Opinión
El error de la OPS en República Dominicana
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5 años agoon
Por Narciso Isa Conde
Dos días antes de las votaciones municipales realizadas el domingo 15 de marzo 2020 en nuestro país, en medio de la pandemia mundial del COVID 19 y de su evidente impacto local, la seccional dominicana de la Oficina Panamericana de la Salud- OPS emitió la siguiente declaración publicada por todos los diarios y emisoras de radio y tv:
Representante de la OMS en RD dice que se puede ir a votar este domingo sin temer al COVID-19
Alma Morales Salinas declaró que no hay circulación local del COVID-19, por lo cual “no hay ningún motivo para no ir a votar” (Diario Libre / Alexa Olivero 13/03/2020, 06:22 PM)
La verdad es la siguiente:
El gobierno dominicano que preside Danilo Medina, junto a la partidocracia oficialista y opositora y al gran capital privado –todos aferrados a las políticas neoliberales, al modelo político institucional, a los intereses de los súper-ricos y a las votaciones que lo reproducen- dejaron correr impunemente la pandemia del corona-virus, sin contrarrestarla.
Actuaron con calculada negligencia luego de los evidentes estragos que en materia económica y de salud provocaba esa pandemia en China, Italia, España, Francia, Alemania y EEUU, e incluso después de claras evidencias de que la misma ya había impactado peligrosamente la República Dominicana.
La agencia española EFE, en noticia fechada el 16 de marzo, informó al mundo que el día anterior, el mismo día de las votaciones, falleció una de las 21 personas infectadas por el COVID 19.
El texto de EFE reza así:
“ República Dominicana confirmó este lunes la primera muerte por coronavirus en el país, una dominicana de 47 años, portadora de VIH y paciente de tuberculosis que llegó desde España, al tiempo que informó de otros 10 casos confirmados, lo que aumenta a 21 el números de afectados en esta nación.”
“La mujer, cuyo nombre no fue difundido, falleció ayer mientras era trasladada a una clínica de Santo Domingo, explicó en rueda de prensa el ministro de Salud Pública, Rafael Sánchez Cárdenas.”
En esa riesgosa determinación respecto a las elecciones municipales –como lo expresé en un artículo publicado el pasado domingo en un diario nacional- primó sobre todo el interés de la clase dominante-gobernante dominicana de “defender sus ambiciones políticas, la institucionalidad convertida en asociación delictiva estatal-privada y su sufragio pervertido; y se emplearon a fondo para coronar las votaciones del 2020 con COVID , arrastrando parcialmente a mansos y cimarrones; empujando a asistir alrededor del 40% de los electores.)
• LA OMS-OPS y la OFICINA DOMINICANA.
La Organización Mundial de la Salud-OMS y su Seccional Panamericana-OPS son entidades respetables, de alto nivel científico y calidad profesional, por eso extraña y sorprende la postura ligera, tremendamente costosa para la salud del pueblo dominicano y para el curso de la economía, asumida por la representación local de la OPS, cuya portavoz nacional refrendó la peligrosa aventura de avalar la concurrencia a las votaciones en las condiciones descritas.
Parece una decisión más política y más propia de una entidad tipo OEA, que de una institución científica encargada de velar por la salud de un pueblo sometido a tales amenazas y bajo lo conducción de una claque política-empresarial corrupta y corruptora.
Hay que valorar lo ya que había pasado en países con fuerte impacto migratorio sobre República Dominicana (Italia, EU y España), lo que estaba pasando días antes de las votaciones (en un país con tantas vulnerabilidades) y lo que se ha desatado inmediatamente después de la categórica de la OPS (afirmando: “no hay ningún motivo para no ir a votar”), para apreciar debidamente la magnitud de ese error.
Motivos sobraban para no arriesgarse a hacer ese pronunciamiento, mientras que las consecuencias negativas están a la vista, sin evaluación posterior alguna.
No están claras las razones de esa lamentable actitud.
Y a la OMS y la OPS les conviene investigar un caso tan delicado que afecta su bien ganado prestigio y que ya no escapa a las críticas de una sociedad tan maltratada por quienes se empecinaron en imponer unos comicios en condiciones perjudiciales para la salud colectiva.
Por Elba García Hernández
En los últimos días del presente año 2024 he tenido la obligación y el deber de defender derechos fundamentales ante el Tribunal Superior Administrativo y he podido comprobar lo mal que está el país en materia de justicia.
Los abusos de poder se observan en esta jurisdicción de Derecho Administrativo en cualquiera de las salas que conocen las litis que se presentan entre la administración y los administrados.
Es penoso ver como los abogados repiten como papagayos los mismos argumentos en los diferentes casos que en esta instancia se conocen. Pero peor aún el nivel de los jueces que manejan los casos.
En esta jurisdicción hay un nivel de razonabilidad que sonroja a cualquier profesional del derecho, pero las cosas se complican cuando se examinan las sentencias que emiten los juzgadores de una jurisdicción que está estrechamente vinculada con el Derecho Constitucional.
Es tanto así, que muchos de los jueces están más interesados en penalizar a las partes sobre la base de disposiciones arbitrarias e ilegales de comisionar un alguacil de estrado para que haga nuevas notificaciones y cobrarles a los litigantes por ese concepto hasta 20 mil pesos cuando se trata de conflictos legales que provienen del interior del país.
Cualquiera se forja la impresión de que existe una sociedad para hacer dinero mediante las notificaciones entre los alguaciles de estrados y los magistrados que presiden salas en el Tribunal Superior Administrativo.
