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Opinión

El maldito

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Por Andrés L. Mateo
Para Juan Sánchez Lamouth toda la existencia terminaba en su poesía

Juan Sánchez Lamouth, ese poeta maldito sobre el que siempre escribo, se vanagloriaba al decir que su escuela era “El tabernismo”, un guiño perverso de inspiración literaria que él arrojaba como una burla sobre una sociedad que también lo rechazaba. Príncipe y señor de las madrugadas, en los cafetines de mala muerte levantaba su copa y dejaba caer en la tierra el “trago de los muertos”, una liturgia que tenía en su boca siempre un mismo destinatario: “A Edgar Allan Poe” -decía-. Y luego se bebía su trago, recitando bajito una jerigonza que, según él afirmaba, había aprendido leyendo “El caso de la casa Usher”, un cuento célebre de la cosecha tenebrosa de Poe.

Juan Sánchez Lamouth, el padre del “Tabernismo”, es para mí un tipo inspirador, que se remontó por encima del destino que le tenían reservado. Por eso vale siempre como figura de reversión, disponiendo regresos al itinerario en sombras que transitó su vida. Siempre tenía en sus gruesos labios de hombre negro la cita de algún poeta inglés, o mascullaba en sordina el nombre de su amado Edgar Allan Poe, mientras apuraba la copa. Cerraba los ojos como si lo buscara en el recuerdo, como si se lo inventara. Pero, ¿quién se inventó a quién?

¿Juan Sánchez Lamouth, volcando aquel trago de iniciación sobre la tierra seca de una isla remota, invocando a otro tipo “extraño”, marginal y aborrecido, como él; que en el sopor de su borrachera su lengua estropajosa pronunciaba su nombre: Edgar Allan Poe? ¿O aquél dipsómano de habla inglesa, con los ojos abotagados por el alcohol, los cabellos ensortijados, y la mirada huidiza, se inventó antes al poeta maldito que decía su nombre en medio del chisporroteo de la embriaguez, impresionando a las putas de la calle Enriquillo?

¿Quién se inventó a quién, Dios mío?

No sé por qué en algunos momentos especiales Juan Sánchez Lamouth me asalta desde la niebla acogedora en la que construyó su enigma. Su enigma lleno de humillaciones y rechazo, su enigma de poeta sensible, provocador y maldito. Particularmente en el periodo de Navidad lo retomo porque me vienen a la memoria sus afanes por reproducir la vida material, y el duro fardo de privaciones materiales que siempre cargaba consigo. Era un verdadero buhonero de la palabra, y cobraba sus versos. Les hacía pagar a los funcionarios del gobierno trujillista las dedicatorias de sus poemas, y cuando les pasaba la factura tenía una extraña dignidad que ofendía a los del poder. Siempre lo recupero en la memoria con su copa de ron cayendo sobre el patio polvoroso del cafetín, su imagen como una pre-escritura de sí mismo, como un estilete frío que perfora la muerte, como una invención del personaje a quien él mismo dedicaba la copa: Edgar Allan Poe. Y entonces vuelvo a los años en que hablaba con él todas las tardes, en la Biblioteca Froilán Tavárez; y mi madre me advertía: “Hijo no andes con ese poeta, la gente dice”, y yo miraba su saco raído, su corbata mugrienta, el honor inútil en que se sostenía su alcurnia de poeta. No devolvía los libros de poesía que le prestaban, y cuando de una acera a otra, en la calle El Conde, Ramón Francisco le voceaba: “Lamouth, devuélveme mis libros”, el respondía: “Los libros no son de nadie, la cultura es de todos”. Y eso era exactamente lo que él creía, que “los libros no son de nadie, y que la cultura es de todos”.

Quienes leen mis columnas saben que siempre escribo de él en diciembre. Ataviado con la única vestimenta que yo le conocí (siempre saco y corbata, mustios, desarreglados), hablando a borbotones porque tenía un amor exagerado por las palabras, exorcizando la turbia eternidad terrenal en la que se movía. Para Juan Sánchez Lamouth toda la existencia terminaba en su poesía. Su única manera de vivir era salvar el instante en la poesía. Sus sufrimientos, que todos lo vivimos, eran breves y espléndidos, como un relámpago borrado por las tinieblas. “Hasta los perros, señor, tienen su otoño” -escribió un día- Y cuando me lo leyó, en aquella oficinita estrecha de la biblioteca, le vi dos lágrimas furtivas en las mejillas.

¡Oh, Dios, tal vez es demasiado lo que hemos envejecido!

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Opinión

¡Defender a Miriam desde el pueblo y con el pueblo!

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Por Narciso Isa Conde

La reacción del pueblo es vital, porque este Estado (en especial sus PN-DNCD-DNI, Inteligencia Militar) está penetrado por mafias hasta el tuétano.

