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Opinión

DEL PARTIDO DEMÓCRATA-PD Y SUS GLOBALISTAS AL TRUMPISMO CON MUSK Y LOS SUYOS

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Por  Narciso Isa Conde

La alianza Trump-Musk ha colocado en una situación difícil a los Soros, Rockefeller, Morgan y hasta el propio Bill Gates.

El imperialismo occidental, tutelado por EEUU, es un imperialismo decadente y en descomposición, que en tiempos recientes ha venido desplegando sus odios y su agresividad guerrerista en loco empeño por recuperar supremacía absoluta.

La guerra global infinita, autocalificada de anti-terrorista, que decretó George W Bush a principio de este siglo, a raíz de derribamiento de las torres gemelas, no es la clásica guerra de rapiña o inter-imperialista por conquista de mercados, con culpas repartidas.

Ella fue diseñada como una multi guerra permanente contra los avances de la autodeterminación y los procesos soberanos que erosionan su supremacía y amenazan su existencia.

Es una multi guerra, en la que la combinación del propósito de recuperar su reinado unipolar (frente a la Federación Rusa y a China) con el gran negocio de las armas de su complejo militar-industrial-financiero e informático -sumada además la desmedida voracidad y el enorme afán de opulencia y dominio mundial de los mega-capitalistas del sistema- la convirtieron en una guerra contra la humanidad y en un gran ecocidio contra la vida en el planeta.

Así, sin proponérselo, agravaron la decadencia y la descomposición del imperialismo occidental en general y de EEUU en particular.

El ascenso en volumen e intensidad destructiva de dos nuevos y peligrosos capítulos, el de la ejecución de la guerra de la OTAN contra la Federación Rusa, iniciada en territorio ucraniano, y del holocausto palestino a cargo de Israel, respaldado por EEUU y la UE, ha resultado un boomerang para ambos componentes de sistema; agravando sus respectivas crisis a niveles insostenibles con sus actuales políticas públicas y fracturado profundamente alianzas y poderes establecidos.

Está realidad ha llevado a sectores de poder en EEUU, a intentar un repliegue negociado y una recomposición de su estrategia de dominación, de sus blancos de ataques y sus alianzas, incluido mayores estímulos al neofascismo integral.

Esa línea fue compartida – por la vía interestatal y vía OTAN- por EEUU y la Unión Europea; y desde el poder estadounidense, por sucesivos gobiernos republicanos y demócratas.

DEL CONSENSO IMPERIALISTA INICIAL A LA RUPTURA

Esto transcurrió así hasta que los reveses e impactos negativos derivados de esas guerras devastadoras en Europa Oriental y Medio Oriente, provocaron una fractura mucho más profunda del poder estadounidense y el consiguiente re-acenso al gobierno estadounidense de Donald Trump.

Trump y el “trumpismo” arroparon al Partido Republicano-PR, con el respaldo activo de Elon Musk y de un gran número de mili-multimillonario, decididos a arrasar en las elecciones, ejercer gobierno, controlar el Estado y convertirse en un instrumento de la “conversión” trumpista del PR.

Musk es el Iceberg de una facción poderosa de las élites multimillonarias, que antes nutrieron al Partido Demócrata (PD) y que recientemente se trasladaron al “trumpismo”, para violentar y relegar una legalidad agotada y tratar de reemplazarla por un Estado esencialmente neofascista.

A Musk, a las claras, les acompañan, sin tener cargos en el gobierno, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg. Otros están tras bambalinas.

La imposición de esa facción en entidades del poder permanente (USAID-CIA-FBI, PENTÁGONO, TESORO, DEA, en nombre de la eficiencia, se está llevando a cabo sin reparar en el respeto a sus propias leyes y a la institucionalidad tradicional.

La otra facción -cobijada todavía en el PD y en ciertas áreas del PR y entidades afines- ha sido debilitada y situada a la defensiva, aunque conserva no poca capacidad de resistencia y la está empleando; lo que agrava la división y, junto a numerosos factores (crisis económica, migratoria, ambiental política y social), genera una peligrosa tendencia a la implosión de esa sociedad.

La alianza Trump-Musk ha colocado en una situación difícil a los Soros, Rockefeller, Morgan y hasta el propio Bill Gates.

Todo este fenómeno tiende a fortalecer la ruta hacia la dictadura institucional neofascista y el expansionismo internacional con ínfulas anexionistas; en fin, mezcolanza de proteccionismo con globalismo de vanguardia, en medio de las dificultades del retorno pleno a un desarrollo hacia dentro.

