Por Nelson Encarnación
Si Tatico Henríquez “El monarca” del merengue típico viviera, lo más probable es que sería íntimo amigo de Anthony Santos “el Mayimbe de la bachata”, ya que, aquel fue en su momento máximo exponente del ritmo típico que identifica una vasta región de nuestro país, extendida desde allí al resto del territorio nacional donde se ha arraigado.
Y Anthony Santos no hay duda de que reúne las mismas características sobresalientes del malogrado acordeonista, en su caso mediante la ejecución de la guitarra.
Sin embargo, esa amistad no puede ser, pues el acordeonista de destreza singular falleció en un accidente ocurrido hace 48 años en la avenida Estrella Sadhalá, de Santiago.
Ahora, a tal distancia de aquel trágico suceso que consternó al ambiente artístico y la población en general que seguía al ejecutante, familiares de aquel virtuoso merenguero “de tierra dentro” se enfrentan a quien se considera el más taquillero de los bachateros de la actualidad.
¿La razón? La viuda de Tatico, la señora Elba Chaljub Mejía, y Julio García Reynoso, sucesores del “Monarca”, lo acusan de mutilar, grabar y comercializar la canción “Corazón de piedra”, sin la autorización de ellas.
Esto constituye, conforme la demanda, una violación de la Ley de derecho de autor, la número 65-00. Y sí que lo es.
Ahora bien, y si los muertos pudieran incidir sobre de las decisiones de los vivos, ¿cuál sería la posición de Tatico?
Nadie lo sabe.
Lo que sí puede darse por descontado es que dos artistas de sus dimensiones no se pelearían por una canción, sino que unirían sus talentos para hacer que el público disfrutara en grande de ambos hasta el desmayo.
Tatico ha sido, por muchas millas, el más electrizante ejecutante del instrumento nacido en Austria, que vino a recalar a estos predios caribeños de la mano de algún aventurero que jamás sospechó caería en manos de gente sin escuela musical que le sacó las más impensadas notas.
Hay que imaginarse a Tatico tocando junto a Santos. Es bastante probable que los bailadores de típico y bachata terminarían asistidos por el 911 al colapsar en medio de interminables sets musicales, ambos transpirando océanos.
¿Por qué no arreglan ese pleito judicial mediante una transacción en memoria del “Monarca” Tatico”? El buen amigo Rafael Chaljub Mejía pudiera ser un efectivo interlocutor.