Opinión
Bajo cual esquema nos relacionamos?
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2 años agoon
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Isaías RamosPor: Edgard Paniagua Miguel
Un listado pequeño pero significativo de personas y caracteres nos puede introducir al tema: el autócrata, el amigo o hermano posesivo, el líder empresarial o eclesiástico, el Padre o Madre de familia con mandos absolutos y dominantes, el gobernante dictador, el ideólogo que impone su ideología sin respeto y consideración a los demás.
El que no acepta opiniones ni críticas, el que demanda obediencia ciega, el centralizador y absorbente, el que todo lo conoce y sabe, a pesar de que el mundo marcha muy diferente a él y sus ideas.
El que compra voluntades por dinero, el que atrapa voluntades por la fuerza, sugestión o interés económico o social.
Podemos agregar mas; por ejemplo, relaciones bajo condiciones de miedo, terror, sugestión y manipulación.
Esas personas deben entender que la fidelidad que le dispensan no es totalmente verdadera, que la amistad que le dispensan no toda es verdadera, que la honra que le dan no es por su persona, si no por el miedo que infunde y el poder que tiene para dañar o beneficiar al otro.
En este asunto no debemos llevarnos a engaños, si usted observa experiencias propias o ajenas, sean políticas, empresariales, eclesiales, familiares, o de cualquier esquema que se halla desarrollado como lo antes descrito, se habrá dado cuenta de este fenómeno.
He vivido y observado unas experiencias de “tercer tipo” de índole familiar, eclesial, patronal, empresarial y otros tipos, que me han tocado muy cercanos en que el fenómeno es de índole, cuasi invariable en sus resultados.
Una vez, pertenecía a un conglomerado empresarial que su liderazgo era absoluto, en las reuniones aunque se simulaba apertura y democracia, no era cierto, pues las consecuencias de disentir eran brutales.
Se agredía psicológicamente, se acosaba con la indiferencia y se apartaba de las actividades comunes y corrientes a los disidentes, y ni hablar de temas salariales y promoción laboral.
Una vez el líder del equipo fue removido y lo que allí se produjo fue una explosión de palabras, libertades y pensamientos reprimidos que no tenían otra explicación que la del fenómeno que he querido describir.
Mi intervención era simple; qué está pasando aquí, porqué no se habló esto delante de él? Pero el miedo era mayor por sus consecuencias retaliadoras.
Y ninguno lo quería asumir por mantener, su puesto, su estatus, su interés particular o sustento económico, etc etc.
Nota
(Debo decir que en varias ocasiones pase por eso y en las mismas traté el tema a modo grupal y privado, al final tuve que renunciar, por dignidad, respeto y orgullo)
Has visto la explosión poblacional que se produce cuando un dictador es quitado del poder? Así mismo se produce en magnitudes proporcionales cuando a nivel familiar, empresarial, eclesiástico o de cualquier otra índole se destituye, falta, hay rebelión o desobediencia a esa persona con tales características dictatoriales o absolutas.
Al instante, todo ese acumulado de sentimientos y emociones revelarán que:
No había amor en esa relación, si no temor.
No había respeto si no terror.
No había fidelidad, si no interés.
No había seguidores voluntarios, si no obligados o en necesidad seguir.
Que no tenía compañía ni amigos, si no, una “soledad con seres en compañía”
Que su actitud y comportamiento ahogaba la personalidad del otro.
Pero como en su imaginario, nuestro personaje característico creía que lo estaba haciendo bien, la respuesta a los sucesos no se harían esperar y lo característico correspondiente diría algo así:
“Tanto que serví y ayudé y no lo agradecen
Me di por entero a la causa y mira como me pagan, y un largo etc que dependerá del contexto en que se analice.”
Y es que la libertad no tiene precio, ni valor, y que aquellos que en su relación han estado con ese tipo de tratos antes descritos, una vez tienen la oportunidad de salir de ese esquema, lo harán irremisiblemente.
