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Análisis Noticiosos

El PRM salva las primarias del dinero, que dejan al PLD al borde de la división

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Por: Juan Bolivar Díaz

La adolescente democracia dominicana, las debilidades institucionales y el imperio del presidencialismo, del clientelismo y el rentismo, del dinero y la compra de votos quedaron al desnudo marchitando la primera materialización de las elecciones primarias y simultáneas organizadas por la Junta Central Electoral (JCE).

Los abusos del poder y las ambiciones desenfrenadas dejan mal parado al Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que controla gran parte del Estado y la sociedad, mientras el Partido Revolucionario Moderno (PRM) logró salir airoso y unido en torno a la candidatura presidencial del economista y empresario Luis Abinader.

Un impúdico mercado.- El experimento de las elecciones primarias simultáneas y organizadas por la JCE ya había perdido su carácter democrático cuando casi todos los ministros del gobierno fueron designados jefes de la campaña del delfín del presidente Danilo Medina y su publicidad sin límites apabulló a la sociedad, superando muchas veces lo que gastaron en conjunto los otros 9 precandidatos presidenciales de los dos partidos mayoritarios. También cuando la maquinaria gubernamental presionó a los empleados públicos y a contrataciones, suplidores y consultores por apoyo económico y de votos, incluso fijándoles cuotas.

Pero tal como se había advertido, desde la víspera del 6 de octubre y en la jornada misma de votación se llevó al paroxismo el viejo delito de la compra de votos, que hasta ahora era disimulado, pero esta vez se hizo abiertamente. A observadores electorales les llegaron a preguntar si eran ellos quienes entregaban el dinero. Participación Ciudadana dejó constancia de haber comprobado ese mercado en el 32.73%, de los recintos de votación.

La jornada quedó también manchada por otra violación legal, la propaganda electoral aún dentro de las mesas, comprobada en el 42% de los recintos, y por la publicación de encuestas a boca de urna amañadas en extremos insólitos. De hecho las encuestas constituyeron la primera baja del proceso, porque la mayoría de las que antecedieron la votación también presentaron resultados extremos en favor de los dos competidores del partido oficial, no así en el de la oposición, donde casi todas se aproximaron a lo que resultaría. El 30% de los empadronados que votó, una parte incentivada con dinero, quedó por debajo de las expectativas generales.

Volvió a vencer el Estado.- Después de la revisión de los votos físicos depositados en las urnas y los resultados ofrecidos ayer viernes por la JCE es obvio que el presidente Medina alcanzó su objetivo de impedir que su archirrival Leonel Fernández fuera el candidato presidencial del PLD. Gonzalo Castillo consiguió superarlo por 1.43%, al recibir 911 mil 324 votos, para un 48.72% del total, contra 884 mil 630 votos, 47.29% del expresidente. En cantidad de votos la diferencia fue de 26 mil 694.

Los leonelistas argumentan que ni el conteo de los votos físicos ya era confiable, porque cuatro días después pudieron haber sido cambiados, o que en cientos de colegios se llevó gente a votar después del horario establecido, lo que pudiera explicar el fenómeno estadístico de que Gonzalo creció más de 2% en el último 15% del cómputo, rompiendo la ventaja de Leonel, que al 85% nunca llegó al 1%, lo que marcaba una tendencia equilibrada, de ínfimas variaciones.

En cualquier caso, la evidencia física no podría ser variada, y menos en lucha contra el gobierno, por lo que Gonzalo Castillo será el candidato presidencial del PLD. La pendiente auditoría a los equipos y programas, que la JCE anunció el miércoles, aunque lo había decidido desde enero, tomaría meses entre concurso para seleccionar empresa y su realización.

A la luz del estrecho resultado, habría que convenir que la irrupción del Estado fue lo que definió el candidato, cuestión en la que los leonelistas no podrán insistir, porque eso dijo Danilo Medina cuando perdió la nominación para el 2008 luchando contra Leonel que buscaba reelegirse. Irónicamente, las mismas expresiones del Estado en campaña las puso en vigencia el presidente Fernández para que Danilo ganara la presidencia en 2012, por 51 a 47% contra Hipólito Mejía, cuando incurrió en un déficit fiscal sobre 150 mil millones de pesos.