Claro, ni la táctica del parcial repliegue guerrerista implica descartar la ambición de recuperar a EEUU en la primacía mundial, ni las intervenciones de Musk y el trumpismo en los organismos mencionados, implican su disolución; sino el desplazamiento de sus viejos dueños y el control neofascistas de esos instrumentos, con esos o con otros nombres, y otras políticas imperialistas más afines a los designios de la nueva Administración y sus planes continuistas.

IMPLICACIONES DEL AVANCE TRUMP-MUSK.

De avanzar la asociación MUSK-TRUMP y sus respectivos entornos, tanto en el poder interno, como en el poder supranacional de EEUU, las implicaciones más a la vista son:

· La profundización de fractura del poder estadounidense ante el plan de asalto a todas las instituciones y poderes no electivos.

· La reestructuración geopolítica, ruptura de compromisos financieros anteriores y de otras índoles en los organismos supranacionales existentes: OTAN, ONU, alianza EEUU-UE, OMS…

· El énfasis en la recuperación de EEUU como un gran imperio supranacional, en detrimento del ya dividido sistema imperialista occidental.

· La recurrencia a una guerra de aranceles con efectos contradictorios y dudosa efectividad para sus fines particulares de fortalecimiento económico.

· El reconocimiento de Rusia como gran potencia aceptable, coexistencia tolerada y eventual reparto de Ucrania

· La opción por una Europa no protegida militarmente por EEUU y preferiblemente dividida; lo que está generado una incierta bloquificación independiente de Europa Occidental anti-Putin, anti-Rusia; a favor también de un incierto fortalecimiento militar europeo y la continuación de la guerra y del régimen de Zelensky en Ucrania, en medio de la crisis de la OTAN y de los graves problemas políticos y económicos que afectan a sus principales potencias.

· El cese de la guerra en el escenario ucraniano, pactando con Rusia y procurando apoderarse de una parte de sus riquezas; relegando y humillando al Zelensky (prácticamente derrotado) y a las potencias y países europeos que insisten en continuar la guerra.

· En lugar de Rusia, China pasa a ser el gran adversario, con la determinación de contrarrestar su ascenso por todos los medios posibles.

· La intensificación del monroísmo extremo contra el bolivarianismo y de la visión imperial que la considera patio trasero de EEUU a nuestra América, actualmente sujeta a sus contraofensivas fascistoides o ultra conservadoras, a sus injerencias divisionistas, y a sus nuevas intenciones y declaraciones anexionistas (México, Golfo de México y Canal de Panamá, y hacia otros territorios Canadá y Groenlandia).

· La avalancha migratoria es valorada como el gran enemigo y es criminalizada.

· El incremento del rechazo a los BRICS.

· La tendencia amistosa hacia la India, procurando dividir los BRIC.

· Una débil definición política del trumpismo respecto al continente africano.- África todavía no aparece como prioridad, porque al parecer su rebeldía afecta sobre todo a Europa.

· Alianza carnal con el Israel sionista… considerado como “el pequeño EU” en el Oriente Medio

· Irán y alianza islámica considerados como principales enemigos a agredir y contener en el Medio Oriente.

· Preferencia por un orden geopolítico mundial capitalista-imperialista dividido en varios imperialismos de grandes potencias y apoyados en sus propios estados nacionales; sin auspiciar bloques regionales ni mecanismos supraestatales globales bajo su dependencia. En fin, globalización mucho más fracturada: el gran capital transnacionalizado con diversos sellos chauvinistas de gran potencia.

· La pretensión de ser el más poderoso de todos.

· Activa promoción de la Internacional neofascista y/o ultraconservadora, y las nuevas derechas.

REALIDADES Y FANTASÍAS DEL TRUMPISMO.

EEUU está estremecido por una profunda y prolongada crisis, desigualdades brutales, carencias, procesos de empobrecimiento de los sectores más vulnerables de su sociedad, fuertes pugnas internas, descrédito del establecimiento político tradicional y declinación global, difíciles de revertir.

· Significativa debilidad de los Estado Nación incluido el propio, dado el alto grado de Internacionalización de los capitales más allá de su matriz nacional, y la conformación de poderosas redes empresariales transnacionales entremezcladas.

· Conformación de un poder transnacional resistente a desmontar estructuras supranacionales.

· Tendencia, aún con muchas dificultades, a la formación nuevos bloques regionales con cierta autonomía: en Europa, nuestra América y África.

