Opinión
El padrón electoral queda corto
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9 años agoon
Por Juan Bolívar Díaz
Con los datos ofrecidos esta semana por la Junta Central Electoral (JCE) en vísperas de cierre del padrón de electores con miras a los comicios generales del 15 de mayo próximo, se puede concluir que entre 511 y 641 mil ciudadanos no han renovado su cédula de identidad y electoral, una cantidad significativa, que amerita explicaciones.
El documento “Datos Electorales Elecciones Generales 2016”, fechado 12 de enero, establece que hasta entonces el padrón de electores sumaba 6 millones 706 mil 416 ciudadanos, apenas 203 mil 448 más que el del 2012, para un anémico crecimiento del 3.13 por ciento, muy por debajo del 13 por ciento que se verificó en el cuatrienio anterior, y más lejos aún del 15 por ciento de incremento entre el 2004 y 2008 y del 18 por ciento entre el 2000 y el 2004. Como muy pocos estaban asistiendo a las oficinas expedidoras, no se esperaba mayor variación al cerrarse el plazo ayer sábado.
Con el mismo 13 por ciento de incremento en el cuatrienio 2008-12, el padrón del 2016 habría agregado 845 mil 386 electores, elevándose a 7 millones 348 mil 354, es decir 641 mil 938 sobre lo reportado ahora, y 511 mil si se baja el aumento al 11 por ciento. Durante los tres anteriores cuatrienios el padrón creció cada vez en 763 mil 485, en 743 mil 684 y en 738 mil 581 respectivamente, es decir en cada caso más de tres veces y media lo que se reporta entre 2012-16.
Todo parece indicar que el padrón se ha quedado corto no por nuevos electores, sino porque cientos de miles no han renovado la cédula. Lo extraño es que el informe de la JCE no indique cuántos son los nuevos electores ni cuántos ciudadanos han dejado de cambiar su cédula, con lo cual quedarían sin poder ejercer el derecho a elegir y ser elegidos. Sobra decir que ambos datos son de simples operaciones matemáticas.
Entre los que no han renovado la cédula habría algunos miles de fallecidos no reportados para sacarlos del padrón, y decenas de miles ausentes fuera del país, pero aún así quedarían más de medio millón sin explicación. Una parte serían los dominicanos que viven en extrema pobreza, sumidos en la exclusión social.
Pero también podría haber decenas de miles de los ciudadanos a quienes se les ha despojado de sus actas de nacimiento, incluso a muchos que ya tenían cédulas, pero a quienes se les ha negado la posibilidad de renovarlas, muy a pesar de la Ley 169-14, que hace año y medio dispuso que se les devolviera su documentación de dominicanos, sin ningún trámite adicional.
Para que nadie alegue ignorancia, en otras palabras, que una proporción significativa de los faltantes en el padrón electoral son los dominicanos de ascendencia haitiana a quienes se les sigue negando sus derechos, como volvieron a denunciar el viernes por Teleantillas entidades y abogados que los representan.
Hay quienes sostienen que a esa población de excluidos les han dificultado la cedulación porque se teme que voten en contra de quienes han sido responsables del inmenso sufrimiento y privaciones inhumanas a que han sido sometidos. De ser así estaríamos ante una grave violación adicional de derechos ciudadanos y una mezquina maniobra electorera.
La JCE podría ayudar a disipar dudas, informando cuántos son los nuevos electores y cuántos los que no renovaron la cédula, datos que hemos requerido repetidas veces en las últimas semanas y por diversos canales, sin obtener respuesta. Penosamente ni los delegados de los partidos de oposición ni los reporteros han reparado en estos datos.
Más allá de las hipótesis enunciadas, queda esta pregunta: por qué tantos cientos de miles que tenían cédula ahora no la renuevan.
Opinión
¿Por qué la DEA le ha hecho esa mala pasada a Abinader?