El PRM fue el triunfador.- Aunque la dramática confrontación en el partido dominante ha acaparado la atención pública, el gran triunfador de las primarias fue el Partido Revolucionario Moderno (PRM) que votó en base a su padrón de miembros, y no registró el menor incidente ni descalificaciones o confrontaciones entre seis precandidatos, aunque siempre la competencia estuvo polarizada entre el elegido Luis Abinader y el expresidente Hipólito Mejía.

Contribuyó a ese resultado que desde la elección para el 2016, ninguna encuesta redujo la ventaja que aquella vez obtuvo Abinader, de 70 a 29%. Ahora la diferencia aumentó, con 74 a 21%. El tercer aspirante, el diputado Wellington Arnaud, apenas consiguió 6 mil 412 sufragios para 1.67% y otros tres con fracciones del 1%. La votación total del PRM sumó 29.48% de sus empadronados con derecho al sufragio. En el PLD, con su gran incentivo monetario y clientela amarrada, llegó a un millón 870 mil 552, equivalente al 25% del padrón abierto, y al 26.62% del mismo, descontando los que lo hicieron por el PRM. De los votantes del PLD 39 mil 539, el 2.1% fueron por ninguno, en el PRM 5 mil 405, equivalentes al 1.4%.

La inmediata reunificación del PRM en torno a la candidatura de Luis Abinader le otorga mayores posibilidades de capitalizar la quiebra del PLD, de concentrarse en golpear sus fracasos y capitalizar el hastío que genera su prolongación en el poder, estableciendo una sola línea de trabajo, sin las distracciones de la competencia interna, especialmente para cerrar alianzas con otros partidos y sectores sociales.

El PLD en vía de división.- El precario predominio de Gonzalo Castillo demostró la fortaleza de Leonel Fernández en la base de miembros y simpatizantes del PLD, razón por la cual, como se había advertido, el presidente Medina peleó durante más de un año por imponer el padrón abierto. Debe asumirse que fue entre los no peledeístas donde se cosechó mayor cantidad de votos comprados, de ambos lados, especialmente entre los lumpen, los indiferentes y los más necesitados.

Esa circunstancia y que Leonel predominara absolutamente en el DN, donde ganó 60 a 36%, y en Santo Domingo 55 a 40% lo dejan con fuerza para aguarle la fiesta a Gonzalo y Danilo, a no ser que los grandes intereses de la corporación político-económica que lideran los obliguen a encontrar un camino de entendimiento. Por el momento la reconciliación está descartada de ambas partes, y chocan con el odio y resentimientos elevados al infinito en una competencia que superó la racionalidad. A Leonel le pusieron una soga al cuello y la apretaron al máximo, pero al quedar vivo y sin perspectivas de recuperarse dentro del partido, lo impulsan a pelear lo más posible dentro y a buscar otros caminos.

Entre sus más fieles se da por hecho que Leonel será candidato presidencial, con la posibilidad de ser postulado al menos por cinco o seis partidos tradicionalmente aliados del PLD, y el vice-vocero del Partido Reformista en la Cámara de Diputados lo propuso públicamente por esa organización. Tiene el límite del numeral 4 del artículo 49 de la Ley de Partidos donde se condiciona la postulación a “que no haya participado como candidato por otro partido, agrupación o movimiento político para el mismo evento electoral”. Pero creen que lograrían ante el Tribunal Constitucional que prevalezca el derecho constitucional a ser postulado y a ser elegido. Ya fue anulado el numeral 3 del mismo artículo que establecía la condición de tener “un tiempo de militancia o permanencia mínimo en el partido”, como también otro artículo que prohibía a los partidos de nuevo reconocimiento aliarse en su primera participación electoral.

