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Flora tristán: el combate feminista viene de lejos

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Por Narciso Isa Conde

La historia en ciertos temas vitales que implican poder, opresiones y culturas centenarias y milenarias se mueve con demasiada lentitud.

Pasa con el capitalismo.

Pasa con el patriarcado.

Pasa con el adulto-centrismo.

Pasa con el racismo.

Pasa con el dogmatismo religioso y todas sus consecuencias sobre estas variantes de la opresión en sociedades colonizadas bajo la impronta de ideologías forjadas con el patrón del capital, del poder masculino, de la “raza” blanca y del hombre adulto como centro autoritario de la familia y la humanidad.

Parecería ficción que todavía en nuestro país y en muchos países las iglesias determinen el veto minoritario a tres causas cruciales reclamadas para proceder al aborto terapéutico voluntario.

Resulta insólito que se le niegue el derecho a la mujer sobre su cuerpo en esas tres circunstancias: cuando peligra su vida durante el embarazo, cuando el embrión es producto de una violación o cuando es biológicamente inviable.

Mueve a sospecha que consecutivamente dos presidentes de esta “república bananera” digan apoyar las tres causales (cuando ya el movimiento feminista ha convertido su demanda en opinión abrumadoramente mayoritaria), mientras los partidos que ellos dirigen y controlan las bloquean a nivel legislativo, abrazados en simulacro sus congresistas al dogma religioso. Mueve a sospecha y huele a maniobra de marketing,

El capitalismo actual no es solo neoliberal, sino que también es tremendamente patriarcal y sobre él gravita -y a su vez coopta- la religiosidad dogmática propia del medioevo.

El capitalismo mercantiliza la política y en su ejercicio fomenta la doble moral.

El capitalismo neoliberal ha feminizado de manera espectacular la pobreza, convertido la mujer en mercancía y potenciado todos los anti-valores en relación con su opresión y su subordinación: violencia machista, discriminación, manipulación sexual, precarización extrema de la fuerza laboral femenina, negación de sus derechos vitales…

El capitalismo dejó de ser liberal y laico para “ensotanarse”, encubrir con “rezos” sus perversidades y desplegando en grado alto la hipocresía de lugar.

La sociedad pos-neoliberal y post-capitalista, camino al nuevo socialismo, no habrá de ser expresión de todas las rebeldías y de todas las liberaciones: de clase, de género, de juventud, de razas, naciones y etnias subordinadas, si se excluye cualquier modalidad de explotación, exclusión o discriminación de los seres humanos.

Se quedará trunca sino respeta todos los derechos de la mujer y sobre todo el derecho a defender su dignidad y su propia vida.

La liberación de clase incluye a más del 80% de la humanidad y la de género a más del 50%, que es población femenina.

Con el avance de la teoría de género desde el conocimiento profundo de esa realidad, es impensable en pleno Siglo XXI un socialismo liberador sin contemplar la superación progresiva y acelerada de esa vieja forma de opresión.

Lo extraordinario -y digno de destacar en estos tiempos de recreación del pensamiento socialista- es que en la primera mitad del Siglo IXX, un ser humano, por demás mujer, abordara con tanta profundidad y tanta pasión el tema de la liberación de la humanidad desde la óptica del feminismo socialista.

Flora Celestine Therese Tristán (1803-1844), parisina de nacimiento, tomó entonces conciencia de su condición de “paria” y asumió la insurgencia socialista inseparablemente vinculada a la emancipación de la mujer.

Pensamiento socialista de inspiración feminista, apropiado para el Siglo XXI y gestado al inicio del Siglo IX.

Algo que merece hoy uno de los mayores reconocimientos.

Algo que ella sintetizó magistralmente en un ensayo, que he citado otras veces y que la sociedad dominicana y muchas otras deberían leer y estudiar

 Me refiero al que Flora Tristán hace casi dos siglos tituló:

“La Emancipación de la Mujer”

“¿Qué será preciso hacer para conmover a esta sociedad corrompida?”

