Opinión
Evolución de la multi crisis capitalista y sus contrapartidas
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2 años agoon
Por Narciso Isa Conde
EEUU, centro del sistema capitalista mundial, está en crisis mayor; y el sistema capitalista en su conjunto está inmerso en la peor y más peligrosa crisis de su historia.
La evolución de la actual crisis capitalista y de las rebeldías recurrentes de los pueblos latino-caribeños y del mundo frente a sus nocivos efectos, nos emplazan a volver con entusiasmo y dedicación a las lecturas de Marx, Engels y Lenin.
No se trata de volver a su estudio para simplemente repetirlas, si no para emplear sus conceptualizaciones más consistentes y visionarias contra el curso perverso de la dominación que tanto combatieron y anhelaron abolir y, sobre todo, para darle continuidad a su trascendente obra revolucionaria, enriquecerla y actualizarla.
Vale, por tanto, examinar con el poder del pensamiento crítico, la creatividad revolucionaria y el accionar innovador las siguientes vertientes del sistema en crisis:
· El capitalismo en la historia de la humanidad, sus resultados palpables como sistema mundial.
· Las vicisitudes de las revoluciones antiimperialistas y anticapitalistas a lo largo del siglo XX y lo que va del siglo XX, los aciertos y errores, las lealtades y desvíos respeto a los formidables aportes científicos de estos tres grandes pensadores socialistas.
· Los enfoques críticos de los procesos de orientación anticapitalista y socialista escenificados a escala planetaria, junto a su acervo político-teórico.
· La oportunidad que nos brinda la crisis que actualmente estremece la decadente civilización burguesa en esta fase de luchas promisorias, junto a las dificultades y carencias que tienden a bloquear su curso hacia nuevos y necesarias revoluciones.
Esos factores nos obligan a retomar la portentosa plataforma del socialismo científico con espíritu creador.
Nos retan, sin dudas, a volver a Marx, a Engels, y a Lenin, y no solo a ellos: también a Trotsky, Rosa Luxemburgo, Flora Tristán, Gramsci, Mariátegui, Mao, Ho Chi Ming, al Che, Fidel, Chávez… sin olvidar las ideas de Martí y de Bolívar que los/as preceden y trascienden su propia época.
Nos emplazan a tomar en serio sus análisis y sus acciones, asumir sus aportes vigentes y enriquecer esa línea del pensamiento liberador del yugo destructivo del capital, con el mismo espíritu con que estos sobresalientes pensadores y luchadores asumieron a sus antecesores, esto es, con sentido creación heroica actualizada.
Pero no solo: abundan las obras críticas del capitalismo y el imperialismo de estos tiempos, sobre su presente crisis múltiple e integral y sus variadas, renovadas y combinadas modalidades de opresión: clasista, patriarcal, racista, ecocida, adulto-céntrica…las cuales es preciso incorporar al arsenal teórico de la presente época.
También aquellas que versan sobre la lumpenización o gansterización irreversible del sistema imperialista occidental, su pentagonización, su guerra global infinita, su manipulación de los fundamentalismos religiosos del mundo occidental y su pronunciadas corrientes neoconservadoras y neofascistas
No deben faltar las nuevas reflexiones respecto a las carencias fundamentales de los movimientos políticos y sociales con vocación revolucionaria; carencias y limitaciones evidenciadas en el contexto de esta multi-crisis crónica del capitalismo mundial y de las formidables rebeldías sociales provocadas por sus efectos negativos.
Me refiero a la ausencia o a las significativas debilidades de las fuerzas articuladoras y conductoras de las rebeldías populares; los déficits en la construcción de organizaciones revolucionarias y/o nuevas vanguardias, y las limitaciones en las propuestas alternativas; siempre necesarias -incluso imprescindibles- para derrotar el capitalismo, sembrar socialismo e iniciar la construcción de una nueva sociedad.
· Carácter de la crisis actual.
EEUU, centro del sistema capitalista mundial, está en crisis mayor; y el sistema capitalista en su conjunto está inmerso en la peor y más peligrosa crisis de su historia.
En EEUU la crisis se reventó en el 2008 con expresiones agudas en el campo financiero y de bienes raíces.