· La Unión Europea, aún muy debilitada por su subordinación fallida a EEUU, y ahora despreciada y empantanada en una guerra fracasada, se resiste a dispersarse frente al abandono de EEUU, que la usó y el trumpismo la sacrificó.

· Existencia de los BRICS como fuerte polo fuera de su control.

· Incierto todavía el reparto de Ucrania. Trump pretende arbitrar la paz con reparto favorable a su favor, sin contar con todo el poder necesario para imponer una fórmula favorable a su plan y a su estrategia, e incluso con enormes dificultades para lograrlo.

· Rusia sigue avanzando militarmente en Ucrania frente a un adversario cada vez más débil y, en general, se ha fortalecido relativamente frente al PENTÁGONO y la OTAN en medio del conflicto.

· China sigue avanzando integralmente como súper potencia difícil de contener y tiende a ocupar la cima en un mundo cada vez más multipolar y multilateral.

· TRUMP-MUSK dan señales de encabezar un poder alucinado y en pos de una grandeza y una superioridad fantasiosas.

CONFLUENCIA CONTRA UN SISTEMA IMPERIALISTA OCCIDENTAL EN CRISIS, EN DECADENCIA Y FRACTURADO.

Así se ha venido conformando una confluencia de contradicciones y actores político-sociales con un denominador común: autodeterminación y luchas por la soberanía desde una gran diversidad política-ideológica y variadas cosmovisiones.

Eso no implica necesariamente subordinarse las izquierdas transformadoras a CHINA o al FEDERACIÓN RUSA, ni identificarse con sus propósitos de grandes potencias, ni defender las bases capitalistas en que se sustentan los regímenes económico-sociales de ambas súper naciones, Rusia totalmente (aunque con la tradición soviética detrás de las orejas) y China parcialmente (con sus dos sistemas en coexistencia y en disputa).

Putin es una especie de Zar Moderno, con un paquete de ideas conservadoras, pero con el valioso mérito, el talento, las convicciones y el hábil accionar que le ha posibilitado, desde el nacionalismo de gran potencia, conducir las fuerzas que le han permitido a Rusia derrotar el intento del sistema imperialista occidental, encabezado por EEUU, de dominarla (post derrumbe del socialismo estatal) y enfrentar exitosamente sus pretensiones de cercarla, asaltarla y desintegrarla.

Incluso Putin fue de los dirigentes que optó contra la URSS y respaldó la restauración capitalista en las repúblicas que la integraron. Putin no es socialista, no es comunista, no es de izquierda,

Su postura no es para hacerse ilusiones revolucionarias, pero tampoco para no entender que esa gran potencia, coyunturalmente, ha sido –y puede seguir siendo- un factor para vencer o debilitar sustancialmente el dominio centenario del imperialismo occidental y su decadente civilización burguesa; algo de extraordinaria importancia para abrirle nuevos cauces a lucha por la soberanía, la libertad y el socialismo

Vale también la cautela frente al curso del proceso en China y su rol como superpotencia mundial, exportadora de capital y con tendencia a la primacía en el mercado mundial. Pero procede la solidaridad mutua frente a la agresividad imperialista estadounidense y sus nefastos designios a escala mundial, antes de Trump y ahora con Trump.

También vale la cautela respeto al régimen de Irán, sin dejar de valorar su papel antiimperialista de primer orden en el Oriente Medio y en el mundo islámico, y sin dejar de saludar su inmenso respaldo a la causa Palestina, a Venezuela, a Cuba…

Atentos a sus reacciones ante a las maniobras de la Administración Trump, de frente al neofascismo y sin tirar la toalla a la cruel conducta de la cúpula del PD estadounidense y sus globalistas.

En esta situación mundial es necesario confluir tácticamente con ese arcoíris político social diverso, con todo el torrente contrario al sistema imperialista que por siglos ha dominado a África, Asia y Nuestra América. Pero hacerlo sin aceptar centros hegemónicos, sin seguidismos, sin dependencias. !Con autodeterminación de las fuerzas revolucionarias (anticapitalistas, socialistas, comunistas e incluso de la teología de la liberación y los pueblos que también libramos esta lucha trascendente

Reitero: lo que acontece no es una guerra inter imperialista, es una reacción brutal de un sistema imperialista agónico a cargo de su decadente potencia hegemónica. Son los más diversos zarpazos de un monstruo herido de muerte.

Ni Rusia, ni China, ni Irán han desatado esta multi-guerra.