“¿Hasta dónde ha de ser necesario hundir el hierro para encontrar las carnes vivas en esta gangrena que se suma en putrefacción?”

“En nombre de aquellos que sufren, en nombre de aquellos que se venden por un pedazo de pan maculado de lodo, en nombre de aquellos que en paralelo con los más inmundos animales, se ven forzados a disputarse un pasto vil en lo sumideros del crimen.”

“En nombre de las pobres mujeres a quienes se tarifa como carne de libertinaje en la conciencia de la prostitución, y a las que se da el nombre de “mujeres de placer”, porque al igual que en los réprobos del Dante, las lágrimas se han congelado en sus ojos y la rabia de su propio dolor les hace a veces reír lamentablemente.”

“En nombre de esas víctimas inocentes, con las que trafican la inmoralidad de matrimonio mercantilistas, y que vestidas de blanco y engalanadas de flores como las antiguas vírgenes, son conducidas al altar con el objeto de que un célibe por fuerza otorgue una irónica bendición sobre su suplicio, pues un honorable padre y una madre titulada virtuosa, la han condenado, por un puñado de oro, a la tortura que inventó Mecencio: soportar lo besos de un cadáver.”

“En nombre de los padres y madres cuyos hijos devora el Moloch social, en nombre de las mujeres cuyos corazones son devorados y que no se atreven a proferir su queja, en nombre de los niños a los cuales se tritura y cuyos cráneos son aplastados a fin de que carezcan de pensamiento y corazón.”

“¡Yo he vociferado, he llorado, y vosotros habéis reído! ¡Me he impuesto silencio, me he arrastrado a vuestros pies, y vosotros habéis pisoteado mi cabeza! ¿Qué es lo que soy? ¿Qué importa lo que me acontezca? ¿No he ofrendado mi vida por esa gente? ¿Y qué importa eso? Pero, agobiadme, encarceladme, calumniadme, llevad más lejos el ultraje, arrojadme cual, a un perro, un mendrugo de pan por debajo de la mesa. Lo aceptaré todo, menos vuestro pan. Que se me haga todo, a mí. Pero ¿Y el pueblo, que vais a hacer por el pueblo?

¡Ah!, hace mucho tiempo que lo adivine, el pueblo no debe esperar nada de vosotros. ¡La prosperidad os embriaga, la familiaridad con voluptuosidades y remordimientos os hace temer el tedioso contacto con las ideas serias, el pueblo os repugna y no le perdonáis el ser desgraciado y tener hambre!

¿No es verdad mis rechonchas financistas de arreboladas y redondas mejillas, de labios siempre relucientes por los vinos deliciosos recién bebidos, no es verdad que ese pueblo con sus ojos hundidos, su tez pálida, os resulta feo? ¿No es verdad, señoras prostituidas honradas, es decir ricas, puesto que, como es sabidos, estas dos palabras son sinónimas desde hace mucho tiempo, no es cierto bellas sirenas satinadas, doradas y ambarinas, que el pueblo huele mal y que produce náuseas con sus harapos?”

“¿Qué reclama él pues, y por qué se le permite entrar? Para él nada hay aquí. ¿Qué piden pan? Respondedle que no lo hay. Pero., lacayos, ¡Arrojad de aquí a esa gentuza y dad un terrón de azúcar a mi pobre lebrel enronquecido por ladrar contra ellos! ¿No es cierto, vosotros todos, los elegidos de la glotonería, de las bebidas, del lacayaje, vientres siempre repletos y siempre ávidos, henchidos de orgullo y rebosantes de infamia, no es verdad que ese pueblo es muy goloso y que semejantes bribones son demasiado audaces al pretender que tienen derecho a comer?”

“¿Acaso la tierra y todo lo que ella produce no nos pertenece?”