La cúpula del poder estadounidense y la Administración Obama trataron de revertir a través de un enorme endeudamiento público, y ésta rebrotó en ese mismo escenario (con expresiones aun mas graves) después de extenderse al Norte de África y a Europa (Egipto, Túnez, Yemen, Islandia, Irlanda, Portugal, Grecia, España, Italia e Inglaterra…).
Es evidente que no se trata de una de las tantas crisis cíclicas de sobreproducción, menos aún de una crisis exclusivamente financiera o económica como se ha dicho.
Es algo de mayor profundidad, extensión y gravedad.
Es una crisis diferente a las anteriores. Incluso distinta a las pasadas crisis estructurales o sistémicas. Es una mega-multi-crisis crónica del capitalismo como sistema. Una crisis integral de la civilización burguesa: económica, financiera, de sobreproducción y subproducción, político-institucional, militar, medioambiental, alimentaria, urbanística, moral…
Ella estuvo precedida de la crisis estructural del capitalismo central de finales del siglo pasado (sobreproducción, escasez a plazos imperiosos de petróleo, agua y recursos naturales estratégicos, límites de los mercados conquistados, baja tasa de ganancia…), la cual fue abordada desde la lógica de la reestructuración neoliberal y la nueva guerra de conquista («guerra global antiterrorista»).
A su vez, al paso de los años, la reestructuración neoliberal y los cambios tecnocientíficos, que a final de siglo XX apuntaron hacia la introducción del patrón micro-electrónico, informático, robótico, biotecnológico… y hacia las privatizaciones, desregulaciones, áreas de «libre comercio», «libre flujo de capitales», financiarización del sistema, desmonte del rol social del Estado, guerras para conquista de territorios con grandes reservas naturales, carta abierta al saqueo a cargo de sus corporaciones… han convertido la crisis estructural sistémica del capitalismo de finales del siglo XX en esta «multicrisis crónica» de grandes dimensiones.
Y el recetario neoliberal o neoconservador impuesto desde las elites de los países «altamente desarrollados» (G20, Banco mundial, FMI) y las clases dominantes-gobernantes locales, han agravado la crisis sistémica hasta convertirla en crisis de existencia del planeta y de la humanidad, con una tendencia creciente al despliegue de una tercera guerra mundial; suma y combinación de una gama de guerras de diferentes generaciones y variadas características y modalidades: militares, económicas, mediáticas, químicas, biológicas, terroristas, climáticas y catastróficas-
· Capitalismo, guerras, empobrecimiento, ecocidio y delincuencia.
A las guerras del Pentágono, la CÍA y la OTAN contra Palestina, Irak, Afganistán, Siria, Libia Yemen, Somalia…se le suma la guerra de EE.UU, vía OTAN, contra Rusia iniciada en el 2014 en territorio ucraniano; una guerra de alta intensidad, que ya incluye armas ofensivas y cohetería nuclear entregada al régimen fascista ucraniano tutelado por EEUU y las potencias europeas, subordinadas a los designios de Washington aun en su propio perjuicio.
Así guerras con medios militares o sin medios propiamente militares son desatadas contra todos los procesos soberanos no importa su signo político-ideológico. Guerras regulares e irregulares.
La política, la economía, la manipulación de la naturaleza y de los fenómenos naturales, las tecnologías de punta, la política, el desarrollo científico…pasan a ser armas de guerra del Pentágono y la OTAN; todas destinadas a reforzar la debilitada hegemonía mundial de EEUU y colonialidad imperialista erosionada en Asia, África y Nuestra América y a apropiarse de minerales de alto valor tecnológico, fuentes de agua y biodiversidad ausentes o muy disminuidas en sus propio predios norteamericanos y europeo-occidental
El empobrecimiento de seres humanos y territorios se intensifica y expande, mientras la gansterización del sistema crece tanto como su capacidad de simulación, su agresividad militar y su poder para convertir los seres humanos en mercancías enfermas.
Estos males se tornan crónicos.
Las sociedades no son pobres de por sí: las empobrecen los que se enriquecen explotándolas, agrediéndola, saqueándolas, envenenándolas, enfermándolas, enajenándolas y negándoles derechos vitales.