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7 días agoon
julio 10, 2025Por Narciso Isa Conde
Hace una semana el gobierno dominicano alertó sobre la presencia en el país de varios capos del Cartel de Sinaloa, considerada la mayor organización de tráfico de drogas de México.
Sin embargo, días después, el presidente Luis Abinader en persona y el vicealmirante Manuel Cabrera, que dirige la Dirección Nacional Contra la Droga (DNCD), recularon y desmintieron oficialmente lo que se había informado sobre ciertas operaciones de ese cartel en el país.
Pero a pesar de que el Gobierno dominicano de esa manera negó «tajantemente» que el Cártel de Sinaloa tenga grupos o células operativas en la República Dominicana, Tony Velázquez, vocero de la Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA) para la región del Caribe, contradijo la versión gubernamental y ofreció detalles consistentes que avalan su afirmación
Está claro, pues, que es la DEA del régimen de TRUMP la que dirige todas las investigaciones sobre el Cártel de Sinaloa aquí y en El Caribe.
Es evidente que no es la DNCD la que conduce ese proceso, a la cual la DEA le da informaciones y órdenes a conveniencia, y le oculta lo que le interesa ocultar con fines predeterminados.
Pasa esto último con las informaciones sensibles que la DEA y el sistema judicial estadounidense obtiene de las “confesiones premiadas” de delincuentes extraditados o capturados por autoridades gringas.
Ahora bien, hay demasiadas evidencias de que el Cártel de Sinaloa no simplemente tiene aquí una que otra célula operativa integrada por mexicanos, sino que cuenta y controla el cartel más importante de la especie nativa: el Cártel del Cibao.
Es notorio –y el reciente manejo estadounidense del incidente de los capos mexicanos aquí lo confirma- que a la DEA no le ha interesado hasta ahora destruir el Cártel del Cibao, sino más bien encubrir su dimensión, infiltrarlo y usarlo.
Más aún, a la DEA, en general, no le interesa eliminar el narco-tráfico, ni la narco-política, ni el lavado, ni la narco-economía capitalista.
En ninguna parte.
La DEA manipula la oferta y la demanda de droga, protege temporalmente los carteles que le convienen y les da garantías a sus propios carteles en territorio estadounidense.
También manipula a favor de las estrategias de EEUU el lavado de dinero sucio, una parte importante en favor de los grandes bancos de negocios estadounidenses
El Cártel del Cibao hace de puente doble Panamá-Santiago de los Caballeros-EEUU y Sinaloa-Santiago de los Caballeros-EEUU, y ha convertido a nuestro Santiago en una gran plaza del lavado del dinero de ese tráfico.
Es posible sí, que la incursión del Cártel de Sinaloa en el negocio del fentanilo, les esté causando problemas con la Administración Trump, interesada en contener el ingreso de ese tipo de droga en EEUU.
Pero, de todas maneras, es válida la pregunta:
¿Por qué el jefe de la DEA en el Caribe le ha hecho está mala pasada a Abinader y al vicealmirante Cabrera?
En verdad los hizo quedar feos, incluso como mentirosos, aunque reduciendo el grave problema de la asociación de los dos carteles referidos sólo a la presencia de algunas células operativas mexicanas en materia de lavado y sicariato.
· ¿NARCO-CHANTAJE IMPERIAL?
Este luce ser un recurso de presión y una amenaza latente de la DEA, ahora trumpista, para subordinar más aun al Estado neocolonial dominicano bajo la conducción de Abinader, del PRM y su claque oligárquica.
Esto tiene que ver con las huellas de la narco-política en el Cibao y más allá.
Miguel Gutiérrez, capturado en Miami por la DEA, es un prominente capo empresarial del Cartel del Cibao de la República Dominicana.
A través de él, ese cartel financió campañas del PLD y Gutiérrez mismo fue candidato perdedor del PLD en Santiago en el 2016.