Rusia se ha visto forzada a librarla, después de iniciada por Occidente en Ucrania en el 2014 y de confirmarse el plan de la OTAN, dominada por el Pentágono y la enorme hostilidad de Europa Occidental contra Rusia, y la determinación de cercarla y usar a Ucrania, con el nazi-fascista Zelenski al frente, como escenario y factor de guerra en su contra.

La decisión de desplazar tropas rusas bajo el mando de Putin a Ucrania fue eminentemente defensiva.

Irán, por igual, se ha visto forzada como nación a respaldar militarmente a la resistencia palestina, algo de extraordinario valor antiimperialista, amén de las agresiones sufridas.

En esta confrontación, ni China, ni Irán, ni Rusia son equiparables a EEUU y a la Unión Europea.

Ni la intervención militar de Rusia en Ucrania debe compararse con la intervención militar soviética y del Pacto de Varsovia contra la renovación del socialismo en Checoslovaquia.

Todas las guerras son dolorosas, toda invasión a otro país debería evitarse. Pero no siempre es posible evadir, sin costos mayores, ciertas guerras desatadas por otros o evitar respuestas militares provocadas por agresiones mayores de los adversarios, como es el plan instrumentado desde la OTAN contra Rusia.

Putin es a mi entender lo que sinceramente he dicho, pero en esta confrontación es incomparable con Zelensky y con el propio TRUMP.

Rusia merece triunfar en esa pelea y está triunfando. Eso es lo justo y lo necesario.

El régimen de Zelensky y la agresión de la OTAN, primero con el concurso de EEUU y ahora sin él, casi derrotado, merecen ser derrotados – y lo están siendo- en ese capítulo fallido de la ya debilitada guerra global infinita emprendida por EEUU con el concurso de la Unión Europea, Israel y todos los miembros de la OTAN.

Eso favorece a las izquierdas continentales y mundiales, en tanto tiende a establecer con más firmeza una multipolaridad mundial con un imperialismo occidental semi derrotado y EEUU más debilitado.

Eso lo digo de corazón y por convicción, porque me parece necesario hacerlo de cara al país y al mundo; pero también porque entiendo inoportuno y erróneo el enfoque de este tema expuesto por el compañero Manuel Salazar, Secretario General del Partido Comunista del trabajo-PCT en su artículo titulado: NO DEBE HABER CONFUSIÓN: NI TRUMP, NI ZELENSKY, NI PUTIN.

Posiciones no idénticas, pero parecidas han sido también lamentablemente asumidas por varios grupos de filiación trotskistas aquí y en el exterior.

Es importante reflexionar a fondo sobre estos, corregir equívocos y valorar la trascendencia de ese torrente diverso que ya está debilitando un sistema de dominación que le ha acarreado tantos males a una gran parte de la humanidad y a nuestro planeta, hasta poner en riesgo su existencia.

El déficit de esa gran avalancha, que en los hechos ha actuado como contrapartida que debilita persistentemente el imperialismo occidental, está en la evidente ausencia o acentuadas debilidades de las nuevas vanguardias y de sus propuestas transformadoras; todavía carentes de energías, fuerza y definiciones necesarias para construir alternativas anticapitalistas y pro-socialistas.

Hay amplitud y diversidad en el polo que tiende a desarrollarse como avalancha contra un imperialismo en decadencia. Pero le falta profundidad anti sistémica. El necesario proceso de creación de las nuevas vanguardias revolucionarias se ha dilatado demasiado.

Estas luchas, desde actores tan disimiles, son reacciones importantes, pero todavía insuficientes, frente los efectos desgarradores de la enfermedad senil de esta dominación, que platea retos de gran envergadura, todavía no debidamente asumidos por el conjunto agredido.

Urge superar, a los compases de las rebeldías creadoras, esas carencias.

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Un Llamado a la Transformación Democrática y Social

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Por Isaías Ramos

Nuestro país se encuentra en una encrucijada crucial, donde el futuro de su democracia y la equidad social están en juego. La persistencia de una estructura política y económica que favorece a una élite, en detrimento del bienestar de la mayoría, plantea un desafío formidable que no podemos ignorar. Nuestro país clama por un cambio profundo que redefina los fundamentos de nuestra sociedad y asegure un futuro justo para todos.

La malversación de recursos y el abuso de poder no son simplemente noticias recurrentes; son realidades que coexisten con niveles alarmantes de pobreza y una inseguridad que afecta a la mayoría de nuestros hogares. Esta situación desalentadora requiere más que soluciones temporales y políticas de subsidios mal enfocadas, las cuales solo sirven para posponer lo inevitable.