Lecciones para el 2020
Múltiples son las lecciones que dejan las traumáticas primarias, en las que predominaron como candidatos tres cuartas partes de los senadores, diputados y alcaldes que buscaron nueva postulación, porque compitieron sin freno y con ventajas, incluyendo sus “barrilitos y cofrecitos”. El alcalde peledeísta del mayor municipio del país, Santo Domingo Este, fue vencido por el dueño de una cadena de bancas de apuestas, el sector más representado en el Congreso.

Para la oposición política queda el desafío de reunir fuerzas para frenar la irrupción del Estado en la campaña electoral, que es un fraude adelantado a la votación, responsabilidad que constitucionalmente concierne a la JCE. Para esta también la lección de que es imprescindible la previa auditoría de los equipos y programas informáticos para reducir los cuestionamientos a sistemas que los expertos reconocen que no son invulnerables, razón por la que solo se utilizan en elecciones en una decena de países, casi todos del tercer mundo. Y para toda la sociedad dominicana el gran reto de revocar el enorme imperio del dinero que deteriora la competencia democrática, dejando atrás el cinismo de que “siempre se ha hecho así”, con el que se quiere justificar iniquidades como la compra de votos o el abuso de los recursos del Estado en las campañas electorales.

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Años de investigación de una reserva para salvar al loro carirrojo de la extinción

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Tras varios años sin avistamientos, se volvió a registrar la presencia de esta especie en peligro de extinción en la recién creada reserva Ridgely, al sur del país andino

La primera expedición fue en 2022. Visitaron casa por casa en un pueblo de la provincia austral de Loja, al sur del Ecuador. Los científicos cargaban un par de fotografías en busca de un loro con brillantes manchas rojas alrededor del pico. “Preguntamos a los habitantes si lo habían visto”, cuenta Patricio Mena, coordinador de especies de la Fundación Jocotoco. Por aquella época había registros de poco más de 20 ejemplares en la zona. “Muchos respondieron que no, sobre todo los más jóvenes”. Pero, mientras avanzaban por el camino, los habitantes mayores de Selva Alegre confirmaron haber visto y hasta escuchado al ave. “Una persona nos dijo: ‘Sí, ese periquito suele estar ahí”, mientras señalaba un parche de árboles. Aquella pista encendió la esperanza de proteger al loro carirrojo (Hapalopsittaca pyrrhops), tanto así que, tres años después, en marzo de este año, crearon la reserva Ridgely, en el mismo Loja, para cuidar a esta especie, cuya población no supera los 2.400 individuos en el mundo.

Tras aquella primera expedición de 2022, emprendieron nuevos recorridos por las montañas y cordilleras cercanas en busca de más ejemplares. Ornitólogos, observadores de aves y personas de la zona trabajaron para confirmar que Selva Alegre era el lugar indicado para cuidar al loro. Es una especie neotropical muy rara, que habita únicamente en los bosques montanos nublados del sur de Ecuador y el norte de Perú. En los últimos años, su población ha disminuido de manera preocupante. Ha sido catalogado como una especie en peligro de extinción por la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), ya que es muy sensible a las alteraciones en su hábitat. Estudios recientes advierten que su población está experimentando declives rápidos, en gran parte por la pérdida de su entorno.

Recuperar su hábitat

La reserva Ridgely es hoy prácticamente una isla de árboles nativos a más de 2.500 metros de altura. A su alrededor, predominan extensas hectáreas de pino —una especie introducida hace más de un siglo en Ecuador, y que ha desplazado a los árboles y plantas originarias. A esto, se suman actividades ganaderas y agrícolas, que han reducido aún más el hogar del loro, explica David Parra, director de conservación de la Fundación Jocotoco, convirtiendo a la reserva en un sitio clave para la vida de las aves.

José Espinoza es el centinela del loro. Una mochila, unos binoculares y un teléfono son sus herramientas para contabilizarlos y proteger su hábitat. Espinoza fue uno de los primeros en lograr fotografiar al loro carirrojo, pocos meses después de la creación de la reserva. Todos los días patrullaba y abría camino en medio de la maleza. “Trataba de buscarlos y no los encontraba. Ya habían pasado más de dos meses”, dice este joven de 26 años mientras camina por los alrededores de la reserva.