Y es que la dignidad del hombre no tiene “retén” y en su primera oportunidad la reclamará. Y no importa el ámbito o las circunstancias.
Desde que pruebe y compruebe este Proverbio no volverá atrás:
“Mejor es un bocado seco, y en paz, Que casa de contiendas llena de provisiones.”
Proverbios 17:1 RVR1960
Se requieren muchas reflexiones espirituales, muchas revisiones íntimas, mucho desaprendizaje de conductas heredadas o aprendidas para luchar contra la tendencia de ser autocrático.
Mucha mansedumbre y humildad para aceptar la necesidad de cambiar, la disponibilidad de ser aconsejables.
La obediencia a la Palabra de Dios nos conduce por caminos correctos para ser el Líder, Padre o Madre, Patrón o Amo, Gobernante o Gerente con las características y virtudes que reflejen todo lo contrario a lo autocrático.
La Palabra de Dios y su obediencia nos ayuda para desarrollar relaciones sanas y maduras, honestas y tolerantes, armoniosas y en conjunto, relaciones que mantienen la independencia del otro, sin ser atropellante y absorbente, sin ahogar la personalidad del otro en la propia.
La elección está en nosotros y Dios está presente para ayudarnos y transformarnos.
Con Dios siempre se puede comenzar de nuevo.
Y si los platos o cristales que rompimos ya no se pueden componer, por lo menos nos quedará el arrepentimiento y reconocimiento de nuestro fallo, pedir perdones y estar en paz con Dios y con uno mismo. Y comenzar de nuevo.
Si somos sabios aceptamos nuestra realidad, cambiamos y nos proponemos inciar ese proceso, y si no, terminamos solo.
Y eso no es la voluntad de Dios, ni tampoco la naturaleza misma del Ser.
Dios bendiga su decisión
Opinión
Trump ordena, Abinader se arrodilla y el Pentágono invade
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5 días agoon
diciembre 11, 2025Por Narciso Isa Conde
Santo Domingo.– Al aceptar la determinación de Trump y del Pentágono, de intervenir militarmente los aeropuertos de San Isidro y Las Américas, el espacio aéreo y aguas territoriales de nuestro país, para agredir militarmente a Venezuela y a otros países de la región, Luis Abinader ha cometido el delito de traición a la patria dominicana y la peligrosa afrenta de sumarse al plan de guerra e intervención de EE.UU. en esta región.
¿Qué implica la intervención militar en bases dominicanas?
La base militar de San Isidro es la más grande del país, concentra el mayor poder de fuego (aviación, cuerpo de paracaidistas, infantería y blindados) y pasa a ser intervenida por el Comando Sur del Pentágono.
No se había visto una cosa parecida luego de la intervención militar de abril de 1965: en los últimos 60 años la intervención militar de EE.UU. se mantuvo camuflada como «asesorías», «visitas», «ejercicios» y «operaciones» puntuales; pero ahora la intervención se asume directa, invasiva, indefinida y con tropas especializadas.
La Constitución vigente -a pesar de lo conservador, autoritario y neoliberal de su contenido- obliga a Abinader a rechazar cualquier agresión a nuestra soberanía y cualquier intervención en los asuntos internos de otros países.
¿Cuál es el contexto político y regional de esta acción?
En verdad, no se trató de un «acuerdo», sino de una orden de Trump y el Pentágono, fielmente cumplida por Abinader, en medio de un despliegue naval en el Caribe y áreas del Pacífico; apuntando contra Venezuela y Cuba, en primer lugar y sucesivamente.
Pero también contra los gobiernos de México y Colombia (Colombia ya invadida por 10 bases militares), sin descartar Nicaragua, ni a otros países que no se le dobleguen a un imperio furioso por su decadencia, empecinado en saquear petróleo, gas, minerales estratégicos, biodiversidad y fuentes de agua en Nuestra América.
