Opinión
Abinader montado sobre una dictadura institucional
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7 meses agoon
Por Narciso Isa Conde
A partir de las votaciones presidenciales y congresuales, el régimen de Abinader-PRM, además de contar con el respaldo y la participación directa de representantes del poder oligárquico capitalista y del imperialismo occidental en su gobierno, pasa a controlar absolutamente todos los poderes institucionales del estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, con una fuerte impronta ultra conservadora.
La mayoría aplastante del PRM, y más aún del PRM y aliados, no augura reformas sociales y políticas progresivas en vertientes como latifundio, monopolios, oligopolios, régimen de propiedad, soberanía y autodeterminación, medio ambiente, relaciones de género y derechos de la mujer, sistema electoral y de partidos, salud y seguridad social, política exterior, sistema eléctrico, relaciones obrero-patronales, y vínculos con el resto del mundo…
PREDOMINIO CONSERVADOR Y CONTRA-REFORMAS.
En ese orden, la orientación fundamental del continuismo contempla mantener el estatus quo esencial e imponer nuevas contra-reformas, dadas las características ultraconservadoras y la profundización de la degradación ético-moral del Congreso electo el pasado 19 de mayo, dominado aplastantemente por el PRM y aliados. Eso no excluye algunos adornos para oxigenar el dominio
• En materia fiscal, salud y seguridad social, código penal, código laboral, su actitud apunta a reformas mediocres, mediatizadas, mezcladas con contra-reformas y conservadurismos.
• En lo constitucional –además de insistir en prolongar de la aberración de mantener las funciones del órgano legislativo en todo lo relacionado con las reformas constitucionales y de seguir bloqueando la necesidad de un poder y un proceso constituyente- Abinader limita su propuesta a dos puntos de alcance limitado y de hecho ya conquistados: el candado a los actuales límites de la repostulación presidencial y la eliminación del poder ejecutivo para designar la composición de la Procuraduría General de la República. Nada nuevo ni trascendente.
ABINADER POR ATRAERLO Y LEONEL EVADIENDO EL ANZUELO.
Desde ese gran dominio institucional y el enorme apoyo recibido por las fuerzas de la nueva neo-colonialidad y de la modernización del capitalismo gansterizado, sujetas al mando de EEUU y las elites capitalista nativas, Abinader le propone al maltrecho PLD, a la protegida FUPU y a otros opositores, compartir las políticas públicas a ejecutar con la premisa cierta de que “triunfaron todos” reciclando una falsa democracia y de que “lo que los une es mucho más de lo que los separa”.
La idea es agregar a la dictadura institucional de un partido y de una clase transnacional y local, la mayor parte posible de una falsa oposición. Pero ella se enfrenta a dos señales negativas: la actitud Leonel-FUPU, quien al parecer apuesta a una oposición más intensa y la inhibición peledeista después que Abel se reuniera con Abinader.
COINCIDENCIAS FUNESTAS
Es claro que Abinader dice estas cosas, sin admitir que, aun sin unirse o pactar, siempre han coincidido – y coinciden- en la estrategia neoliberal, en la privatización del patrimonio público y natural del país, y en la sumisión a la estrategia de dominación y a la política exterior de EEUU. Y no será distinto en este nuevo periodo.
Coinciden en las APP y los FIDEICOMISOS para privatizar las infraestructuras y la naturaleza, incluida el agua; y en las intervenciones de USAID, CIA, DEA, FBI y Comando Sur, para apretar las garras militares del imperio sobre esta isla.
Han coincidido cuando son gobierno en la depredación y contaminación ambiental. Incluso entre los tres y el PRSC han destruido el 50% de los manglares del país.
Coinciden siempre en el plan minero destructivo a cargo de Falcondo, Barrick, Uni Gold, Gold Quest, Belfond…
En la negación de derechos de la mujer y la tolerancia de la violencia de género.
En el racismo anti haitiano.
En la progresiva conversión del estado delincuente en un estado religioso, que excluye la orientación laica.
En la asunción de un sistema constitucional y legal negador de democracia, con un mecanismo electoral y un régimen de partidos realmente bochornosos.
Han coincidido cuando son gobierno en proteger la salud y la educación como negocios y las ARS y AFP como empresas privadas parasitarias.
