Análisis Noticiosos
eonel ensaya regreso al Palacio Nacional
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12 años agoon
Por Juan Bolívar Díaz
El expresidente tiene amplias posibilidades de volver al gobierno en el 2016 si se mantiene dividida la oposición

Leonel Fernández en el despacho del su esposa
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El expresidente tiene amplias posibilidades de volver al gobierno en el 2016 si se mantiene dividida la oposición, dadas las dificultades que tendría Danilo Medina para superar el veto constitucional de la reelección consecutiva
Nadie puede llamarse a engaño, el doctor Leonel Fernández, con la oposición dividida, y aún con alta tasa de rechazo, tiene amplias posibilidades de retornar al gobierno en el 2016, con recursos económicos ilimitados y la lealtad de un amplio sector de su partido convertido en una corporación para el disfrute del poder.
La historia dominicana es de perpetuidad o inestabilidad, con siete presidentes que han gobernado dos tercios de los 170 años de la República, dos de ellos también dos terceras partes de los 53 años de la etapa democrática iniciada con el ajusticiamiento del tirano Rafael Trujillo Molina.
De vuelta a su casa
Tuvo repercusión la visita del expresidente Leonel Fernández al Palacio Nacional el miércoles 23, justo cuando unos 60 diputados de su partido y aliados lo proclamaban como próximo candidato a la presidencia de la nación, luego que su abogado Radhamés Jiménez asegurara que será escogido por aclamación y volverá al poder en el 2016. A principio del mes, 17 de los 31 senadores del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) también la proclamaron candidato.
Según declaró el propio Fernández, su visita al Palacio fue para conversar sobre potencial inversión extranjera, pero difícilmente un tema como ese agotaría una hora y cuarto. Más bien se cree que estuvo relacionada con el proyecto de ley para reconocer la nacionalidad de los dominicanos de ascendencia extranjera asentados en el registro civil antes de la polémica sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional. Es inminente su envío al Congreso, y se sabe que Medina y Fernández han establecido consenso para vencer resistencias de los promotores más radicales de la desnacionalización.
De cualquier forma, Leonel montó su espectáculo, con el histrionismo que le caracteriza, expresando nostalgia al volver a un lugar donde ha estado tanto tiempo, 12 años. Y luego, al referirse al despacio presidencial como si lo hubiese prestado, dijo que “el presidente Medina lo tiene muy bien cuidado, está bellísimo el despacho”.
Cuando los reporteros le preguntaron cuándo definiría sus aspiraciones presidenciales, el presidente del PLD, les aconsejó “estar pendientes de cómo sopla el viento”. Y cuando le mencionaron el respaldo de diputados y senadores, concluyó en que eso quiere decir que en las cámaras legislativas “los vientos están soplando”. Concluyó su recorrido triunfal visitando a su esposa Margarita Fernández, en su despacho vicepresidencial, donde ésta puso ingredientes al advertir que los vientos soplan, señalando el movimiento de su pelo suelto.
Apurando el paso
Es obvio que la mayoría de los fieles de Leonel Fernández anhelan su vuelta al poder, especialmente el entorno que ha acumulado fortunas multimillonarias, haciendo negocios y tráficos desde el gobierno, entre los cuales resaltan el muy cuestionado Víctor Díaz Rúa, exministro de Obras Públicas y tesorero del PLD bajo investigación judicial, y por el cual se ha pretendido revertir el derecho ciudadano a querellarse por corrupción. También su “casi hijo” Félix Bautista, otro blanco de grandes cuestionamientos, el constructor del metro Diandino Peña, Freddy Pérez y Mícalo Bermúdez, entre otros.
No se puede ignorar que Leonel sigue siendo dueño de un extraordinario carisma y capacidad comunicativa, lo que junto a su sagacidad y dedicación a la política, lo han constituido en lider de su partido y otros sectores sociales, especialmente los conservadores a los que ha dedicado grandes esfuerzos, heredando el apoyo que por décadas tributaban al expresidente Joaquín Balaguer.
Los tropiezos sufridos por Fernández en la reciente elección de nuevos dirigentes de su partido en aras del liderazgo del presidente Danilo Medina, y el que muchos llegaran a considerarlo en decadencia, determinó la ofensiva de más de la mitad de los legisladores, la reactivación de grupos de apoyo y el incremento de la publicidad en vías públicas proclamando que “Leonel y Danilo siempre juntos”, que “ya viene el líder” o “Acciona RD para que siga el progreso”.