El cartel mayor del Hemisferio Occidental es Wall Street y el mercado más grande es el Norte Revuelto y Brutal, mientras aquí abundan las narco-complicidades en altas instancias del Estado.
Este es un narco-estado y si no lo creen, examinen los largos años de impunidad de altos funcionarios civiles, militares y empresarios protectores de los capos Quirino, Figueroa Agosto, Toño Leña, Cesar El Abusador, Arturo del Tiempo, Nelson Solano, Miguel Gutiérrez, Miki López, Yamil Abreu y los capos del Cartel del Cibao, que primero financió al PLD y luego al PRM.
Examinen la narco-política del PRM y por qué las conexiones del narco con sus jefes políticos en funciones gubernamentales no se atacan ni se sancionan.
Opinión
Educación y carácter: deuda que RD no puede posponer
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5 días agoon
diciembre 11, 2025Por Isaías Ramos
Santiago nos golpeó con dos tragedias que el país no puede normalizar. Noelvin Jeremías Cabrera, de 14 años, murió tras un conflicto vinculado al entorno escolar luego de salir del Politécnico Simón Antonio Luciano Castillo; otro adolescente guarda prisión preventiva mientras se conoce el proceso.
Días después, Stephora Anne‑Mircie Joseph, de 11 años, falleció por ahogamiento durante una excursión escolar del Colegio Leonardo Da Vinci. Según informó el Ministerio Público, el caso se investiga como homicidio involuntario y se detuvo a cuatro personas, alegando presuntas fallas graves de supervisión y seguridad.
Estos episodios no son accidentes desconectados. Son síntomas de un deterioro profundo: en demasiados entornos escolares se ha debilitado la fuerza formativa, la autoridad moral y la coherencia institucional. Durante casi treinta años, la formación moral y cívica ha sido relegada y, al mismo tiempo, la disciplina ha sido malinterpretada como autoritarismo, dejando un vacío que hoy se expresa en conductas violentas, negligencia, irrespeto y una cultura escolar sin límites claros.
El Gobierno reaccionó anunciando una mesa interinstitucional “permanente” entre el Ministerio de Educación y la Procuraduría, enfocada en prevención, monitoreo y protocolos de actuación. Es un paso necesario. Pero debemos ser honestos: la República Dominicana está cansada de anuncios que no pasan de la rueda de prensa. La ciudadanía exige resultados medibles, responsables identificables y continuidad real. Lo que no se supervisa se pierde; lo que no se mide se diluye.
El problema de fondo excede cualquier mesa técnica. La Constitución es clara: el artículo 63, numeral 13, ordena como obligatoria en todas las escuelas —públicas y privadas— la formación social, cívica y ética, la enseñanza de la Constitución, los derechos fundamentales y la convivencia pacífica. La Ley 66‑97 insiste en principios como el respeto a la vida, la democracia, la solidaridad, la verdad y los valores que sostienen la dignidad humana. Sin embargo, entre la teoría legal y la práctica cotidiana hay un abismo que seguimos pagando con vidas jóvenes.
Hay, sin embargo, una señal alentadora: la Ordenanza 02‑2025 del Ministerio de Educación, que establece la implantación formal de la asignatura Educación Moral, Cívica y Ética Ciudadana en todos los niveles a partir del año escolar 2025‑2026. Es un avance importante, pero no será suficiente si no se acompaña de tres elementos indispensables: formación docente rigurosa, coherencia institucional y supervisión real. Una asignatura sin cultura institucional es como sembrar sin preparar la tierra.
En el Frente Cívico y Social entendemos que volver a educar el carácter implica recuperar la disciplina como virtud cívica, no como castigo. Disciplina significa dar estructura, sostener límites razonables y construir hábitos que fortalezcan la voluntad. Significa ser coherente —los adultos primero—, persistente —todos los días— y consistente —consecuencias claras, justas y previsibles—. La disciplina bien aplicada protege al alumno, dignifica la convivencia y devuelve a la escuela su papel como taller de ciudadanía.