La doble moral es ley en no pocos integrantes de los altos mandos políticos, policiales, militares y empresariales de este país. En estas circunstancias hay que estimular a la gente buena y trabajar para que el pueblo sencillo vuelque su solidaridad hacia Miriam Germán.

·         En el delicado rol que le ha tocado desempeñar con dignidad a Miriam Germán -dentro de un Estado e instituciones que cercan y acosan valores, e infiltradas por agentes de la corrupción y de la maldad- solo se debe confiar en defenderse con el pueblo y desde el pueblo.

·         Según lo oficiosamente relatado, quien amenaza a Miriam German, cuenta con poder de chantaje y complicidades altas, decidido a amenazar de muerte y agredir moralmente desde un discurso turbio, construido para sembrar dudas, a lo Jean Alain. Un plan múltiple desde infiltraciones protegidas.

·         La amenaza a Miriam es más que eso. Parece contemplar otras vertientes perversas, dada la rareza de su curso: llamadas amenazantes identificables desde España, filtración oficiosa de la información a través de enclaves oscuros, precedida de una reunión de alto nivel en Palacio, recogida en forma moderada por otros medios.

·         Miriam Germán es factor fundamental de una PGR en lucha contra corrupción mafiosa, pero con enormes limitaciones // Abinader, emplazado a investigar conexiones entre España y RD, dirá lo que le convenga.

·         La reacción del pueblo es vital, porque este Estado (en especial sus PN-DNCD-DNI, Inteligencia Militar) está penetrado por mafias hasta el tuétano.

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Opinión

Siembras y Cosechas

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Por. Isaías Ramos

Hoy, el pueblo dominicano vive sorprendido, cuestionándose cómo la delincuencia, el crimen y el caos se apoderaron de nuestras calles, barrios y ciudades. Cada horrendo crimen suena una alarma, pero la realidad es que la mayoría de nuestros barrios ya han sido tomados por el narcotráfico y la delincuencia. Lugares donde la autoridad estatal es casi nula y el crimen organizado actúa a sus anchas.

Durante mucho tiempo, algunos de los «líderes» que gobernaron nuestro país, y que pretenden volver a hacerlo, optaron por «corromper para no matar». Dedicaron hasta un 6% del presupuesto nacional a corromper en lugar de implementar la ley de educación que busca formar ciudadanos íntegros y con principios.

Nos preguntamos: ¿qué podemos esperar de una sociedad guiada por hombres y mujeres que no distinguen lo bueno de lo malo? Confunden libertad con libertinaje. Recordemos una reciente declaración de un ex presidente y aspirante a volver al poder. Cuando se le pidió su opinión sobre el dembow y la 42 de Capotillo, afirmó que eran “expresiones culturales y artísticas que no deben censurarse o prohibirse”. En otras palabras, aceptó como normal que la vulgaridad, la perversión, el desorden y el caos sean parte de las normas sociales.

Nuestro pueblo ha sido dirigido por una clase política mayoritariamente inepta e incapaz durante casi tres décadas. Gente ansiosa de alcanzar el poder para garantizar su impunidad y continuar saqueando, endeudando y pervertiendo nuestros recursos naturales. Han permitido la inundación de nuestro territorio con ciudadanos del vecino país para complacer intereses foráneos, creando un desequilibrio demográfico que, a largo plazo, traerá sangre, sudor y lágrimas a las generaciones futuras.

Han sembrado antivalores, caos, injusticia y gran desigualdad, y es esa la cosecha que estamos viviendo hoy. Esa es la herencia que nos dejan como legado. Somos el resultado de las decisiones tomadas ayer. Seremos mañana lo que decidamos hoy y pasado mañana, el resultado de lo que decidamos mañana.

No podemos permitir que esta clase política siga sembrando desasosiego, perversión, injusticia, caos y desigualdad en este hermoso país. Han demostrado ser expertos en hacer el mal, pero cuando se trata de hacer el bien, parecen olvidar cómo se hace.

No nos han engañado una o dos veces, sino incontables veces. Hemos sido víctimas de su manipulación y engaño repetidas veces, depositando nuestra confianza en aquellos que han demostrado ser enemigos del pueblo y traidores a la patria. Si continuamos por este camino, la certeza es absoluta: seguirán hundiéndonos en la peor de las miserias humanas.

Afortunadamente, la mayoría del pueblo ya no es ingenua. Saben quiénes les han robado el presente y comprometido su futuro.

En el Frente Cívico y Social (FCS), comprendemos que el pueblo dominicano ha sido víctima de una clase política manipuladora. Reconocemos que ha sufrido de la ignorancia respecto a lo que debería y podría conocer. Creemos firmemente que el secreto de una sociedad donde reine el orden, la justicia y la igualdad de oportunidades reside en sus principios y valores.