La potencialidad de Fernández determinó que Temístocles Montás, Reinaldo Pared Pérez, Francisco Javier García y Radhamés Segura se lanzaran a una muy temprana campaña por la nominación presidencial del PLD, mientras otros como Francisco Domínguez Brito y José Tomás Pérez esperan a ver también “cómo sopla el viento”. Aunque Montás tiene la capacidad y madurez necesarias y Pared la secretaría general del partido, casi nadie les concede posibilidad de ganarle al doctor Fernández, aun con el apoyo público o disimulado del presidente Medina.
En la tradición dominicana
Casi nadie duda que Leonel está atrapado por la fascinación del gobierno y la acentuada tradición y cultura dominicana de que “el poder no se declina”, lo que explica que sólo siete presidentes hayan gobernado dos tercios de la historia de la República: Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ulises Heureaux, Horacio Vásquez, Rafael Trujillo, Joaquín Balaguer y Leonel Fernández. Y estos dos últimos acumulan también dos tercios del “período democrático” iniciado tras el ajusticiamiento del tirano Trujillo.
El campeón en dominio fue Trujillo, montado sobre una de las peores tiranías del continente, a veces colocando presidentes títeres, para un total de 9 períodos en 31 años. Balaguer gobernó 7 períodos y 23 años, el primero, heredado tras el ajusticiamento del tirano, el segundo impuesto por la ocupación norteamericana, l970 y 74 sin que pudiera participar la oposición y 1990 y 94 con fraudes electorales.
Leonel Fernández ha tenido sólo tres períodos pero por elección popular, aunque todavía demasiado condicionadas por el abuso del poder del Estado. Si lograra un cuarto período entraría a un exclusivo club de sólo tres que han gobernado más de tres veces por elección popular, José Velasco Ibarra, en Ecuador, Konrad Adenauer en Alemania y Felipe González en España. El ecuatoriano es el campeón mundial, pues ganó 5 elecciones en base a su carisma y tal vez porque fue derrocado 4 veces, en lo que también tiene récord universal, por lo que sólo sumó 13 años de gestión. Adenauer renunció ante de la mitad de su cuarto período y González adelantó en un año la elección para sucesor. Fernández ha dicho que su partido gobernará hasta el 2044 y se asume que él aspira a una cuota de los próximos 30 años.
Fácil sin oposición política
Sin posibilidad de que el presidente Medina pueda ser repostulado y sin una oposición que capitalice el rechazo que le marcan las encuestas, Leonel Fernández tiene el carril abierto para alcanzar la nominación del PLD y volver al despacho del Palacio Nacional. Absorbió el Partido Reformista y se le atribuye el patrocinio de la división del Partido Revolucionario Dominicano, a través del pacto que firmó en el 2009 con el ingeniero Miguel Maldonado cuando éste era sólo excandidato presidencial. Con este se repartió las altas cortes, lo que constituye su fuerza en la lucha interna del perredeísmo.
Sólo que se fortalezca el proyecto de Convergencia en que están envueltos los sectores mayoritarios del PRD, y que impacte con una candidatura presidencial de amplio consenso, que tendría más carácter anti-Leonel que contra Danilo, podría pesar el rechazo que le marcan las encuestas al presidente del PLD. Y si el actual mandatario mantiene una aprobación tan alta como por sobre del 80 por ciento, podría tomar vigencia una posibilidad reeleccionista.
Aún así sería casi imposible sin el apoyo de Leonel conseguir los dos tercios de cada cámara legislativa para modificar la Constitución. Quedaría la posibilidad de un candidato auspiciado por el presidente Medina, que reivindique la forma de gobernar que lo ha investido como nuevo líder peledeísta y con escaso rechazo nacional. En el camino podrían producirse sacudimientos internos de consideración en el PLD y en el mismo gobierno, cuya autonomía quedará limitada por las luchas por la candidatura presidencial del 2016, que se incrementarán a partir del 16 de agosto cuando la gestión de Medina apenas llegará a la mitad, que históricamente marca el inicio del declive popular de los presidentes.
El gran escollo de Leonel
Muy cercanos del expresidente Fernández aseguran que éste no tomará una decisión final de buscar la repostulación, hasta no ver un mejoramiento de su posición en las encuestas, lo que también dependerá de que no haya un proyecto opositor consistente.