Lo preocupante de este asunto es que cuando no se satisface el deseo del juez o del alguacil de estrado, ese disgusto se refleja en la sentencia que emite el tribunal.
Otro detalle importante de lo mal que se manejan algunas salas del Tribunal Superior Administrativo es que se agarran de cualquier detalle insignificante para justificar una sentencia en contra del que no se acoge a la comisión de un alguacil para fines de nueva notificación.
Impresiona, además, el poco nivel de razonabilidad de los que participan de las audiencias que se celebraran en el Tribunal Superior Administrativo.
En realidad, parece un juego de niños, lo cual desmiente los supuestos avances en Derecho Administrativo, porque la verdad es que lo ocurre en esta jurisdicción de la justicia deja mucho que desear.
Por José Cabral
El panorama que se observa en el país lleva a cualquier persona, por optimista que sea, a sentir que todo se derrumba y que nada tiene solución. No hay un solo estamento estatal que indique que el país transita por un buen camino.
Esto así, porque si al azar se escoge cualquier instancia, pública o privada, fácilmente se llega a la conclusión de que prácticamente todo está perdido. Son prácticamente nulos los referentes que indican que en el futuro se alcanzaría una mejor nación.
El principal fracaso de la sociedad dominicana tiene que ver con el fiasco que representa el Ministerio Público y la judicatura nacional, donde uno apoya la ilegalidad del otro. Es un asunto para mantenerse seriamente preocupado.
En realidad, no se sabe cuál si el fiscal o juez anda peor, pero de lo que sí se puede estar seguro es de que ambos transitan por un camino que solo garantiza el abismo de la nación.
En el país no hay proceso penal que termine de buena manera, pero tanto el Ministerio Público como los jueces recurren permanentemente a decisiones al margen de las leyes que les sirven de sustento.
El Ministerio Público sólo parece ser bueno para manejar casos de importancia mediática, mientras que los jueces se han especialistas en emitir sentencias al margen de las normas y de los derechos, deberes y principios fundamentales.
Es una verdadera vergüenza lo que ocurre en el país, ya que tribunales como el Superior Administrativo, donde el administrado busca liberarse de los abusos de la administración, tiene un nivel similar al de un juzgado de paz. Sus jueces carecen de razonabilidad y muchas veces hasta de sentido común.
En el sistema de justicia nacional se produce una verdadera negación de derechos, pero el hecho de que los jueces no puedan ser procesados por muchos de los casos que fallan, ya que hasta las acciones de amparo no pueden ser interpuestas en contra de los tribunales nacionales, habla claro de la trampa en que está envuelto el ciudadano.
Es decir, que, aunque existe la querella disciplinaria, la recusación e incluso la prevaricación, es una batalla como aquella siempre citada entre el huevo y la piedra, porque la complicidad se extiende de un lado a otro sin excluir a prácticamente la totalidad de los actores del sistema de justicia.
Adentrarse en el comportamiento de la justicia y del Ministerio Público es una razón determinante para frustrarse o resentirse, aunque, naturalmente, este mal debe combatirse con herramientas que tal vez algún día surtan efecto.
Por Nelson Encarnación
Algunas personas han llegado a afirmar que el juego de béisbol no es un deporte, sino un pasatiempo que sirve de entretenimiento a toda la familia, la que puede tener un importante consumo mientras transcurre un partido de nueve entradas, por lo general lento.
Sin embargo, somos más los que sostenemos lo contrario, no porque seamos fanáticos o seguidores, sino porque una contienda en la que medie la aplicación de estrategias no puede ser un simple pasatiempo.
Las estrategias son fundamentales en el juego de pelota, sin las cuales el resultado no puede ser el esperado, aunque no siempre estas funcionen. Como en toda actividad humana, inclusive en la guerra.
Hechas estas disquisiciones, pasamos a no entender qué ha provocado el impresionante descalabro, el resbalón sin final que ha abatido a los Leones del Escogido.
No se explica que un equipo que en los primeros 20 juegos del presente campeonato obtuvo quince victorias, haya caído a un abismo, tan profundo que, al día de hoy, está en la peligrosa ruta de quedar fuera de la siguiente ronda.
Es como estar con respiración asistida, mantenerse vivo gracias a la buena fortaleza física que se acumuló—15 victorias contra 5 derrotas—, pero no suficiente como para rebasar de manera exitosa un estado comatoso.
¿Qué hará la gerencia del equipo capitalino para tratar de revertir la ruta hacia el fondo? No preveo una opción, sobre todo, al recordar lo declarado hace un par de años por uno de los dueños del “Duro de matar”.
¿Qué dijo ese ejecutivo? Que al equipo le es económicamente más rentable quedar fuera en la serie regular que pasar a las siguientes. Algo así o algo peor, según recuerdo.
Cuando leí aquello tuve que remontarme a los pleitos con mi difunto padre—liceísta furibundo—que no asimilaba derrota frente al “eterno rival”, y yo, como escogidista, le daba la cuerda, corriendo riesgo de unos correazos por irreverente. De este tamaño ha sido mi escogidismo.
¿Hay escasez de cartera en la gerencia del equipo rojo? No lo creo. ¿Falta estrategia para la ofensiva? Lo creo un poco. ¿Cayó por un barranco irrecuperable el pitcheo de los Leones? Me quedo con esta.
Frente al despeñadero actual, los rojos no tenemos muchas esperanzas. Y por favor, no echemos la culpa al mánager Pujols.