En uno de sus patrullajes, en abril de este año, mientras recorría los senderos, llevaba un parlante que reproducía el canto del loro. “Cuando dejó de sonar, respondieron con el mismo sonido”, relata. Apenas los escuchó, alzó la mirada hacia las copas de los árboles y encontró un grupo de diez ejemplares entre las ramas. “Se quedaron varios minutos perchados, logré tomarles fotos. Estaba muy feliz porque rara vez se los logra ver”, cuenta ilusionado.

El siguiente paso es identificar si anidan o se desplazan en busca de comida en esta zona, explica Leovigildo Cabrera, administrador de las reservas del programa Chocó– Tumbes, una zona que combina las selvas tropicales del Chocó con los bosques secos de Tumbes, entre Ecuador y Perú, y de la que forma parte la reserva Ridgely. “Hay que entender cómo es su comportamiento, sus movimientos” y “para eso son necesarios los recorridos de monitoreo”, agrega. Hay que realizar largas horas de caminatas desde el amanecer, a las seis de la mañana, hasta entrada la tarde. Una tarea que exige paciencia, dedicación y constancia.

Pero el loro carirrojo no es único habitante de estos bosques. A más de 3.600 metros de altura, donde los pajonales y la vegetación de páramo domina el paisaje, vive el colibrí garganta azul (Lampornis clemenciae), en la reserva Cerro de Arcos que, junto con Ridgely, forman un corredor ecológico. “Las especies que habitan esta larga y delgada cordillera son muy móviles”, menciona Parra. Y, añade, estos ecosistemas “se comportan como islas porque guardan a especies únicas”.

Los vigilantes del colibrí son Ángel Macas y Norberto Ordóñez, dedicados a monitorear los nidos de esta especie única. En la aplicación de su celular llevan un registro exacto de cuántos colibríes habitan en la reserva. “Incluso identificamos los nidos con código y placas para diferenciarlos”, comenta Macas. Los recorridos los realizan en solitario por lo sensibles que pueden ser las aves. Pero su trabajo no se termina ahí, también participan en la reforestación con plantas nativas, como la chuquiragua, una especie de arbusto andino, que es el principal alimento del colibrí de garganta azul.

La meta de la nueva reserva Ridgely es aumentar su extensión. “Actualmente, tiene alrededor de 200 hectáreas y en el futuro se espera duplicar el área para crear un hábitat más grande que permita incrementar la población del loro carrirojo”, cuenta Mena. Proteger al loro crea un efecto paraguas: “Al conservar estos bosques, donde habita el loro, protegemos a muchas otras especies. La reserva empieza desde los 2.800 hasta los 3.500 metros, llegando casi el páramo. Al cuidar este ecosistema, preservamos fuentes hídricas y garantizamos la supervivencia de osos y aves, como el tucán andino, las pavas de monte, los colibríes o las ranas”, zanja el investigador.

La historia detrás del loro carirrojo y del colibrí garganta azul en Selva Alegre es también la de las personas que dedican su vida a protegerlos en medio de una región del Ecuador que está cada vez más amenazada por el impacto del cambio climático, además de la nueva presión que ha puesto en jaque a las áreas protegidas del país andino: la minería ilegal. La creación y expansión de la reserva Ridgely no solo busca salvar a una especie, sino preservar un bosque entero, sus ríos, su páramo y la increíble diversidad que habita en este ecosistema único.