Fernández terminó su último período con el astronómico déficit fiscal sobre 150 mil millones de pesos, sólo en el gobierno central, con imagen de dispendio y corrupción que le han ganado mucho rechazo. En la última encuesta Gallup-HOY publicada en febrero el 47.7 por ciento lo consideró el gobierno más corrupto del último medio siglo, más un 4.8 por ciento que señaló su primer período. Sólo el 19 por ciento del universo y el 23 por ciento de los peledeístas lo preferían como candidato presidencial para el 2016. Aunque ya mejoraba en relación a los porcentajes del 11 y 16 y del 15 y 18 por ciento respectivamente, en las encuestas de enero y septiembre 2013.
Hay que advertir que en esas encuestas, aunque no se incluía el nombre del presidente Medina como tentativo candidato, por el impedimento constitucional, un alto porcentaje lo señalaban: 25, 48 y 49 por ciento del universo, y 28, 50 y 48 por ciento de sus partidarios, en las tres últimas encuestas. Nadie debe dudar que Fernández crecerá entre los peledeístas, que le agradecen inmensamente, si Medina no se constituye en actor. El problema con el universo de los electores es secundario mientras no haya alternativa real de oposición.-
Análisis Noticiosos
Los desastres son inevitables; las tragedias, no
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4 semanas agoon
noviembre 6, 2025En México, la alerta de las inundaciones recientes llegó “cuando la ola ya estaba encima”, según dijo un testigo. En Haití, el huracán ‘Melissa’ no llegó, pero fue el país del Caribe donde más muertes dejó el potente ciclón. Los desastres se vuelven catástrofes por sistemas que se omiten y presupuestos que se desvían
Podemos hablar del paso de los huracanes y tormentas como si fueran una serie de números y nombres que desfilan: Erin, Gabrielle, Humberto, Imelda, Andrea, Barry, Chantal, Dexter, Fernand, Jerry, Karen, Lorenzo y Melissa. El último de esta temporada 2025 en el Atlántico, Melissa, dejó al 77% de Jamaica sin electricidad, al menos 28 muertos, más de 25.000 personas en refugios de emergencia; a Haití con 40 fallecidos, decenas de desaparecidos y más de 160 viviendas inundadas; a Cuba con 735.000 personas evacuadas.
Y pensamos en esas personas —las afortunadas— que siguen con vida, pero que perdieron sus hogares y que no tienen dinero para reconstruirlas; que con el tiempo terminarán por reconstruir(se) hasta que el paso de un futuro huracán les vuelva a atravesar por la mitad.
Empezamos, entonces, a asimilar mejor el concepto de “injusticia climática” cuando desciframos estas cifras en el periódico y vemos los encabezados que compiten en grandilocuencia: “el más devastador”, “el más fuerte”, “el más destructivo”. Atravesados como rayo por la palabra cambio climático.

Es más difícil pensar en conceptos y cifras cuando estos se viven en carne propia. Es, también, más difícil tomar distancia de estas tragedias para preguntarse qué convirtió estos desastres en catástrofes humanitarias, crisis de salud pública y económicas. ¿Qué tuvo que acontecer para que esto sucediera?
Quisiera hablar de desastres en un sentido más amplio. En México, hace tan solo unas semanas, lluvias torrenciales en cinco estados provocaron la muerte de al menos 70 personas y otras 70 más siguen desaparecidas. Se estima, también, que hay más de 100.000 viviendas afectadas. Cuando nos preguntamos qué pasó, los sobrevivientes hablan: “La alerta llegó cuando la ola ya estaba encima”.
Y entonces, empezamos a entender el tipo de cosas que tienen que acontecer para que lo inevitable suceda.
En su momento, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, sostuvo que no se escatimaría en recursos para atender a víctimas y que este año se aprobaron 19.000 millones de pesos mexicanos (unos 1.200 millones de dólares) para la atención de desastres.
Pero la atención no es lo mismo que la prevención. Como no es lo mismo salvar vidas que resarcir daños y enterrar muertos.
Cuando vemos los masivos recortes presupuestales a los sistemas de alerta temprana en México, en beneficio al tren Maya, a PEMEX, entre otros, entendemos por qué, el sistema mexicano de protección civil, que fue único e innovador a nivel global en su momento, sea tan insuficiente hoy en día. Se explica mejor el desmoronamiento de la comunicación de riesgos, la ausencia de convenios de colaboración con las telefonías para que alerten a las poblaciones vulnerables y los fondos de Prevención de Desastres desarticulados.