En un transporte caótico, preeminentemente privado.
En la apropiación privada del sistema energético.
En los endeudamientos onerosos, atados a los condicionantes del FMI, BID y BM.
En los impuestos al consumo tipo ITBI que masacran a los/as empobrecidos/as.
En la exclusión social y el empobrecimiento de enormes contingentes humanos.
En el reino de la corrupción.
En la impunidad propia y en una gran parte de la ajena.
En presupuestos deficitarios con una inversión de capital cada vez más baja, con un gasto corriente más alto y una elevada dependencia de préstamos y bonos internacionales.
En la dictadura mediática del gran capital privado que tanto les favorece y tanto entroniza la post verdad y la alienación cultural.
En cero reforma agraria.
En cero reforma urbana.
En nada de autodeterminación.
Progreso solo en la introducción de nuevas tecnologías atadas a los intereses de los de arriba, al engorde de una franja de los del medio, y a la reproducción de enormes desigualdades sociales.
Todos ellos al lado de las guerras del PENTÁGONO y la OTAN.
Cerca del lumpen imperialismo estadounidense en su agresiva y criminal decadencia.
Cerca del neofascismo.
Claro está: de una fórmula en expansión con esos componentes, esas características y esas coincidencias, no debemos esperar mejoras; sino el empeoramiento de lo ya exhibido en 59 años de ejercicio de malos gobiernos
Ahora, exhibiendo el monarca de turno mucho más poder, la verdad es que lo peor está por venir; sobre todo si no construimos el contrapeso sociopolítico extra-institucional y la contraparte política alternativa transformadora. Y de eso voy a escribir más adelante.
Por Elba García Hernández
En los últimos días del presente año 2024 he tenido la obligación y el deber de defender derechos fundamentales ante el Tribunal Superior Administrativo y he podido comprobar lo mal que está el país en materia de justicia.
Los abusos de poder se observan en esta jurisdicción de Derecho Administrativo en cualquiera de las salas que conocen las litis que se presentan entre la administración y los administrados.
Es penoso ver como los abogados repiten como papagayos los mismos argumentos en los diferentes casos que en esta instancia se conocen. Pero peor aún el nivel de los jueces que manejan los casos.
En esta jurisdicción hay un nivel de razonabilidad que sonroja a cualquier profesional del derecho, pero las cosas se complican cuando se examinan las sentencias que emiten los juzgadores de una jurisdicción que está estrechamente vinculada con el Derecho Constitucional.
Es tanto así, que muchos de los jueces están más interesados en penalizar a las partes sobre la base de disposiciones arbitrarias e ilegales de comisionar un alguacil de estrado para que haga nuevas notificaciones y cobrarles a los litigantes por ese concepto hasta 20 mil pesos cuando se trata de conflictos legales que provienen del interior del país.
Cualquiera se forja la impresión de que existe una sociedad para hacer dinero mediante las notificaciones entre los alguaciles de estrados y los magistrados que presiden salas en el Tribunal Superior Administrativo.
Lo preocupante de este asunto es que cuando no se satisface el deseo del juez o del alguacil de estrado, ese disgusto se refleja en la sentencia que emite el tribunal.
Otro detalle importante de lo mal que se manejan algunas salas del Tribunal Superior Administrativo es que se agarran de cualquier detalle insignificante para justificar una sentencia en contra del que no se acoge a la comisión de un alguacil para fines de nueva notificación.
Impresiona, además, el poco nivel de razonabilidad de los que participan de las audiencias que se celebraran en el Tribunal Superior Administrativo.
En realidad, parece un juego de niños, lo cual desmiente los supuestos avances en Derecho Administrativo, porque la verdad es que lo ocurre en esta jurisdicción de la justicia deja mucho que desear.
Por José Cabral
El panorama que se observa en el país lleva a cualquier persona, por optimista que sea, a sentir que todo se derrumba y que nada tiene solución. No hay un solo estamento estatal que indique que el país transita por un buen camino.
Esto así, porque si al azar se escoge cualquier instancia, pública o privada, fácilmente se llega a la conclusión de que prácticamente todo está perdido. Son prácticamente nulos los referentes que indican que en el futuro se alcanzaría una mejor nación.
