Opinión
Pérdida de hegemonía de EE.UU y decadencia de la civilización capitalista occidental
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5 años agoon
Por Narciso Isa Conde
En el presente mundial resaltan cuatro grandes señales que marcan la pérdida de hegemonía del imperialismo estadounidense, que sumadas e interconectadas entre sí, y agregadas a las vertientes más relevantes de la multi-crisis que impacta la civilización capitalista occidental, determinan su actual proceso de decadencia. Veamos:
1. -CRISIS INTERNA.
Una crisis acumulada previamente y profundizada a continuación por la COVIDE 19, que se traduce en:
-Deterioro de su sistema sanitario expresado en cifras récords de muertes y contagios.
-Evidencias de altísimos niveles de empobrecimiento, desigualdades y discriminaciones de todo tipo: racistas, clasistas, religiosas, patriarcal, contra adultos y adultas mayores, contra la juventud, e incluso un peligroso auge de las concepciones malthusianas promovidas por una parte de sus elites gobernantes…
-Trato brutal a la población afro-descendiente.
-Degradación ético-moral y deslegitimación crecientes del sistema bi-partidista, manifiesta incluso en el debate TRUMP-BIDEN y en la denuncia de fraude, la amenaza de desconocimiento de los resultados y judicialización del proceso.
-Agotamiento de la financiarización del sistema económico y del predominio de la especulación sobre la producción.
-Enorme déficit fiscal y altísimos niveles de endeudamiento externo e interno.
-Incremento de las pugnas entre las facciones chauvinista-neofascistas y las “globalistas” del gran capital, ambas portadoras de una agresividad militar destructiva contra el resto de la humanidad y en intensa competencia por la hegemonía interna y el predominio de uno o de otro en un viraje hacia un modelo que resulte del llamado “receteo” de la relación entre la masa monetaria y la economía real, y entre ésta y el incremento del gasto social.
-Gansterización de gran parte del sistema político-militar y de las cúpulas empresariales, lo que determina el auge indetenible de la delincuencia en instancias institucionales-estatales y en importantes franjas de la sociedad.
-El crecimiento de las rebeldías sociales y político-sociales al interior de la sociedad estadounidense, expresándose a través de múltiples movimientos sociales masivos con tendencias transformadoras y/o impugnadoras de imposiciones sistémicas y políticas públicas anti-populares, tipo “Tomar Wall Strett”, confluencias de organizaciones anti-racistas, movimiento feministas radicales y espacios de migrantes e inquilinos empobrecidos.
En fin, aun sin agotar en este texto la agenda de las expresiones de esta crisis, se puede captar el evidente desplome del llamado “sueño americano” y de su poder de atracción a nivel interno y externo; lo que debilita el poder de sus gobernantes y su impacto en ambos planos.
2. DEBILITAMIENTO DE SU DOMINIO EN SU MAL LLAMADO “PATIO TRASERO”: NUESTRA AMÉRICA.
A lo largo de más de medio siglo, la estrategia de dominación desplegada por EE.UU en la región latino-caribeña, no ha podido revertir el CICLO de cambios hacia la Segunda Independencia iniciado por la heroica Revolución Cubana, ni tampoco aplastar la cuarta oleada de transformaciones político-sociales desplegadas a partir de la insurgencia zapatista en México y del levantamiento político-militar chavista en Venezuela; seguidos de múltiples rebeldías populares y victorias electorales en pro de conquista de soberanía y reformas sociales, y de trascendentes combates escenificados por movimientos transformadores de diversos calibres y de variadas consistencias políticas.
A pesar del feroz contra-ataque imperialista, respaldado por las oligarquías capitalistas y las ultraderechas a nivel interno, la dinámica reforma / contra-reforma, y revolución / contrarrevolución, perdura.
De ese contraataque ha resultado el llamado Bloque de Lima, con 11 gobiernos subordinados a la política de Washington y controlados políticamente por las derechas y ultraderechas conservadoras y prp-imperialistas; pero al mismo tiempo no pocos de ellos asediados por las protestas populares y afectados por diversos grados de inestabilidad política en medio de elevadas tensiones sociales.