Este es el tipo de cosas que hacen que lo inevitable suceda.
En junio de este año, la ONU lanzó las alertas en Haití: el 96% de la población estaba en riesgos por desastres y, sin embargo, no existía el financiamiento necesario para activar sistemas de prevención ni material de emergencia post-desastre. Hacía tan solo unos meses, la ONU había decretado que el gobierno no tenía la capacidad de proteger a su población en su entrada a la época más difícil del año, la presente y temible temporada de huracanes. La ONU pedía 908 millones de dólares para apoyar a Haití, a mediados de junio tan solo había logrado reunir el 8%.
Este es el tipo de cosas que hacen que lo inevitable suceda.
En México, como en muchos otros países, la memoria sobre lugares a riesgo se fue gradualmente borrando y la legislación se hizo esquiva: los territorios inundables se volvieron habitables y se convenció a las poblaciones vulnerables de que eran seguros. Se omitieron, también, las estrategias de prevención y adaptación.

Y el problema, después, fue que “la alerta llegó cuando la ola ya estaba encima”.
En Haití, el huracán Melissa no llegó. Pero en las últimas décadas, el país fue paulatinamente acabando con sus bosques y zonas húmedas que permitían las infiltraciones al subsuelo, limitando las inundaciones; transformó sus árboles en energía para electricidad y debilitó los territorios que eran barrera a los deslizamientos de terreno. El huracán Melissa no llegó, pero Haití, que tenía ya a 230.000 haitianos en refugios improvisados, sufrió las consecuencias más mortíferas de la región tras su paso.
Las dinámicas territoriales de las últimas décadas y la degradación de los ecosistemas son ese tipo de cosas que tienen que suceder para que lo inevitable acontezca.
Y así, los desastres se vuelven catástrofes por procesos que se construyen, sistemas que se omiten, presupuestos que se desvían, personas cuyas vidas se juzgan poco importantes. Los escenarios son conocidos, las tragedias son previsibles, pero por falta de capacidad, se vuelven imposibles de evitar.
Estos desastres y tragedias ocurren a tan solo una semana de que se lleve a cabo la COP30, el evento climático más importante a nivel global, en donde se decidirá, entre otros temas, las inversiones que tienen que ser destinadas a la adaptación, la ayuda que recibirán los países más vulnerables a los riesgos climáticos y el rol de esos estados insulares que, a pesar de no ser responsables del cambio climático, terminan siendo los más afectados.
elpais.com
Análisis Noticiosos
Al menos 64 muertos y decenas de detenidos en una megaoperación contra el crimen organizado en Río de Janeiro
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1 mes agoon
octubre 28, 2025El gobernador afirma que “es una guerra que nada tiene que ver con la seguridad urbana” y pide ayuda a las Fuerzas Armadas
Sao Paulo.- Río de Janeiro vive este martes una jornada de caos colosal e intensos tiroteos por una operación policial contra el crimen organizado que ya es la más letal de la historia de la ciudad brasileña. Al menos 64 personas han muerto (incluidos cuatro agentes) y 81 han sido detenidas, según datos oficiales. El despliegue de 2.500 policías en esta megaoperación, que se ha centrado inicialmente en dos grandes barriadas cariocas de favelas, pretende frenar la expansión territorial del Comando Vermelho, el segundo grupo más poderoso del crimen organizado en el país sudamericano. El gobernador del Estado de Río, Claudio Castro, se ha quejado de que “Río está sola en esta guerra”, ha criticado la falta de apoyo del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y ha pedido ayuda a las Fuerzas Armadas.
Río de Janeiro, turística, antigua capital y el hogar de seis millones de vecinos, es simultáneamente una ciudad muy desigual y acostumbrada a la violencia, pero las dosis desplegadas este martes resultan extraordinarias incluso para los locales. El descomunal despliegue policial ha sido respondido con intensos tiroteos por los hombres del Comando Vermelho, que incluso han lanzado granadas desde drones sobre los agentes. Horas después, el grupo criminal ha desplegado a sus miembros, que han cortado avenidas y calles con barricadas por toda la ciudad y por la zona metropolitana.
Las autoridades han elevado el nivel de alerta en Río ciudad y los noticiarios se han llenado de imágenes de avenidas cortadas con autobuses, coches quemados y decenas de hombres sin camiseta a los que los agentes se llevan detenidos. La policía se ha incautado de al menos 75 fusiles.