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Análisis Noticiosos

Los desastres son inevitables; las tragedias, no

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En México, la alerta de las inundaciones recientes llegó “cuando la ola ya estaba encima”, según dijo un testigo. En Haití, el huracán ‘Melissa’ no llegó, pero fue el país del Caribe donde más muertes dejó el potente ciclón. Los desastres se vuelven catástrofes por sistemas que se omiten y presupuestos que se desvían

Podemos hablar del paso de los huracanes y tormentas como si fueran una serie de números y nombres que desfilan: Erin, Gabrielle, Humberto, Imelda, Andrea, Barry, Chantal, Dexter, Fernand, Jerry, Karen, Lorenzo y Melissa. El último de esta temporada 2025 en el Atlántico, Melissa, dejó al 77% de Jamaica sin electricidad, al menos 28 muertos, más de 25.000 personas en refugios de emergencia; a Haití con 40 fallecidos, decenas de desaparecidos y más de 160 viviendas inundadas; a Cuba con 735.000 personas evacuadas.

Y pensamos en esas personas —las afortunadas— que siguen con vida, pero que perdieron sus hogares y que no tienen dinero para reconstruirlas; que con el tiempo terminarán por reconstruir(se) hasta que el paso de un futuro huracán les vuelva a atravesar por la mitad.

Empezamos, entonces, a asimilar mejor el concepto de “injusticia climática” cuando desciframos estas cifras en el periódico y vemos los encabezados que compiten en grandilocuencia: “el más devastador”, “el más fuerte”, “el más destructivo”. Atravesados como rayo por la palabra cambio climático.

Es más difícil pensar en conceptos y cifras cuando estos se viven en carne propia. Es, también, más difícil tomar distancia de estas tragedias para preguntarse qué convirtió estos desastres en catástrofes humanitarias, crisis de salud pública y económicas. ¿Qué tuvo que acontecer para que esto sucediera?

Quisiera hablar de desastres en un sentido más amplio. En México, hace tan solo unas semanas, lluvias torrenciales en cinco estados provocaron la muerte de al menos 70 personas y otras 70 más siguen desaparecidas. Se estima, también, que hay más de 100.000 viviendas afectadas. Cuando nos preguntamos qué pasó, los sobrevivientes hablan: “La alerta llegó cuando la ola ya estaba encima”.

Y entonces, empezamos a entender el tipo de cosas que tienen que acontecer para que lo inevitable suceda.

En su momento, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sostuvo que no se escatimaría en recursos para atender a víctimas y que este año se aprobaron 19.000 millones de pesos mexicanos (unos 1.200 millones de dólares) para la atención de desastres.

Pero la atención no es lo mismo que la prevención. Como no es lo mismo salvar vidas que resarcir daños y enterrar muertos.

Cuando vemos los masivos recortes presupuestales a los sistemas de alerta temprana en México, en beneficio al tren Maya, a PEMEX, entre otros, entendemos por qué, el sistema mexicano de protección civil, que fue único e innovador a nivel global en su momento, sea tan insuficiente hoy en día. Se explica mejor el desmoronamiento de la comunicación de riesgos, la ausencia de convenios de colaboración con las telefonías para que alerten a las poblaciones vulnerables y los fondos de Prevención de Desastres desarticulados.

Este es el tipo de cosas que hacen que lo inevitable suceda.

En junio de este año, la ONU lanzó las alertas en Haití: el 96% de la población estaba en riesgos por desastres y, sin embargo, no existía el financiamiento necesario para activar sistemas de prevención ni material de emergencia post-desastre. Hacía tan solo unos meses, la ONU había decretado que el gobierno no tenía la capacidad de proteger a su población en su entrada a la época más difícil del año, la presente y temible temporada de huracanes. La ONU pedía 908 millones de dólares para apoyar a Haití, a mediados de junio tan solo había logrado reunir el 8%.

Este es el tipo de cosas que hacen que lo inevitable suceda.

En México, como en muchos otros países, la memoria sobre lugares a riesgo se fue gradualmente borrando y la legislación se hizo esquiva: los territorios inundables se volvieron habitables y se convenció a las poblaciones vulnerables de que eran seguros. Se omitieron, también, las estrategias de prevención y adaptación.

Y el problema, después, fue que “la alerta llegó cuando la ola ya estaba encima”.