“¿Acaso no sois vosotros sus legítimos propietarios? ¿Acaso no sois absolutamente dueños de despilfarrar lo que os sobra cuando os encontráis ya hartos y de compartir vuestro lujo con vuestros perros antes que proveer a las necesidades de los pobres? ¡Que los pobres acudan a las sociedades de caridad! ¡Que acudan a lo hospicios de mendicantes, los mendigos! ¡Que se vayan al diablo, por último, si así les place! ¡En cuanto a nosotros, comamos, bebamos y prostituyámonos! Para eso tenemos dinero. ¡Sí, bebed, es la sangre del pueblo! ¡Sí, comed, es la carne del pueblo!… ¡Sí, prostituíos, con las entrañas del pueblo! Y cuando extenuados y hartos o durmáis repletos, será él, ese pueblo, el que despierte, hambriento y terrible.”

“¡Y cuando vosotros hayáis terminado, el empezará!”

“¡Sí, bebed! ¡Más tened cuidado! ¡También vosotros tenéis sangre en las venas!!¡Comed, pero tened temor! ¡Pues vuestra carne se está cebando cual conviene a la de las reses!!¡Prostituid, mas estremeceos de espanto! ¡Pues mujeres e hijos tenéis!”

“Yo he sido mujer, he sido madre, y la sociedad me ha destrozado el corazón. ¡Fui asesinada, porque protesté contra la infamia, y la sociedad me ha vejado al condenar penosamente cuyo a mi asesino!”

“En el presente no soy una mujer, no soy una madre ¡Soy tan solo la paria! !Pues bien, hermanos y hermanas! Cuando haya sucumbido en la guerra contra vuestros opresores, os legaré este libro, espantoso, para ellos, portador de esperanza y de consejos para vosotros… y ellos no se atreverán a condenarlo. Porque yo no os predico la rebelión. La rebelión, la sedición, es crimen de un puñado de revoltosos. Un pueblo no se rebela jamás, él se levanta cuando llega su hora, y no precisa que se lo digan.”

“Yo no ataco a la propiedad, como dicen. ¿Acaso podría, por ventura, alentar a los ladrones, yo, que los perseguiría hasta bajo el mato de los jueces? Yo no ataco a la moral; compruebo que nuestros pretendidos moralistas son los más inmorales de los hombres. Yo no ataco la religión; pues es en nombre suyo por lo que levanto la voz para denunciar el egoísmo y la mendacidad de sus ministros.”

“¡Yo escribo para que sepáis, para que comprendáis; grito para que me oigáis; mando adelante para mostraros el camino! Leedme pues, hermanas y hermanos; y si creéis en la abnegación de una hermana, seguidme.”

“Un hombre llevó su abnegación hasta la muerte, y el testamento que legara constituye el Evangelio.”

“Pues bien; yo quiero llevar a cabo lo que soñara sin duda la pecadora Magdalena, el pie de la cruz. Y quiero amar como Él amó. Y morir como Él murió, a fin de poder fecundar la viudez de Evangelio y transmitir una herencia para confundirla con la suya. ¡También yo preciso de un Calvario para proclamar desde allí, al morir, la emancipación de la mujer!”. (Flora Tristán, tomado del libro Introducción al Pensamiento Socialista de Néstor Kohan, pags. 151, 152. y 153, Editora Ocean Sur).

Lean a Flora, relean a Flora, estudien a Flora…para no dejarse engañar.

Flora Tristán sufrió su calvario para que hoy no se olvide lo que ya desde aquellos tiempos han hecho los mega-ricos con la mujer, cómo la curia conservadora ha convertido el cristianismo en un instrumento del patriarcado, cómo operaban y operan sus pastores mercantilizados, cómo pisotean su cuerpo y còmo han jugado y juegan los politiqueros con su vida y sus derechos esenciales.

  Flora se sacrificó para la izquierda anticapitalista jamás olvide que socialismo sin emancipación de la mujer puede ser cualquier, incluso no pocas cosas buenas; pero de ninguna manera podría ser socialismo pleno, socialismo verdadero.

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Opinión

Un Futuro Digno, Libre y Democrático

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Por el Dr. Isaías Ramos

En una época marcada por desafíos sociales y políticos sin precedentes, la necesidad de fortalecer los cimientos de una sociedad basada en la dignidad, la equidad, la libertad y la democracia es más urgente que nunca. La búsqueda de un futuro más justo y equitativo para todos nuestros ciudadanos requiere un compromiso renovado con estos principios fundamentales, esenciales para el bienestar y el progreso de nuestra nación.