Los empobrecidos, material y espiritualmente, que optan por la delincuencia como medio de vida, no lo hacen porque quieran hacerlo, sino por necesidad de sobrevivir, por los efectos desgarrantes de la cultura dominante y la negación de valores educativos.
La fase neoliberal y altamente parasitaria y guerrerista del capitalismo ha llevado la situación a un extremo dramático: precarizando el salario, privatizando servicios sociales, reduciendo extraordinariamente el empleo estable, multiplicando el «buhonerismo» y el «chiripeo» («economía informal»), y expulsando del consumo a miles de millones de seres humanos; destruyendo, matando, contaminando y convirtiendo servicios sociales, seres humanos, electores, naturaleza y productos en mercancías y clientes.
La cuarta ola tecnológica (microelectrónica, informática, robótica, ingeniería genética…) ha sido usada por el gran capital para suprimir masivamente el trabajo remunerado, multiplicar ganancias, empobrecer a los/as de abajo y del medio, y potenciar la especulación y las prácticas delincuenciales desde el Estado y las elites sociales.
Los ideólogos de la privatización prometieron aumentar la productividad para aumentar riquezas arriba y «derramarlas» hacia abajo; pero ésta se quedaron en el «cogollo» opulento, que solo derrama un empobrecimiento masificado, cada vez más degradado y descompuesto, amenazante y agresivo; en tanto en su seno crecen las prácticas delincuenciales de sobrevivencia, alimentadas por una dominación sistémica violenta y mafiosa, constantemente reproducida y potenciada por los medios masivos de comunicación controlados por el gran capital privado.
Una loca carrera especulativa, la persistente identificación del éxito con el amasamiento de fortunas fabulosas, el disfrute del lujo y el consumismo banal, arropan las elites empresariales, partidocráticas, militares, policiales y tecnocráticas, y contagian la sociedad.
El despojo, el crimen, las guerras de agresión, el saqueo -propios del periodo de la acumulación originaria capitalista- reaparecen en dimensiones colosales y con nuevas modalidades.
El gangsterismo político, la narco-corrupción, la expansión del lavado de dinero sucio se ejercen tanto desde los Estados y sus instituciones civiles y militares, como desde cúpulas empresariales afines, imbuidas de neo-malthusianismo frente a la masa creciente de pobreza e indigencia creadas por ellas…
Por eso la llaman población «superflua» o «sobrante», la identifican como sinónimo de delincuencia, le hacen la guerra, la reprimen cruelmente en nombre de la democracia y se empeñan en exterminarla por múltiples vías, comenzando por expulsarla de las áreas visibles aptas para los grandes negocios inmobiliario del mega-capitalismo.
· Poder delincuente simulador.
Estigmatizar, acosar, atropellar, fusilar, extorsionar… es tarea de policías delincuentes que dicen luchar contra la delincuencia y defender la democracia.
Nada más falaz que ese discurso anti-delincuente pronunciado por delincuentes mayores disfrazados de alcaldes, diputados, senadores, presidentes, candidatos, jefes de policías y cuerpos castrenses, grandes empresarios y «emprendedores» de nuevo cuño.
La cruzada del gran capital delincuente contra la delincuencia es otra de las grandes falacias de los dominadores.
Hablan de acabar con la delincuencia matando a los pobres con balas, bombas, veneno…De hambre, de enfermedades evitables, por falta de atención y medicinas, hacinamiento, insalubridad…
No importa. Para ello cualquier método es válido en esta bendecida y financiarizada era neoliberal del capitalismo, sin marcha atrás mientras las elites capitalistas controlen el poder.
Se trata de gente para ellos despreciable por «fea», «mal vestida», «hedionda sin heder», de «color», “inferior”.
No importa cuántas sean, aún representan la tres cuarta parte de la humanidad o más: a su entender es población «innecesaria» y “sobrante” en esta luminosa post modernidad capitalista con su microelectrónica, robótica, informática, biogenética y física quántica, secuestradas por los centros de investigación al servicio del capital y sus ganancias fabulosas.
Realmente es población asalariada en pésimas condiciones o expulsada del empleo, la propiedad, la escolaridad y el consumo.
