentos con lógicos y despojados de todo mal razonamiento.
En una sociedad cimentada en antivalores no es fácil lograr cambios importantes, pero si la herramienta existe podría venir la reformación integral del Estado dominicano.
Las candidaturas independientes son una tabla de salvación nacional de una sociedad en la que ya no cabe más corrupción, contaminada de los pies hasta la cabeza y lo contrario.
Ahora falta que el ciudadano, vale decir la mayoría de ellos, se despoje de ese fanatismo que tradicionalmente lo ha cegado en favor del partidarismo, a fin de asumir con la toda la responsabilidad posible esta nueva figura que podría cambiar totalmente el escenario político nacional.
Hace falta que todos nos armemos de coraje y vayamos al Congreso Nacional a defender en las vistas públicas que habrán de anunciarse sobre las candidaturas independientes, ya que no hacerlo sería apostar al fracaso de la sociedad dominicana.
Que se entienda que la pelea está echada y que nadie detendrá las aspiraciones de los amplios sectores de la vida nacional de tener un país mejor, ya no soportan más corrupción y la negación de derechos, principios y valores constitucionales.
Lo que debe prevalecer en el ánimo nacional es darle vigencia al Estado Social Democrático y de Derecho, a los fines de que prevalezcan los deseos sanos y de verdaderos cambios del pueblo dominicano por una sociedad mejor.