Las reversiones de los procesos de autodeterminación y la imposición de retrocesos ultra-neoliberales no han significado dominio estable de EE.UU y aliados, ni han conjurado persistentes tendencias a nuevas crisis de gobernabilidad.
La contraofensiva imperialista no ha podido con Cuba ni con Venezuela.
EE.UU y sus aliados volvieron a perder el control que lograron en Argentina con el Gobierno de Macri.
Con el triunfo de MORENA y López Obrador, México se zafó a nivel gubernamental de las garras de las mafias políticas pro-estadounidenses.
Los pueblos empobrecidos y reprimidos de Bolivia, Chile, Ecuador, Brasil Paraguay, Honduras, Haití, Colombia, Puerto Rico… no han podido ser doblegados.
En esas naciones hermanas las movilizaciones y protestas multitudinarias se han tornado recurrentes y se radicalizan cada vez más.
En Costa Rica crecen las protestas contra la intervención del FMI.
Los nuevos planes de agresión a Venezuela han fortalecido la unidad cívico-militar a nivel nacional y la solidaridad internacional con el proceso bolivariano; incluida la firme actitud de Rusia, Irán y China de apoyo a la soberanía venezolana y rechazo al agresivo intervencionismo estadounidense.
Venezuela no solo no está sola, sino que está muy bien acompañada de las fuerzas revolucionarias del Continente y del mundo, y de los Estados no alineados al eje imperialista occidental.
Venezuela bolivariana y chavista es un hueso duro de roer, mientras en toda la región crece la oposición a la decadente recolonización neoliberal y a los intentos de endurecerla bajo el mando de las derechas y ultraderechas mafiosas.
La histeria anti-china y anti-rusa de EE.UU no ha logrado detener en esta región los avances de ambas súper-potencias emergentes en el terreno económico y en el plano político en un gran número de países latino-caribeños; fenómeno que en el caso de China, por su fuerza económica, tiene proyección mundial; aunque ciertamente en algunos casos Washington logra limitar esos vínculos ejerciendo enormes presiones y esgrimiendo asuntos de seguridad.
3.-EE.UU PIERDE TERRENO EN UNA EUROPA CADA VEZ MÁS DIVIDIDA.
En Europa, el hecho de que otro de los sueños del imperialismo estadounidense, específicamente el de la unipolaridad a su favor, se haya esfumado, ha traído como consecuencia la pérdida de influencia y el debilitamiento de los controles desplegados anteriormente por esa superpotencia.
La multipolaridad la ha forzado a perder terreno en la vertiente militar, dadas la recuperación de la independencia y el fortalecimiento militar de Rusia, y la expansión y modernización de la economía China.
En Europa la Rusia de Putin es un poder más allá de sus propias fronteras.
Pero no se trata de eso solamente.
El tema China y su expansión económica y tecnológica hacia Europa le están causando serios problemas a EE.UU.
Esos problemas se relacionan con la cuestión comercial, la pérdida de mercado, los niveles de inversión y las nuevas tecnologías; que a su vez impactan las relaciones políticas y los niveles de las alianzas, y generan nuevas contradicciones, nuevos agrupamientos y significativas divisiones al interior de la Unión Europea (U.E.) y en toda la región.
Al quebrarse la unipolaridad y fragmentarse de nuevo la globalización, China ha podido expandir sus exportaciones, inundar los mercados europeos con sus productos, entrar en competencia a nivel mundial en materia de nuevas tecnologías, posicionarse mejor en la “guerra por la conectividad en las redes” y específicamente en lo relacionado con el tema crucial del 5G.
EE.UU sufre de no poder competir con China en materia de precios en esas vertientes, por lo que tiende a perder espacios y áreas en las que antes reinaba sola como súper-potencia. Las razones de esa realidad hay que remitirlas a las diferencias existentes entre los respectivos regímenes salariales y modelos económicos-sociales.
· El poder de la nueva tecnología y la competencia por la supremacía en el 5G.
China se ha propuesto independizarse tecnológicamente de Occidente y lo está logrando a buena velocidad y con mucho éxito. Lo que está pasando alrededor de la nueva generación de tecnología digital y particularmente del 5G es una expresión relevante de esa realidad.
En ese plano ciertamente se está librando una guerra trascendente.