Es imperativo que el pueblo dominicano tome las riendas de su destino, rechazando ser meros espectadores de un sistema que perpetúa la desigualdad y se nutre de injusticias. La historia nos enseña que las libertades y derechos se conquistan y mantienen a través de una lucha continua y consciente. Nuestro combate no es solo por necesidades económicas, sino por la dignidad y el futuro de nuestra nación.

Debemos aspirar a una transformación radical del modelo político y económico. Las políticas deben enfocarse en crear condiciones de igualdad de oportunidades, promover la inversión en infraestructura agrícola e industrial, así como apoyar decididamente a las micro, pequeñas y medianas empresas: verdaderas locomotoras del crecimiento local.

La implementación de subsidios y exenciones fiscales a sectores económicos privilegiados debe ser eliminada; estos recursos deben redirigirse hacia sectores donde tengan un impacto directo y medible. Es esencial poner fin a la política del derroche y endeudamiento, transfiriendo los recursos necesarios para incrementar la producción nacional.

El llamado es claro: construir un nuevo amanecer; un despertar nacional que eleve los intereses del pueblo por encima del egoísmo mezquino de una élite desconectada. Es momento de redefinir nuestras prioridades asegurándonos de que cada dominicano sea parte activa e informada sobre este cambio. La partidocracia actual ha fallado en atender los problemas estructurales del país; ya es tiempo promover una verdadera transformación.

En el Frente Cívico y Social estamos convencidos de que las candidaturas independientes enriquecen la pluralidad, el debate y las ideas. Trabajar unidos para hacer realidad nuestra Constitución y la visión de la Estrategia Nacional de Desarrollo, con el objetivo de vivir plenamente en un Estado Social y Democrático de Derecho para el 2030. Es nuestro norte, definido incluso por aquellos que hasta ahora lo han ignorado. Es esencial lograr su despertar a la conciencia para que no se conviertan en simples testigos, sino también en participantes activos en esta transformación hacia un Estado que verdaderamente refleje nuestros valores y aspiraciones.

Nuestra Patria tiene el potencial de ser un faro de justicia y equidad en la región. Solo mediante un compromiso renovado y genuino con el cambio, así como con la participación de cada ciudadano, podremos transformar nuestro país en un lugar donde la prosperidad sea compartida y la dignidad de todos sea una realidad palpable.

Este es el momento de unirnos y evitar que nuestra nación caiga en un abismo de miseria y opresión, como ha sucedido en otras naciones vecinas. Es el momento de actuar, despertar y luchar por una República Dominicana que honre su promesa de justicia, igualdad y democracia.

¡Despierta RD!

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Impugnación de la competencia  de la Corte Penal Internacional

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Por Rommel Santos Díaz

La Corte Penal Internacional se cerciorará de ser  competente  en todas las causas que le sean sometidas. La CPI podrá determinar de oficio la admisibilidad de una causa de conformidad con el artículo 17 del Estatuto de Roma.

De acuerdo  con el Estatuto de Roma podrán impugnar la admisibilidad de la causa, por uno de los motivos mencionados en el artículo 17, o impugnar la competencia de la Corte Penal Internacional:

  1. a)El acusado o la persona contra la cual se haya dictado una orden de detención o una orden de comparecencia con arreglo al artículo 58;
  2. b)Un Estado que tenga jurisdicción en la causa porque esta investigando o enjuiciando o lo ha hecho antes; o
  3. c)Un Estado  cuya aceptación se requiera de conformidad con el artículo 12.

El Fiscal podrá pedir a la Corte Penal Internacional que se pronuncie sobre una cuestión de competencia o de admisibilidad. En las actuaciones relativas a la competencia o la admisibilidad, podrán presentar asimismo observaciones a la Corte quienes hayan remitido la situación de conformidad con el artículo 13 del Estatuto de Roma y las víctimas

.

La admisibilidad de una causa o la competencia de la CPI sólo podrán ser impugnadas una sola vez por cualquiera de las personas o los Estados a que se hace referencia en el párrafo 2. La impugnación se hará antes del juicio o a su inicio.

En circunstancias excepcionales la Corte Penal Internacional podrá autorizar que la impugnación se haga más de una vez o en una fase ulterior del juicio. Las impugnaciones a la admisibilidad de una causa hechas al inicio del juicio, o posteriormente con la autorización de la Corte, sólo podrán fundarse en el párrafo 1 c) del artículo 17 del Estatuto de Roma.