Gente -según las interesadas calificaciones de quienes detentan poder- «resentida» y «peligrosa», que «envidia a las ricos emprendedores» tipo BillGates y Elon Musk y a “políticos exitosos” tipo Balaguer, Macri, Macron, Aznar, Pedro Sánchez, Uribe, Leonel y Abinader.
Especie animal «delincuente» alejado de toda condición humana. Engendro de Satanás, al que el sistema le ordena consumir sin tener con qué.
Jóvenes «culpables» por no conseguir ni trabajo ni escuelas. Niñas y niños de las calles. Ancianos exprimidos por el capital y sin pensiones. Adultos/as, que por carecer de salarios o ingresos fijos con que llevarles comida a sus hijos, deambulan con sus harapos y «cuchitriles».
En fin, al entender de los dominadores, viveros de seres «malvados», «intrusos», ocupantes de potenciales paraísos asignados por El Señor para el disfrute de los ricos, para sus negocios inmobiliarios y zonas de esparcimiento. Semilleros de «maldad» condenados al exterminio por la canalla capitalista, cada vez mas neoliberal y conservadora, vestida de seda y perfumada con esencias exóticas.
Canalla que porta licencia para robar costas, riberas de ríos, ensenadas impresionantes, bosques espléndidos, fuentes de agua, minas de oro, uranio, titanio, tierras raras, litio…, puertos, aeropuertos, carreteras, tesoros históricos…
Con permiso para atracar, estafar, comprar policías y ejércitos y organizar sus guardias personales y sus acciones punitivas.
Con derecho a explotar, a sobre-explotar, a empobrecer, a discriminar, a excluir, a desalojar, a especular…
Con la exclusividad en el ejercicio de la gran delincuencia: guerras de conquistas, desfalco de fondos públicos, contratos sobrevalorados, fundación de bancos y bancas, mercancías subvaluadas, evasiones de impuestos, tráfico de influencias, comisiones, sobornos mayores, apropiación de recursos naturales ajenos, narco-negocios…
Con derecho exclusivo a la impunidad terrenal y a la salvación eterna en el reino del Dios Dinero.
Con derecho a volver a generar fuerzas fascistas y a exterminar la población para ellos «subnormal» e «innecesaria», pero sobre todo aquella que los «intranquiliza» y «amenaza» con sus necesidades imperiosas y potenciales rebeldías.
Don Malthus le quedó chiquito. Solo que no es verdad que los pueblos habrán de replegarse, cruzarse de brazos o suicidarse.
· Indignación popular, y lenta y difícil gestación de la alternativa.
Por «suerte» la indignación está en marcha y habrá de estallar en mayores dimensiones, como ocurre ahora en el Perú, Haití y Francia.
Pero mientras, para ellos son válidos todos los absurdos y los abusos para que la sociedad humana funcione a su manera, a favor de su grotesca opulencia y supremacía insolente, dispuestos con esos fines a usar su enorme poderío militar, su OTAN, sus facciones armadas leales a su dominación y sus 800 bases militares.
En fin, el gran capital y sus centros imperialistas sobreviven engordando y actuando contra la humanidad, volcando su crisis crónica y multilateral contra seis mil millones de seres humanos y contra la vida planetaria.
Por senil se ha tornado tozudo, militarizado y agresivo hasta la demencia.
Decidido a que no lo tumben y a no dejar de ser lo que actualmente es.
La evidente imposibilidad de que cambie para mejor desde su actual nivel de acumulación y desde el poder que ha engendrado, determinan que las transformaciones hacia sociedades justas y solidarias no serán fáciles, menos aun ajenas a la violencia dominante y al accionar neofascista.
Los cambios necesarios no se lograrán solo echando votos en las urnas y aceptando las reglas de juego imperantes; sin crear contrapoder, sin enfrentar, debilitar y vencer la naturaleza tramposa, violenta y criminal del sistema establecido y el poder constituido.
Abolir un sistema cada vez más inviable y humanamente y ambientalmente insustentable, requiere mucho mas, sobre todo ejercicio de soberanía popular en calles, barrios, plazas, campos y centros de trabajo y de estudios.
Cierto que habrá de todo, incluidas votaciones útiles y provechosas cuando ellas sirvan para acumular fuerzas y avanzar. Pero las confrontaciones serán inevitables y habrán de desplegarse hacia nuevas e innovadoras modalidades de insurgencias locales, nacionales y globales.