En esa competencia están en juego temas como:
-La lucha por la supremacía que implica el monopolio para controlarla y el poder de decisión para imponer las normas de propiedad intelectual.
-El posicionamiento, más o menos ventajoso, en la cadena del suministro para el espionaje y el boicot de estructuras críticas, o sea equipos y procedimientos sensibles en asuntos militares y de seguridad.
-Las ventajas y desventajas de ambas superpotencia o bloques de alianzas en cuanto a innovación militar, guerra y control del espionaje global desde el ciberespacio; la superioridad en inteligencia artificial, en la economía global, y el transporte terrestre, marítimo y espacial.
5G equivale a ojos y oídos para un mayor control planetario.
Equivale a industria y transporte robotizado.
La correlación de fuerzas empresariales y de poder por países en ese campo se presenta hoy de la siguiente manera:
-EEUU tiene a su interior dos corporaciones punteras en esa nueva tecnología: INTEL y ARIEL-CORP, pero con la limitación de que para competir con China necesita a Europa y a sus corporaciones.
-Europa tiene dos: NOKIA y ERICSSON.
-China tiene tres: TIK-TOK, TENCENT y HUAWEI.
-En China y en el mundo HUAWEI lleva la delantera: imagen más nítida, transmisión más veloz, más rápida y mejor precio, y una mejor relación entre los seres humanos y las máquinas.
-Otra ventaja de China es que las corporaciones privadas están obligadas a actuar conjuntamente con el Estado, mientras que en EE.UU pueden zafarse y hacer lo que le dé la gana, debilitando la cohesión en el accionar internacional.
Eso no determina que la hegemonía está definida, pero sí que en la actualidad de esa competencia China tenga algunas ventajas importantes, lo que plantea las cosas así: o EE.UU da un salto (nada fácil), o China desbanca a su contrario. Y los expertos vaticinan que eso posiblemente necesite 5 años más para el desenlace definitivo.
· Las ventajas relativas de China en el 5G influyen sobre los aliados europeos de EE.UU y erosionan su hegemonía.
Un gran número de naciones europeas son aliadas estratégicas y dependen militarmente de EEUU. Eso le impone a cada uno ciertas ataduras que en la actualidad están siendo erosionadas por las ventajas que representan los vínculos económicos y tecnológicos con China.
En la actualidad Europa se mueve entre esa alianza estratégica -acompañada de la dependencia militar y del rol determinante del Pentágono en la OTAN- y la conveniencia del fortalecimiento de los vínculos económicos con el “Gigante Asiático”, que incluye las conexiones a las redes más eficaces.
Inglaterra, pese a su alianza carnal con EEUU, provee sus redes mediante acuerdos con Huawei.
Polonia sigue cooperando con China pese a la amenaza estadounidense de no respaldar la instalación de una base militar de cara a sus contradicciones con Rusia.
Alemania recibe presiones de Washington para que desista de sus vínculos con China en la vertiente de la nueva tecnología.
Alemania y Francia son las más grandes receptoras de inversiones China a nivel europeo.
España va siguiendo esa misma ruta.
En general, los países europeos no rompen con EEUU, pero siguen sus amoríos con China por las ventajas comerciales, el impacto de las inversiones y las conveniencias tecnológicas.
Esto determina que Washington aumente su nivel de presión metiendo miedo con el tema seguridad y amenazando con condicionar la alianza militar concertada.
La reciente visita de Pompeo estuvo acompañada de muchos misiles verbales en esas direcciones y de una marcada insistencia en forjar una gran coalición anti-china, que encuentra poco eco en la Europa de estos tiempos.
· La estrategia China en Europa.
La estrategia China es de largo plazo, pero sin desistir de sus metas y avanzando poco a poco en pro de ellas, empleando a fondo sus ventajas comparativas.
En esa tesitura ha logrado, desplegado un eficaz trabajo de hormiga, fortalecer sus relaciones políticas en una buena parte de los países del Este y del Sur de Europa; mientras invierte en grande en Francia y Alemania, con buen rebote hacia Inglaterra y España. Una operación combinada hacia el centro y la periferia del Viejo Continente, con resultados positivos tangibles para sus intereses.