En el 2020 los jefes del cartel, entre ellos Miguel Gutiérrez, a tono con la política gringa, cambiaron de partido preferido y decidieron apoyar las candidaturas del PRM.
Gutiérrez fue el intermediario del apoyo financiero al PRM desde el Cartel del Cibao en Santiago y en todo el Cibao Central. Fue postulado por ese partido a diputado por Santiago y resultó ganador.
Recordemos que Miguel Gutiérrez entonces era socio de la narco-familia López Pilarte, vinculada a la red de tráfico de éxtasis, la cual se involucró de igual manera en favor de PRM y de su candidatura presidencial…Vínculos directos, candidaturas, visitas, intercambios fotografiados… muestran esa determinación de ambas partes.
Arrestado en Miami, Miguel Gutiérrez se ha convertido en una fuente de “confesiones premiadas” que les permiten a la DEA y a EEUU darle un uso político en función de la dominación neocolonial, a esas y otras informaciones sensibles.
La alta dirección del PRM en Santiago, en La Vega y a nivel nacional, mordieron el anzuelo del narco-financiamiento electoral.
Ese partido, su gobierno, su Congreso… son entidades “chantajeables” por el poder imperialista estadounidense.
El PRM tiene sobre su cabeza esos y otros casos como los de Yamil Abreu y los diputados involucrados en la Operación Falcón.
El fenómeno no es exclusivo del PRM…los demás partidos tradicionales y sus gobiernos, el sistema de partido y electoral vigentes, han dado muestra de esa narco-contaminación en el marco de un narco-estado y un narco-empresariado de larga data.
En situaciones así la impunidad de partidos y de gobiernos, auspiciada por el padrino imperialista, tiene un precio alto.
Ese precio se llama aceptación sin límites del coloniaje estadounidense y utilización del régimen mientras no entre en crisis mayor, hasta que el desprestigio obligue a su reemplazarlo
Sobran los ejemplos como los casos de los Salinas de Gortari en México y Luis Orlando Hernández en Honduras.
Aquí esa reacción imperialista no ha llegado a ese extremo, pero ya aparecen las primeras señales de chantaje.
Esto, y no otra cosa, puede explicar las reacciones contradictorias de la DEA y de las altas instancias del gobierno en relación con el Cártel de Sinaloa y su presencia aquí.
Opinión
El verdadero rostro de la Ley 87-01: una traición constitucional montada para enriquecer a pocos y empobrecer a todos
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7 días agoon
julio 10, 2025Por Isaías Ramos Guzmán
La Ley 87-01, que dio origen al sistema dominicano de seguridad social, no fue pensada para proteger al pueblo. Fue concebida para proteger un modelo corporativo, financiero y excluyente que convierte los derechos fundamentales —como la salud y la pensión— en mercancía. Y si bien muchos actores tratan hoy de reducir el problema a una crisis técnica o de sostenibilidad financiera, el fondo es otro: lo que está en crisis no es el presupuesto, es la legalidad, la justicia y la moralidad del modelo en sí mismo.
Desde la proclamación de la Constitución del 2010, la República Dominicana asumió, al menos en papel, el compromiso de transformarse en un Estado Social y Democrático de Derecho. Eso implica que los derechos sociales no son favores, subsidios ni concesiones electoreras, sino garantías exigibles, sin discriminación y sin condiciones. Sin embargo, la Ley 87-01 jamás fue ajustada a ese nuevo pacto constitucional. Sigue siendo una estructura importada, construida para dividir al pueblo entre “formales” e “informales”, entre asegurados y desprotegidos, entre ciudadanos y mercancía. Y lo más grave: sigue premiando a los intermediarios —ARS y AFP— que han hecho de la salud y la pensión un negocio multimillonario.
La ley 87-01 no fue fruto de la ignorancia, sino de la conveniencia. Fue una copia de modelos de países donde la desigualdad es vergonzosa. No se pensó para garantizar salud de calidad ni pensiones dignas. Se diseñó para enriquecer aún más a los que siempre han controlado el sistema financiero y político. Y lo lograron. Convirtieron el dolor del pueblo en fuente de capital. Convirtieron el derecho en privilegio. Convirtieron el Estado en cómplice.
