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Opinión

Amín Abel o la ternura del acero

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Por Narciso Isa Conde

NARCISO-ISA-CONDE11111121Acero y ternura desde el compromiso con la ciencia, la revolución y la emancipación de la humanidad. Con la patria chica, con la patria grande y con la ejemplar pelea  de sus ancestros palestinos. Con el socialismo y el ideal comunista, con sus utopías como sueños realizables.

Desde un ser  bondadoso y un talento excepcional, intensamente cultivado.

Tierno en la amistad y en su condición humana. Recio en sus convicciones revolucionarias. Modesto y austero en lo personal, e inmensamente pródigo en el despliegue de audacia, arrojo y valor como ser social.

  • En “La SALLE”.

“Turquitos” los dos, nos conocimos en la niñez: en el quinto año del Colegio “La Salle”. Amín era casi de mi edad: a penas yo le llevaba una semana. Era el más joven y pequeño del curso (AA), el número uno, el mejor estudiante, el más integral de todos por el dominio sobresaliente de todas las disciplinas (incluido el dibujo, el inglés, el francés…), extremadamente talentoso y con una capacidad de asimilación impresionante.

Amín, “vejiguita”  -como cariñosamente le decíamos (no recuerdo por qué)- era, además, el alumno más querido por profesores y condiscípulos. No recuerdo de nadie que hubiera tenido una bronca con él. Emanaba tranquilidad de espíritu, alegría apacible, camaradería  sincera y, sobretodo, capacidad de amar a los suyos y a los demás.

Conocí a su padre Mahoma, del que brotaba un energía y un firmeza especial; a su madre, cariñosa y perspicaz, a sus hermanos: Jalim, Faisal, Abdhala, Musa… y pude apreciar que la forja familiar tuvo mucho que ver con sus virtudes, las cuales el medio social, su dedicación, su formación y el  periodo histórico se encargaron de potenciar y pulir.

  • Reencuentro en la lucha y en la UASD.

Compartí con él en La Salle el mismo curso, hasta graduarnos de  bachilleres e ingresar a la Universidad de Santo Domingo a facultades distintas (Ingeniería él, Medicina yo), donde luego nos reencontramos mas de cerca en los días de la joven Federación de Estudiantes Dominicano (FED), del combate por la Autonomía y el Fuero, del accionar de la Agrupación Política 14 de Junio en el seno de nuestra sociedad, de las simpatías por la naciente Revolución Cubana, del periódico y del grupo estudiantil FRAGUA, de nuestra participación en la dirección de la FED y de la primera oleada revolucionaria continental en la segunda mitad de siglo XX.

Amín era tremendamente discreto. Tenía magníficas condiciones de conspirador. En verdad, pese que ya entonces repudiábamos la tiranía trujilllista y admirábamos secretamente la valentía de nuestro profesor de literatura Rafael Sánchez Sainllent (asesinado en la cárcel por Ramfis y sus sabuesos a raíz del ajusticiamiento del tirano), no le conocía vocación política mientras cursamos la secundaria.

Fue una grata sorpresa su irrupción pública en la militancia revolucionaria al inicio de la vida universitaria, destacándose como militante ejemplar, “cuadro” de primera línea, estudiante “Suma Cum Laude” y dirigente del alto vuelo; siempre exhibiendo su  espléndida modestia y su espíritu unitario, no muy comunes cuando comenzaron a desatarse las pasiones sectarias y las competencias inter-grupales.

En febrero de 1962 pasé a los filas del PSP impactado por las ideas Marx, Engels y Lenin. Amin permaneció entonces en el 14 de junio. En la guerra de abril el PSP se transformó en PCD.

Después de la guerra, Amín Abel se incorporó al MPD. Y, sin embargo, nunca sentí que las diferencias entre nuestras organizaciones afectaran la amistad, el cariño y el respeto que nos teníamos.

  • Estudiar y luchar, revolución nacional y reforma universitaria.

Amín siempre fue así: un ser humano sensible y generoso, un estudiante brillante, el primero de su promoción; y siempre fue un luchador ejemplar. Encarnó aquella hermosa consigna: ¡Estudiar y Luchar!, tan necesaria su reivindicación en este periodo de lucha.