En FCS, somos y continuaremos siendo diferentes a lo que esta partidocracia representa. Si el pueblo nos brinda la oportunidad, prometemos actuar de manera distinta. Nos comprometemos a devolverle al pueblo la dignidad que le ha sido arrebatada. Solo así podremos comenzar a levantar nuestra bandera bien alta.

Nuestro trabajo se centrará en rescatar nuestros principios y valores a través de la educación ciudadana. Estamos decididos a abordar y solucionar los problemas domésticos que enfrenta la población día a día: la seguridad ciudadana, la salud y la educación. También reconocemos la carencia de servicios fundamentales como el agua, la electricidad, el drenaje sanitario y pluvial y la falta de viviendas confortables.

Impulsaremos un modelo económico de desarrollo inclusivo, que se enfoque en la producción y el ahorro. Queremos una economía que beneficie a todos los dominicanos, no solo a unos pocos.

Es hora de un cambio. Es hora de poner en marcha la máquina del progreso y de la prosperidad para todos. ¡Únete a nosotros en este camino!

La esperanza de un futuro mejor para todos está en nuestras manos. En FCS, creemos en ese futuro, y sabemos que, con tu apoyo, podemos hacerlo realidad.

Despierta RD!

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Opinión

Corte Penal Internacional: Implementación del Estatuto de Roma

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Por Rommel Santos Díaz

Igual que con cualquier tratado internacional, los Estados deben tomar en cuenta si el formar parte del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional  requerirá cambios a sus leyes o a los procedimientos administrativos nacionales, con el fin de cumplir con las obligaciones del tratado.

Respecto a lo anterior, se podrían requerir algunas medidas  legislativas para asegurar una efectiva cooperación entre los Estados Partes y la Corte Penal Internacional durante las investigaciones. Si los Estados ya cuentan con legislación nacional sobre la asistencia legal y la extradición, la introducción de estas medidas no será difícil.

En general, al redactar la legislación de implementación, es necesario tomar en cuenta  que la Corte Penal Internacional  no es un órgano regulador o institucional internacional ordinario.

La Corte Penal Internacional tiene una potestad única para impedir y reprimir¨ los crímenes más graves de trascendencia  para la comunidad internacional en su conjunto¨, según lo estipulado en el artículo 5  del Estatuto de Roma.

Cabe señalar  que  el potencial de la Corte Penal Internacional, al no existir una fuerza policial internacional  que pueda llevar a cabo la labor de asistencia  con la Corte en sus investigaciones y en el cumplimiento de sus órdenes, será alcanzado  sólo si existe plena cooperación por parte de los Estados.

Respecto a lo anterior, se debe de prestar especial atención al apoyo de los Estados a la Corte, en particular para asegurar que estos puedan cumplir con sus obligaciones según el Estatuto de Roma.

La incidencia de los crímenes de la competencia de la Corte Penal Internacional  se considera mucho más baja  que para aquellos crímenes  ¨ordinarios¨ que son procesados regularmente en los Estados.

Por las razones anteriores, se considera como regla general,  muchas de las formas de cooperación  estipuladas en el Estatuto de Roma  ya forman parte del trabajo  usual de los sistemas de justicia penal y de los ministerios de relaciones exteriores  nacionales , y por lo tanto no requerirán recursos adicionales.

En el marco de las posibles medidas para la implementación  del Estatuto de Roma se estima que el proceso de implementación de obligaciones de tratados internacionales varía significativamente de un Estado a otro, de acuerdo con los requisitos políticos y constitucionales de cada Estado.

Todo Estado  Parte del Estatuto de Roma tiene la libertad de escoger cómo implementar las obligaciones con el tratado , siempre que proceda de buena fe y responda a todas las obligaciones bajo el Estatuto.

Algunos Estados generalmente ratifican primero los tratados, y así las reglas incluidas en el tratado  automáticamente devienen  ley nacional luego de su ratificación y publicación en el diario oficial (sistema monista). Otros Estados, especialmente en la Comunidad de Estados Británicos, están obligados por sus constituciones  a preparar primero la legislación de implementación, antes de ratificar o acceder a cualquier tratado internacional (sistema dualista).

Cada sistema tiene sus propias ventajas y desventajas,  las cuales se deben tomar en cuenta  durante el proceso de ratificación e implementación. Por ejemplo, en algunos Estados, el Poder Ejecutivo deberá contar con la aprobación del Poder Legislativo para ratificar, o deberá consultar con el Tribunal Constitucional antes de ratificar. Estos procesos inevitablemente atrasan  los procesos de ratificación e implementación,  pero también brindan una oportunidad para que se considere el impacto de los tratados en un Estado.

Rommelsantosdiaz@gmail.com

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Edificio La República: Restauración No. 138, cuarta planta, Santiago, República Dominicana. Teléfono: 809-247-3606. Fax: 809-581-0030.
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