Esa gravitación del poderío chino económico-tecnológico y realidades propiamente europeas, han influido para que, además del polo que se nuclea alrededor de Rusia, se conformen tres tendencias en el mismo espacio de los aliados europeos de EEUU.
1) Alemania y Francia al tiempo de subrayar que China representa otro sistema y que en consecuencia no puede ser su aliado, defienden la validez de sus vínculos económicos con la superpotencia asiática y subrayan que ellos no quieren ser segundones o subordinados de EEUU, sino mas bien “parte de un triangulo”.
2) Inglaterra y una parte de los Países Nórdicos reconocen la validez de los argumentos franco-alemanes, pero subrayan que no les interesa la tutela de ninguna de esas dos principales potencias de euro-occidentales.
3) Mientras, en los Estados del Oriente y el Sur de Europa, crece la tendencia pro-china; y en los pueblos -sobre todo en los del Sur- proliferan los estallidos políticos sociales contra los nuevos ajustes neoliberales y contra la manipulación de la pandemia a favor de gran capital. Grecia está que arde.
A esto se agrega el debilitamiento de la UE a consecuencia de fracturas de la unidad de sus cúpulas y de las corrientes separatistas y centrifugas en cabezada por el Reino Unido.
Así se expresa por el momento el debilitamiento del poder norteamericano sobre el Continente europeo y las divisiones en marcha, a propósito de los fenómenos económicos y del poder de la nueva tecnología, pendiente todavía su desenlace pleno.
4.-EL DECLIVE ES GLOBAL.
Esto acontece en Europa y fuera de Europa.
El declive de EEUU es a escala global, con evidencias claras en lo acontecido durante la crisis político-militar ucraniana, en el posicionamiento de Bielorrusia y de otras ex-repúblicas soviéticas, en las confrontaciones respecto a Siria, en las relaciones y posicionamientos respecto a Irán y Palestina, y en otros conflictos escenificados en el Medio Oriente y más allá.
En el cercano y lejano Oriente, en Asia y África se están produciendo fenómenos que confirman el declive.
EEUU no ha logrado derrotar a Corea del Sur, ni cambiar la realidad de Viet Nam, ni vencer a Irán.
Aún en países y territorios invadidos, la resistencia sigue.
Las guerras les resultan como negocio lucrativo y como medios de destrucción, pero no logran ni ocupaciones ni formulas estables. A lo sumo sus invasiones militares dan como producto una especie de caos incontrolable.
El poder militar de Rusia y la fortaleza económica de China, le sale a EE.UU en todos los continentes.
No pocos Estados pequeños se tornan respondones.
Los modelos neoliberales son también embestidos por diversas expresiones de rebeldía de los pueblos de Asia y África, y por todas partes las luchas por la soberanía se debate entre victorias y reveses.
Las avalanchas de inmigrantes de los pueblos empobrecidos y re-colonizados derriban todos los controles.
Los maltratados, calificados despectivamente como habitantes de “Cuarto y Tercer mundo”, se vuelcan hacia las entrañas de las potencias opresoras procurando sobrevivir.
Tal realidad -acompañada de una gansterización del sistema imperialista occidental, de un recrudecimiento de las opresiones y violencias funcionales a la sobre-explotación capitalista (clasista, racista, patriarcal, adulto-céntricas) y de una crisis ambiental que amenaza la existencia humana y la vida en el planeta- son señales claras no solo de pérdida de hegemonía de EE UU, sino de la decadencia de un sistema y una civilización basada en el dominio de la burguesía y en la voraz dinámica del capitalismo.
Las decadencias imperiales nunca se producen al margen de la agresividad, la violencia y las guerras.
En su declive los dominadores se tornan más feroces.
Es el caso del imperialismo estadounidense y sus aliados en Occidente y más allá, impulsores de la guerras mundial infinita.
El parto de lo nuevo será doloroso, pero será.
(I)
Por Oscar López Reyes
Desde 1950, tres años a posteriori de su creación -1947- la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos comenzó a instrumentalizar a periodistas para manipular y moldear a la opinión pública mundial, en una abominable labor de zapa, en el cenit geopolítico de la Guerra Fría entre dos superpotencias imperiales. Su proyecto primigenio, y el más escalofriante, ha sido la encubierta Operación Mockingbird, mediante la cual se ocultaron y tergiversaron informaciones para influir a favor de los designios norteamericanos, y desde 2019 ejecuta a gran escala una campaña de reclutamiento para difundir noticias y entretenimiento en redes sociales y plataformas streaming.