Solo multitudes insumisas movilizadas con determinación de crear poder popular constituyente -acompañadas de fuerzas transformadoras bien organizadas y calificadas para superar el monopolio de las armas en manos del gran capital y de vencer sus pérfidos instrumentos políticos, sociales y militares- podrían abrirles cauces al predominio del poder de los pueblos y a las alternativas liberadoras.
En fin, una transición revolucionaria difícil pero imprescindible para cambiarlo todo y alcanzar sostenidamente el bienestar colectivo.
Por Narciso Isa Conde
¡Habría que intentar tumbarlas o aplastarlas con armas e invasiones de alto calibre!, y eso no es fácil, porque los invasores corren el riego de empantanarse como le ha pasado en otras partes del planeta.
Esta América es nuestra, la de ellos es la del “Norte Revuelto y Brutal”, destinado a «sembrar de miseria” nuestra América.
No somos “patio trasero” de nadie.
A estas alturas del proceso, consideramos inaceptable una nueva apelación al monroísmo y más aún las demenciales pretensiones del trumpismo y otras variantes del neofascismo.
En esta América…el oro, el litio, las tierras raras, el titanio, la Amazonía, la biodiversidad, las costas, las playas y los ríos, no son de EEUU.
Son nuestros y los vamos a defender.
¡Que lo sepan bien Trump, Elon Musk, Laura Richardson y Marco Rubio!
¡Que lo sepan su CIA, USAID, Comando Sur, el Pentágono y su gabinete de halcones!
Ni su retórica de terror, ni el coloniaje racista, ni sus guerras de variadas intensidades y generaciones, nos asustan.
Carecen de capacidad para intimidar los estados y pueblos que ejercen el derecho a la autodeterminación
Son huesos duros de roer.
Ni Cuba, ni Venezuela, ni Nicaragua se caen con palabras y fantocherías cobardes, tampoco con guerras de baja intensidad.
Eso está requeté demostrado.
¡Habría que intentar tumbarlas o aplastarlas con armas e invasiones de alto calibre!, y eso no es fácil, porque los invasores corren el riego de empantanarse como le ha pasado en otras partes del planeta.
Pero, además, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Bolivia no están solas en el mundo, ni en este continente.
Cuba y Venezuela tienen poder militar para devolver. Como pasa, en otras latitudes con Corea del Norte en la cercanía de Corea de Sur y Japón, aliados carnales y sedes de base militares de EEUU.
El odio colonial neofascista incluso apunta contra México, Colombia y Brasil en favor de las ultraderechas de esas naciones, a pesar de la traición de Lula a Venezuela y las recientes inconsecuencias de Petro con la patria de Bolívar y de Chávez.
Hacia México el trumpismo derrama hiel y desde sus entrañas se esgrimen sanciones y amenazas inaceptables para la dignidad de su gobierno y de su pueblo, y no le será fácil al Gobierno de Trump imponer sus designios; como tampoco le será fácil ejecutar su xenofobia brutal, ni cumplir sus promesas racistas contra los flujos migratorios y la inmigración “tercermundista” que las propias potencias neocoloniales han provocado
· LOS DESIGNIOS NEFASTOS DEL TRUMPISMO HAN SIDO CONFESADOS.
Todas esas pretensiones imperiales han sido confesadas por los halcones “electos” o designados, con todo el descaro del mundo.
Sabemos, además, para que pueden dar Trump, Vance, Musk, Laura Richardson y Rubio, para solo dejarlo en ese nefasto quinteto, hermanado en el anticomunismo, el racismo, la xenofobia y la voracidad sobre riquezas naturales ajenas.
Rubio es más rubio que Trump y más colonialista y neofascista que la sombra de los dos nuevos principales inquilinos de la Casa Blanca. Se crio y formó políticamente en la madriguera de Miami, mientras Musk es un producto del apartheid sudafricano, del elitismo capitalista y de su opulenta existencia.