Amín militó en grande en las ideas del Manifiesto de Córdoba condensadas en la frase “reforma universitaria y revolución popular”, tan imperiosa su asunción en estos tiempos confusos; afectado el movimiento estudiantil y las fuerzas políticas revolucionarias del presente por sucesivas renegaciones, traiciones y acomodos, producto de la creencia en la falacia del “fin de la historia”, del impacto de los nuevos  reformismos y del posibilismo oportunista e infecundo prohijados por el neoliberalismo; afectados también nuestro movimiento por reveses, errores y desfases.

El ejemplo de Amín Abel, en tales circunstancias, es un legado maravilloso que hay que proyectar en el presente y hacia el futuro. Sus ideas por igual.

Son guías, pautas, referencias… que hay que actualizar, enriquecer, recrear… en el contexto de un capitalismo, un imperialismo y una sociedad, que no por diferentes en muchos aspectos, ha dejado de ser, más que iguales, peores en cuestiones esenciales: más crueles, más destructivos, más injusta.

Son luces a potenciar.

  • Su libro.

Entre ese legado está su libro “AMERICA LATINA BUSCA SU CAMINO” (466 aniversario de la UASD, Editora Universitaria), que las nuevas generaciones deben estudiar y debatir, siempre en relación con el presente que les ha tocado vivir y con el futuro que debemos construir; siempre examinando a profundidad los cambios acaecidos.                           

Dentro de su obra escrita hay reflexiones que nos convocan al debate sobre lo acontecido y sobre el porvenir: sobretodo porque se inscriben dentro de las primeros esfuerzos y las primeras herejías revolucionarias dirigidas a romper dogmas y seguidísimos.

Aquilatemos, por ejemplo, el valor de estas tres singulares expresiones contenidas en ese texto:

  • “Ahora, después de 12 Años de amargas y gloriosas experiencias nos damos cuenta que hacer una revolución no es una cosa tan fácil como parecía al principio; que no basta con levantar el foco guerrillero para triunfar, sino que las guerras revolucionarias tienen sus leyes específicas que corresponden a la realidad socioeconómica y política de cada país; que aprenderse de memoria las obras de los clásicos marxistas y las historias de las revoluciones cubana, rusa o china no dan la línea política concreta a aplicar en nuestros países y que hasta el pensamiento de Mao Tse Tung -que es el marxismo leninismo de nuestra época y que es una guía correcta- particularmente para los países coloniales y semi-coloniales tiene que ser interpretado a la luz de nuestra realidad concreta.” (Pág. 61)
  • “En estos problemas estratégicos el pensamiento marxista latinoamericano ha estado dominado por la línea tradicional. La revolución cubana le hizo una crítica practica –es decir, con los hechos- pero no pudo determinar las causas que los produjeron, con lo cual su crítica se quedó en el marco del idealismo que los llevo al desprecio  de la política y a los teóricos.” (Pág. 74)
  • “Las tradiciones históricas, políticas, culturales, etc no despertaron ningún interés en los teóricos marxistas tradicionales de Latinoamérica. Antes bien las despreciaron por que llevaban las acciones  y  los hechos de un movimiento dirigido por la burguesía. “(Pág.79)

En estas líneas se siente el trascendente y valioso esfuerzo por rebelarse contra el euro-centrismo presente en la impronta marxista-dogmática de esos tiempos.

Ese desafío, trillado con fuerza en las últimas décadas por el renacer y desarrollo del marxismo latino-caribeño, sigue presente con nuevas exigencias.

Se trata de asumir el acervo científico universal conectado a nuestra historia, a nuestras culturas, a nuestras formaciones sociales y a su evolución, a las características de las imposiciones políticas, a los impactos de la colonización, el neocolonialismo y la recolonización neoliberal sobre nuestras sociedades y sobre las elaboraciones ideológicas de diversos signos.

Se trata de crear teoría propia y políticas propias sobre y frente a un capitalismo, un sistema político-institucional y una clase dominante-gobernante muy concretos/as, inmersos/as en la dependencia, condicionados/as por arritmias históricas y por las superposiciones de modos de producción y fuertes lastres de formaciones y culturas políticas injertadas, e impactado en el presente de la peor manera  por la neo-liberalización y globalización del capital.