Esta visión ha sido afirmada desde perspectivas distintas pero convergentes. Elena G. de White advirtió que la verdadera educación desarrolla la facultad de pensar y hacer, evitando que los jóvenes sean “simples reflectores del pensamiento de otros”. Y Camila Henríquez Ureña alertó contra reducir la educación a instrucción técnica, recordándonos que formar el ser es más decisivo que enseñar destrezas.
Hoy, en plena era de la inteligencia artificial, esta verdad es más urgente: la información se obtiene en segundos; el carácter se forma con esfuerzo cotidiano y con entornos que sostengan lo correcto cuando haya presión.
En medio de tanta preocupación, pude ver una señal de esperanza. Recientemente compartí con el personal docente y administrativo del Colegio Adventista Salvador Álvarez de Jababa, Moca: la escuela donde estudié de niño, fundada en 1925 y portadora de cien años de legado educativo y cristiano. Allí, en una actividad anual organizada por la familia Álvarez‑Piantini‑Schliemann, reafirmamos un compromiso: trabajar juntos para que este colegio rural se convierta en un referente nacional de educación integral y disciplina con propósito. En tiempos de crisis, los ejemplos valen más que los discursos.
Si queremos honrar a Noelvin y a Stephora, debemos transformar el duelo en acción verificable. Necesitamos un protocolo nacional obligatorio para excursiones escolares y actividades de riesgo, con auditoría anual y sanciones claras cuando se incumpla. Necesitamos indicadores públicos de convivencia —con estricta protección de identidad— y, más importante aún, que se publiquen de forma trimestral por distrito educativo: incidentes reportados, tiempos de respuesta, medidas aplicadas y avances en prevención. Y necesitamos la ejecución seria, no decorativa, de la formación moral y cívica, con acompañamiento docente, supervisión independiente y continuidad sostenida.
Porque una sociedad que educa el carácter reduce la violencia. Y una que renuncia a esa tarea termina llorando a sus hijos.
Despierta, RD!
Por Rommel Santos Diaz
Otro de los derechos accesorios al derecho a la participación es el derecho a la notificación. Una vez que las víctimas sean reconocidas como tales frente a la Corte Penal Internacional, en una situación o en un caso, directamente o a través de sus representantes legales, las víctimas tienen derecho a ser notificadas e informadas de los avances del procedimiento, de las decisiones de la Sala correspondiente, de las fechas de las audiencias, de la interposición de recursos por las partes , entre otras diligencias.
Tanto la publicidad de los procedimientos como la notificación a las víctimas son claves para garantizar que esta pueda ejercer su derecho a la participación.
Esta importancia es reconocida por algunas disposiciones que hacen expresa la necesidad de que las víctimas tengan conocimiento del estado de los procedimientos; por ejemplo la norma 87 establece la obligación explícita del Fiscal de notificar a las víctimas de acuerdo a la regla 50(1) y la regla 92(2). Igualmente, derivado del artículo 15 del Estatuto de Roma, la Secretaría podrá asistir en esta notificación si así es requerida por la Fiscalía.
Igualmente, existe la obligación de notificar y dar adecuada publicidad de las actuaciones por medios generales de acuerdo a las reglas 92(8) y 96(1).
Esta función se encuentra regulada en el Reglamento de la Secretaría de la Corte Penal Internacional en donde se reconoce la importancia de que esta información sea accesible a las víctimas para facilitar el ejercicio de sus derechos.
Finalmente es importante mencionar que los jueces al ser los garantes del debido proceso y el ejercicio de las víctimas, tienen la facultad de rechazar una solicitud de participación si consideran que en ella no se ha acreditado la calidad de víctima frente a la Corte Penal Internacional.
Sin embargo, las víctimas podrán presentar otra solicitud en una etapa ulterior de acuerdo a la regla 89(2).Finalmente las víctimas si así lo desean, podrán retirar su solicitud de participación en cualquier momento si así conviniere a sus intereses.