Estamos enterados, por sus propios alardes que sus “panas full” en estos lares son Milei, Noboa, Bukele, Bolsonaro, Kast, Murillo, Uribe, Duque, Marie Corina-González Urrutia … y con ellos y con otros de parecida calaña, se propone construir el bloque regional de neofascismo mundial; que de seguro va ha ser bendecido por Trump, Netanhau, Zelensky, Giorgia Meloni y la Len Pen…
El plan incluye la ampliación de ese bloque, el asalto a otros estados del continente y el programa para intentar revertir por la fuerza todos los procesos que a escala continental EEUU no controla.
A Puerto Rico le esperan las agresiones consabidas del trumpismo y de su envenenada oferta de estadidad, ahora con menos posibilidades de éxitos, dados acontecimientos (electorales y no electorales) que revelan el ascenso de la conciencia independentista del pueblo de Borinquén.
Y a Haití una mayor dosis de violencia, racismo y opresión.
Entre los/as candidatos/as con “méritos” para esa ampliación están Luis Abinader, el nuevo primer ministro de Haití, Alí Dipré Fil Bien Amé, la presidenta Buluarte de Perú, el presidente Santiago Peña Palacios de Paraguay, entre otros y otras.
· CAUSAS DEL REPLIEGUE VIOLENTO HACIA NUESTRA AMÉRICA.
Trump y sus halcones, no lo confiesan así, pero realmente se trata de un repliegue al “patio trasero”, con un fuerte énfasis en desplazar a China, Rusia e Irán de esta región; desestabilizar y tumbar los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua y la determinación de apoderarse por cualquier medio de su patrimonio natural.
La voracidad minera y el nuevo asalto a la naturaleza no humana tiene portavoces.
La Generala Laura Richardson, Jefa del Comando Sur, organismo encargado de preservar militarmente para EEUU esas riquezas ajenas, ha proclamado abiertamente el interés que tiene esa súper potencia en “el triángulo del litio (Argentina, Chile y Bolivia)”, en “las reservas de petróleo (la más grande del mundo), gas natural, cobre y oro de Venezuela”, en “los bosques de la Amazonia (los pulmones del planeta)” y en “el 31 % del agua dulce del mundo”.
Por su parte, Elon Musk confesó su auspicio al golpe de estado contra Evo Morales en Bolivia y declaró que tras el litio y los minerales imprescindibles para las tecnologías de punta estaba en disposición de dar golpe de estado donde fuera necesario.
Corporaciones petroleras, mineras, químicas e informáticas y el Pentágono, su Comando Sur, la CIA y el Departamento de Estado, confluyen en la misma dirección rapaz. Su hambre de combustibles fósiles, litio, titanio, oro, tierras raras, agua y biodiversidad, potencia la voracidad imperial.
La hostilidad contra China ha tenido una matriz bipartidista y un carácter estratégico hasta hace poco, y está claro que Trump y sus halcones estas prestos a subirle el tono.
Pero recientemente la momia de Biden ha sido usada en la transición por una facción del fracturado poder estadounidense, para meterle una piedra en el camino a TRUMP; asumiendo sorpresivamente la actual Administración una actitud conciliadora con China, la cual ha sido aprovechada por el liderazgo del gigante oriental para reiterar y dejar aún más claro lo que esa súper potencia no aceptaría ni de Biden, ni de Trump, ni de nadie.
El repliegue hacia acá, con la contraofensiva anunciada, tiene su razón de ser en la derrota de la OTAN en Ucrania y en el criterio de importantes sectores de poder que auparon al trumpismo, sobre la necesidad de apaciguar ese capítulo desgastante de la guerra global infinita desatada por EEUU, no otros.
A esa negociación, el mismo Biden, ha respondido autorizando a Ucrania a usar de misiles de largo alcance contra Rusia, lo que ha sido rechazado por Francia e Inglaterra; otra evidencia de la creciente fractura de las elites imperialistas europeas y estadounidenses, y de los riesgos que asechan a la humanidad en medio de este tumultuoso proceso de decadencia y descomposición del sistema imperialista occidental.
· TRUMP Y SUS HALCONES NO REPRESENTAN LA PAZ.
No es que Trump y sus halcones son pacifistas, sino que EEUU ha perdido esa guerra y de continuarla le puede ir peor.