Antes de la confirmación de los cargos, la impugnación de la admisibilidad de una causa o de la competencia de la CPI será asignada a la Sala de Cuestiones Preliminares. Después de confirmados los cargos, será asignada a la Sala de Primera Instancia. Las decisiones relativas a la competencia  o la admisibilidad podrán ser recurridas ante la Sala de Apelaciones de conformidad con el artículo 82 del Estatuto de Roma.

Hasta antes de que la Corte Penal Internacional se pronuncie, el Fiscal podrá pedirle autorización para:

  1. a)Practicar las indagaciones necesarias de la índole mencionadas en el  párrafo 6 del articulo 18 del Estatuto de Roma;
  2. b)Tomar declaración a un testigo o recibir su testimonio, o completar la recolección y el examen de las pruebas que hubiere iniciado antes de la impugnación; y
  3. c)Impedir, en cooperación con los Estados que corresponda, que eludan la acción de la justicia personas respecto de las cuales el Fiscal haya pedido ya una orden de detención en virtud del artículo 58 del Estatuto de la Corte.

La impugnación no afectará a la validez de ningún acto realizado por el Fiscal, ni de ninguna orden o mandamiento dictado por la CPI, antes de ella.

Si la CPI hubiere declarado inadmisible una causa de conformidad con el artículo 17 del Estatuto de Roma, el Fiscal podrá pedir que se revise esa decisión cuando se haya cerciorado cabalmente de que han aparecido nuevos hechos que invalidan los motivos por los cuales la causa había sido considerada inadmisible de conformidad con dicho artículo.

Finalmente, el Fiscal, si habida cuenta de las cuestiones a que se refiere el artículo 17 del Estatuto de Roma suspende una investigación, podrá pedir que el Estado de que se trate ponga a su disposición información sobre las actuaciones. A petición de ese Estado, dicha información será confidencial. El Fiscal, si decide posteriormente abrir una investigación, notificará su decisión al Estado cuyas actuaciones  hayan dado origen a la suspensión.

Rommelsantosdiaz@gmailcom

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Opinión

Ante un inveterado simulador

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Por Nelson Encarnación

Son muchos los dominicanos que no se reponen del shock que les provocaron las diversas manipulaciones y mentiras vertidas por el expresidente Danilo Medina durante su comparecencia de la semana pasada en un importante medio radial de nuestro país.

Cuando se anunció días antes que el líder del Partido de la Liberación Dominicana aparecería en un medio público, hubo la apreciación generalizada de que aprovecharía el alcance de este para al menos desvestir su alma y bajar al terreno de la humildad para pedir algún tipo de perdón—aun fuese en voz baja—por las muchas culpas que necesitan urgentemente su expiación.

Sin embargo, es evidente que Danilo está convencido de que todas sus actuaciones en el Gobierno estuvieron ajustadas a la decencia más absoluta, cuando la realidad apunta precisamente en otra dirección.

Para él, los expedientes que involucran a familiares y entorno político más estrecho, son simples majaderías urdidas para molestarle, o una manifestación de la llamada judicialización de la política o politización de la justicia, mediante la cual han sido quitados del camino potenciales competidores de la corriente predominante.

Con ese convencimiento resulta improbable que el expresidente se humanice y entienda que admitir los errores hace grandes a las personas, y que, por el contrario, encerrarse en una convicción pueril las reduce.

Hay más de una evidencia que Danilo fue advertido por cercanos acerca del comportamiento depredador de algunos de sus íntimos, pero obvió tomar las medidas aconsejables, para dejar campo abierto a la continuación de los desmanes, muchos de los cuales se han reflejado en los casos que actualmente se ventilan en justicia, y que él los atribuye a “persecución política”.

En el campo de la lucha propiamente política, Medina trata de convencernos de que su laborantismo encaminado a propiciar el escenario para una segunda reelección en 2020 es un espejismo o un invento de sus adversarios.

Eso de que no tenía votos para modificar la Constitución es un ardid y una expresión fehaciente de su condición de simulador, pues todos vivimos aquel trance que mantuvo en vilo a la nación hasta que la administración Trump—en una intromisión inaceptable, eso sí—le apeó del carro reeleccionista que pudo haberse descarrilado hacia una situación de manejo muy complejo.

Danilo podrá decir lo que quiera, pero la historia no se puede borrar.

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