El baño de sangre en Río se ha producido a las puertas de que Brasil acoja a partir de la semana que viene la cumbre mundial del cambio climático, la COP30, que se celebrará en Belém, en la Amazonia, a más de 3.000 kilómetros de distancia. El presidente Lula será el anfitrión de una cumbre los días 6 y 7.
El principal objetivo de la operación policial es el jefe del Comando Vermelho en una barriada carioca llamada Complexo da Penha, el capo Edgar Alves de Andrade, apodado Doca. Los agentes, que tenían un centenar de órdenes de arresto, también buscan a decenas de sus lugartenientes.
Ya a primera hora de la mañana, las autoridades habían anunciado que los tiroteos entre agentes y criminales obligaron a suspender las clases en 45 colegios y a desviar 12 líneas de autobús. Por la tarde, el CV había logrado cortar el tráfico en al menos una quincena de puntos de la ciudad, incluida la avenida Brasil, una de las principales arterias viarias. “Es un escenario de guerra”, le ha contado la profesora Suellen Gomes al diario Estadão desde el Complexo do Alemão. Según ella, los tiros empezaron al amanecer y nadie fue al colegio. “Ninguna escuela de esta zona abre cuando hay operación”, explica.
Para atrapar a los jefes del negocio, a los contables que les ayudan a blanquear sus ganancias y a los soldados de a pie que con los que mantienen el control absoluto sobre barriadas completas donde dictan la ley, las autoridades han movilizado un despliegue enorme. A los 2.500 agentes de la policía militar y la civil involucrados, se han sumado una treintena de vehículos blindados, dos helicópteros, drones policiales y una docena de vehículos de demolición.
El gobernador Castro, bolsonarista, se ha quejado de que las Fuerzas Armadas rechazaron tres veces sus peticiones para que le enviaran blindados de apoyo. Ha pedido ayuda a los militares con el argumento de que esta “es una guerra que nada tiene que ver con la seguridad urbana” sino que está alimentada “por las armas del narcotráfico internacional”.
El secretario de Seguridad Pública Victor Santos, ha destacado que toda la operación se diseñó y se realiza con apoyo del Gobierno federal. Santos ha lamentado el caos para los vecinos y los heridos, pero ha recalcado que esta acción “era necesaria, estaba planificada, se basa en inteligencia y va a continuar”.
El epicentro de la megaoperación son dos enormes conjuntos de favelas donde viven casi 300.000 personas, el Complexo da Penha y el Complexo do Alemão. El primero es, según la fiscalía de combate a las familias criminales de Río, un centro neurálgico de las actividades del Comando Vermelho. El Complexo da Penha, dice una nota del Grupo Especial de Combate al Crimen Organizado (Gaeco), “es un punto estratégico para el flujo de drogas y armas, gracias a que está en las proximidades de varias autopistas, y se ha convertido en una de las principales bases del proyecto expansionista del grupo criminal”.
Uno de cada cuatro brasileños, es decir, 50 millones de personas, viven en barrios dominados por el crimen organizado, según un reciente estudio de la Universidad de Cambridge. El Comando Vermelho, el PCC u otros grupos armados, imponen su ley a sus vecinos y, en ocasiones, impide la acción de las autoridades. Los vecinos directamente afectados, que suelen ser pobres, negros y periféricos, se encuentran atrapados entre dos fuegos, abandonados por las autoridades, blanco fácil y presa de las balas perdidas, además de sometidos a extorsión.
En los últimos tiempos los delincuentes han descubierto las bondades del trabajo en remoto. Un fiscal del Estado amazónico de Rondonia explicaba recientemente en el diario O Globo que los jefes de las franquicias del Comando Vermelho por otros estados, sobre todo los fronterizos con otros países, se están refugiando en Río de Janeiro, que hasta este martes eran la principal guarida del grupo. “Se dieron cuenta de que el jefe ya no necesitaba estar en su estado natal. Podía estar protegido en Río y tomar decisiones por videollamada”, explicaba al diario carioca Anderson Batista de Oliveira, jefe del Gaeco en Rondonia. “El capo está en un lugar de difícil acceso para la policía, y la organización protege así a sus principales activos”, añadía.
Hasta ahora la operación más letal de Río era la de la favela de Jacarezinho, en el centro, donde en 2021 murieron 27 personas. La policía de Brasil es considerada una de las que más mata y más muere del mundo. En torno a un 10% de las muertes violentas suelen ser obra de uniformados. La de Río, tanto de la ciudad como del Estado, ha destacado durante años a nivel nacional por su alto. La creciente incorporación de cámaras en los uniformes ha contribuido a reducir las muertes en enfrentamientos a tiros con criminales.