Hoy, con justa razón, se denuncia el descalabro de SENASA. La ‘carnetización’ masiva de millones de personas sin evaluación legal ni respaldo financiero no fue un acto de justicia social, fue una jugada electoral. Una manipulación de la pobreza que sacrifica la sostenibilidad del sistema para ganar aplausos momentáneos. Pero no nos confundamos: el problema no nació con el gobierno actual. El modelo es viejo, estructural y multipartidista. Lo parió el PLD y el PRD, lo profundizó el PRM, y la Fuerza del Pueblo no es la excepción: es una continuación maquillada del mismo viejo sistema. Sus miembros, aunque no hayan gobernado como partido, son los mismos actores, con iguales o peores prácticas, que montaron este sistema atroz e inhumano desde sus orígenes. No representan renovación alguna, sino reciclaje de lo peor del pasado.
No es casualidad el descrédito mediático y político creciente contra SENASA. Lo que está en marcha es el mismo libreto aplicado al sistema eléctrico: desprestigiar lo público para justificar su privatización. Ya lo hicieron con las empresas eléctricas, que hoy son un monopolio disfrazado donde el pueblo ha subsidiado más de 30 mil millones de dólares sin recibir mejoras sustanciales. Ahora quieren hacer lo mismo con la salud: crear la crisis, dramatizarla, intervenirla y luego traspasarla al gran capital privado. Lo que buscan no es salvar el sistema: es convertir en mercancía lo último que queda como servicio público en manos del Estado. Quieren cerrar el ciclo del saqueo y garantizar que también las próximas generaciones nazcan deudoras, enfermas y sin derechos.
El Frente Cívico y Social (FCS) rechaza todo intento de limitar el debate al plano financiero. La salud no se resuelve con inyecciones de fondos, ni la dignidad se compra con subsidios. Esto no se arregla con ajustes: se arregla con justicia. Por eso, desautorizamos también a quienes, desde sectores “opositores”, reducen la crisis a una discusión técnica, evadiendo el fondo inconstitucional del problema. No se trata de mejorar lo que está mal. Se trata de reemplazar lo que es moral y legalmente inaceptable.
Frente a este colapso anunciado, el FCS plantea la única salida posible: el desmonte total del sistema de intermediación privada (ARS y AFP), la creación de una única institución pública, autónoma y soberana que administre el sistema de salud y pensiones del país con control ciudadano y rigor constitucional, la unificación de los regímenes contributivo y subsidiado, la atención primaria como eje de salud pública, y una nueva ley ajustada a la Constitución del 2010 y los principios de equidad y dignidad humana.
El modelo propuesto no es utopía. Funciona ya en países como España, donde la salud pública es gratuita, universal y financiada por impuestos; Singapur, donde un fondo soberano estatal gestiona con eficiencia y sin lucro la salud y las pensiones; y Noruega, Canadá, Suecia, donde el Estado cumple su función social sin intermediarios privados que negocien con el sufrimiento humano.
No nos engañemos: la única manera real de desmontar este modelo es que el pueblo, por la vía constitucional, unifique sus fuerzas a través de candidaturas independientes auténticas. Que tome el poder político en sus manos y lo use para desmontar este régimen de exclusión y levantar uno de justicia social. Desde el Frente Cívico y Social no buscamos cargos: buscamos justicia. No aspiramos a administrar el viejo sistema: aspiramos a enterrarlo. No queremos reformar lo que nació mal: queremos fundar lo que nunca ha existido.
Porque sin salud, no hay vida. Sin justicia social, no hay patria. Y sin dignidad, no hay futuro. Despierta, RD!