El poder político-militar estadounidense está obligado a negociar con Rusia y el ascenso de Trump ofrece esa oportunidad. La condición no la impondrá Trump, sino Putin que controla territorio y podría avanzar más. De todas formas, se trata de una negociación necesaria y a la vez compleja, que puede dilatar.
El complejo militar-industrial-financiero-informático en estos últimos años ha obtenido enormes beneficios y se puede dar el lujo de un receso de guerra en Europa, en favor del alivio a la carga sobre el deficitario presupuesto de EEUU y su colosal endeudamiento. Así opera el poder profundo de ese Coloso decadente.
La carga económica estadounidense en la OTAN es alta y Europa Occidental, sensiblemente diezmada, está bajo la presión de Trump en materia de financiamiento, forzada también a ceder frente a Rusia.
No es el caso de la guerra contra Palestina, ya sensiblemente regionalizada en el Oriente Medio.
Las relaciones carnales con Israel y el lobby estadounidense del gran capital sionista, obligan a continuarla.
Trump no admite la existencia del Estado Palestino e incita a Netanhau a completar el holocausto palestino, para luego intentar colonizar el litoral occidental de Gaza, cesar los combates y concentrar la presión contra IRÁN.
Sigue siendo difícil aplastar a Hamas y más aún derrotar los Huties yemenitas y a Hebollag,
El “pacifismo” de Trump se fue al carajo al referirse a la guerra en esa región, donde, además existe una resistencia palestina que no cree en cuento y con demostrada capacidad ofensiva frente un sionismo cada vez más desacreditado y vulnerable.
Cierto que los jefes del Partido Demócratas-PD y sus enclaves globalistas son terriblemente guerreristas, pero suponer adversidad a las guerras en las entrañas del pacto neofascista que sustenta a Trump, al trumpismo y a su nueva admiración, es más que una tontería, dado que su esencia es la dominación violenta y que el repliegue en Ucrania es fruto de un gran revés militar, como lo fue en Afganistán. Incluso ese pacto contiene fuertes ingredientes del globalismo “demócrata”, traspasado a los “republicanos” leales a Trump.
Del neofascismo como producto de una decadencia agresiva del imperialismo occidental y su súper potencia dominante, en el contexto de un endurecimiento del neoliberalismo neocolonial, en general solo puede esperarse una continuidad de la política con la modalidad de variadas combinaciones de guerras.
Solo la insurgencia global de la humanidad amenazada de extinción. puede derrotar esos designios imperiales y crear lo nuevo, combinando todos los actores de esa gran transformación hacia un mundo justo, diverso, multicultural y solidario.
Por Isaías Ramos
Las recientes declaraciones del gobierno dominicano sobre el llamado “abastecimiento navideño” han generado indignación y descontento en un sector importante de la población. Con anuncios de 10 millones de raciones de alimentos cocidos y productos festivos como manzanas y dulces, se nos presenta un espectáculo que oculta la dura realidad de miles de familias que enfrentan hambre y pobreza durante todo el año.
El director de comedores económicos afirmó que personas hacen filas desde las 11:00 p. m. del día anterior para recibir su ración navideña. Esto no es motivo de celebración; es una muestra alarmante de la humillación y la dependencia extrema que este modelo asistencialista perpetúa. Que miles tengan que someterse a estas condiciones para acceder a lo más básico evidencia el fracaso de un sistema que prioriza lo mediático sobre lo estructural.
En lugar de atacar las raíces del hambre y la pobreza, el gobierno opta por paliativos temporales. La pregunta es inevitable: ¿por qué esperar hasta diciembre para responder a una crisis alimentaria constante? Estas acciones parecen diseñadas más para apaciguar críticas y desviar la atención pública que para ofrecer soluciones reales. Mientras tanto, el campo dominicano continúa en abandono, con agricultores que trabajan arduamente sin el apoyo necesario del Estado.
Hablar de “multiplicar lo que se da al pueblo”, como mencionó el presidente, es irónico cuando ese mismo pueblo ha sido despojado de oportunidades dignas y sostenibles. El acceso a alimentos no debería depender de campañas temporales, sino ser el resultado de políticas agrarias efectivas que fortalezcan la producción nacional, garanticen la seguridad alimentaria y promuevan el desarrollo rural.