En estos 78 años, la CIA ha invertido miles de millones de dólares en el enlistamiento de periodistas anti-éticos y anti-democráticos y en infiltración en medios de comunicación para divulgar programas propagandísticos, engendrando el descrédito y la desconfianza ciudadana, así como la animadversión de adversarios en guerras.
La operación Mockingbird, que inicialmente consistió en escuchas telefónicas periodísticas sin orden judicial, fue llevada a cabo por la CIA para identificar fuentes de filtraciones de datos de alta inteligencia. Principió grabando conversaciones privadas de Hanson Baldwin, reportero de seguridad nacional del New York Times, entre el 12 de marzo y el 15 de junio de 1963, desde el Despacho Oval de la Casa Blanca.
Las grabaciones fueron por iniciativa del presidente de Estados Unidos, Jhon F. Kennedy, luego que se incomodara por un reportaje de primera plana publicado por Baldwin (ganador del Premio Pulitzer en 1943 por su cobertura de la Segunda Guerra Mundial) en la edición del 26 de julio de 1962 del New York Times en el que, amparado en una información clasificada, revelaba el número de misiles nucleares en el arsenal estadounidense. A su vez, comparaba esos depósitos atómicos de Estados Unidos con los de la Unión Soviética, y el afán de esta última superpotencia por resguardar sus emplazamientos de misiles balísticos intercontinentales.
A seguidas, la CIA también intervino los teléfonos residenciales de los columnistas Robert S. Allen y Paul Scott (The Allen-Scott Report, publicada en unos 300 periódicos), tras estos dar a conocer secretos clasificados de Estados Unidos. Más adelante, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) se incorporó a las averiguaciones y vigilancia para detectar quienes desde los organismos de inteligencia estaban infiltrando informaciones a la prensa. También produjo la intercepción telefónica a la periodista de Newsweek, Lloyd Nornam, y el secretario de Estado Dean Rusk presionó para que CBS News no difundiera un reportaje del periodista Daniel Schorr sobre el espectacular escape de ciudadanos de Alemania Oriental a través de un túnel bajo el Muro de Berlín.
Por intermedio del proyecto Mockingbird -según variadas fuentes- para divulgar propaganda proestadounidense y truquear a la opinión pública contra la influencia comunista, aceptaron ser asalariados de la CIA cientos de periodistas de The New York Times, The Washington Post, Newsweek, ABC, CBS, NBC, la revista Time, Louisville Courier Jounal, Copley News Service, la agencia internacional Reuters y otros medios de América Latina, Europa y otras regiones.
Los objetivos bien definidos de la contratación a sueldo de la red de periodistas, publicaciones, televisoras y emisoras tengo que segmentarlos en siete:
1.- Difundir relatos preescritos por la CIA, para tratar de cambiar la percepción global sobre situaciones y personas, siempre favorables a Estados Unidos.
2.- Controlar la política editorial de medios comunicativos, a través de altos ejecutivos y editores, en una novedosa interacción subrepticia gobierno-prensa.
3.- Ocultar informaciones perjudiciales o desfavorables a Estados Unidos, en una intromisión estatal sin precedentes.
4.- Inclinar la balanza para conveniencia estratégica de Estados Unidos en coberturas informativas, artículos de opinión, editoriales y otros géneros periodísticos.
5.- Contrarrestar la propaganda e influencia de la Unión Soviética, con mecanismos sofisticados de persuasión pública.
6.- Suministrar datos de inteligencia, en una típica tarea de espionaje.
7.- Detectar a agentes o empleados de organismos de inteligencia que confidencialmente suministraban informaciones a periodistas.
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El autor: Redactor principal del Código de Ética del Periodista Dominicano y autor exclusivo del libro “La Ética en el Periodismo. Los cinco factores que interactúan en la deontología profesional”.