En Haití, el huracán Melissa no llegó. Pero en las últimas décadas, el país fue paulatinamente acabando con sus bosques y zonas húmedas que permitían las infiltraciones al subsuelo, limitando las inundaciones; transformó sus árboles en energía para electricidad y debilitó los territorios que eran barrera a los deslizamientos de terreno. El huracán Melissa no llegó, pero Haití, que tenía ya a 230.000 haitianos en refugios improvisados, sufrió las consecuencias más mortíferas de la región tras su paso.

Las dinámicas territoriales de las últimas décadas y la degradación de los ecosistemas son ese tipo de cosas que tienen que suceder para que lo inevitable acontezca.

Y así, los desastres se vuelven catástrofes por procesos que se construyen, sistemas que se omiten, presupuestos que se desvían, personas cuyas vidas se juzgan poco importantes. Los escenarios son conocidos, las tragedias son previsibles, pero por falta de capacidad, se vuelven imposibles de evitar.

Estos desastres y tragedias ocurren a tan solo una semana de que se lleve a cabo la COP30, el evento climático más importante a nivel global, en donde se decidirá, entre otros temas, las inversiones que tienen que ser destinadas a la adaptación, la ayuda que recibirán los países más vulnerables a los riesgos climáticos y el rol de esos estados insulares que, a pesar de no ser responsables del cambio climático, terminan siendo los más afectados.

elpais.com

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Análisis Noticiosos

Al menos 64 muertos y decenas de detenidos en una megaoperación contra el crimen organizado en Río de Janeiro

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El gobernador afirma que “es una guerra que nada tiene que ver con la seguridad urbana” y pide ayuda a las Fuerzas Armadas

Sao Paulo.- Río de Janeiro vive este martes una jornada de caos colosal e intensos tiroteos por una operación policial contra el crimen organizado que ya es la más letal de la historia de la ciudad brasileña. Al menos 64 personas han muerto (incluidos cuatro agentes) y 81 han sido detenidas, según datos oficiales. El despliegue de 2.500 policías en esta megaoperación, que se ha centrado inicialmente en dos grandes barriadas cariocas de favelas, pretende frenar la expansión territorial del Comando Vermelho, el segundo grupo más poderoso del crimen organizado en el país sudamericano. El gobernador del Estado de Río, Claudio Castro, se ha quejado de que “Río está sola en esta guerra”, ha criticado la falta de apoyo del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y ha pedido ayuda a las Fuerzas Armadas.

Río de Janeiro, turística, antigua capital y el hogar de seis millones de vecinos, es simultáneamente una ciudad muy desigual y acostumbrada a la violencia, pero las dosis desplegadas este martes resultan extraordinarias incluso para los locales. El descomunal despliegue policial ha sido respondido con intensos tiroteos por los hombres del Comando Vermelho, que incluso han lanzado granadas desde drones sobre los agentes. Horas después, el grupo criminal ha desplegado a sus miembros, que han cortado avenidas y calles con barricadas por toda la ciudad y por la zona metropolitana.

Las autoridades han elevado el nivel de alerta en Río ciudad y los noticiarios se han llenado de imágenes de avenidas cortadas con autobuses, coches quemados y decenas de hombres sin camiseta a los que los agentes se llevan detenidos. La policía se ha incautado de al menos 75 fusiles.

El baño de sangre en Río se ha producido a las puertas de que Brasil acoja a partir de la semana que viene la cumbre mundial del cambio climático, la COP30, que se celebrará en Belém, en la Amazonia, a más de 3.000 kilómetros de distancia. El presidente Lula será el anfitrión de una cumbre los días 6 y 7.

El principal objetivo de la operación policial es el jefe del Comando Vermelho en una barriada carioca llamada Complexo da Penha, el capo Edgar Alves de Andrade, apodado Doca. Los agentes, que tenían un centenar de órdenes de arresto, también buscan a decenas de sus lugartenientes.

