Santo Domingo.-Quirino Ernesto Paulino Castillo era el típico narcotraficante que sustentaba su imperio en el bajo perfil y en tratar de mezclar su figura y su fortuna con las ya asimiladas en la sociedad mientras su negocio ilícito florecía y se expandía.
Durante muchos años fue un segundón en el mundo del narcotráfico dominicano, hasta que en 1996 convergieron dos situaciones que lo catapultaron a la cima del negocio en la isla la Española y además lo convirtieron en figura importante en la denominada ruta del Caribe del tráfico de drogas.
En República Dominicana ese año era detenido casi de manera accidental el controversial narcotraficante Florián Félix, mientras que en Colombia se consolidaba el cartel del Norte del Valle luego de la captura el año anterior de los cabecillas del cartel de Cali.
En ese momento Paulino Castillo empezó a crecer en el negocio junto con los grandes capos del cartel del Norte del Valle, hasta convertirse en una figura cimera en esa estructura del crimen organizado.
Tras la decadencia de un arrestado y mediáticamente sobreexpuesto Florián Félix, el capo oriundo de Elías Piña pasó, de ser un transportista minorista, utilizando hasta ambulancias, a convertirse en el mayor narcotraficante dominicano, reinado que mantuvo hasta su arresto el 8 de diciembre de 2004.
En esos ocho años las autoridades norteamericanos le contabilizaron haber introducido a territorio de Estados Unidos más de 30 mil kilos de cocaína (30 toneladas) del cartel del Norte del Valle (que en el país es conocido por la popular serie “El Cartel de los Sapos”).
Sin embargo, cuando fue arrestado, la mayor valía de Quirino era la información que tenía sobre las rutas y los cargamentos movidos por esa estructura de narcotráfico, que en 2004 era la más poderosa y violenta del mundo.
En una primera instancia Quirino se mantuvo renuente a cooperar con informaciones que dieran con los líderes del cartel colombiano. Ya el interés por el dominicano sobrepasaba sus actividades en República Dominicana, pues las autoridades de Estados Unidos sabían que podía darles “informaciones valiosas” que les permitirían golpear sensiblemente al cartel del Norte del Valle.
Ya en prisión Quirino empezó a ceder cuando su círculo familiar más cercano se convirtió en objetivo de las autoridades judiciales. Su esposa, madre y hermanos desfilaban por el banquillo de los acusados por las imputaciones de lavado de activos.
La extradición del capo dominicano se produce en febrero de 2005 y es en territorio dominicano donde se materializa la negociación que por el nivel de concesiones otorgadas por las autoridades norteamericanas deja implícita la valía de las informaciones suministradas.
Es justamente en esa misma época cuando resulta golpeada el ala del cartel del Norte del Valle encargada de las rutas del Caribe y posteriormente toda la cabeza de la organización criminal empieza a ser atacada.
En ese momento la fortuna de Quirino fue estimada por las autoridades en 1,100 millones de pesos dominicanos, muy superior a la que logró acumular en sus mejores momentos Florián Félix.
Sin embargo, el acuerdo judicial al que llegó el capo dominicano con las autoridades de Estados Unidos sólo le exigía la devolución de US$14.5 millones (que fueron cedidos al gobierno dominicano), que en ese momento equivalían a menos de 500 millones de pesos, lo que implicaba que dispondría de una fortuna de al menos 600 millones de pesos, limpiados por una decisión judicial.
También Estados Unidos permitiría que se radicaran en ese país los doce hijos de Quirino, su esposa, sus hermanos y hasta su amante (18 personas en total), concesiones poco vistas en la historia de las negociaciones judiciales.
La Fiscalía del Distrito Sur de New York anunció a sus pares dominicanos el 16 de septiembre de 2008 que había llegado a un acuerdo con Quirino, el cual se ejecutó en coordinación con el Ministerio Público de República Dominicana.
Casi diez años después el capo dominicano está próximo a quedar en libertad como parte de esos mismos acuerdos, pero los efectos de su cooperación podrían obligarlo a mantenerse en un bajo perfil, aunque podría estar saliendo a la luz pública para recuperar parte de su fortuna, especialmente la que quedó librada tras ceder solo US$14.5 millones.