  • Semilla que germina.

Por eso en estos días recordé a Amín, a Asdrúbal Domínguez y a Orlando… al leer el discurso de la joven revolucionaria Camila Vallejo, nueva presidenta de la Federación de Estudiantes de Chile (FETCH) y conocer del movimiento estudiantil que representa.

Porque ella y los/as demás, sin abandonar la radicalidad revolucionaria, retomando la idea del vinculo de la “reforma universitaria con la revolución popular” (en plena era neoliberal del capitalismo y en uno de sus países pioneros de ese modelo funesto), asumiendo la rebeldía frente al proceso de conversión de la universidad en mercancía y abrazándose a un anticapitalismo renovado y un accionar revolucionario innovador, rescató, refrescó y enriqueció la combatividad de nuestros tiempos; a la vez de abordar temas cruciales como la opresión de género, el vinculo entre nueva sociedad y nuevo sistema de enseñanza y la insumisión frente al proceso de conversión de los egresados de la universidad pública cuasi-privatizada en entes del mercado, sin compromisos con la sociedad trabajadora, empobrecida y excluida.

Se trató de un recuerdo alegre, al evidenciarse que aquella siembra ha procreado nuevos valores, que las semillas germinaron en espigas, flores y frutos… de la estirpe de Camila.

A  Orlando, Amín, Asdrúbal y a todos/as los/as luchadores de mi generación me unen recuerdos imborrables y sentimientos de admiración y respeto realmente profundos e inconmovibles.

Por eso, antes de finalizar, quiero hablarles de mi último encuentro físico con Amin y del sello que dejó en mi alma:

“Fue en esta universidad, frente a la Facultad de Medicina (Edificio Defilló). Ambos andábamos de paso, en esas correrías y contactos furtivos propios de una prolongada y riesgosa clandestinidad cargada de activismo.”

“Nos abrazamos, preguntamos por amigos y familiares, e hicimos breves, comentarios políticos, y luego le dije: “Bere-Bere” (otro “mote” alusivo a su valentía y arrojo, inspirado en el ejemplo de unas de las corriente más combativa entre los luchadores árabes): cuídese, que donde nos agarren, nos matan. Tengo informaciones precisas de que estamos en la misma lista de los condenados a muerte por este régimen, cuídese mucho”. “Si, lo se” -me respondió- “estoy moviéndome con cautela”. Nos despedimos con el cariño de siempre.”

“A los dos meses, aproximadamente, lo asesinaron. Nunca mas pudimos abrazarnos como entonces, pero les confieso que desde entonces Amin siempre ha estado presente en mi mente y en mi corazón, como lo estarán de por vida los /as jóvenes que decidan “ser como él”, con las debidas adecuaciones a los nuevos tiempos.

Homenaje a los 41 años de su asesinato, reiterado en este 44 aniversario.

24-09- 2011, 23-09-2014, SD-RD                ¡Hasta la victoria siempre! 

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Opinión

La CIA, Mockingbird y los periodistas

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(I)

Por Oscar López Reyes

Desde 1950, tres años a posteriori de su creación -1947- la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos comenzó a instrumentalizar a periodistas para manipular y moldear a la opinión pública mundial, en una abominable labor de zapa, en el cenit geopolítico de la Guerra Fría entre dos superpotencias imperiales. Su proyecto primigenio, y el más escalofriante, ha sido la encubierta Operación Mockingbird, mediante la cual se ocultaron y tergiversaron informaciones para influir a favor de los designios norteamericanos, y desde 2019 ejecuta a gran escala una campaña de reclutamiento para difundir noticias y entretenimiento en redes sociales y plataformas streaming.

En estos 78 años, la CIA ha invertido miles de millones de dólares en el enlistamiento de periodistas anti-éticos y anti-democráticos y en infiltración en medios de comunicación para divulgar programas propagandísticos, engendrando el descrédito y la desconfianza ciudadana, así como la animadversión de adversarios en guerras.