La libertad individual permite a cada persona expresar sus ideas, creencias y opiniones sin temor a represalias. Es un derecho intrínseco y un pilar indispensable de cualquier sociedad que aspira a ser justa y equitativa. Esta libertad es la esencia misma de la dignidad humana y debe ser defendida con vigor en todos los frentes, especialmente en tiempos donde puede ser amenazada por intereses partidistas o agendas autoritarias.

Paralelamente, la democracia, entendida como el sistema político que facilita la participación activa de los ciudadanos en la toma de decisiones que afectan sus vidas, es crucial para la salud de nuestro tejido social. A través de una democracia robusta y vibrante, podemos garantizar que los derechos fundamentales de cada individuo sean respetados y que las políticas públicas reflejen verdaderamente las necesidades e intereses del pueblo.

Sin embargo, debemos reconocer que la libertad y la democracia no son solo aspiraciones ideales; son principios concretos y palpables que deben guiar nuestras acciones cotidianas. La defensa constante y la promoción de estos valores son cruciales para mantener una sociedad justa, libre de opresión y capaz de adaptarse a los cambios de nuestro mundo globalizado.

Es esencial fortalecer las instituciones democráticas existentes para garantizar su transparencia, eficiencia e integridad. El respeto irrestricto al Estado de Derecho y el cumplimiento riguroso de las leyes son fundamentales en la protección de los derechos individuales y colectivos. Estos principios no solo preservan el orden, sino que también promueven un clima de confianza y seguridad que es vital para la estabilidad social y el desarrollo económico.

La educación desempeña un rol crucial en este panorama, actuando como el medio por el cual se inculcan los valores cívicos necesarios para fomentar una cultura basada en el respeto mutuo, la tolerancia y el diálogo constructivo. A través del acceso universal a una educación inclusiva y equitativa, podemos formar a ciudadanos informados y críticos, capacitados para participar de manera activa y consciente en la vida política y social del país.

En el Frente Cívico y Social entendemos que en estos tiempos donde las amenazas contra la libertad individual y los principios democráticos son evidentes y crecientes, es responsabilidad de todos nosotros defender estos derechos inalienables con valentía y determinación. No podemos ser complacientes ni pasivos; el compromiso con la libertad y la democracia debe ser activo y constante.

Es por esa razón que en el  FCS creemos que un  llamado a la acción no es solo un imperativo moral, sino también una oportunidad para reafirmar nuestro compromiso con un futuro donde cada persona pueda vivir con dignidad y equidad bajo un sistema robusto basado en principios sólidos e incluyentes. Juntos debemos trabajar incansablemente por fortalecer nuestra democracia, preservar nuestra libertad individual e impulsar una sociedad donde reine la justicia social para todos sus habitantes.

No dejemos pasar la oportunidad de ser parte de la construcción de un país que no solo aspire a la grandeza económica, sino que también fomente un ambiente de respeto mutuo y oportunidades equitativas. ¡Juntos, podemos construir el país digno, libre e igualitario que todos anhelamos!

¡Despierta, RD!

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La Competencia de la Corte Penal Internacional

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Por Rommel Santos Díaz

Según el artículo 1 del Estatuto de Roma  la CPI tendrá la potestad de ejercer su competencia sobre las personas responsables ¨de los crímenes más graves de trascendencia internacional¨. El artículo 1 también estipula ̈La competencia y funcionamiento de la Corte se regirán por las disposiciones del presente Estatutillo que significa que la CPI sólo tiene competencia sobre las personas mayores de 18 años en el momento  en que se cometió el crimen.

El artículo 11 del Estatuto de Roma estipula que la  CPI tiene competencia sólo respecto a los delitos cometidos posteriormente  a la entrada en vigor del Estatuto de Roma .Si un Estado deviene Estado Parte luego de la entrada en vigor , entonces la CPI podrá ejercer su competencia  sólo respecto a los crímenes cometidos luego de la entrada en vigor del Estatuto en ese Estado, excepto cuando se haga  la declaración estipulada en el artículo 12, en que se acepte la competencia  de la Corte como un Estado no Parte.

