Conecta con nosotros

Opinión

Una ecuación de la Historia

Published

on

Por  Hamlet Hermann

La agresión de paleros de Funglode multiplicó los manifestantes

Los Muchachos” y “Los Paleros” han sido siempre variables inseparables en la ecuación de la historia dominicana. “Los Muchachos” son aquella parte de la juventud que, con  ideas y acciones anidan en la conciencia ciudadana, provocando una participación masiva de muchos que, hasta el momento, permanecen inactivos o indiferentes.

“Los Paleros”, por su parte, son forajidos que los gobiernos corruptos y autoritarios utilizan para agredir físicamente a quienes se opongan a sus políticas de saqueo.

La coexistencia de estas dos variables se renovó frente al “think tank” de Leonel Fernández: la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE). “Los Muchachos” fueron allí a manifestarse pacíficamente llevando cartelones que condenaban la corrupción gubernamental al tiempo que encendían velas para iluminar la conciencia de los saqueadores del erario. Fue entonces cuando, con indiferencia total de las fuerzas policiales, aparecieron “Los Paleros” y les “entraron como a la conga”. Puños y piedras volaron pero la intimidación no funcionó sobre “Los Muchachos”. La cobarde agresión multiplicó la cantidad de manifestantes, demostrando que en lo adelante será cuando con más fuerza “Los Muchachos” seguirán ganando la conciencia ciudadana.

Quizás los de FUNGLODE pensaron que esta forma de violenta censura era algo original, como el PEME, que frenaría la libertad de expresión y reduciría la exigencia de una justicia imparcial. Lamentablemente, debían enterarse que cada uno de los regímenes autoritarios que ha sufrido este país ha utilizado a “Los Paleros” para abusar de “Los Muchachos”.

¿O no es eso lo que sucedió cuando en 1838 “Los Muchachos” organizaron la sociedad secreta La Trinitaria que buscaba la separación de Haití y la formación de una República Dominicana libre e independiente?

Otro tanto tuvo lugar en junio de 1920 cuando los invasores militares de Estados Unidos trataron de callar los reclamos de libertad e independencia al reprimir  y encarcelar a Luis Conrado del Castillo, Rafael Emilio Sanabia y Oscar Delanoy. Ésos eran “Los Muchachos” que lucharon contra la ocupación yanqui y crearon conciencia de dominicanidad entre muchos indiferentes.

Cómo olvidar al perínclito de San Cristóbal, Rafael Trujillo, quien en 1933 promulgó la ley que declaraba traidores a la patria y fuera de la ley a los opositores a su régimen. Era que “Los Muchachos” de entonces estaban calando en la mente de los dominicanos honestos. Y, como insigne líder de “Los Paleros”, el tirano no permitiría que se denunciaran sus robos y crímenes. Digno de imitar fue, en 1947, como “Los Muchachos” formaron Juventud Democrática y el Partido Socialista Popular. Llamaron entonces a denunciar al sátrapa convocando a la ciudadanía al parque Colón, en Santo Domingo. Allí aparecieron “Los Paleros”, armados entonces con trozos de leña abastecidos por el oficial Fausto Caamaño. Y arremetieron con ira e impunidad contra mujeres y hombres que no se resignaban a soportar la tiranía de Trujillo.

En 1959, “Los Muchachos” “llegaron llenos de patriotismo, enamorados de un puro ideal” a desafiar nueva vez a la tiranía. “Los Paleros” de Ramfis Trujillo disfrutaron las torturas y fusilamientos de jóvenes mártires de diversas nacionalidades, pero no pudieron apagar “la llama justa de la libertad”.

Cuando en 1960 “Los Muchachos” se arriesgaban más cada día ante los estertores de la dictadura, “Los Paleros” de Vincho Castillo, y luego de Balá, profanaron iglesias y maltrataron a todo aquel que tratara de calmar su sed de sangre, la cual pretendían saciar con los opositores a Trujillo. Ésos encarnaban entonces la esencia vandálica de “Los Paleros” que, en noviembre de 1960, asesinaron brutalmente a “Las Muchachas” Mirabal.

Joaquín Balaguer, con gran experiencia acumulada en cuestiones tiránicas, utilizó en 1971 “Los Paleros” en la forma de “La Banda Colorá’”, encabezada por Macorís Pérez Martínez. Su misión fue la de aniquilar a “Los Muchachos” que habían enfrentado a otra invasión militar de Estados Unidos en 1965 y se oponían al corrupto continuismo balaguerista.

Ante tantos antecedentes históricos debemos advertir a los patrocinadores de “Los Paleros” que ejercieron impunemente su violencia en FUNGLODE, que no se saldrán con la suya. Que si no fueran tan dañinos nos darían risa. Y si no fueran tan perversos nos darían lástima.

Además, debían saber de sobra que “Los Muchachos”, ni se rinden, ni se venden.

Artículo publicado originalmente en el periódico HOY.