La operación Mockingbird, que inicialmente consistió en escuchas telefónicas periodísticas sin orden judicial, fue llevada a cabo por la CIA para identificar fuentes de filtraciones de datos de alta inteligencia. Principió grabando conversaciones privadas de Hanson Baldwin, reportero de seguridad nacional del New York Times, entre el 12 de marzo y el 15 de junio de 1963, desde el Despacho Oval de la Casa Blanca.

Las grabaciones fueron por iniciativa del presidente de Estados Unidos, Jhon F. Kennedy, luego que se incomodara por un reportaje de primera plana publicado por Baldwin (ganador del Premio Pulitzer en 1943 por su cobertura de la Segunda Guerra Mundial) en la edición del 26 de julio de 1962 del New York Times en el que, amparado en una información clasificada, revelaba el número de misiles nucleares en el arsenal estadounidense. A su vez, comparaba esos depósitos atómicos de Estados Unidos con los de la Unión Soviética, y el afán de esta última superpotencia por resguardar sus emplazamientos de misiles balísticos intercontinentales.

A seguidas, la CIA también intervino los teléfonos residenciales de los columnistas Robert S. Allen y Paul Scott (The Allen-Scott Report, publicada en unos 300 periódicos), tras estos dar a conocer secretos clasificados de Estados Unidos. Más adelante, el Buró Federal de Investigaciones (FBI) se incorporó a las averiguaciones y vigilancia para detectar quienes desde los organismos de inteligencia estaban infiltrando informaciones a la prensa. También produjo la intercepción telefónica a la periodista de Newsweek, Lloyd Nornam, y el secretario de Estado Dean Rusk presionó para que CBS News no difundiera un reportaje del periodista Daniel Schorr sobre el espectacular escape de ciudadanos de Alemania Oriental a través de un túnel bajo el Muro de Berlín.

Por intermedio del proyecto Mockingbird -según variadas fuentes- para divulgar propaganda proestadounidense y truquear a la opinión pública contra la influencia comunista, aceptaron ser asalariados de la CIA cientos de periodistas de The New York Times, The Washington Post, Newsweek, ABC, CBS, NBC, la revista Time, Louisville Courier Jounal, Copley News Service, la agencia internacional Reuters y otros medios de América Latina, Europa y otras regiones.

Los objetivos bien definidos de la contratación a sueldo de la red de periodistas, publicaciones, televisoras y emisoras tengo que segmentarlos en siete:

1.- Difundir relatos preescritos por la CIA, para tratar de cambiar la percepción global sobre situaciones y personas, siempre favorables a Estados Unidos.

2.- Controlar la política editorial de medios comunicativos, a través de altos ejecutivos y editores, en una novedosa interacción subrepticia gobierno-prensa.

3.- Ocultar informaciones perjudiciales o desfavorables a Estados Unidos, en una intromisión estatal sin precedentes.

4.- Inclinar la balanza para conveniencia estratégica de Estados Unidos en coberturas informativas, artículos de opinión, editoriales y otros géneros periodísticos.

5.- Contrarrestar la propaganda e influencia de la Unión Soviética, con mecanismos sofisticados de persuasión pública.

6.- Suministrar datos de inteligencia, en una típica tarea de espionaje.

7.- Detectar a agentes o empleados de organismos de inteligencia que confidencialmente suministraban informaciones a periodistas.

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El autor: Redactor principal del Código de Ética del Periodista Dominicano y autor exclusivo del libro “La Ética en el Periodismo. Los cinco factores que interactúan en la deontología profesional”.

 

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Opinión

Cuando el privilegio pesa más que el salario

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Por Isaías Ramos

En el artículo anterior, “Cuando trabajar no alcanza”, mostramos lo esencial: en nuestro país hay trabajadores a tiempo completo que, aun cumpliendo con todo, no alcanzan el costo de la canasta básica. Hoy toca cerrar el círculo con una pregunta inevitable: si el Estado asegura que no tiene margen para indexar el ISR ni para acercar los salarios a la canasta, ¿cómo sí lo tiene para blindar exenciones y subsidios que ya rondan el medio billón de pesos al año?