El principal fracaso de la sociedad dominicana tiene que ver con el fiasco que representa el Ministerio Público y la judicatura nacional, donde uno apoya la ilegalidad del otro. Es un asunto para mantenerse seriamente preocupado.
En realidad, no se sabe cuál si el fiscal o juez anda peor, pero de lo que sí se puede estar seguro es de que ambos transitan por un camino que solo garantiza el abismo de la nación.
En el país no hay proceso penal que termine de buena manera, pero tanto el Ministerio Público como los jueces recurren permanentemente a decisiones al margen de las leyes que les sirven de sustento.
El Ministerio Público sólo parece ser bueno para manejar casos de importancia mediática, mientras que los jueces se han especialistas en emitir sentencias al margen de las normas y de los derechos, deberes y principios fundamentales.
Es una verdadera vergüenza lo que ocurre en el país, ya que tribunales como el Superior Administrativo, donde el administrado busca liberarse de los abusos de la administración, tiene un nivel similar al de un juzgado de paz. Sus jueces carecen de razonabilidad y muchas veces hasta de sentido común.
En el sistema de justicia nacional se produce una verdadera negación de derechos, pero el hecho de que los jueces no puedan ser procesados por muchos de los casos que fallan, ya que hasta las acciones de amparo no pueden ser interpuestas en contra de los tribunales nacionales, habla claro de la trampa en que está envuelto el ciudadano.
Es decir, que, aunque existe la querella disciplinaria, la recusación e incluso la prevaricación, es una batalla como aquella siempre citada entre el huevo y la piedra, porque la complicidad se extiende de un lado a otro sin excluir a prácticamente la totalidad de los actores del sistema de justicia.
Adentrarse en el comportamiento de la justicia y del Ministerio Público es una razón determinante para frustrarse o resentirse, aunque, naturalmente, este mal debe combatirse con herramientas que tal vez algún día surtan efecto.
Por Nelson Encarnación
Algunas personas han llegado a afirmar que el juego de béisbol no es un deporte, sino un pasatiempo que sirve de entretenimiento a toda la familia, la que puede tener un importante consumo mientras transcurre un partido de nueve entradas, por lo general lento.
Sin embargo, somos más los que sostenemos lo contrario, no porque seamos fanáticos o seguidores, sino porque una contienda en la que medie la aplicación de estrategias no puede ser un simple pasatiempo.
Las estrategias son fundamentales en el juego de pelota, sin las cuales el resultado no puede ser el esperado, aunque no siempre estas funcionen. Como en toda actividad humana, inclusive en la guerra.
Hechas estas disquisiciones, pasamos a no entender qué ha provocado el impresionante descalabro, el resbalón sin final que ha abatido a los Leones del Escogido.
No se explica que un equipo que en los primeros 20 juegos del presente campeonato obtuvo quince victorias, haya caído a un abismo, tan profundo que, al día de hoy, está en la peligrosa ruta de quedar fuera de la siguiente ronda.
Es como estar con respiración asistida, mantenerse vivo gracias a la buena fortaleza física que se acumuló—15 victorias contra 5 derrotas—, pero no suficiente como para rebasar de manera exitosa un estado comatoso.
¿Qué hará la gerencia del equipo capitalino para tratar de revertir la ruta hacia el fondo? No preveo una opción, sobre todo, al recordar lo declarado hace un par de años por uno de los dueños del “Duro de matar”.
¿Qué dijo ese ejecutivo? Que al equipo le es económicamente más rentable quedar fuera en la serie regular que pasar a las siguientes. Algo así o algo peor, según recuerdo.
Cuando leí aquello tuve que remontarme a los pleitos con mi difunto padre—liceísta furibundo—que no asimilaba derrota frente al “eterno rival”, y yo, como escogidista, le daba la cuerda, corriendo riesgo de unos correazos por irreverente. De este tamaño ha sido mi escogidismo.
¿Hay escasez de cartera en la gerencia del equipo rojo? No lo creo. ¿Falta estrategia para la ofensiva? Lo creo un poco. ¿Cayó por un barranco irrecuperable el pitcheo de los Leones? Me quedo con esta.
Frente al despeñadero actual, los rojos no tenemos muchas esperanzas. Y por favor, no echemos la culpa al mánager Pujols.