SANTO DOMINGO. Tras el apresamiento del coronel del Ejército de la República Dominicana, Rafael Collado Ureña, en Puerto Rico en momentos en que se disponía a realizar una transacción de drogas, los organismos de seguridad del Estado iniciaron una investigación, que incluye determinar si el oficial tiene propiedades en el país.
Asimismo, una fuente vinculada a la investigación reveló que se busca establecer con qué cártel “trabajaba” y la cantidad exacta de droga que llevó a Puerto Rico utilizando su rango de coronel.
El oficial dominicano y los demás integrantes del grupo fueron arrestados en medio de una transacción de 12.9 kilogramos de cocaína.
Ayer, el ministro de Defensa, teniente general Rubén Paulino Sem, ordenó la suspensión del coronel Collado Ureña, e informó que se coordina con agentes de la DEA su traslado a la República Dominicana.
Paulino Sem explicó que hay una investigación abierta y que se está profundizando para determinar los alcances de la participación de Collado Ureña. El oficial estuvo un buen tiempo en el Ministerio de Deportes, pero al momento de su detención estaba sin funciones, pero activo.
El coronel Collado Ureña estuvo muy ligado al coronel Amado González González, brazo militar del capo boricua David Figueroa Agosto. “e incluso su amistad era tan profunda que fue de los que cargó el féretro con los restos de González González en el cementerio en el año 2009”.
Una vez ocurrido este episodio, se recomendó su cancelación de las filas castrenses, pero fue rechazada por el Poder Ejecutivo.
Collado Ureña ingresó a la Academia Militar “Batalla de las Carreras” en 1990. Tiene 27 años en el Ejército. Era amigo personal del coronel Amado González González y compañero de promoción, razón por la que investigan “si existen vínculos con una gran red de narcotráfico que podría tener sus orígenes en México, porque ya Colombia desmanteló esas estructuras”.
Después del apresamiento de Collado Ureña, el ministro de Defensa advirtió que será drástico con los militares que cometan actos delictivos.
Este no es el único caso
El 4 de agosto del 2008 se produjo el “tumbe” de narcotráfico más grande del país. Ese día, en la comunidad de Paya, en Baní, siete colombianos fueron asesinados a balazos por una banda integrada por altos oficiales de la entonces Marina de Guerra. En esta operación, los marinos se llevaron 1,300 kilogramos de cocaína pura y una suma de dólares que nunca fue localizada, al igual que la droga.
En esa ocasión fueron acusados del crimen los capitanes de fragata Ricardo Guzmán Pérez y Miguel Peña Figuereo, el capitán de corbeta Roberto Augusto Peña Valdez y los tenientes de navío Jesús Sánchez Piña, Jorge Luis Chalas Jorge y Edward Mayobanex Rodríguez Montero, además del ex alférez de navío Andrés Tapia Balbuena y el sargento Antonio Manuel Roche Pineda. En el 2010, el mayor Miguel Rodríguez, jefe de la Unidad Antinarcóticos de la Policía Nacional en San Francisco de Macorís, fue apresado cuando transportaba 400 kilogramos de cocaína.
De igual manera, en el 2009, la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) apresó en el municipio Los Llanos, en San Pedro de Macorís, al coronel de la Fuerza Aérea José Luis Peña Segura. A la hora de apresamiento, el oficial estaba en el lugar donde una avioneta dejó caer 1,245 kilogramos de cocaína.
Segura declaró que se encontraba en el lugar porque se detuvo a “orinar”.
Uno de los casos más recientes es el del coronel de la Policía Nacional, Carlos Fernández Valerio, acusado de traficar con 950 kilogramos de cocaína cuando justamente era Director Central Antinarcóticos de la PN.
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