La comparación es contundente: alrededor de RD$19 mil millones para cumplir la indexación —lo mínimo para que la inflación no se coma el salario por la vía del impuesto— frente a más de RD$500 mil millones en gasto tributario y subsidios no focalizados. Esa diferencia no es técnica; es moral. Es un impuesto silencioso al trabajo para sostener privilegios que casi nunca rinden cuentas.

No hablamos de milagros, sino de coherencia constitucional.

Primero derechos; después privilegios.

La indexación es justicia básica; que el salario cubra la canasta es dignidad mínima. Cuando eso no ocurre, todo lo demás se convierte en una transferencia regresiva: recursos públicos arriba y salarios de subsistencia abajo.

Lo vemos en historias como la de Marta, cajera en una tienda que abre seis días a la semana. Gana el salario mínimo del tramo superior y aun así no le alcanza para transporte, alimentos y educación básica de sus hijos. Todos conocemos una Marta. Su caso no es la excepción; es el reflejo de un modelo.

Reconocemos, sin ambigüedades, que ciertos sectores han traído inversión y empleo. Pero en un Estado Social y Democrático de Derecho, la prioridad no se discute: derechos primero, incentivos después. Si un sector recibe exenciones millonarias durante décadas, la contrapartida mínima es un salario mediano por encima de la canasta y una reducción verificable de la informalidad. Y si los beneficios se justifican por su aporte, ese aporte debe comprobarse con datos públicos.

Las preguntas son simples, y las respuestas deberían serlo también:

  • ¿Cuál es su salario mediano y qué parte de la canasta cubre?
  • ¿Cuál es su aporte fiscal neto, descontadas exenciones y transferencias?
  • ¿Qué metas salariales y de formalización han cumplido —auditadas y con plazos—?

Si esas respuestas no existen, la falla no está en quien critica, sino en un modelo que evita mirarse al espejo.

Cuando miramos la región, el panorama se vuelve más claro y más crudo. Llevamos décadas creciendo alrededor de 5 % anual, más del doble del promedio latinoamericano. Sin embargo, datos del Banco Mundial muestran que menos de 2 % de los dominicanos ascendió de grupo de ingreso en una década, frente a un 41 % regional. Es una de las movilidades más bajas de América Latina: un motor económico de alta potencia montado sobre una carrocería social demasiado frágil.

A eso se suma un mercado laboral con alrededor de 55 % de informalidad, superando un promedio regional que ya bordea la mitad. Millones de personas trabajan sin contrato, sin protección y sin capacidad de negociación. Mientras tanto, el salario mínimo formal del sector privado no sectorizado —según el tamaño de la empresa— oscila hoy entre unos RD$16,000 en las microempresas y cerca de RD$28,000 en las grandes, y ni siquiera en su tramo superior alcanza el costo de la canasta familiar nacional, que ronda los RD$47,500, ni la canasta del quintil 1, situada en torno a RD$28,400. La mayoría de los trabajadores informales ni siquiera se acerca a esos montos.

Ahí está el nudo del modelo: un PIB que corre por delante del promedio regional, con salarios más bajos, más informalidad y menor movilidad que casi todos. Ahí es donde la retórica del “milagro” deja de coincidir con lo que millones viven cada día: jornadas largas, ingresos insuficientes y un crecimiento que no se traduce en dignidad.

Y, mientras tanto, la indexación —que solo evita que el impuesto castigue el salario— se presenta como inalcanzable. No lo es. Lo inalcanzable es pretender estabilidad congelando la protección del trabajador mientras se blindan privilegios que nadie revisa con lupa desde hace décadas. Eso no es estabilidad; es un subsidio a la precariedad.

La discusión no es “si hay dinero”, sino de dónde es justo que salga.

¿De quienes ya no pueden más, o de exenciones que llevan medio siglo sin evaluación seria?

¿De la nómina de la clase trabajadora, o de regímenes especiales convertidos en vacas sagradas?

En el Frente Cívico y Social entendemos que la guía es simple y está escrita en la Constitución. El artículo 62 establece, entre otras cosas, que es finalidad esencial del Estado fomentar el empleo digno y remunerado y, en su numeral 9, consagra el derecho a un salario justo y suficiente para vivir con dignidad. No es poesía; es mandato. Si el salario mediano de un sector no cubre la canasta, ese sector no cumple con la dignidad mínima. Y si además recibe exenciones, la obligación de rendir cuentas es aún mayor.