La dependencia del clientelismo o asistencialismo crea un ciclo vicioso: cada diciembre, las familias esperan con resignación una mano tendida, mientras el resto del año se ignoran sus necesidades. Esto no solo perpetúa la pobreza, sino que se convierte en una forma de control social, diseñada para mantener el poder en lugar de empoderar al pueblo.
Más preocupante aún es cómo estas medidas superficiales distraen de los problemas estructurales: falta de empleo digno, educación adecuada y sistemas de salud funcionales. Ofrecer comida en épocas festivas es insuficiente e inaceptable. La solución pasa por un cambio profundo en la gestión de los recursos y en la priorización de las necesidades del pueblo.
El “abastecimiento navideño” debería ser un recordatorio de lo que está mal con nuestro sistema actual. No podemos permitir que nuestras autoridades sigan utilizando estas medidas como herramientas para maquillar el hambre y la pobreza. Es hora de exigir políticas públicas basadas en justicia social, que aseguren salarios justos, inviertan en infraestructura rural y fortalezcan a los agricultores locales.
En el Frente Cívico y Social hacemos un llamado al pueblo dominicano: despertemos ante esta realidad. Cada vez que hacemos fila por un plato de comida, aceptamos la normalización del hambre y la precariedad. Debemos rechazar este sistema que perpetúa ciclos de pobreza y vulnerabilidad.
Movilicémonos por nuestros derechos. Exijamos transparencia, rendición de cuentas y acciones concretas que prioricen las necesidades del pueblo. Las festividades no deberían ser un recordatorio de nuestro fracaso institucional, sino una celebración de logros fruto del esfuerzo colectivo entre el gobierno y su gente.
En el FCS creemos que llegó el momento de construir un país donde la dignidad, la justicia y la igualdad sean accesibles para todos. La lucha por un futuro mejor comienza aquí y ahora.
¡Despierta, RD!
Por Nelson Encarnación
El plan de seguridad vial anunciado el lunes por el presidente Luis Abinader y varios funcionarios es una iniciativa que si se llevara a la práctica debería tener un impacto significativo en la reducción de la siniestralidad en el tránsito, un renglón negativo en el cual nuestro país ocupa uno de los primeros lugares en la región como principal causa de muerte.
Lo delineado apunta a una relevancia si se implementa en su plenitud, aunque se generan interrogantes que deben ser despejadas. Una de ellas—probablemente la más trascendental—es qué hacer con los 3.7 millones de motocicletas que circulan sin ningún control por toda la República Dominicana, que representan el factor determinante para que el país tenga tan elevado sitial en las mediciones sobre siniestralidad vial.
La preocupación no es solo eso, sino que se fundamenta en las estadísticas disponibles—que son muy pobres, por cierto—sobre el impacto de los motores en el flagelo de los accidentes y en el papel que estos juegan como causantes de fallecimientos y lesiones permanentes.
Las únicas estadísticas disponibles las recibimos luego de ocasiones especiales, como Semana Santa, Navidad y festividades que incrementan la movilidad vial, cuando las autoridades montan los llamados operativos. Al pasar balance de esos operativos puntuales nos enteramos de que, en promedio, el 70% de los eventos viales, las muertes y las lesiones es aportado por las motocicletas, un medio de transporte que se ha masificado de manera inimaginable y sin controles efectivos.
Es decir, que al desagregar el factor motocicletas, las estadísticas relacionadas a accidentes viales tenderían a una reducción significativa, y, por consiguiente, nuestro país bajaría a los lugares menos punteros en cuanto a muertes, heridos y discapacidades permanentes que se derivan de ellos.
Esta dramática circunstancia nos lleva a ser escépticos respecto del resultado a obtener del importante plan que se ejecutará, pero también representa una decisión retadora para las autoridades.
¿Qué se contempla frente al desafío de millones motocicletas conducidas por desaprensivos para quienes no existen normas?
Y lo más relevante todavía: ¿Cuál será la conducta de los agentes encargados de hacer cumplir las leyes, y para quienes—frente a motoristas y “padres de familia” que conducen “conchos” y voladoras—las disposiciones son nulas? Esta es una cuestión determinante para que el plan vial alcance el éxito que todos esperamos.