Por Isaías Ramos
En el artículo anterior, “Cuando trabajar no alcanza”, mostramos lo esencial: en nuestro país hay trabajadores a tiempo completo que, aun cumpliendo con todo, no alcanzan el costo de la canasta básica. Hoy toca cerrar el círculo con una pregunta inevitable: si el Estado asegura que no tiene margen para indexar el ISR ni para acercar los salarios a la canasta, ¿cómo sí lo tiene para blindar exenciones y subsidios que ya rondan el medio billón de pesos al año?
La comparación es contundente: alrededor de RD$19 mil millones para cumplir la indexación —lo mínimo para que la inflación no se coma el salario por la vía del impuesto— frente a más de RD$500 mil millones en gasto tributario y subsidios no focalizados. Esa diferencia no es técnica; es moral. Es un impuesto silencioso al trabajo para sostener privilegios que casi nunca rinden cuentas.
No hablamos de milagros, sino de coherencia constitucional.
Primero derechos; después privilegios.
La indexación es justicia básica; que el salario cubra la canasta es dignidad mínima. Cuando eso no ocurre, todo lo demás se convierte en una transferencia regresiva: recursos públicos arriba y salarios de subsistencia abajo.
Lo vemos en historias como la de Marta, cajera en una tienda que abre seis días a la semana. Gana el salario mínimo del tramo superior y aun así no le alcanza para transporte, alimentos y educación básica de sus hijos. Todos conocemos una Marta. Su caso no es la excepción; es el reflejo de un modelo.
Reconocemos, sin ambigüedades, que ciertos sectores han traído inversión y empleo. Pero en un Estado Social y Democrático de Derecho, la prioridad no se discute: derechos primero, incentivos después. Si un sector recibe exenciones millonarias durante décadas, la contrapartida mínima es un salario mediano por encima de la canasta y una reducción verificable de la informalidad. Y si los beneficios se justifican por su aporte, ese aporte debe comprobarse con datos públicos.
Las preguntas son simples, y las respuestas deberían serlo también:
- ¿Cuál es su salario mediano y qué parte de la canasta cubre?
- ¿Cuál es su aporte fiscal neto, descontadas exenciones y transferencias?
- ¿Qué metas salariales y de formalización han cumplido —auditadas y con plazos—?
Si esas respuestas no existen, la falla no está en quien critica, sino en un modelo que evita mirarse al espejo.
Cuando miramos la región, el panorama se vuelve más claro y más crudo. Llevamos décadas creciendo alrededor de 5 % anual, más del doble del promedio latinoamericano. Sin embargo, datos del Banco Mundial muestran que menos de 2 % de los dominicanos ascendió de grupo de ingreso en una década, frente a un 41 % regional. Es una de las movilidades más bajas de América Latina: un motor económico de alta potencia montado sobre una carrocería social demasiado frágil.
A eso se suma un mercado laboral con alrededor de 55 % de informalidad, superando un promedio regional que ya bordea la mitad. Millones de personas trabajan sin contrato, sin protección y sin capacidad de negociación. Mientras tanto, el salario mínimo formal del sector privado no sectorizado —según el tamaño de la empresa— oscila hoy entre unos RD$16,000 en las microempresas y cerca de RD$28,000 en las grandes, y ni siquiera en su tramo superior alcanza el costo de la canasta familiar nacional, que ronda los RD$47,500, ni la canasta del quintil 1, situada en torno a RD$28,400. La mayoría de los trabajadores informales ni siquiera se acerca a esos montos.
Ahí está el nudo del modelo: un PIB que corre por delante del promedio regional, con salarios más bajos, más informalidad y menor movilidad que casi todos. Ahí es donde la retórica del “milagro” deja de coincidir con lo que millones viven cada día: jornadas largas, ingresos insuficientes y un crecimiento que no se traduce en dignidad.
Y, mientras tanto, la indexación —que solo evita que el impuesto castigue el salario— se presenta como inalcanzable. No lo es. Lo inalcanzable es pretender estabilidad congelando la protección del trabajador mientras se blindan privilegios que nadie revisa con lupa desde hace décadas. Eso no es estabilidad; es un subsidio a la precariedad.
La discusión no es “si hay dinero”, sino de dónde es justo que salga.
¿De quienes ya no pueden más, o de exenciones que llevan medio siglo sin evaluación seria?