Ya a primera hora de la mañana, las autoridades habían anunciado que los tiroteos entre agentes y criminales obligaron a suspender las clases en 45 colegios y a desviar 12 líneas de autobús. Por la tarde, el CV había logrado cortar el tráfico en al menos una quincena de puntos de la ciudad, incluida la avenida Brasil, una de las principales arterias viarias. “Es un escenario de guerra”, le ha contado la profesora Suellen Gomes al diario Estadão desde el Complexo do Alemão. Según ella, los tiros empezaron al amanecer y nadie fue al colegio. “Ninguna escuela de esta zona abre cuando hay operación”, explica.

Para atrapar a los jefes del negocio, a los contables que les ayudan a blanquear sus ganancias y a los soldados de a pie que con los que mantienen el control absoluto sobre barriadas completas donde dictan la ley, las autoridades han movilizado un despliegue enorme. A los 2.500 agentes de la policía militar y la civil involucrados, se han sumado una treintena de vehículos blindados, dos helicópteros, drones policiales y una docena de vehículos de demolición.

El gobernador Castro, bolsonarista, se ha quejado de que las Fuerzas Armadas rechazaron tres veces sus peticiones para que le enviaran blindados de apoyo. Ha pedido ayuda a los militares con el argumento de que esta “es una guerra que nada tiene que ver con la seguridad urbana” sino que está alimentada “por las armas del narcotráfico internacional”.

El secretario de Seguridad Pública Victor Santos, ha destacado que toda la operación se diseñó y se realiza con apoyo del Gobierno federal. Santos ha lamentado el caos para los vecinos y los heridos, pero ha recalcado que esta acción “era necesaria, estaba planificada, se basa en inteligencia y va a continuar”.

El epicentro de la megaoperación son dos enormes conjuntos de favelas donde viven casi 300.000 personas, el Complexo da Penha y el Complexo do Alemão. El primero es, según la fiscalía de combate a las familias criminales de Río, un centro neurálgico de las actividades del Comando Vermelho. El Complexo da Penha, dice una nota del Grupo Especial de Combate al Crimen Organizado (Gaeco), “es un punto estratégico para el flujo de drogas y armas, gracias a que está en las proximidades de varias autopistas, y se ha convertido en una de las principales bases del proyecto expansionista del grupo criminal”.

Uno de cada cuatro brasileños, es decir, 50 millones de personas, viven en barrios dominados por el crimen organizado, según un reciente estudio de la Universidad de Cambridge. El Comando Vermelho, el PCC u otros grupos armados, imponen su ley a sus vecinos y, en ocasiones, impide la acción de las autoridades. Los vecinos directamente afectados, que suelen ser pobres, negros y periféricos, se encuentran atrapados entre dos fuegos, abandonados por las autoridades, blanco fácil y presa de las balas perdidas, además de sometidos a extorsión.

En los últimos tiempos los delincuentes han descubierto las bondades del trabajo en remoto. Un fiscal del Estado amazónico de Rondonia explicaba recientemente en el diario O Globo que los jefes de las franquicias del Comando Vermelho por otros estados, sobre todo los fronterizos con otros países, se están refugiando en Río de Janeiro, que hasta este martes eran la principal guarida del grupo. “Se dieron cuenta de que el jefe ya no necesitaba estar en su estado natal. Podía estar protegido en Río y tomar decisiones por videollamada”, explicaba al diario carioca Anderson Batista de Oliveira, jefe del Gaeco en Rondonia. “El capo está en un lugar de difícil acceso para la policía, y la organización protege así a sus principales activos”, añadía.

Hasta ahora la operación más letal de Río era la de la favela de Jacarezinho, en el centro, donde en 2021 murieron 27 personas. La policía de Brasil es considerada una de las que más mata y más muere del mundo. En torno a un 10% de las muertes violentas suelen ser obra de uniformados. La de Río, tanto de la ciudad como del Estado, ha destacado durante años a nivel nacional por su alto. La creciente incorporación de cámaras en los uniformes ha contribuido a reducir las muertes en enfrentamientos a tiros con criminales.

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