Si un Estado Parte desea enjuiciar a alguien por un crimen de la CPI deberá contar, como mínimo, con una legislación que le permita ejercer competencia territorial sobre tales delitos y competencia extraterritorial sobre sus nacionales que cometen los delitos en el extranjero.

Los Estados  que deseen enjuiciar a una persona por un delito de la CPI deberán asegurarse de contar con la legislación nacional que les permita ejercer su competencia sobre aquellas personas que cometan estos delitos dentro de su territorio, y los nacionales que los cometan en el exterior. Esto podría requerir simplemente de una enmienda al código penal nacional.

Adicionalmente, el Estado podría  tomar en cuenta  para ejercer su competencia sería  la ̈competencia universal ̈, tal y como se estipula en las  Convenciones de Ginebra de 1949 y sus Protocolos de 1977, relacionados a las ¨faltas graves Cabe resaltar los distintos  conceptos de  ̈competencia universal¨ que existen: algunos interpretan este término  en cuanto a que un Estado  puede ejercer su competencia sobre cualquier persona que se encuentre en su territorio, mientras que otros lo interpretan de tal manera que significa que un Estado puede arrestar a cualquier persona, en cualquier lugar del mundo, sin tomar en cuenta cualquier relación que tenga  con el Estado en cuestión. Además otros Estados podrían considerar incluir la competencia basada en el estatus de víctima.

Rommelsantosdiaz@gmail.com

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Opinión

La criminalidad y nuestro entorno

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Por Nelson Encarnación

Entre las preocupaciones que suelen perturbar el sueño de los gobernantes, la seguridad de los ciudadanos es una, si tomamos en cuenta que el Estado está obligado a garantizar la tranquilidad y el desplazamiento seguro de los gobernados.

Es por ello que asumir esta como una prioridad refiere el interés de que el territorio desenvuelva su cotidianidad dentro de un ambiente de paz y sosiego.

Sobre todo, un país como el nuestro, cuya economía está atada a dos renglones muy espantadizos: el turismo y la inversión extranjera directa.

Cuando el presidente Luis Abinader asume el combate a la delincuencia como una de sus preocupaciones—y también ocupaciones—es precisamente por el impacto negativo que esta tiene en el clima de negocios, pero igual por el interés de propiciar la tranquilidad nacional.

Con frecuencia escuchamos sobre el entendible temor que genera la delincuencia, lo que deja la impresión de que vivimos en el país más inseguro del continente, lo cual no es cierto.

Y no lo digo yo, sino el informe de InSight Crime de 2023, que recoge las cifras de homicidios en América Latina y el Caribe, en el cual aparecemos entre los más seguros de la región.

Según este informe, la tasa de homicidios se ubicó en 11.5 por cada 100,000 habitantes, una reducción del 7% respecto de 2022, lo que nos sitúa por debajo de países competidores en turismo como Jamaica (60.9), y Puerto Rico (14.4), para solo citar dos ejemplos caribeños.

El Ecuador revienta la balanza en países de más de 10 millones de habitantes, con la astronómica tasa de 44.5 homicidios por cada 100,000, (más que Haití, 40.9), con la agravante de que ha registrado un aumento del 74.5% en los últimos cinco años.

Una verdadera catástrofe sin fin, en contraste con su vecino Perú, que apenas registra 3.2 homicidios por cada 100,000 habitantes.

Sobre nuestro país, el informe resalta que, a pesar de ser territorio de tránsito de cocaína, no experimentó un aumento en la violencia en 2023, sino una reducción del 7%.

“El crimen organizado no parece ser un detonante determinante de la violencia en la República Dominicana, ya que la mayor parte de los casos (45,4%) están relacionados con conflictos sociales, y solo el 24,3% parecen estar vinculados a la delincuencia”. Un dato importantísimo.

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