¿De la nómina de la clase trabajadora, o de regímenes especiales convertidos en vacas sagradas?
En el Frente Cívico y Social entendemos que la guía es simple y está escrita en la Constitución. El artículo 62 establece, entre otras cosas, que es finalidad esencial del Estado fomentar el empleo digno y remunerado y, en su numeral 9, consagra el derecho a un salario justo y suficiente para vivir con dignidad. No es poesía; es mandato. Si el salario mediano de un sector no cubre la canasta, ese sector no cumple con la dignidad mínima. Y si además recibe exenciones, la obligación de rendir cuentas es aún mayor.
Y porque no hay dignidad sin desarrollo, no olvidemos lo esencial: salario digno es demanda interna, productividad futura y estabilidad social. Con sueldos de miseria no se construye un mercado interno robusto, no se fortalece el capital humano, no hay escalera de movilidad. Lo que se “ahorra” hoy en salarios bajos se paga mañana en menor crecimiento y mayor conflictividad.
En una frase: un país que se respeta no pone el privilegio por encima del salario, ni el incentivo por encima de la dignidad. Cuando la política honra esa jerarquía, la estadística deja de ser consuelo y se convierte en vida vivible.
Despierta RD
Opinión
La Corte Penal Internacional y los Tribunales Penales Internacionales (1 de 2)
Published
1 semana agoon
noviembre 26, 2025Por Rommel Santos Díaz
A diferencia de la Corte Penal Internacional, cuyo estatuto es el resultado de varios años de debates y de la Conferencia de Plenipotenciarios, los tribunales Ad –Hoc para la Ex Yugoslavia y Ruanda son la expresión de una respuesta a dos situaciones específicas caracterizadas por la comisión de atrocidades en el territorio de estos países.
Fue precisamente la gravedad de las circunstancias lo que obligó al Consejo de Seguridad a ejercer las atribuciones que le confiere el Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas para crear las jurisdicciones penales Ad – Hoc para la Ex Yugoslavia ( Resolución 827 de 1993) y para Ruanda (Resolución 955 de 1994)
En estos casos, ambos tribunales tienen virtualmente estatutos idénticos y también compartieron algunas instituciones comunes, como por ejemplo el Fiscal, dado que a partir del 15 de septiembre del 2003, el Consejo de Seguridad designo a Hassan Bubacar Jallow como Fiscal del Tribunal Penal Internacional para Ruanda.
La Fiscal Carla Del Ponte ejerce su competencia exclusivamente en relación al Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia. Las características comunes entre ambos tribunales han tenido como consecuencia, al menos en el ámbito teórico, la economía y uniformidad en el ámbito fiscal hasta el año 2003 así como en el desarrollo de una línea jurisprudencial sólida y constante en el análisis de sus respectivos casos.
De esta forma la creación de dichos tribunales Ad-Hoc constituye un desarrollo sin precedentes a favor de la implementación de las normas sobre derechos humanos que a su vez ha favorecido una dinámica positiva en el proceso de creación de un sistema de justicia penal internacional que se concreta casi una década después con el inicio de las funciones de la Corte Penal Internacional.
Por su lado el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda fueron creados por resoluciones del Consejo de Seguridad en virtud de las cuales son considerados como órganos judiciales subsidiarios del mismo.
Se ha establecido que aun cuando fueron creados por el Consejo de Seguridad, el cual no es un órgano judicial, esto no afecta la validez del acto jurídico de creación puesto que ambos son el reflejo del ejercicio del mandato del principal órgano de las Naciones Unidas para mantener la seguridad y la paz internacional.
Esta línea de razonamiento concuerda con la establecida por la Corte Internacional de Justicia en su Opinión Consultiva sobre los efectos de las compensaciones concedidas por el tribunal administrativo de las Naciones Unidas de 1954.
Por tanto, mientras la Corte Penal Internacional es un tribunal internacional independiente, el Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda son órganos judiciales subsidiarios del Consejo de Seguridad Conforme al Artículo 2 del Estatuto de Roma, la Corte Penal Internacional mantiene relaciones de cooperación con el sistema de de las Naciones Unidas, pero ello no afecta su independencia con respecto a dicha organización internacional.