Oscar López Reyes
¡Hahaha!, ji, ji, ji, jo, jo, jo. A seres humanos de las más dispares contexturas psico-físicas y estratos sociales les encanta comer mucho y bueno -a boca llena en la grosería de apetitosos banquetes- con sus antojos encaramados en las azoteas de sus cerebros y acosados por el hambre emocional, liberando compulsiva e inconscientemente dopamina. ¡Pobrecitos, con las panzas “ricas” en oscuros océanos de su expresividad gustativa!
Sin ningún dominio mental, los desdichados menesterosos, que dan lástima, sacian sus desazones con sus platos favoritos y deliciosos -rebosantes de calorías y altos en carbohidratos -¡arriba, carajo!, las harinas blancas, las grasas, los azúcares, los almidones, las sales y los condimentos químicos!- para no desmayarse en la flojera ni ponerse flacuchos.
Cuando esas criaturas bajan los comestibles a sus barrigas, no miran absolutamente a nadie, ni tampoco convidan a compartir a ningún cercano, como perfectos comesolos. Existen los que se quieren casar con mujeres que no sean bonitas ni inteligentes, pero sí que sepan cocinar sabroso, y que les permitan estar siempre con un muslo en las manos.
Los pequeños con los vientres crecidos pregonan que gustan ingerir alimentos ultraprocesados en exceso -sin limpiarse la boca- para no desnutrirse, porque trabajan mucho. Cuando escuchan el choque de cuchillos y tenedores, o ven comidas, medio pierden el juicio y olvidan todo, hasta sus propias existencias. Repiten que de algo uno tiene que morir, y que para durar 25 o 30 años más limitando los festines de los neurotransmisores del placer, prefieren morirse dentro de 15 días, pero deleitándose -sin hipocresía- con vistosos manjares.
Esas criaturas anhelan volverse lánguidos. Esa es su meta más apreciada. Perder peso se vierte como su gran deseo, aunque cuando ven las pitanzas desdeñan las recetas convenientes. El cerebro se les descontrola, en la esperanza de no engordar, porque la función cerebral les traiciona y no les ayuda para asumir una dieta equilibrada. La estrujan sin darse cuenta, y cada vez se alejan de su aspiración de llegar a ser abuelitos de unos 100 años, caminando con bastones, las cabezas atiborradas de canas y las voces lentas en sus bajos sonidos, sin energías.
La alimentación saludable, al revés:
1.- Despilfarrar con la boca una tonelada de carne roja repleta de sebos, con una pila de sal y condimentos químicos, para hablar el español con más fluidez y elocuencia. ¡Guagggg!
2.- Reventar el estómago con enormes piezas de pica pollo, crujientes y empapadas de grasa, a fin de matar el hambre y hacer que los brazos crezcan 7 centímetros de largo.
3.- Clavarles los dientes a trozos de chicharrones, rebosantes de manteca y, en beneficio de la seguridad personal, volverse un gordiflón, porque será muy pesado y engorroso que lo secuestren. ¡Salud!
4.- Tragar, como el rey de los comilones, pedazos de pizzas e inmediatamente tarros de helados de los más variados sabores, destinado a endulzar la presencia terrícola, alejado de la amargura que empequeñecen los cachetes y las papadas.
5.- Desgarrar un paquete de yaniqueques y empanadas, bañadas de ingredientes procesados secretamente, ya que así se quitará el hipo y podrá asistir a la Iglesia como un verdadero cerdito. ¡Hele!
6.- Jartar de una sentada con un montón de hamburguesas, con queso amarillo derretido y papas fritas llenas de aceite super cocinado, aunque tenga que evacuar como diez veces en el baño, lógicamente, acariciándose la panza.
7.- Jondear, a cada instante, porciones de pan de harina blanca, espaguetis con fritos verdes y galletas altas en calorías e hidratos de carbonos, con el propósito de ser fuerte y millonario en experiencia gastronómica. ¡Qué emoción!
8.- Tirar hacia el buche…