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La lucha por atrapar a Brother Wang, el capo chino del fentanilo
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1 mes agoon
octubre 21, 2025
México.-La historia de Zhi Dong Zhang se parece más a la de un agente doble durante la Guerra Fría que a la de un capo chino del fentanilo. Acusado de mover miles de kilos de droga y de blanquear millones de dólares a través de una organización criminal con tentáculos en medio mundo, Zhi Dong fue detenido en otoño del año pasado en Ciudad de México. Es un objetivo prioritario para Estados Unidos y todo parecía listo para su inminente extradición. Pero este verano escapó y dio comienzo una peripecia por varios países en un desesperado intento por esquivar la justicia estadounidense.
La decisión del juez fue criticada incluso por la presidenta, Claudia Sheinbaum. En plena negociación de un acuerdo de seguridad con EE UU, que tiene al fentanilo como enemigo público número uno, la mandataria salió a defender los avances de su Gobierno en el combate contra el crimen y cargó contra la decisión judicial. “El juez, sin ningún argumento, porque la Fiscalía estuvo peleando y dando todos los argumentos, le da prisión domiciliaria. No debería de haber tenido esa resolución por parte de un juez”. “¿Cómo es posible?”, insistió la mandataria, quien argumentó que su Gobierno ha estado insistiendo “en la corrupción del Poder Judicial”. El mismo juez de la capital que dio la polémica orden de mandar a Zhi Dong a arresto domiciliario hizo lo mismo con el exprocurador general, Jesús Murillo Karam, acusado de desaparición forzada y tortura en el caso Ayotzinapa.
La fuga del narco chino sucedió además en un momento especialmente delicado. Seis días antes, un tribunal federal de Georgia había emitido nuevos cargos contra Zhi Dong. En concreto, le acusan de lavar, solo entre los años 2020 y 2021, al menos 20 millones de dólares en Estados Unidos, a través de una compleja trama de más de 150 empresas fantasma y 170 cuentas bancarias.
Célula mexicana, célula china
El cerco sobre Zhi Dong se estrechó tras la detención reciente de uno de sus operadores, Ruipeng Li, al que le confiscaron cientos de documentos bancarios vinculados con Zhi Dong. Según la denuncia del tribunal de Georgia, a la que ha tenido acceso este diario, Li explicó a las autoridades estadounidenses cómo estaba organizado el negocio criminal. Por un lado, una célula mexicana se encargaba de recolectar el dinero de la venta de droga a los traficantes finales. Por otro, una célula china se dedicaba a recibir ese dinero negro y lavarlo a través de la red de empresas y cuentas bancarias.
La denuncia recoge un listado exhaustivo de los pagos por goteo que se realizan en distintas cuentas y en diferentes Estados: Georgia, California, Illinois, Nueva York, Michigan. Siempre por sumas que no superaban los 100.000 dólares y siempre en entidades solventes como Bank of América, JP Morgan o Wells Fargo. Según la denuncia, porque “esos bancos están acostumbrados a recibir altas sumas de dinero sin hacer demasiadas preguntas”. La mayoría de las transacciones eran a favor de la empresa Mnemosyne International Trading Inc, una de las compañías fachada vinculadas a Zhi Dong.
La investigación de la DEA incluye la intervención de llamadas y mensajes, así como seguimientos a las casas de seguridad donde resguardaban la droga. Zhi Dong utilizaba palabras clave para comunicarse con sus cómplices. “Coffee” significaba fentanilo. “Food”, cocaína. Los cálculos sobre la cantidad total de droga que la organización transportaba de México a EE UU ascienden a más de 1000 kilos de cocaína y casi 2.000 de fentanilo.
La denuncia judicial incluye también una descripción de Zhi Dong. Nacido en Pekín en 1987. Algo más de un metro setenta de estatura y unos 80 kilos. Pelo negro y ojos marrones. Alías: Brother Wang, El Chino, Tocayo, Pancho y Nelson Mandela. El enigmático capo chino usaba diferentes identidades y pasaportes falsos para moverse sin levantar sospechas entre América, Asía y Europa. Hasta su fuga de Ciudad de México y su intento de entrada en Rusia y posterior destino en Cuba. Las andanzas de Zhi Dong parece que esta vez están más cerca de acabar en una prisión estadounidense.
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