Y porque no hay dignidad sin desarrollo, no olvidemos lo esencial: salario digno es demanda interna, productividad futura y estabilidad social. Con sueldos de miseria no se construye un mercado interno robusto, no se fortalece el capital humano, no hay escalera de movilidad. Lo que se “ahorra” hoy en salarios bajos se paga mañana en menor crecimiento y mayor conflictividad.

En una frase: un país que se respeta no pone el privilegio por encima del salario, ni el incentivo por encima de la dignidad. Cuando la política honra esa jerarquía, la estadística deja de ser consuelo y se convierte en vida vivible.

Despierta RD

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Opinión

La Corte Penal Internacional y los Tribunales Penales Internacionales  (1 de 2)

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Por Rommel Santos Díaz

A diferencia de la Corte Penal Internacional, cuyo estatuto es el resultado de varios años de debates y de la Conferencia de Plenipotenciarios, los tribunales Ad –Hoc para la Ex Yugoslavia  y Ruanda  son la expresión de una respuesta a dos situaciones específicas caracterizadas por la comisión de atrocidades en el territorio de estos países.

Fue precisamente la gravedad de las circunstancias lo que obligó al Consejo de Seguridad a ejercer las atribuciones que le confiere el  Capítulo VII de la Carta de las Naciones Unidas para crear las jurisdicciones penales Ad – Hoc para la Ex Yugoslavia ( Resolución  827 de 1993) y para Ruanda (Resolución 955 de 1994)

En estos casos, ambos tribunales tienen virtualmente estatutos idénticos y también compartieron algunas instituciones comunes, como  por ejemplo el Fiscal, dado que a partir del 15 de septiembre del 2003, el Consejo de Seguridad designo a Hassan Bubacar Jallow como Fiscal del  Tribunal Penal Internacional  para Ruanda.

La Fiscal Carla Del Ponte ejerce su competencia exclusivamente en relación al Tribunal Penal Internacional  para la Ex Yugoslavia. Las características comunes entre ambos tribunales han tenido como consecuencia, al menos en el ámbito teórico, la economía y uniformidad en el ámbito fiscal  hasta el año 2003 así como en el desarrollo de una línea jurisprudencial sólida y constante en el análisis de sus respectivos casos.

De esta forma la creación de dichos tribunales Ad-Hoc constituye un desarrollo sin precedentes a favor de la implementación de las normas sobre derechos humanos que a su vez ha favorecido una dinámica positiva en el proceso de creación de un sistema de justicia penal internacional  que se concreta casi una década después con el inicio de las funciones  de la Corte Penal Internacional.

Por su lado el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda fueron creados por resoluciones del Consejo de Seguridad en virtud de las cuales son considerados como órganos judiciales subsidiarios del mismo.

Se ha establecido que aun cuando fueron creados por el Consejo de Seguridad, el cual no es un órgano judicial, esto no afecta la validez del acto jurídico de creación puesto que ambos son el reflejo del ejercicio del mandato del principal órgano de las Naciones Unidas  para mantener la seguridad y la paz internacional.

Esta línea de razonamiento concuerda con la establecida por la Corte Internacional de Justicia en su Opinión Consultiva sobre los efectos de las compensaciones concedidas por el tribunal administrativo de las Naciones Unidas de 1954.

Por tanto, mientras la Corte Penal Internacional es un tribunal internacional independiente, el Tribunal Penal Internacional para la Ex Yugoslavia y el Tribunal Penal Internacional para Ruanda son órganos judiciales subsidiarios del Consejo de Seguridad Conforme al Artículo 2 del Estatuto de Roma, la Corte Penal Internacional mantiene relaciones de cooperación con el sistema de de las Naciones Unidas, pero ello no afecta su  independencia con respecto a dicha organización internacional.

Rommelsantosdiaz@gmail.com

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Edificio La República: Restauración No. 138, cuarta planta, Santiago, República Dominicana. Teléfono: 809-247-3606. Fax: 809-581-0030.
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