Click to comment

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Opinión

Cuando la Legalidad no Basta…

Published

on

Por Isaías Ramos

Una democracia en la que más del 46% de la población no participa, expresa su voto nulo o en blanco, y donde existen prácticas como el uso indebido de recursos y métodos de coerción para influir en las elecciones, plantea serias preocupaciones sobre la legitimidad y representatividad del proceso electoral. Estas cifras no solo revelan un desinterés o descontento generalizado, sino que también ponen en tela de juicio la integridad de nuestro sistema político.

Los recientes resultados electorales nos ofrecen una fotografía clara de la situación actual. El alto porcentaje de votos nulos, blancos o la abstención directa, así como la evidencia de que muchos votantes se presentan a las urnas motivados por incentivos económicos, demuestra una erosión significativa del principio de libre elección, que es fundamental en cualquier democracia.

Este comportamiento no es espontáneo, sino el resultado de décadas de prácticas corruptas, clientelismo político y decisiones electorales que no reflejan necesariamente el verdadero apoyo popular hacia determinados candidatos o partidos.

Un presidente que sea elegido con la aprobación de menos del 31% de sus electores enfrenta un dilema de legitimidad, especialmente en un contexto donde los favores estatales y el clientelismo político han tenido más peso que la propia voluntad de la ciudadanía.

Aunque el sistema electoral pueda cumplir con todas las formalidades legales, su legitimidad se ve comprometida cuando una parte significativa de la población demuestra, mediante la abstención, que no se siente representada por los actores políticos impuestos por el sistema.

La diferencia entre lo legal y lo legítimo se vuelve crucial en este contexto. Una democracia robusta no solo debe adherirse a las normas y procedimientos jurídicos; también debe fomentar valores como la participación activa de los ciudadanos, la integridad electoral y el respeto por los derechos individuales, incluyendo la libertad de conciencia asegurada por el artículo 45 de nuestra Constitución.

Las leyes pueden ser ajustadas, como lo sugieren aquellos que abogan por el voto obligatorio, proponiendo una modificación al artículo 208 de nuestra Constitución. Sin embargo, esto podría ser una solución superficial si no se aborda la raíz del problema.

Modificar la legislación para hacer el voto obligatorio podría parecer una solución viable, pero esencialmente no aborda el desencanto y la alienación que sienten muchos votantes.

En el Frente Cívico y Social, consideramos que la respuesta no yace en imponer más reglas, sino en restaurar los principios y valores que le dieron origen a nuestra nación. Entendemos que el problema fundamental es un sistema político que ha demostrado no poseer las virtudes esenciales como la honestidad, la integridad, la transparencia, la empatía y el compromiso con el bienestar de la sociedad.

Es por esto que, a partir de este proceso electoral, en el FCS hemos decidido continuar nuestra batalla cultural para instaurar los principios y valores que heredamos de nuestros libertadores.

Es hora de reclamar una democracia que sea tanto legítima como legal, una que verdaderamente represente la voluntad y los intereses de su gente.

¡Despierta, RD!

Continue Reading

Opinión

La excepción de órdenes superiores en la  competencia de la Corte Penal Internacional

Published

on

Por Rommel Santos Díaz

El artículo 33 del Estatuto de Roma establece que el hecho de que un delito de competencia de la Corte Penal Internacional se cometa en cumplimiento de una orden emitida por un superior-sea  militar o civil- no eximirá de responsabilidad penal a su autor-sin embargo, existe  una excepción cuando:

  1. La persona acusada estuviere obligado por ley a obedecer órdenes emitidas por el gobierno o el superior  de que se trate;
  2. La persona acusada no supiera que la orden era ilícita; y
  3. La orden no era manifiestamente ilícita.

Estas tres condiciones son acumulativas, y el Estatuto de Roma  específicamente establece que cualquier orden para cometer genocidio o crímenes de lesa humanidad son manifiestamente ilícitas  en todo momento.

Esta excepción  es , por lo tanto, sólo aplicable a las personas a  quienes se les ordenó  cometer un crimen de guerra o, un crimen de agresión. De otra manera la excepción de órdenes superiores sólo se puede utilizar como una circunstancia atenuante, por ejemplo para reducir la pena.

Esta excepción siempre ha sido controversial. Las Cartas de los Tribunales de Nuremberg y Tokio, asi como  los Estatutos del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda establecen que la excepción de órdenes superiores  no es admisible  en situación alguna.

Se creía que al se una orden para cometer un delito, esta era ilícita, y por ende no podía utilizarse como una justificación para una conducta subordinada.

Sin embargo, el derecho interno de muchos Estados ha tomado un punto de vista contrario, con respecto  al alegato de órdenes superiores, y por lo tanto asi es de conformidad con el artículo 33.Esto significa que en la mayoría de los Estados, esta excepción existe como tal y un subordinado no puede ser culpable de un delito si el  o ella no conocían que la orden era ilícita o esta no era manifiestamente ilícita.

Esta regla se encuentra en los códigos militares disciplinarios de Alemania, Estados Unidos, Italia y Suiza, y la noción de responsabilidad penal ha sido consagrada por la jurisprudencia de los tribunales nacionales de crímenes de guerra. Solo algunos Estados prohíben la excepción de órdenes superiores en su derecho interno.

Otros Estados toman una medida diferenciada : permiten alegar la excepción de órdenes superiores cuando uno de sus  nacionales es acusado, pero prohíben su utilización cuando la persona acusada hubiera estado en combate contra un enemigo o fundamentan su excepción en el derecho de un país extranjero.

Sería  recomendable que los Estados Partes realizarán algunos cambios en su derecho  interno si esto es necesario para  asegurar que no haya excepción de este tipo más amplia que el artículo 33 del Estatuto de la CPI.

Si el sistema judicial nacional debiese absolver a un individuo porque tiene un control más bajo para la excepción de órdenes  superiores , esto  se podría considerar  como un medio para impedir que la persona sea llevada ante la justicia. Por ejemplo, la excepción de órdenes superiores  no se utilizaría en los casos en que había un orden para cometer un crimen de lesa humanidad o genocidio.

Los Estados Partes al Estatuto no deben cambiar su legislación interna si ésta no dispone de esta excepción de defensa para la persona acusada. En los Estados en que el derecho interno prevé esta excepción  de defensa, se podría requerir  una  reforma que la declare inadmisible cuando la orden fuese para cometer un crimen de lesa humanidad o genocidio.

Aun asi, los Estados Partes que deseen armonizar los procedimientos penales, podrían adaptar su legislación nacional a las disposiciones del Estatuto. En tal caso, se necesitaría realizar los siguientes ajustes:

  1. a)Declarar la excepción de órdenes superiores generalmente inadmisible;
  2. b)Declararla admisible solo cuando la persona acusada  haya demostrado que en su caso se dieron estas tres condiciones acumulativas:
  3. Obligación legal de obedecer la orden;
  4. El o ella no sabía que la orden era ilícita;
  5. La orden no era manifiestamente ilícita;
  6. c)Declarar la excepción de  órdenes  superiores inadmisible cuando se le ordeno a la persona acusada de cometer un crimen de lesa humanidad o genocidio;
  7. d)Finalmente, declarar que la excepción de órdenes superiores estará sujeto a las mismas reglas, ya sea  cuando la orden haya sido emitida por una autoridad civil o militar.

Rommelsantosdiaz@gmail.com

Continue Reading

Opinión

Reevaluemos el voto exterior

Published

on

Por Nelson Encarnación

Nadie discute que el voto de los dominicanos en el exterior es una gran conquista y un reconocimiento a los aportes que hacen nuestros compatriotas allende los mares, no solo en términos económicos cuantificables por vía de las remesas, sino directamente a familiares y allegados mediante otros medios.

Ese derecho llegó unido al reconocimiento de la doble ciudadanía, al establecerse la no pérdida de la original por nacimiento, lo que permite que cientos de miles conserven su arraigo nativo, lo cual se manifiesta en el apego a lo nacional en varios aspectos, incluido el político.

Pero esta última cuestión es solo un apego emocional que no se expresa en un ejercicio de ciudadanía, una de cuyas derivaciones esenciales es la participación en procesos electorales.

Veamos las recién pasadas elecciones, sobre las cuales se discute ahora mismo la gran abstención que por primera vez supera el 46% en unas presidenciales.

Sin embargo, esto es muy relativo, pues es oportuno tener en cuenta el gran impacto que sobre la abstención general ha tenido la ausencia de votantes en las circunscripciones del exterior, donde, de un padrón de inscritos de 863,785 electores, apenas concurrieron 162,953, para un pírrico 1.86%.

Si se desagregan estos 700,832 registrados no concurrentes, la abstención real bajaría significativamente, situándose en un 39%, cifra que, de todos modos, todavía se considera elevada, si se toma en cuenta el histórico en las presidenciales.

¿Qué hacer frente a una situación que deja ver que el voto en el exterior solo motiva a los activistas políticos?

Los actores políticos y la Junta Central Electoral pudieran implementar una modalidad en la que los dominicanos del exterior mantengan sus derechos electorales, pero solo para escoger a los diputados de ultramar.

Incluso, se pudiera estudiar—al segregarlos de la presidencial—la creación de dos senadurías, para Europa y América, que junto con las siete diputaciones, serían más útiles que la propia Presidencia.

Esta separación del padrón presidencial no sería negación de derechos, sino, por el contrario, un mayor reconocimiento, vía la representación congresual.

Sabemos que es un tema polémico, pero los propios líderes comunitarios deberían entender que un derecho solo sirve si se ejercita.

Y sobre lo económico, debemos entender que, en esas condiciones, la inversión para el montaje electoral del exterior es casi un dispendio. Que se estudie.

Continue Reading

Edificio La República: Restauración No. 138, cuarta planta, Santiago, República Dominicana. Teléfono: 809-247-3606. Fax: 809-581-0030.
www.larepublicaonline.com  / Email: periodico@larepublicaonline.com
Copyright © 2021 Blue National Group